Aprendiendo con los chicos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Toda mi niñez la viví muy humildemente en el campo arando la tierra con mis padres al tener 11 años mis padrinos me llevaron a la ciudad donde vivían prometiéndome dar estudio y que les ayude en los trabajos y mandados me dieron un cuartito en el ala posterior de la casa para dormir conviví con sus hijos Melisa de 21 años que estaba recién casada, Eliseo de 18 años y Gregorio de 14 años en muchas ocasiones ingresaban a casa las amigas intimas de mi madrina con sus hijitos que se ponían a jugar con Gregorio, un pequeñín llamado Bruno era llevado por Gregorio al cuarto bodega que quedaba a cierta distancia enfrente de mi cuarto, se encerraban por un buen rato cuando salían Gregorio le limpiaba la remera por detrás con la mano quitándole el polvo a Bruno conversándole algo al oído terminaban ajustándose la trusa por dentro del pantalón, otra vez los vi que salían del baño sobándose el pene en medio de la trusa, los fines de semana jugábamos por las noches a policías y ladrones corriendo por los solares abandonados, Bruno y yo perseguimos a Gregorio y a un pequeñín llamado Manuel sin que se dieran cuenta, ellos caminaban por un sendero entre el monte tupido bien lejos de donde estábamos jugando, llegaron a un claro alzaron un monte seco descubriéndose plástico y cartones vi que Gregorio le quitaba la ropa a Manuel el pequeñín quedó acostado sobre el cartón de perfil en posición fetal Gregorio se quitaba la ropa muy rápido y sacó algo de su bolsillo mojándose los dedos aplicándose en la cabeza del pene de ahí metió los dedos mojados en el culo de Manuel que más se encogía lo hizo poner en posición perrito metiéndole y sacándole el dedo, yo gozaba vi a Bruno que bajaba la cara con risa forzada después Gregorio ponía en sus hombros las piernas de Manuel que estaba acostado moviéndose bien rápido para adelante y para atrás bien sujeto de caderas
Ya tenía mi pene bien recto manoseaba las piernas de Bruno que me miraba muy quedo vimos que Gregorio lo acostaba de pecho a Manuel se arrodilló inclinándose un poquito tratando de meter el pene en el culo del pequeñín se acostó sobre Manuel moviendo las caderas arriba y abajo tratando de hacerle un profundo mete y saca, se quedaron quietos por un rato, Gregorio se levantó del cuerpo de Manuel limpiándose el pene agitándolo en muchas veces mientras Manuel se levantaba pasándose el papel por entre el culo, a lo que se fueron vi a Bruno por unos momentos se me vino al cuerpo algo caliente lleno de deseo de poder coger me rocé el pene con las manos sentía delicioso estrujarme el pene Bruno me imitaba lo abracé acostándolo sobre el monte moviendo nuestros penes vestidos Bruno deseaba lo mismo que yo en ese momento, le hice un gesto que quitemos el monte seco que cubría los cartones después desvestí lentamente a Bruno me gustó conocer su pene bien tieso que lo agitaba a dos dedos lo toqué por un ratito estaba tan suave y calientito lo acosté sobre los cartones me miraba que me desvestía lo que hice fue acostarme sobre su cuerpo me gustó mucho el contacto de piel también mis cachetes con el pelo de Bruno aquella vez solo frotamos los penes moviendo la cintura a los lados por un buen rato, Bruno trataba de hacerme a un lado diciéndome que podrían regresar, nunca me había cogido a un chico y fue deliciosa esa primera vez aquella noche me llené la cabeza pensando en el cuerpo de Bruno de cómo me lo había cogido con ansias con todo eso manoseaba el pene poniéndose tieso y largo acariciaba mis testículos sin pelos deseando tener el momento de volvérmelo a coger.
