Año nuevo con Tavito
Este relato lo escribí antes, la idea era publicarlo antes del fin de año debido a que coincidía con la historia, pero como cronológicamente iba después me retrasé en subirlo debido a las vueltas de fin de año. Espero igual les guste..
Finalmente las fiestas decembrinas llegaron, mis ahora suegros, padres de Flor nos invitaron a toda mi famia a pasar nochebuena y navidad en su rancho, invitación que mi mamá aceptó, pues quería conocer mejor a la familia de mi ahora novia, aún cuando mi mamá conocía de hace años a don Fermín y su esposa eso había sido muchos años atrás cuando ella y papá aún eran pareja, después del divorcio no volvió jamás a visitar aquél rancho donde mi papá nos llevaba a pescar. La celebración fué humilde, pero muy hogareña, mi madre quedó encantada con la familia de Flor, pues decía era como volver a conocer a esas personas y sentirse feliz que la muchacha que tanto yo quería viniera de esa familia tan amable y noble. El viaje se extendió un día más y para el 27 de diciembre regresamos de vuelta a la ciudad, después de varias buenas experiencias y haber estado con la chica que me traía loco, sin embargo aún no había (ni podía haber, dada la falta de intimidad) ningún roce sexual entre Flor y yo, así que esos días tenía que darme un tiempo a la hora de bañarme para jalarmela, a veces pensando en cuando le repegaba de forma disimulada mi bulto a Flor, a veces pensando en dársela por el culo a Tavito o Rafita, ahora, en la intimidad de mi cuarto podía dar rienda suelta a mi calentura masturbándome todo lo que quería deseando solo ir directo a casa de Tavo y metérsela como tanto nos gustaba, pero eso no era posible, había planeado formas de hacerlo, pero en esos tiempos la mamá de Tavo estaba siempre en casa durante el día y aún no llegaba a tanto como para aventurarme a entrar de nuevo a escondidas durante la noche.
Los días pasaron, se acercaba ahora el año nuevo, y el plan había sido que cada quién hiciera lo que quisiera. Mamá se iría a celebrar con sus amigas, mi hermano se quedaría con mi papá y unos tíos, y yo sin un plan pensaba acompañar a mi papá y hermano, pero siendo 30 de diciembre uno de mis amigos de universidad que vivía cerca de donde yo me invitó a pasarla con él y su familia, invitación que acepté.
El último día del año llegó en un suspiro, y cada integrante de mi familia salió de casa para su lugar de destino. Estaba en la fiesta de fin de año con mi amigo pasándola bien, su familia era muy divertida y el ambiente era acogedor hasta que una terrible noticia sorprendió a la familia de mi amigo, un tío de él que se encontraba en camino tuvo un accidente de carretera con su esposa e hija y el señor estaba grave en el hospital a causa de ello. El ambiente se desmoronó en un segundo, la música se detuvo y las personas comenzaron a irse al hospital donde el señor se encontraba o llamando de un lugar a otro para informar, total que ahora me sentía muy incómodo, sin saber que hacer y con mi amigo tenso y angustiado.
– Oye, Joel, una disculpa, pero también quiero ir al hospital a tratar de ver a mi tío, no sé si te moleste o quieras acompañarnos?- Me dijo mi amigo.
– No te preocupes, ve con tu tío, yo me iré a mi casa y te llamo después para saber cómo siguió, ok?- Le respondí. Él estuvo de acuerdo y oficialmente la fiesta terminó, yo tomé camino a casa en mi auto, aún faltaba más de una hora y media para la media noche y yo estaba ya cerca de casa cuando pasé frente a casa de Tavito, bajé la velocidad para ver cómo la pasaban ahí y parecían estarla pasando muy bien cuando me percaté de que la mamá de Tavo estaba afuera con su novio, platicando,
– Joel?- Dijo Mayra al reconocerme.
– Hola, buenas noches, felíz año- Le dije deteniéndome y saludando a ella y su novio.
