Antoo…logia (Nnegro Atardecer)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por unexpected.
. Ya no era el chico sociable, el estudiante participativo, el vecino amable. La rabia, el dolor, la impotencia y la sed de justicia me tenían sumido en mi propio mundo; en el cual imaginaba las posibles reacciones de mi familia al confesar todo lo que había vivido, seguramente la gente del pueblo se burlaria de mi. Las malas noticias siguieron lloviendo, esta ves uno de mis hermanos mayores, había sufrido un accidente automovilístico, había sido tan fuerte que quedo en estado vegetal, era atendido en el mejor hospital en la ciudad capital, por el mejor neurocirujano del estado.
Algunas veces lloraba toda la noche, cuando intentaba dormir mi despertador sonaba, indicandome que era la hora de levantarme para darme un baño y disimular los moretones, cicatrices y chupetones que tenia visibles. Todo era confuso, lo único que siempre tuve claro, era que los denunciaria, con o sin el apoyo de mi familia, no quería que nadie mas pasara por lo mismo que yo. Algunas veces, mientras me tapaba las marcas, pensaba que todo había sido culpa mía, me sentía sucio. Pero al final siempre llegaba a la misma conclusión, nadie es culpable de la falta de limites en otras personas y nadie tendría que aguantar su falta de educación y mente enferma.
Llegado el momento, tuve que confesar a mis hermanos todos los detalles del abuso, la reacción fue de dolor e impotencia, se evaluaron las opciones y se decidio hacer la denuncia respectiva. Rápidamente se giro la orden de aprensión, creí que todo seria facil y rápido, gran error.
En primera instancia, tuve que relatar a detalle lo sucedido en ambas ocasiones, posteriormente, habia que responder a preguntas tontas, como
-seguro que no fue consentido?
-en la relacion sexual hubo penetracion forzada?
-te ves obligado a denunciar por alguna otra persona?
-no habras intercambiado sexo por algun beneficio, el cual no te cumplieron y decides desquitarte ahora?
Estaba fuirioso ante la falta de tacto del ministerio publico, sin embargo una de las humillaciones mas grandes que recibiria, correria a cargo del medico lejista. Quien ecxamino mi cuerpo, prestando especial atencion a mi ano, en varias ocasiones introdujo su dedo, hasta que note que tenia una erección, la cual no podía ocultar debajo de su bata, por si eso fuera poco, me dijo
-si no fuese porque tiene pliegues anales rotos, juraria que fui el primero en tocarte, estas riquissimo niño.
Sus palabras hicieron que mis lagrimas rodaran, termiando este proceso y llevada a cabo la detencion y el dictado de el auto deformal prision de mis primos, el proceso siguió su curso, lo cual seria un martirio y a pesar de ser menor de edad, el juez determino que deberia ser careado con mis agresores. En general el proceso estuvo lleno de irregularidades, hasta que después de dos largos años de careos, desahogo de pruebas, test psicológicos, reconstrucciones de hechos y demás faramalla, un buen día, lograron concretar la venta de mi dignidad. Acuerdo realizado por mi tio, la juez y su fiscal.
Sin duda, la vida da muchas vueltas y el mundo es demasiado pequeño, pero el destino es muy perro y nos hace dar lo mejor de nosotros ante los retos o lo peor ante los abusos.
Era el 16 de septimbre de 2002, la vida me puso mostro que en mi pais, la justicia es para el mejor postor, ya que ese dia, mis primos serian liberados en las celebraciones de la independencia, esto porque se les concedia el indulto, a pesar de no haber sido juzgados ni condenados. Sin embargo ese no seria el golpe mas fuerte y bajo. Al terminar el desfile conmemorativo, en el cual participe con mi escuela, decidi ir a tomar comer con mis compañeros de escuela.