Las cogidas que le daba a Bruno se producían cuando visitaba la casa muy seguido con sus hermanos o con su mamá haciéndole gestos de irnos a mi cuarto me acuerdo de una vez que estaba acostado en mi cama viéndome los pelitos en mi pene me dio un gusto rico pensando en las cogidas que le daba a Bruno, estaba completamente desnudo abierto de piernas mirando a la ventana tocándome la punta de mi pene cubierto con el prepucio trataba de sacar la cabeza del pene corriéndomelo pero sentía algo de dolor, apretaba mi pene con loco deseo botando aliento pronunciando el nombre de Bruno llamándolo con mi mente desenado tenerlo junto a mí, me hacía ilusiones con la almohada pensando que era el cuerpo de Bruno yo ya estaba bien caliente pasándome las manos por el culo, cogía a la almohada imaginándome el culo de Bruno frotaba mi pene sobre la almohada con mucho placer hasta verme rojo el tronco, me volteaba agitado sobándome los testículos tenía desde hace días un gustito rico en el pene de repente, tocan la puerta veo por la ventanita a Bruno con un balón desinflado en las manos solo me puse la trusa para abrir y hacerlo entrar, lo tenía en mi delante con el deseo de cogérmelo de inmediato lo abracé tenía mi respiración acelerada con el cuerpo caliente me quité la trusa agitándome el pene en su delante no esperé de mucho para bajarle la trusa a los tobillos acostarlo en la cama con su cuerpo doblado en el colchón como me gustaba cogerlo cuando frotábamos los penes, por largo rato lo tuve así se estaba cumpliendo mi deseo de cogernos estiramos los brazos entrelazando las manos como de costumbre uniendo nuestras frentes dejándonos llevar por el movimiento de nuestros cuerpos, en ese momento me vino una erizada en mi piel que empezó en mi cerebro un gustito de deseo riquísimo que me dieron ganas de acelerar el movimiento de los penes mi pecho se aceleró una corriente pasaba por mi espina dorsal y de pronto un gusto de orinar pero no era meado era una especie de babita blanca era mi primer semen que botaba mojando nuestros penes, Bruno me despertó esa delicia que la llevaré mientras viva al principio nos separamos viéndonos esa babita nos limpiamos aunque mi culo latía igual que mi pene desde allí mi pene me empezó a picar y aumentaba la necesidad de cogérmelo a Bruno aumentó el roce de mis manos en mi pene que podía masturbarme y botar semen, me acostaba sobre la almohada pensando en el cuerpo de Bruno dejaba mi semen espeso sobre la sábana
A veces cuando me venía el gustito apretaba el prepucio cerrando el paso del semen iba a la bacinilla a chorrear el semen me limpiaba el pene con los meados que botaba y con papel a veces terminaba de limpiármelo en el baño, Eliseo estuvo cerca mío se dio cuenta de mi olor a semen porque no me lavaba bien el pene me dijo graciosamente que era momento de ir a las putas con Gregorio, tuve recelo de aceptar aunque fui varias veces fue molestoso cuando a mis catorce años la puta me corrió todo el prepucio por unos días estuve a base de cremas, se me hacía costumbre masturbarme pues no tenía dinero para usar putas por eso desfogaba sexualmente con Bruno cuando lo tenía cerca me enloquecía solo de verle de espaldas doblando su cuerpo dejándome ver totalmente la raja de su culo ya le pasaba mi pene tratando de romperle el culo, decidí que iba a ser mío completamente, fue en una de sus visitas acostumbradas en aquella tarde en que estaba en casa con mi madrina, la mamá de Bruno se puso a hablar de cosas de la vecindad por lo cual las dejamos conversar, lo llevé a mi cuarto nos vimos los penes parados estirando la tela de nuestras trusas, sabíamos lo que nos esperaba en la cama no perdimos tiempo en quitarnos la ropa aventándonos en la cama sobándonos el culo dejé que se me montara cogiéndome el culo con su pene que no tenía vellitos lo acosté me arrodillé en la cama me incliné mamándole el pene llenándolo de babas lo chupaba y se lo mordía suavecito, Bruno además de tener un lindo pene tenía un cuerpito y una cara muy linda adornada por unos labios carnudos deliciosos que se enchuraban cuando me mamaba el tronco de mi pene con lentitud, eso me enamoraba más por eso le chupeteaba el culo lo besaba apasionadamente y él me correspondía, lo tenía en cuatro al filo del colchón metiéndole el pene me vino el gusto de botarle el semen en el cuerpo ya estaba a punto cuando escucho de afuera el grito de la mamá de Bruno que lo llamaba no pude contener la salida de mi semen regándolo por el piso al tiempo que me separaba del cuerpo de Bruno tratamos de vestirnos lo más rápido posible cuando mi madrina nos ve por la ventana diciéndole a la mamá de Bruno que acá estaba, tocó fuertemente la puerta, Bruno salió lentamente del cuarto cabizbajo en dirección a su mamá con la ropa a medio puesta, mi madrina me miraba con ojos acusadores cerrándome la puerta, me senté triste en la cama por la ventana vi a la mamá de Bruno que lo tomaba de la mano al natural, por la noche mi madrina me llamó la atención de lo que había hecho con Bruno amenazándome que le contaría a mis padres y que no lo volviera a hacer, cuando Bruno visitaba la casa mi madrina trataba de que no se me acercara, me decía que agradeciera porque la mamá de Bruno no sabía lo ocurrido porque de lo contrario su marido al enterarse me masacraba.