– Hola, igualmente. No fuiste a ningún lado?- Preguntó acercándose a la ventanilla de mi auto.
– Bueno, es algo complicado- Le dije, tratando de aligerar la situación.
– Como?- Preguntó Mayra, a lo que yo le respondí contando de forma resumida lo sucedido, – Pues que mal, ojalá se recupere el tío de tu amigo, oye, pero si quieres quédate aquí con nosotros, mi mamá hizo una cena muy buena- Me invitó Mayra, y antes que se me ocurriera una idea para safarme ya estaba en su casa con su familia, algunas personas que había conocido en la fiesta de cumpleaños de Tavo y otras más que no había visto antes.
La noche volvió a dar un giro inesperado, ahora de nuevo estaba con personas muy unidas y alegres pasándola bien y gozando la noche, Tavito se me pegaba por momentos pero yo le recordaba seguido que jugara con los niños a lo que él un poco resignado hacía. La noche siguió su curso y pronto dieron las 11:59, la cuenta atrás comenzó y todos en la fiesta nos abrazamos y felicitamos deseando un feliz año nuevo, llamé a mi mamá, mi papá, mi novia y mi abuela para felicitarlos, y minutos comencé a despedirme de las personas en la fiesta junto con Mayra para retirarme, ellos insistían me quedara pero los convencí de que debía irme a casa.
Estaba en la puerta despidiéndome de Mayra cuando Tavito salió de su habitación,
– Ya te vas? Llévame contigo, mis primos ya se durmieron y estoy aburrido, me dejas mamá?- Dijo Tavito, yo me le quedé viendo un poco incómodo y su mamá igual.
– No, Tavito, Joel está cansado y tú también ya te debes dormir- Le dijo Mayra a Tavo.
– Ándale mamá, si me llevas, Joel? Quiero jugar un rato con tus videojuegos- Dijo Tavito.
– Yo no tengo problema, se puede quedar en el cuarto de mi hermano- Le dije a Mayra, ella hizo una muñeca viendo a Tavito,
– Eres bien enfadoso con Joel, ándale pues- Dijo, y Tavito se emocionó pegándose a mi y yo lo cargué en brazos.
– Lo traigo temprano?- Le pregunté a Mayra.
– Pues aquí vamos a estar, así que está bien si viene antes de la comida para que esté otro rato con sus primos, lleven comida para el desayuno- Respondió la mamá de Tavo y después de cargar unos recipientes con comida de la cena nos despedimos saliendo de su casa. Disimuladamente le tocaba el culo a Tavo cuando lo llevaba en brazos rumbo al auto y abrí la puerta para que entrara en él, nos despedimos de nuevo de su mamá y encendí el motor para partir finalmente, le dí un vistazo a la casa de Rafita pero parecía ahí no había nadie.
– Que bueno, porque ya te extrañaba- Dijo Tavito estirando su brazo agarrándome el pene por encima de la ropa.
– Yo también te extrañé- Le dije estirando en un momento la mano apretando de nuevo su culo, – No traes ropa interior?- Le dije al sentir demasiado bien el canal de su culo.
– No, jaja, me la quité por si podíamos coger- Dijo Tavito pícaramente.