Al llegar al restaurant, pedimos la mesa del fondo en la zona para clientes especiales, ahí habia unos vitrales tratados con acido, por lo cual eran opacos y no permitian que el resto de los clientes vieran hacia el interior de esa zona, sin embargo quienes estabamos ahí, si podiamos ver a los otros clientes gracias a las camaras de seguridad y pantallas colocadas en la zona especial. Ahí pude ver para mi sorpresa, que entraban mis primos, mi tio, la jueza, su fiscal, la psicologa y el abogado de mis primos. Se sentaron en la mesa contigua al vitral, sin saber que al otro lado estaba yo, ahí se felicitaron mutuamente por el logro alcanzado y después de degustar un banquete, mi tío les dio a los funcionarios unos sobres de papel manila, en su interior había mucho dinero y además a la juez y a su fiscal, les entrego las llaves y papeles de un par de autos nuevos. El miedo y la rabia se apoderaron de mi, me sentia tan humillado. Pasaron un par de días hasta que nos llego una cita con el juez, en la cual nos darían la noticia que yo ya sabia.
Por coincidencia del destino, la cita fue el mismo día en que me graduaba de la secundaria, era mi día, recibiría los máximos honores por mis excelentes calificaciones, solo que, no estaría presente. El dia de la cita llego, me prepare lo mejor que pude y queria imaginar que nos darian otra noticia, al llegar a los juzgados nos esperaban en el despacho de la jueza, ahí estaba mi tio, mis primos, sus abogados, la psicologa y el fiscal. Sin mas nos dieron la noticia, se les habia concedido el indulto debido a su buen comportamiento y por falta de pruebas en el caso, ademas que la juez consideraba normal las relaciones homosexuales en la adolescencia, en mi caso lo mas seguro esque se trataba de un capricho, por eso denuncie segun su teoria. Permaneci callado, hasta que ellos expusieron totalmente sus argumentos, cuando mi abogado pretendia hablar, yo lo calle y dije:
-entiendo perfecto su punto, se que gracias a mi dignidad, la señora jueza y el señor fiscal, estan estrenando auto, que por cada uno de mis pliegues anales rotos, ustedes recibieron una suma, un tanto miserable, ya que segun pude ver, en esos sobres amarillos solo habian billetes de $100 y $200 pesos.
La cara de sorprsesa de todos los presentes fue mayuscula, entre tartamudeos y titubeos el fiscal intento desmentirme
-muchachito, ves eres todo un mitomano, como te atreves a hacer una acusacion tan grave, es un delito y se paga con carcel
-hahaha, por favor señores, ustedes y yo sabemos lo que paso en ese restaurant, pero saben, los seres humanos cometemos muchos errores, algunos tan grandes que solo se pagan con ojo por ojo y diente por diente, gota a gota de sangre y lagrimas.
Respondí tajante, mirandolos retadoramente, esta ves fue la jueza quien me refuto:
-nombre lo unico que faltaba, que nos amenazaran,
-tranquila gata, que yo no amenazo, pero si te prometo algo, el dia que creas ser mas feliz que nunca, regresare yo, para pisotear tu dignidad, para humillarte hasta que desees acabar con tu miserable vida, pero sabes, la muerte lejos de ser un castigo, es un privilegio para gente tan mediocre como ustedes, les prometo que algun dia desearan poder dejar de existir…
Sin mas, sali del privado azotando la puerta tras de mi, camine sin rumbo fijo por la ciudad, hasta que callo la tarde, decidi regresar a casa entonces.
Cuando llegue no había nadie, me sentía el ser mas miserable de la tierra, entonces, mis propias palabras retumbaron en mi cabeza, una idea cruzo por mi cabeza, ya no había nada que perder, mi dignidad estaba pisoteada, mi auto estima simplemente ya no existía. Puse mi cancion favorita de rock, Engel de Rammstein, tome un cuchillo de la cocina y me fui directo a mi cama, crei que era hora de terminar con tanta miseria.
Las lagrimas corrian por mis mejillas, serian las ultimas que derramaria. EmpuñE con ambas manos el cuchillo y alce lo mas que pude los brazos, no se cuanto tiempo estuve así, hasta que una imagen llamo mi atención, era la cara de un chico joven, con rasgos poco comunes, cara ovalada, labios carnosos, ojos expresivos y cutis perfecto. Era el reflejo de mi cara en la hoja del cuchillo, aun con lágrimas me veía muy bien, el temor, la rabia y la ira me envolvieron, se convirtieron en sed de venganza. Seguramente mis primitos andaban festejando su libertad y yo tratando de quitarme la vida. ¡Que estupidez mas grande!