Creo que mi madrina hizo un comentario imprudente de lo que había hecho con Bruno que llegó a oídos de Gregorio quien me miraba con extrañeza ya no era el mismo trato de antes al descuido y a solas me pasaba la mano por el culo diciéndome mijito lo tienes rico me lo pellizcaba aceptándole con gusto ya antes lo había visto orinar y me gustaba el pene, los juegos se iban haciendo formalidades mirándonos fijamente me atraía su cuerpo encontraba delicioso por esa piel suavecita que al solo contacto me hacía parar el pene, cierta vez estaba yo dentro de mi cuarto lo sorprendí a Gregorio corriendo al cuarto bodega con su primito Elías que tenía la trusa desarreglada antes de abrir la puerta vi que le tocaba el culo, no pude contener la curiosidad traté de ver algo de lo que hacían adentro pero era difícil me escondí en un rincón pegado a la pared a escuchar sus gemidos, Elías pujaba y Gregorio le decía que hiciera silencio y se quedara quietito que ya mismo terminaba, me alejé del sitio y de puro maloso lancé una piedra a la puerta y me escondí en el cuarto los dos salieron al rato me desnudé cubriéndome con una sábana tomando mi almohada frotando mi pene en la tela en nombre de Gregorio al momento de venirme me rozaba el culo con el dedo imaginándome que ese era el pene grueso de mi deseado Gregorio.
Una tarde que me estaba frotando el pene con mi trusa a las rodillas sentado en la cama Gregorio me había estado viendo por entre la cortina de mi cuarto me hice el desentendido me subí la trusa al rato tocó la puerta lo dejé entrar me miró por un buen rato conversamos de tonterías decidí acostarme metió las manos por las sábanas tan suavemente que recorría mi piernas haciéndome parar el pene, sin decir palabra corrió la sabana viéndome el bulto que se había hecho en la trusa me hacía masaje circular por el ombligo trataba de moverme pero me decía que estuviera quieto la yema de los dedos fueron a meterse en mi trusa tocando delicadamente mi caliente pene corrió el elástico hacia abajo saliendo estirado mi pene que me lo acariciaba con la yema de los dedos acercó su nariz para olérmelo, de la sorpresa pasó al placer cuando su lengua corría por mis testículos en los muslos de mi entrepierna, abrió su boca para meterse todo mi glande eso era verdadero placer mamaba rico como si fuera helado o plátano yo apretaba los dientes ensalivaba los labios lleno de placer mis piernas se estiraban con mis manos alcancé a masajear su pelo sobándole los hombros y parte de la espalda deseaba que no termine pero fue tanto el gusto que gemí dejándole semen dentro y otro poco en sus labios que corrían por su barbilla como si fuera vampiro de semen y no de sangre se limpió en mis sábanas me puso en cuatro en el filo del colchón escupiéndome el culo sentí la pieza gruesa caliente que latía sobre mi culo entrando en dirección a mi ano aguantaba su embestida quería que termine el dolor era intenso suplicaba que me deje pero no me escuchaba decía que iba a ser suyo que aguante, el movimiento de su pene era atronador cada mete y saca abría más el culo cuando llegó a m esfínter trataba de apretarlo por instinto allí me dolió más expulsaba aire me brotaron lágrimas por el dolor me tenía bien sometido de un empujón hacia adelante me lo metió completamente quedé rendido sin poder moverme del dolor Gregorio seguía bruscamente metiendo y sacando el dolor se hacía fuerte sudaba copiosamente quería que me dejara mi cuerpo quieto y tieso del dolor se movía con los movimientos que me hacía Gregorio se me hacían eternos esos minutos sentí un liquido como que me lo inyectaban dentro de mi culo como que quería botarlo con la sensación de expulsar excremento su penetrada no fue del todo sutil como había sido su mamada creo que fue brusco con pasión ilusionado que me estaba rompiendo el culo, yo me quedé quieto por un ratito Gregorio estaba inquieto al verme que por la raja de mi culo salía sangre fue a traerme crema y papel para curarme me suplicó que no contara a nadie de lo sucedido.
De ahí en adelante dejé que me cogiera en repetidas ocasiones en las visitas frecuentes a mi cuarto lo hacíamos con tanta pasión que mi madrina creo que se dio cuenta por las indirectas que me hacía el trato que me daba mi madrina contrastaba con el de los demás de eso lo sabíamos Gregorio y yo por eso en lo posible tratamos de no cogernos seguido Gregorio entraba a mi cuarto en las madrugadas cogiéndonos en el suelo porque mi cama ya tenía los resortes chillones, cuando tuve la mayoría de edad dejé la casa fui a trabajar de despachador en un negocio Gregorio y otros amigos visitan mi cuarto.
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