– Eres bien puto, Tavito- Le respondí, era la primera vez que le decía algo así a Tavito, pero en verdad me calentaba mucho y le tenía tantas ganas que sin más me saqué la verga con el auto en marcha, Tavito entendió bien y se agachó empezando a mamarmela. En un par de minutos ya habíamos llegado a casa, ya en la cochera apagué el auto y Tavito seguía chupando bien rico mi verga mientras yo gozaba, estábamos a oscuras y solo se escuchaba el sonido de Tavo succionando mi pene, estiré mi mano metiéndola por debajo de la ropa de Tavo y me fuí directo contra su ano separando sus nalgas con mis dedos, parecía muy lejano aquella última vez cuando me lo había cogido junto a Rafa. El ambiente se sentía muy caliente en el auto, incluso creo se empañaban los vidrios mientras mi pequeño seguía mamando mi palanca tieza y yo le daba con mis dedos por su culito,
– Quítate la ropa, ocupo metértela ya- Le dije, me sentía demasiado caliente, le tenía dos dedos bien clavados en el culo y me escurría la baba de Tavo por los huevos, necesitaba ya metérsela. Tavito siguió mi orden y yo lo ayudaba desesperado a quitarse la ropa baja y lo hice rápido ponerse con las piernas abiertas sobre mí viéndome a los ojos, honestamente estrujé un poco a Tavo, estaba muy caliente, era tanta mi exitación que me estaba pasando un poco de brusco con él, cosa que tampoco parecía importarle porque él solito se acomodó guiando mi verga entre sus nalgas haciéndome saborear tan pronto mi glande tocó el que yo bien sabía era su ano y de nuevo con mi brusquedad levanté la cadera metiéndosela mientras lo agarraba de las nalgas,
– Ahh…- Exclamé, gozando después de tanto desearlo poder unir de nuevo mi cuerpo al suyo. Tavito me abrazó y puso su mentón en mi cuello, quizás le había dolido un poco la penetración, pero de nueva cuenta no le di importancia, volví a dar otro brinquito en el asiento del auto y le metí más mi verga hasta aproximadamente la mitad apretándole fuerte las nalguitas a Tavo gozando tanto su culo, el calor tan grande que se sentía en el auto, Tavito solo dió un gruñido y levantó un poco el trasero sacándose una parte de mi verga, – Te dolió?- Le pregunté.
– Poquito, pero me gustó- Dijo a mi oído, y comenzó a subir lento para de la misma forma bajar clavándosela otra vez y continúo más rápido cogiéndose él solo, mientras yo me limitaba a disfrutar tomándolo de las nalgas. Tavito seguía dando pequeños brinquitos sobre mi verga, tenía pegados sus labios en mi cuello y sentía como soltaba el aire al respirar gozando tenerme entre sus entrañas y yo de igual forma me dejaba llevar disfrutando su sedosa piel, sus firmes nalguitas que envolvían mi pene. Llegó un momento en que Tavito se detuvo, supuse se había cansado, así que con mi mano busqué la palanca para inclinar el asiento del auto, regresé mi mano a tomar la nalga de Tavo que había dejado y separando sus cachetes comencé a ser yo quien se movía cogiéndolo más rápido, el auto se movía, yo no dejaba de gruñir del placer y Tavito solo jadeaba muy quedito mientras yo acercaba mis dedos entre sus nalgas casi hasta su ano, sintiendo como mi verga le salía y entraba por su agujero,
– Te quiero mucho- Dijo Tavito hablando muy despacio en mi oído. Esas palabras me sorprendieron un poco, sin embargo era algo obvio si el niño se entregaba a mí de esa manera.
– Y yo a tí- Le respondí buscando su rostro y Tavito me sonrió, le sonreí de vuelta y le dí un besito en los labios a lo que él me abrazó fuerte, yo ya no me movía, el momento había sido un poco raro, acaso me estaba aprovechando del cariño que Tavito me tenía? No, yo también lo quería, y si además de su cariño podía obtener satisfacción a mis impulsos sexuales, porqué no? Una gota gorda de sudor bajó por mi frente haciéndome dar cuenta que no solo lo pensaba, sino que en verdad había mucho calor contenido dentro del auto, no me había percatado debido al gozo y exitación, pero el calor era bastante,
– Vamos adentro?- Le pregunté a Tavito, él dijo que sí con la cabeza y trató de levantarse, – No, quédate así- Le dije poniendo mi mano en su hombro para detenerlo, fué un poco complicado pero logré abrir la puerta del auto y salir con Tavito en brazos aún ensartado en mi verga.