A pesar de todo, había algo mas profundo que me impedía clavar el cuchillo, era la falta de valor para dañar mi cuerpo, lo amaba demasiado; en ese momento comprendí que una puerta se me había cerrado, pero había muchas otras que podía abrir muy fácilmente. La primera idea que me cruzo por la cabeza, fue contagiarme de VIH, para después tener relaciones con quien se me diera la gana y así conseguir un castigo para una sociedad corrupta. La simple visión de un cuerpo en decadencia me pareció nefasta, así que la descarte. La segunda, fue el volverme un delincuente, así podría obtener el poder y las herramientas necesarias para poder ejercer un castigo, me pareció una excelente idea, solo que había un detalle, era joven y podría perecer en el intento. La tercera opción fue la mas descabellada que se me ocurrió, pos era joven, lo cual por default me otorgaba belleza, tenia un coeficiente muy bueno y la sed de venganza como consejera, me dieron la idea mas brillante, sabia que el abuso que sufrí, no conseguiría borrarlo de mis recuerdos, tampoco lo olvidaría, ni la gente lo haría, hasta el día de mi muerte, así que conseguir los medios para matarlos, era simplemente darles un premio. En cambio la vergüenza publica, la humillación y el quitarles todo lo que tenían, seria el castigo perfecto. Para lograrlo usaría el chantaje, de ser necesario usaría mi cuerpo y juventud, le sacaría provecho a mi belleza.
A estas alturas sabia de lo que cualquier hombre era capaz de hacer por tener mi cuerpo, en mi país los hombres son mas corruptos, poderosos, influyentes y mucho mas calientes que las mujeres. El destino comenzaba a sonreír, solo tenia que probar mi teoría una vez y ubicarme en las esferas correctas, lo cual no seria difícil, con una familia llena de funcionarios públicos. Recorde la reunión con el neurocirujano de mi hermano, el era joven, apuesto, económicamente pudiente y seguramente un reto de conquista. Era el director del mejor hospital de la ciudad, es alto, con un cuerpo fibroso, cara perfecta, cabello castaño lacio, ojos cafés, labios delgaditos que pedían ser besados y una retaguardia digna de admirarse.
Me incorpore, me di un baño con agua fría y escogí mi atuendo. Decidí llevar un pantalón de vestir negro, el cual solo tenia un par de pinzas al frente, una polo blanca que me quedaba de un largo y ajuste perfecto para ir por fuera del pantalón, escogí unos zapatos de tipo mocasin en color café oscuro, unte mi cabello rizado con serum antifrizz y me puse mi eternity de ck. Me pare frente al espejo y note muchas cosas que no había notado nunca, tenia unas nalgas redonditas y paraditas, con el tamaño ideal para llenar mi pantalón talla 30, unas piernas largas, que se veían perfectas con la suave y un tanto ajustada caída del pantalón, mi camiseta terminaba justo sobre mis nalgas, lo cual hacia notar mi breve cintura y espalda larga y recta, en forma de V, por primera vez abri todos los botones de mi polo y pude notar lo hermoso y elegante que era mi cuello, lo acaricie lentamente y pude notar a detalle la suavidad y belleza de mis manos. Los nervios me invadían, pero sin embargo una sonrisa se dibujaba en mi rostro, era una sonrisa con una mezcla de picardía, lujuria, inocencia, era perversa.
Vi la hora, estaba a tiempo para llegar al hospital, salí de casa y por primera vez en mi vida pude sentir las miradas de las demás personas sobre mi cuerpo, en especial de mis congéneres, los hombres. Era una sensación rara, un poco intimidante, pero a pesar de todo lo estaba disfrutando. Ahora mis pasos eran firmes, seguros y con la gracia suficiente para hacerme notar, llegue hasta la avenida, había mucha gente esperando el bus, de alguna manera mis pasos resonaban en el asfalto, lo cual hizo que todos voltearan a verme por inercia o curiosidad, mire por encima del hombro a quienes estaban ahí, muy despectivamente y me pare sobre la acera, podía sentir que me miraban, algunos vecinos me saludaron mas amable y nerviosamente que de costumbre, a lo cual solo respondía con un “buenas noches”. Algo extraño estaba pasando, muchos autos se pegaban hacia el lado donde estaba, disminuian su velocidad y pasaban lentamente frente a mi, note que algunos conductores se me quedaban viendo insistentemente, por inexperiencia, no le di importancia, hasta que un taxista decidido se detuvo y me dijo:
– Usted ordeno un taxi señor?
