Antonio gozaba desde los 12
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por marianoking.
Desde muy joven, Antonio se dedeaba por las noches, ya sentía mucha atracción por los hombres y con las hormonas revueltas sólo podía consolarse con sus dedos, sintiéndose relleno de algo.
Su hermano Andrés, 6 años mayor, había notado las prefencias de Antonio, pero no le dió mayor importancia.
Andrés dejó el pueblo donde vivían a sus 16, para probar suerte en la Universidad de la ciudad más cercana.
El pequeño Antonio por fín tenía la habitación para él sólo, y dar así, rienda suelta a sus deseos.
Ambos criados por una familia de pueblo, muy machista; la madre se encargaba de los quehaceres del hogar y el padre trabajaba los campos y la ganadería.
Vivían cómodamente, aunque infelices, aún con todos esos bienes, la señora sólo servía para ser su esposa, aquel padre abnegado tenía otra mujer a la que le daba todas sus pasiones.
Y ambas soportaban que el caballero las tuviese a las dos.
Antonio iba creciendo y sus gustos junto con él, ya se metía de a dos dedos por el ano mientras se daba una buena paja.
Tenía escasos 12 años, moreno, velludo, de ojos y cabello oscuros, rasgos muy varoniles, y de voz gruesa, con un poquito de sobrepeso que en vez de incomodar, favorecían a aquellas nalgas que se hacían más grandes mientras aumentaba cada kilo.
Un muchachín muy simpático y respingón.
Andrés no soportó la presión de la ciudad, luego de un tiempo y con su mayoría de edad recién cumplida regresa al campo, con la excusa del estrés que le causaba la vida citadina.
La verdad había aplazado cada semestre y se había gastaso el dinero de su padre en fiestas, y ahora tenía un novio el cuál lo mantenía todo gracias a sus encantos; pues Andrés era un hombre bastante apuesto, también robusto, moreno, pero con un cuerpo muy definido, de esos negros que aparecen en las pornos con unas vergas grandiosas.
Su único defecto es que era un puto, y con cualquiera coqueteaba.
Julián, que había sido su novio por muchos meses lo abandonó dejándolo sin ningun respaldo, y a Andrés no le quedó de otra que volver a su pueblo cargando la mala fama que en la ciudad se había creado.
La familia estaba contenta, después de dos años Andresito ya había crecido bastante, era todo un hombre, cosa que su hermanito Antonio observó con cara de asombro.
– ¡Ese hombre tan grande es mi hermano!, pasaba por su cabeza.
Por su parte y entre tanta alegría Andrés le dió un gran abrazo a su hermanito, no sin antes percatarse que éste ya estaba más grandesito y se gastaba un culote.
Los hermanos de campos y criados con mucho carácter, eran en verdad un par de puticas.
El padre orgulloso ordenó matar unas reses para celebrar el regreso de su hijo mayor que según él, había acabado con todas esas mujeres de la universidad.
<¡Les cayó a pipe a to`itas!> exclamaba.
Por su parte, la madre le preguntaba cuántas novias había dejado abandonadas por venirse al campo???/// Él ocultando su gran secreto: <<Sólo una mamá, pero nada serio, sólo me la cogía de vez en cuándo y era muy puta>>.
La madre con gran sonrisa y refiriéndose a Antonio quién de manera lujuriosa escuchaba las historias de su hermano, le dice: <<Ve Antonio, aprende de tu hermano, que sí es un hombre>>.
Estas palabras lo pusieron en evidencia, por algo su madre lo había dicho, y por algo el pequeño se puso nervioso.
<<¿Pero qué será eso que yo no sé?>> Se preguntaba Andrés.
El día y la tarde transcurrieron normalmente, la familia se reunió, tios, primos, abuelos.
Todos para convivir con el ahora bien formado Andrés.
Pasado las 7pm todos se empezaban a marchar, algunos tomados, otros muy sóbrios y los que sólo fueron a comer, muy llenos.
<<Andrés, Tu regresarás a tu antiguo cuarto con tu hermano.
Ya yo lo preparé todo.
Si te da hambre por la noche o te sientes mal, lo que sea, sólo me levantas y yo te atiendo.
Y tu Antonio cuidado y te pones de lambucio a comerte lo que hay en la nevera, que ve cómo estás como un cochino>>.
Aún más confundido, Andrés aprovecha la noche para hablar con su hermanito.
<<¿Por qué mamá te habla así?, ¿Por qué te trata mal??>>
<<Loca que está.