– Hace frío- Dijo Tavito, era obvio que salir al exterior en esas fechas estando tan literalmente calientes no era lo mejor, menos aún si el niño no tenía ropa de la cintura para abajo.
– No te preocupes, vamos para adentro rápido- Le dije mientras caminaba con él en brazos entre la oscuridad y hacía malabares para lograr meter la llave en la cerradura de la puerta de la cochera hasta lograr abrirla.
Rápidamente caminé entre la penumbra y subí las escaleras, abrí la puerta de mi habitación, encendí la luz y la calefacción, me llevé a Tavito a la cama y así como estábamos lo tendí en posición del misionero, lo observé un momento, tan tierno, su verguita alzada y entre sus nalgas mi verga grande atravesando su orificio anal, le levanté las piernas y me acomodé sobre él besando su cuello y retomando la culeada que habíamos comenzado en mi auto. El ruido de mis huevos golpeando las nalgas de Tavo, el ligero rechinido de mi cama y los jadeos de Tavo y míos eran lo único que se escuchaba, le daba a Tavito como si quisiera atravesarlo y el gemía fuerte, me dí la vuelta con él encima y ahora Tavito me cabalgaba saltando de nuevo en mi verga mientras se apoyaba con sus manos en mi pecho y apretaba los ojos y yo le daba nalgaditas a lo que él reía con picardía y continuó su cabalgata en mí hasta cansarse, lo hice recostar en mi pecho y volví a empezar a azotarle rápido tomándole de las nalgas, se las amasaba, las apretaba, tan firmes y su piel tan suave me encantaba,
– Como tenía ganas de meterte la verga- Le dije a Tavo y como acto reflejo su culo comenzó a estremecer estimulando tanto mi pene que no lo pude resistir y comencé a botar mi semen en el interior de Tavito y ambos respirábamos de forma agitada,
– Yo también tenía muchas ganas de que me metieras tu picote- Dijo Tavito viéndome a los ojos, yo aún sujetaba sus nalgas, así que le dí una nalgada y ambos reímos. Tavito se quedó callado por un momento viendo a la nada, hasta que abrió de nuevo la boca, – Te gusta más cogerme a mí o a Rafita?- Preguntó sin verme a la cara.
– Pues… a tí bebé, me gusta mucho tu culito- Le dije, acariciando de nueva cuenta su culo con mi mano derecha, separando sus nalgas y sintiendo mi pene en medio.
– Si?- Preguntó viéndome a los ojos con cierta alegría en su mirada.
– Sí mi amor, siempre me ha gustado mucho tu colita y tú completito- Le dije, mi mano izquierda también tomó partida y comencé a acariciarlo por toda la espalda, pasando a la cintura y subiendo de nueva cuenta por el arco de su espalda hasta sus hombros, esas caricias lascivas me hicieron calentar demasiado de nueva cuenta, mi verga seguía dura entre las nalgas de Tavito mientras aquél niño reflejaba también su clara excitación al suspirar mientras yo le besaba el cuello, – Chupame los huevos- le dije al oído, y Tavito me vió con pasión en su mirada. Levantándose de encima de mí saco mi pene de entre sus nalgas y le indiqué colocarse en 69 para yo también saborear sus partes íntimas. Tavito ya estaba en posición encima mío con su culo hacia mi cara, podía ver su ano dilatado con mi semen saliendo de él y mi primer impuso fué lamerlo recogiendo mi propio sabor del culo de mi pequeño quién dió un pequeño sobresalto y siguiendo mi petición llevó su lengua a mis bolas lamiéndolas para posteriormente llevarse una a la boca chupándola como tanto me gustaba. Yo hice lo mismo, pero metiendo ambos huevos de Tavo