– No, creo que se equivoco.
Respondí tajantemente
-de todas formas, puedo llevarlo cómodamente a su destino.
Insistió el taxista, no había notado el buen porte del individuo ese, tenia una cara varonil, con un bigote muy interesante y unos pectorales que amenazaban con romper los botones de su camisa, una sonrisa digna de promo de dentrificos y una mirada pícara. Apenas reaccione lo único que dije fue:
-no tengo mucho dinero, así que no creo poder pagarle.
-tranquilo que nunca dije que le cobraría, seria un honor llevarle.
Accedí finalmente y me subi al taxi en el asiento del copiloto. El señor taxista subió los vidrios del auto y encendió el clima, mientras me preguntaba mi destino. En el trayecto, los nervios me consumían, pero no lo demostraba, ya que estaba serio, con porte y solo de vez en cuando lo miraba de reojo, sentía su mirada en mis piernas y de vez en cuando notaba sus fallidos intentos por rozar mis piernas con sus dedos al realizar algún cambio de velocidad. Llegamos pronto a mi destino, no habíamos cruzado ninguna palabra en el trayecto, yo interrumpi el incómodo silencio:
-y cuanto es?
-nada acuerdate que seria gratis, solo dime una cosa, quieres que te venga a buscar, solo dime a que hora y acá estaré.
-igualado el tipo, para ti, soy usted y no gracias, no creo necesitar otra vez de sus servicios.
Se sorprendió por mi reacción, se puso colorado, sus ojos estaban vidriosos y agacho la cabeza mientras se disculpaba:
-usted perdone señor, no quise ofenderlo, pero de todas formas le doy mi tarjeta.
-gracias
Baje del auto y mientras lo hacia el me dijo:
-fue un honor haber llevado a mi lado un angelito tan bello y ese perfume jamás lo olvidare!
Lo mire de reojo y sonrei, la sensación de satisfacción y de poder que sentí en ese momento, fue indescriptible. Entre al hospital y me encamine a la oficina del director.
Una vez ahí, su asistente me anunció y abri la puerta, los nervios me invadieron por unos segundos, pero inmediatamente me acorde de el taxista y la seguridad volvió, al entrar di las buenas noches y me ubique en el centro del consultorio, donde podía ver al médico de frente, quien estaba de pie. Recuerdo que llevaba unos pantalones de vestir color caki, una camisa blanca y su bata de médico, la cual tenia abierta, todos mis hermanos y mis papas estaban delante de mi, pero dándome la espalda. Tenia el terreno libre y la suerte me sonreía nuevamente, porque desde que había entrado el médico no dejaba de verme. Así que comencé con mis pruebas, lo mire a los ojos para fijar su atención por completo en mi y casi de inmediato lo logre, me di cuenta de ello, porque el comenzó a titubear y le temblaban las manos, después de un par de miradas sugestivas dejaba de verlo y cuando sentía claramente su mirada sobre mi cuerpo me hacia el desentendido y volteaba hacia otro lado o le lanzaba una mirada acusadora o de reclamo. A los pocos minutos de eso, el comenzó a meter sus manos en las bolsas de su pantalón, lo cual llamo mucho mi atención y dirigí mi mirada a su zona pelvica, mi sorpresa fue mayúscula al notar que el bulto en su entrepierna estaba creciendo, cada vez que yo lo miraba estaba mas grande, el tuvo que cerrar su bata para poder disimular su erección, estaba rojo!!
Después de casi una hora de mi llegada, la reunión llego a su final, el se despidió amablemente y se ofreció a seguir con los chequeos a mi hermano directamente en la casa. Pasaron aproximadamente 15 días, hasta que le toco la revisión mensual a mi hermano, yo estaba preparandome para irme a mis primeras clases de preparatoria, cuando llego el médico. Estaba vestido con el mismo pantalón caki, esta vez llevaba una camisa azul de manga larga, se veía perfecto. Yo lo salude prepare mis cosas y después de unos minutos salí para la escuela. No había avanzado ni un par de cuadras, cuando note que el auto del médico se detenía detrás de mi, el se bajo y me alcanzo, me tomo de el brazo y me dijo:
-antonio, hola espera un momento, quieres que te lleve?
