Aprender sexo gay a causa de los demás.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hice una pausa y a espaldas de mis amiguitos atentos a mis relatos una pareja de chicos muy jóvenes que vivian en el centro se metian en los bajos del entablado de una casa de alto de caña guadúa que había sido abandonada hace pocos años ubicada diagonal a mi casa, fue mucha la curiosidad que adverti a mis amiguitos de lo que pasaba, César insistió que fueramos a ver y de un brinco con mucho silencio rodeamos la casa para ver que pasaba.
Por el hueco de las paredes de caña abrimos los ojos sorprendidos de ver a la chica sentada abierta de piernas sobre el chico que estaba completamente acostado sobre el entablado le estaba sobando las caderas y le sobaba el culote, los senasos de la chica se movian a todos lados, más nos sorprendíamos al escuchar los gemidos, yo tragué saliba de lo rico que estaban pasando. Rodeamos la casa de distintos ángulos para verlos mejor. La pareja se levanta se viste, nosotros salimos corriendo y nos escondimos dentro de mi cuarto que da a la calle, vimos salir por la parte de atrás de la casa a la pareja mirando a todos lados y siguieron caminando rapidito.
Decidimos volver al cuarto semioscuro con una linterna había un calzón lleno de semen que al olerlo era apestoso, dos charcos de orina binchas y unos cartones con periódicos amoldados por los cuerpos que antes habían culiado. Nos pusimos de acuerdo en estar alerta las noches siguientes para ver que hacian de nuevo esta pareja.
En la trade del día siguiente se me ocurrió la idea de subir a la casa, movi unas tablas puestas en el piso y acomodé el lugar para ver por encima lo que hacia la pareja abajo.
Quedamos con Pedro y César estar alertas pero los días pasaron y no se acercó la pareja, ya nos aburrimos de esperarlos hasta que después de buen tiempo estando sentado con César vimos aparecerse a la pareja, esperamos un ratito para subir a la parte alta con mucho cuidado sin que nos vieran alli nos sentamos arrodillados a observar desnudos al chico que acostó a la chica boca abajo su pene grandote penetraba ese joven culo, ella gemia más fuerte pujaba y pujaba nos sorprendimos al ver esa vergota entrar todita ante la cara feliz de ella pidiendo más y más.
César y yo nos miramos sobandonos nuestras vergas que se estaban parando, la pareja se besaba se levantaron desnudos a frotarse sus culos se acostaron y el chico le metió por la panocha su vergota el movimiento era total las nalgas se movian rápido, se quedaron quietos él se levantó de ella puso su verga sobre los senos y botó el semen en su pecho, se limpiaron y se fueron.
César y yo salimos del cuarto sin decir nada se sentó a media escalera con las piernas abiertas y yo me senté en el piso de tierra al comienzol de la escalera, César se estiraba su verga salida de su pantaloneta me la mostraba jugando oliendola con los dedos, su mirada era fija en mi verga que se notaba parada en mi pantaloneta, yo sentado con las piernas abiertas me le reía, le decia que se estaba sobando y oliendo su chepita, eso que dije lo hizo bajar sonriente las escaleras y bromenado me empujó para atrás quedando su pecho sobre el mío, su respiración llegó a mi cara sonriente me movia su cadera sobre la mía, nuestras vergas vestidas se frotaban, César se dio la vuelta sobre mi, puso su culo sobre mi verga vestida, solo escuché que me dijo vamos a culiarnos como lo hacen ellos.
Sin dudas ni recelos subimos las escaleras, nos quitamos las pantalonetas, con los periòdicos que llevamos para sentarnos limpiamos el polvo de las tablas e hicimos una cama, César se acostó boca arriba recibiendo mi pecho nos miramos nuestras vergas hasta estar juntas y empezar a frotarlas sentía al principio raro culiarlo a César pero ya sentía el gustito que es el culiar y rápido me olvidé de eso, César estaba tan alterado que me apretó mis caderas y nalgas para que le frotara más fuerte las vergas,
César alzó su cara para besarme mis labios le correspondí chupándole sus labios y su barbilla, me paré a estirame mi verga en la que apenas aparecían pelitos sentía un gustito rico, me acordé como había culiado la pareja le pedí a César que se diera la vuelta me bajé para pegar mi pecho a su espalda, con mi mano acerqué mi verga a su culo se lo frotaba por las nalgas y por la raya me preguntó que le iba a hacer y le respondí que lo iba a culiar rico, mi verga virgen trataba de penetrar el culo virgen de César pero sentía ardencia, desistí de hacerlo.