en mi boca, se los chupaba con delicadeza pasándolos de un lado a otro con mi lengua mientras veía de su ano como más de mi semen comenzaba a salir, era mío, ese culo que había llenado de mi leche, era mío, ese niño que me mamaba los huevos para satisfacerme. Mi boca buscó el pequeño falo de mi amante y como había hecho con sus huevos me lo llevé a la boca mamandole, sintiendo esa mezcla de texturas de su piel tan suave y sus pequeñas venas contrastando con la dureza de la erección de su pene del tamaño de mi dedo meñique. Le mamaba la verga y huevos a Tavo como un desquiciado y él hacía igual, me la mamaba como si se la quisiera tragar, se la sacaba de la boca y seguía con mis huevos chupándolos delicioso y yo por mi parte jugaba también con su culo, metiéndole los dedos rebatiendo mi leche adentro hasta que el llamado de mi segundo orgasmo me vino, puse ambas manos en la cabeza de Tavo cuando aún tenía mi verga en la boca y comencé a botar semen mientras Tavito hacía ruido tratando de no ahogarse. Sentía que me temblaban los muslos, los huevos bien húmedos de la saliva de Tavo y más baba (o quizás semen) escurriendo por mi falo, liberé la cabeza de Tavito que había estado sujetando con mis manos, él sacó mi pene de su boca y tomó unas bocanadas de aire para proceder a lamer los posibles restos de leche que tenía embarrados en mi miembro. Tavito parecía estar terminando de limpiar mi pene con su lengua y yo aún suspiraba reponiéndome de esa corrida, pero aún tenía su culo frente a mi cara, su ano abierto manchado de mi semen parecía mirarme insinuante y yo solo sentía la necesidad de volverlo a llenar con mi carne dura,
– Acomódate de lado- Le dije a Tavito, el niño comenzó lento a girarse pero yo con desesperación lo tomé de un brazo y una pierna acomodándolo rápidamente de espalda a mí.
– Ay, espéram…- Decía Tavito, pero yo ya se la había metido de nuevo y sus nalgas se habían encontrado de nuevo con mi pelvis bien pegado a ellas,
– Qué? Ya no quieres verga?- Le dije, sentía como mi bello púbico raspaba en las nalguitas de Tavo y seguía haciendo presión deseando poder meterle hasta los huevos. Tavito respondió con la cabeza diciendo que si en silencio, – Si qué?- Le volví a preguntar con mi boca pegada a su oído.
– Si quiero más verga- Respondió Tavito, con un tono de voz algo afligido, cosa que no tomé en importancia, yo estaba demasiado caliente y de una u otra forma me desquitaría con el culo de Tavito las ganas que le traía. Levanté la pierna izquierda de Tavo con mi mano y empecé un mete y saca acelerado, Tavito soltaba quejiditos cada que se la sacaba casi completa y se la volvía a meter, sus nalgas aplaudían contra mi cuerpo y yo le mordía el cuello procurando mediar la fuerza para evitar dejar marcas, con un Tavito que gemía ahora más fuerte y daba leves apretones con su culo que me hacían enloquecer hasta que los apretones se hicieron mucho más violentos anunciando el orgasmo de mi pequeño que respiraba apresurado mientras su culo seguía dando pálpitos con mi verga dentro. Me pegué a Tavito al pecho abrazándolo fuerte, bien pegado a sus nalguitas y me movía lento disfrutando todas esas contracciones que su culito me regalaba en mi palanca mientras me movía follándolo lento, sentía su respiración como iba regresando a la normalidad hasta que dió un suspiro y supe su climax había pasado,
– Te gustó?- Pregunté besándole en su mejilla.