-gracias pero aun estoy a tiempo Respondí
El me miro de una manera tan tierna que no pude resistir el cambiar de opinión. Así que subi a su auto y emprendimos la marcha. El comenzó la platica, halagando lo bien que me quedaba el uniforme deportivo que llevaba, lo cual correspondi diciendo:
-gracias, a usted también se le ve muy bien ese pantalón, me encanta cuando mete sus manos en las bolsas, solo que aun no decido, que parte es mi favorita, si la defensa delantera o la retaguardia, ya que ambas las llena perfecto.
Voltee y lo mire a los ojos, con una sonrisa perversa en mis labios, nuevamente estaba rojo y podía notar como sus manos temblaban sobre el volante del auto.
– vaya entonces, lo que paso en mi oficina la otra noche no fue un alucine mio, fue real!!
-algo así…entonces, solo me llevaras a la escuela? Dije en tono sarcástico..
– mmm, mira nada mas a tu edad y así de decidido. A donde irían un señor de mi edad con un chavito como tu.
-a tu edad y no sabes que hacer, llevame a un hotel y ya ahí vemos que sucede, no crees?
-claro, ahí vemos…
Nos enfilamos hacia la salida de la ciudad, cuando note que tomaba rumbo a la zona de moteles, puse cara de molesto y le dije:
-vaya mi premiere y tendré que revolcarme en un motel pulgoso..
-además de todo con los huevos suficientes, vaya si que eres interesante niño.
Salio del rumbo y se enfilo nuevamente a la carretera federal, pero la calentura me pudo mas, tome su mano y la puse sobre mi pierna, lo fui guiando hasta que lo hice que llegara a mi entrepierna, ya estaba erecto, tome con fuerza su mano y lo guíe hasta la zona donde terminan mis testículos y empieza la zona de mi ano. El comenzó a acariciar suavemente, separe mi mano de la suya y la dirigí hacia su pecho, metí mis dedos entre los botones de su camisa y comencé a acariciar su pecho, era velludo, sus vellos eran suaves y finos, su pecho estaba marcado se sentía firme, la piel era tersa. Mire en su entrepierna, tenia un enorme bulto, su pene amenazaba con romper su pantalón:
-porque no te estacionas en la orilla de la carretera, porque este asunto esta buenisimo.
Ni tarde ni peresoso obedecio y en cuanto se estaciono, me halo hacia el, obligándome a montarme sobre si, abrí las piernas lo mas que pude y sentí su enorme pene entre mis nalgas, un escalofrío me recorrió la espalda, hasta llegar entre mis nalgas. La sensación no era nueva para mi, los recuerdos fluyeron rápidamente, las emociones se agolparon en mi pecho y en un momento me quede quieto, como un flashaso mil ideas pasaron por mi cabeza, desde el detenerme, bajar del auto e irme, hasta la loca idea de morder su cuello con mis dientes para que se desangrara, sin embargo, esta vez había algo diferente, sus caricias, sus besos y sus miradas eran tiernas, pero con la firmeza necesaria para ponerme calentarme, además estaba la emoción de lo prohibido, la emoción de ser descubiertos o vistos ahí en la orilla de la carretera.
Abri mi boca lo mas que pode y la coloque en su cuello, poco a poco fui apretando mis dientes, hasta ir ejerciendo la presion necesaria para dejarlos perfectamente marcados en su piel, el no sentia, ya que estaba emocionado acariciando mis nalgas, deslizó sus manos dentro de mi pants, agarro mis nalgas y comenzó a masajearlas suavemente, poco a poco fue bajando mi pants y mi ropa interior hasta dejar libres mis nalgas, acto seguido metió sus manos entre mis piernas, me alzó un poco y se abrió el zipper del pantalón, para luego soltar su cinturón y abrir el botón, se bajo su truza y wOow lo que salio de ahí, no tenia comparación.