Siempre me trata así, sólo te quiere a ti, tu eres su hijo favorito>>
<<No digas eso, que me haces sentir mal, yo no soy perfecto cómo ellos y tu creen>>
.
Un silencio se apoderó por unos segundos y Antonio le pide a su hermano mayor, entre lágrimas, que lo acompañe a dormir esa noche en su camita.
El pequeño ya estaba con mucho morbo por su hermano mayor y quería tenerlo cerca.
Lo que no se imaginaba era que Andrés a sus 18 ya tenía muchísima experiencia.
<<¿ Hermanito y te gustan las mujeres y los hombres?>> pregunta Andrés al colorado Antonio mientras le ponía la mano en la espalda.
Antonio no respondió, sólo lo observó mientras su respiración se aceleraba ante la pregunta de su hermano mayor, que más que una sorpresa le generaba mucho temor porque su hermano parecía tan o más machísta que el resto de su familia.
.
<<No me contestes, ya lo sé todo.
Desde que estabas más carajito yo lo sabía, sólo que no dije nada>>.
Se la acercó más al rostro de su hermanito y de lado, cara a cara a él, le susurró.
,<<Tranquilo, tu secreto está a salvo>> mientras bajaba la mano hasta sus caderas.
Antonio no pudo resistirse a ese manoseo que le calentaba el cuerpo y le empezaba a parar su verguita; su hermano lo rozaba con tanto calor que el pequeñín suspiraba y jadeaba.
Andrés ya se había apoderado de las nalgas de Antonio, quién confundido y con su boca abierta le hacía saber que le deseaba.
Sus cuerpos empezaron a deslizarse entre dulces besos, el pequeño ya más suelto, empezó a meter sus manitas entre la camisa de su "big brother".
<<Que zorrita eres, mira cómo tienes el pipe de duro>> decía Andrés, <<¿Ya te han cogido antes hermanita?>> preguntó.
El pequeño gimió un NO, pero no cualquier NO.
era un NO acompañado de una cara de placer que le hacía poner los ojos aguados de felicidad.
Nunca Antonio se imaginó que estaría así con un hombre tan perfecto y menos que fuera su hermano.
Pero Andrés no sólo quería besitos y tocaditas con aquél caliente puberto, así que le empezó a bajar su pantaloncillo y su diminuto interior, dejándolo sólo con su camisita.
El jovencito intentaba abrir su culito lo más que podía para darle paso a las inmensas manos de su macho, y como buena putica las meneaba cada que su hermano le daba una nalgada.
El recién hombre de 18 siguió con mordiscos en el cuello del menor haciéndolo llegar al climax.
<<¿ te gusta que te bese, verdad?>>.
<<siii.
Me gusta.
Asíiiii.
Ahhh.
ahhh >> y continuaba la faena, uno lo excitaba entre besos y palabrotas, mientras el otro se dejaba tratar como toda una mujercita.
Sabiéndo el mayor que ya el menor estaba cómo perra en celo, se dispuso a quitarse la ropa.
Se liberó de su camisa ya sudada, su jeans rasgado, colocándose de rodillas a la cama para que el jovencito pudiera apreciar toda su "hombría".
Un cuerpo tonificado acompañado de unos suaves vellos en el pecho grande de aquel morenazo, lo hacían lucir exquisito; era un manjar que aquel niño jamás hubiese imaginado.
Sus duros y formados brazos con los cuales segundos atrás lo abrazó, estaban ahora masajeándo sus pectorales, para el disfrute visual de su nenita, quién con su pié empezó a rozar la verga de aquel semental sobre el boxer babeado.
El gran Andrés quitó el pié de su hermanito de su verga, y empezó a comerle los talones, y dedo por dedo se lo iba introduciéndo en la boca, mientras el exaltado cuerpo de 12 años le pedía que parara, pues le gustaba tanto que sentía explotar.
El Big Brother obedeció en esta ocasión al pequeñín, pero sólo porque quería darle otra cosa que oculataba entre su ropa interior.
Se puso de pié en la cama con sus manos en la cabeza y le pidió a Antonio se arrodillara con su cara justo frente a su cintura.
El joven accedió, y sin qué nadie le dijera, bajó el boxer del hermano hasta sus largas y peludas piernas, liberando un pedazo que lo golpeó luego en la frente.