– Si, mucho- Respondió Tavito y yo le acariciaba el cuerpo, primero su cara, después el cuello, del pecho bajé a la barriga y fuí bajando mis dedos hasta llegar a su entrepierna, tomé su verguita entre mis dedos y pude sentir la humedad de los restos de su ligero semen infantil que embarré hasta sus huevos. Tavito suspiraba mientras yo continuaba mi mete y saca muy lentamente, entonces él volteó un poco la cabeza para verme a la cara, – Me dejas metértela a tí?- Me dijo, yo solo me le quedé viendo un momento, lo que ahora yo más deseaba era ponerlo boca abajo y cogérmelo sin piedad hasta dejarle otra vez el ano botando mi leche, pero sentía que se lo debía, me había dado el mejor inicio de año de mi vida y había estado siendo muy brusco así que no dije nada, solamente le saqué mi verga y me dí la vuelta quedando boca abajo dispuesto para él, Tavito se acomodó en la cama y buscó espacio entre mis piernas, acarició un poco mis muslos velludos y sin más subió a mi culo amazando mis glúteos, hacía exactamente como yo a él, acariciando mis nalgas para por último separarlos y tocar mi agujero, mi pene sobresalía entre mis piernas apretado contra el colchón y Tavito le lamió un poco la cabeza para subir por mis huevos chupándolos un poco y finalmente su lengua llegó a mi ano dónde estuvo lamiendo un rato, qué bien había aprendido Tavito, incluso me hacía disfrutar un poco cuando entonces separó bien mis nalgas y se colocó sobre mí, pude sentir perfectamente su suave y pequeño apéndice haciendo contacto con con mi agujero peludo y en un empujoncito lo metió. Me imaginaba como se vería la imagen de Tavito encima de mí sin ropa cogiéndome, su pequeña verguita entre los pelos de mi culo mientras se meneaba, él lo gozaba, eso quedaba claro con los quejidos que soltaba pero no muy tarde simplemente se desplomó sobre mí y supe que había acabado. Sentía mi ano húmedo y el pequeño pene de Tavo dentro, me hizo pensar cómo sentía mi pequeñín cuando los papeles estaban alternados y era él quién me tenía encima con la verga metida en su culo. Tavito bajó y se acomodó junto a mí, yo me puse de lado para vernos de frente y me sonrió para seguido abrazarme,
– Te quiero mucho- Me dijo por segunda vez en la noche mientras me abrazaba.
– Y yo a tí- Le dije apretándolo y acariciando la piel de su espalda, le dí un beso en la frente, otro en la mejilla y finalmente en sus labios. El beso se extendió y se tornó candente, con mi mano derecha le acariciaba la espalda a Tavo y con la izquierda lo masturbaba, Tavito imitó mis movimientos mientras lo besaba y tomó mi pene masturbándome, Tavito seguía siendo un total inexperto besando, pero era la acción en sí lo que me prendía, mi mano que estaba en su espalda fué bajando hasta terminar agasajando su culo y ambos nos meneabamos las vergas el uno al otro con nuestras manos. La intensidad del calor aumentó, le daba con mis dedos al culo de Tavito y mi verga había botado ya una gran cantidad de líquido, me levanté acercándole mi verga a la cara a Tavo y empecé a pasársela por todo su rostro dejándolo brilloso com mi líquido preseminal mientras él estiraba la lengüita para tratar de saborear mi palanca tieza que le restregaba por toda su carita, le pasaba los huevos por su nariz y labios cuando alcanzó a tomar uno y comenzó a chuparlo, yo me masturbaba y le azotaba con mi verga en su carita para finalmente dársela directo a la boca para que la mamara, Tavito no tenía saciedad y chupaba con fuerza mi pene hasta que lo detuve y me levanté rápidamente, Tavito me miraba sin tener idea de que pasaba, quizás pensó que me había enojado debido a lo súbito de mi arranque,