Su pene era enorme, perfectamente largo, grueso y con un glande rosado y muy suave, sus testículos eran enormes, llenos de vello castaño, suave y recortado. El me acomodo nuevamente sobre su cadera y centro su pene entre mis nalgas, mi calentura era tal que arquee la espalda del placer que senti cuando la punta de su glande lubricada por su precum toco la entrada de mi ano, el me miro a los ojos y acerco sus labios a los mios, mientras sentia como empujaba firmemente su pelvis para poder penetrarme, al sentir que mi ano ya estaba siendo forzado, reaccione y levante mi cadera, sus labios apenas pudieron rozar los mios, el me tomo por la cadera y me intento penetrar nuevamente, a lo que yo refute diciendo:
-tranquilo tigre, sin condon no hay fiesta…
-tranquilo chiquito, no pasara nada, estoy sano, además así te dolera menos. respondió el.
-mmm no, nunca he soñado en acabar sidoso después de mi primera vez..
-bebe, eres virgencito, porque no me lo habias dicho amor?
Intento besarme en la boca nuevamente, no lo consiguió, me acaricio mis nalgas nuevamente, hasta llegar a mi ano, con la yema de sus dedos comenzo a tocarme y a hacer presion, su respiracion se agitaba cada ves que presionaba sus dedos contra mi ano, luego agarro mis nalgas y las separo para acomodar su enorme miembro entre ellas, una ves que lo logro, con una de sus manos lo aproisiono y comenzo a bombear suavemente, la sensacion era maravillosa, comence a gemir sin poder controlarme, sentia mis orejas y mejillas calientes, mordia sus hombros y brazos, mientras el con su mano libre me acariciaba la espalda, me besaba el cuello y las orejas, mis gemidos eran mas profundos y fuertes, lo cual provoco que su ritmo de bombeo aumentara y a los pocos segundos comenzo a lanzar unos sonoros gemidos, senti como su semen caliente me llenaba entre las nalgas y parte de la espalda, su cuerpo se tenso por completo arqueando la espalda sobre el respaldo del asiento, yo hice lo mismo hasta topar con el volante y accidentalmente tocar la bocina del auto, nuestros gemidos se confundieron con el bocinaso. Una ves terminados los estragos del orgasmo, el me abrazo, me pego fuertemente contra su pecho y me dio un beso en la frente.
Estuvimos asi por algunos minutos, hasta que recuperamos el aliento y la conciencia por completo, hasta ese momento nos dimos cuenta que todos los vidrios del auto estaban empañados y detrás había una patrulla de la policía de caminos, mi ropa interior y mi pants estaban llenos de su semen en la parte trasera y por delante de todo el exesivo precum que yo había dejado escapar, su camisa y pantalón también estaban manchados.
La patrulla se nos emparejo y el policia solo nos miro y sonrió picaramente, siguió su camino. Nos acomodamos la ropa y regresamos a la ciudad, en el camino de regreso el encendio la radio y sonaba engel de rammstein. El médico tomo mi mano todo el transcurso del camino, me la apretaba fuertemente y me la besaba de ves en cuando. Al llegar a la puerta de la escuela, me dijo:
-quiero verte nuevamente, crees que se pueda?
-no lo se, podría ser, solo que la idea de darle los mejores años de mi vida a un hombre casado, no me agrada en lo absoluto.
-pero crei que tu estabas conciente de ello!!
-si pero deberas entender que las mejores cosas de la vida tienen un precio, algunas veces muy alto, como en este caso
Sus ojos se pusieron rojos, golpeo el volante y dijo
-maldición creí que sentías algo genuino por mi.
-vaya has visto al amor de tu vida en la primera cogida, pero sabes, mis sentimientos no son mi prioridad, no por ahora.
Baje del auto, mientras caminaba al interior de la escuela, el arranco violentamente su auto haciendo rechinar las llantas y provocando un poco de humo. Ahora sabia lo que se sentía usar a alguien, la sensación era mas dulce que la miel, hacia vibrar todas las fibras de mi cuerpo, me hacia sentir vivo, capaz y con la seguridad y el ego alto. Mi clase de educación física ya había comenzado, tenia una sonrisa macabra y perversa en mi rostro. Ahora sabia que podía sacarle provecho a mi cuerpo…
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