César me pidio que le dejara culiar mi culo lo acepté acostandome sobre el periódico, se montó a culiarme unicamente frotándome su verga aunque se movia muy rápido y pujaba estampando su alineto en mi espalda lo que me hizo despertar más y más mi deseo sexual.
Lo senté en las pantalonetas junto a los periódicos abriéndole las piernas acerqué despació mi boca a su pene, César con sus manos puestas en mi pecho me preguntaba que vas a hacer le dije a mamarte para que sientas rico, quito con recelo sus manos pasé lamiendo su verga llenándosela de saliba César gemia de placer y eso que solo le chupaba la punta de su verga con mis labios, traté de metermela toda su verga dentro de mi boca pero sentí un sabor raro a orina que desistí para lamerle por fuera su verga y sus testículos.
Le pedí que me la mamara y me lo hizo muy torpemente haciendome doler le pedi que me lamiera mis testículos. Me acosté de espaldas y lo senté sobre mi para que cabalgara con su culo en mi verga que lo frotaba, miraba la cabeza de mi verga virgen que se asomaba para verla brillosa en la oscuridad, mis manos sujetaban los hombros y espalda de César que subia y bajaba su culo, le dije que se detuviera a cierta altura, cogi mi verga y se la puse justo en la raja de su culo, al bajar su cadera senti entrar algo mi verga en su culo, me ardió un poquito, César se levantó algo molesto diciendo que le dolía, yo sobaba mi verga algo desforrada apareciendo parte de mi glande rojo.
Le pedí a César que siguieramos culiando, no quería, de tanto convercerlo aceptó cuando le dije que le mamaba la verga a cambio de culiarle su culo sin doler, asi fue que en instantes mamaba la verga de César sobandole con mis manos sus nalgas para que sintiera gran placer lo que comprobamos cuando vimos a la pareja que culiaba.
César me mostró su culo pero ahora nos desnudamos completamente, mi verga frotaba su culo mientras mi pecho estaba completamente cubriendo la espalda de César, estiramos nuestros brazos y nos sujetamos las manos, nuestras piernas se frotaban, le dije a César que era mucho más delicioso culiarnos desnudos.
Estuvimos mucho rato culiandonos froté mi verga en las piernas y espalda de César como lo habíamos visto a la pareja, lo acostaba de espaldas al piso le ponía sus piernas en mis hombros acercando su culo a mi verga pero a esa edad lo hicimos incómodamente, veia mi verga frotando los testículos de César en esa postura, para terminar lo puse a César con rodillas y manos apolladas en el piso apuntando mi verga a su culo traté de metersela pero él se hacía para adelante y me pedía que ya lo dejara de culiar me le puse en esa posición y le pedi que me culiara, su verga algo penetro mi culo César la retiró la estiró y se vistió yo lo seguí atrás, bajamos las escaleras con cuidado que no nos vieran fuimos a orinar al cerco, con la luz publica se notaba nuestras brillosas vergas llenas de liquido preseminal botando orina, las miramos, las limpiamos con nuestros dedos llevandonos a la nariz.
Pedro desconocía nuestros encuentros sexuales, quisimos mantener nuestro secreto, continuabamos viendo a la pareja culiar con otras posturas, delante de Pedro comentábamos y cuando se iba subiamos a culiarnos con las posturas que vimos esa noche, cada vez culiabamos mejor y poco a poco ibamos desforrando nuestras vergas tambien penetrabamos nuestros culos.
Una noche en la que tenía fiebre y tos pude apreciar a lo lejos a César y Pedro que subían a la casa abandonada, la pareja nunca llegó a culparse. Al rato César orinaba en el cerco a continuación bajó Pedro por las escaleras con su pantaloneta y cabellera llena de polvo que César se la limpiaba, la costumbre por culiarse entre ellos había empezado con la iniciativa de Cesar en Pedro, el tiempo hizo que participara también de sus encuentros sexuales.
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