– Acomodate- Le dije tomándolo de la cintura y poniéndolo en posición de perrito, Tavo entendía que me lo cogería de nuevo y cooperó poniéndose en cuatro patas dándome el culo, ni siquiera había terminado de situarse bien cuando yo ya estaba sobre él y en un único balanceo se la metí, sintiendo otra vez como mi duro pene expandía las paredes del recto de Tavo y tomado de su cintura comencé a cogérmelo. Prácticamente saltaba en la cama, sentía el frío aire en mi pene al sacársela a Tavo de su agujerito caliente y escuchaba el ruido del aire saliendo del hoyo de Tavo cuando se la sacaba casi completa y se la volvía a meter, la cama hacía un rechinido suave cuando bajaba de nuevo metiéndosela y el sonido sordo de cuando mis huevos impactaban en las nalguitas de mi niño. No me quería separar nunca de Tavito, quedarnos por siempre así, yo un adulto joven dándole su grande verga a ese niño de 10 añitos que complaciente mantenía su culito levantado para que le siguiera dando eso que tanto le encantaba. Tavito y yo gemíamos, lo mío era más como un animal bramando mientras lo de él era como suspiros y quejidos leves, le ponía la mano en la espalda a Tavo para que se arquera más y su culo estuviera bien arriba dejándome metérsela bien profundo sintiendo como solo mis huevos quedaban fuera y se embarraban en sus nalguitas cuando le volvía a dar otra arremetida a su ano que como si nada se mi comía mi pene. Se sentía tan rico, el suave aroma de mi semen y el culito de Tavo mezclados me reconfortaba, me detenía por leves instantes a pensar en lo afortunado que era, tenía a un niño hermoso con un culo delicioso, dejándome montarlo así, dándole mi verga por el ano, mis huevos reposando en sus tersas nalgas, esas nalgas que yo acariciaba con alevosía y ventaja, viendo mi verga perderse en medio ellas,
– Ahh…- Exclamó Tavito, estaba teniendo otro orgasmo. Me detuve dentro de él acariciando su espalda, dejándome disfrutar las contracciones de su recto hasta que estas pasaron por completo, me puse de rodillas y lo tomé de la cintura y con fuerza y rapidez volví a retomar el va y ven, pam-pam-pam! Sonaban las nalgas de Tavo al golpear contra mi pelvis hasta que sentí estaba por llegar.
– Bebé, acuéstate- Le dije sacándole la verga, Tavito volteó la cabeza para verme y se recostó boca arriba a la vez que yo me paraba en la cama,
– Qué pasó?- Me dijo, mientras yo me masturbaba viendolo a los ojos, bajé la mirada a su entrepierna viendo su verguita aún parada y bajando más la vista observé su ano abierto orgulloso de saber que era yo quién lo había dejado así, regresé mi vista a su cara y dándole unos últimos dos jalones a mi verga comencé a lazar mi leche tratando de apuntar a la cara de Tavo, pero solo una pequeña parte le calló en el cachete derecho, el resto le cayó mayormente en el pecho, estómago y otra pequeña parte entre sus piernas bajando por el surco de entre sus huevitos y piernas.
Me quedé un momento observando a Tavito, su cuerpo lleno de mi leche era maravilloso, tan tierno y exitante a la vez, sin embargo el cansancio no se hizo esperar, habiamos estado cogiendo sin parar y ya pasaba de la una.
Le ayudé a Tavito a limpiar mi semen de su cuerpo, acomodé el cobertor y apagué todo para dormir abrazados compartiendo nuestros calor bajo las cobijas, no tardaríamos demasiado en rendirnos ante el sueño, que bienvenida le habíamos dado al año nuevo.
copmo sigue
En cada relato encuentros más similitudes, entre Tavito y yo. Tranquilamente habría podido yo ser parte. Me habría encantado que Joel, me cogiera, a mis 5 o 6 añitos de edad, junto con Tavito, Rafita y compañía. Besitos.
wow…pero que ricura…feliz año Sonic!!!
Riquisimo
si…delicioso…me dejo muy duro
Muy bueno, espero seguir leyendote pronto, saludos
Como sigue Sonic, quienes se unen a esta saga?
Hola que tal sonic, soy de venezuela y no tienes una remota idea de lo que me encanta la saga de tavito. chauu y continua asi