Antonio no sabía con exactitud cuanto medía aquel trozo, pero suponía que era muy grande y grueso, a ciencia cierta pensó que era más potente que los de los amigos de su padre que en alguna ocasión había visto mientras orinaba.
Cosa que le causó descontrol, ya él sabía a lo que se enfrentaba y todo lo que estaba a punto de suceder en su culo.
<<¿Que pasó te cagaste???, ya el daño está hecho, ahora empieza a mamar mariquito.
>> decía aquel monumento, mientras era observado desde abajo por la carita temerosa de aquel niñito.
<<¡Es muy grande!>> repicó, mientras la comenzaba a desencapotar.
Casi sin aire quedó cuando toda esa cabezota estaba liberada, aquel monstruo parecía haberse hecho aún más grande.
Con ese pipón dividiendo su cara en dos, el pequeño subía su mirada y contemplaba escasamente la sonrisa pícara del hermano que aún con sus manos a la cabeza, empezaba a moverle la verga entre quijada, naríz y frente; sus bolas redondas chocaban el cuellos regordete del putico.
Golpeándolo como por 10 ocasiones en la cara con aquella yuca, Andrés le pidió al hermanito que abriera bien grande la boca y la tragara, poco a poco le iba metiéndo un poquito más del glande.
Antonio nunca había comido una pinga, pero disfrutaba de aquella tan grande como un hongo gigante del cuento de Alicia.
<<Abre bien la boca y no me muerdas, y traga lo más que puedas>> decía Andrés, quién luego de 15 minutos ya había acostumbrado un poco la boca de aquel putico que dejaba que se la perforaran con mayor velocidad y sujetándolo a la cabeza le daba arcadas.
<<Kghh,Kghh,kghh,Kghh.
>>, <<Aguanta mariquito, aguanta, tu no eres putica pues?? Entonces aguata pipe.
Y ahora es que te falta aguantar>>.
Andrés se cogía de lo mejor la boca de su hermanito, que ya intentaba safarse, le dolia la cara de tanta embestida junta, pero éste no lo dejaba de bombear.
El sudor y cansancio empezó a hacerse presente en el cuerpo de los incestuosos hermanos.
Soltándose un poco, el pequeño se liberó, cayendo derrotado a la cama con sus rodillas y manos inclinadas; Andrés se arrodilló y aprovechó la posición del inocente para llevarle nuevamente su miembro a la boca y a su vez estirar sus grandes manos para ir dedeando y dilatando el culo que estaba al otro extremo.
Antonio sentía armonía cada que el hermano lo perforaba con sus dedos humedecidos en saliva, ésto lo ponía más cachondo y servicial, cuando ya se tragaba con mayor seguridad la pinga gigante de su poderoso hermano mayor.
Una bonita imagen de dos hermanos puticos con 6 años de diferencia cogiendo de lo lindo.
Dejándo a un lado los prejuicios y dándo rienda suelta a sus verdaderas debilidades.
Antonio ya gozaba con 3 dedos de su hermano perforándole el culo, que a pesar de ya él mismo haberse perforado en otras ocasiones no se comparaba con aquellos gruesos dedos de Andrés, ni con lo bien que se sentía siendo su puta tragona.
Sintiéndose toda una dama el pequeño Antonio ya se deshinivía y se dejaba golpear y tratar como golfa por el hermano, quién le insistió en voltearlo para apreciar mejor el culo que hace unas horas había percibido tan frondoso.
Lo taladró un rato con su lengua y sus dedos, dejó aquel culo tan babeante como la espesa baba de un caracol, el cuarl se contraía perfectamente ante cada sensación.
<<Acuéstate completico y ábrete el culito con las manos>> Volviéndose música para los oidos del excitado niño, que aún ni se imaginaba lo que le venía.
<<Aghhmmm.
>> Gritó en ahogada voz mientras su hermanos le metía un poquito de su pinga.
El hermano le sacó lo poquito que le había introducido.
<< Aguanta la verga, eso nada más te va a doler esta vez y ya.
Aguanta como una puta el pipe de tu macho.
>> Y aunque el pequeño puso resistencia, aquel semental le penetró el culo con la mitad de su verga; le tapó la boca con sus manos y con media verga no más, le acomodó para luego de unos segundos reventarlo de a poco.
Andrés no entendía lo que el pequeño Antonio balbuceaba con su verga adentro.
Pero suponía que hablaba de lo mucho que le dolía.
Aún así siguió dándole fuerte, dejándo ir todo su peso en el cuerpo del jovencito, quién por más que se resistía apretanto sus nalgas, se le era imposible huir del agilidoso huevo del hermano.
Pasarían 15 minutos cuando Antonio empezaba a acostumbrarse a la media verga de su hermano.
El aficionado Andrés se movía riquísimo sobre ese culo redondito.
Plsss,plss,plsss.
Sólo se escuchaba del choque de los sudados cuerpos.
<<¿Te la termino de meter toda?>>
<<¿Quéeee???>> preguntaba el asombrado niño, que no sabía que aquel dolor era ejercido sólo por un poco de la verga de burro de su hermano.
<<Yo pensé que ya la habías metido toda, ahhh.
si así me duele muchooo.
Ahhh.
Mejor no.
Dame así, pero con cuidadito, que me estás reventando el culo>>
<<Esta bien déjame darte otro ratico para bañarte en leche>>.
Y en un vaivén de locura Andrés movía mejor su cuerpo como una serpiente arrastrándose.
Por su parte Antonio levantaba su culito para darle pie a la embestida, ya no le importaba el dolor, se dejaba coger.
El macho se echó con sus cuerpos a un lado, y alzando a su hermanito lo dejó sentado sobre su verga.
<<Ahora salta sobre mi pipe como un caballo>> .
Antonio confundido suponía que se refería a cabalgar, y lo intentó, aunque muy torpe y muy suave como para lograr reventar la pingota de su hermano que estaba cada vez más regia.
Andrés le dice: <<Acuéstate hacia atrás>> y lo ayuda, pegándo la espalda de Antonio a su pecho, y así, todavía con su verga arrecha haciéndo presión en su culo, le sujetó fuerte las piernas llevándoselas a su pequeño pecho, envolviéndolo por completo con sus brazos grandes y duros como rocas.
Sin tener escapatoria alguna, Andrés comenzó a subir su pelvis bruscamente, dando fuertes cojidas al pequeñín.
Éste viéndose indispuesto, sólo se unió con leves gritos al disfrute, y como sus brazos era lo único que tenía libre, los envolvió en el cuello de su hermano, quién le ejercía para ese momento un meneo descontrolado.
Un poco más de media verga entraba con delicia en aquel babeante y puberto culito.
Mientras sus nalgas rozaban con facilidad el vello púbico de su hermano que ya se había vuelto una divinidad.
El pequeño Antonio cedía ante cada penetrada, cada ensartada que esa ardiente verga le propiciaba.
No supo en que momento ya tenía todo ese salchichón adentro.
El culo le sangraba y le ardía, pero seguía pidiendo verga.
<<Así, que putica te ves.
Pídeme más, que rico>>.
<<dame más papi>> gemía.
Andrés cargó con toda su fuerza el algo pezado cuerpito de Antonio, dirigiéndolo a la orilla de la cama, con el culo en pompas y el resto de su cuerpo acostado.
Por su parte el semental, quedó con los pies en el piso parado al borde de la cama tras el culito del nené.
Así lo cogió, <<afff.
afff.
aff>> .
Y subía una pierna a la cama y le daba duro, y subía las dos, y era aún más duro.
Ya Antonio no podía más y se empezó a pajear instintivamente, sin saber que alcanzaría la gloria en pocos segundos.
Andres empezó con los gritos característicos de querer vaciarse.
<<aaahhh.
aaahhhhgggffff.
aaafffggg.
Toma, toma, tomaaa.
Affgg.
aaaghhff.
>> .
Y dejó ir buenos chorros dentro del culo recién perforado de su hermanito.
Éste, en el mismo performance, se jaló la verga lo más que pudo para casi al tiempo lograr el placer total.
Apenas un pequeñito hilito de clarita baba salió de su verguita.
Ya los hermanos había explorado entre su habitación una nueva aventura que desde ese momento pactaron continuar haciendo a escondidas de sus rudos familiares.
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Éste relato es 100% real.
Le ocurrió a un amigo con su hermano, años después, Antonio, mi amigo, se encargó de darme todos los detalles de cómo su hermano lo cogía de lo lindo desde los 12.
En el momento no lo comprobé, pues mi amigo se fué del país y perdimos comunicación.
Hasta hace 2 semanas, me topé con Andrés, el Big Brother de la historia, ahora de 30 años, quién me invitó unas cervezas y me reafirmó cada una de las palabras de su hermano, mientras éste me coqueteaba descaradamente.
😉
🤌🏻💩