Aprendiendo del sexo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos.
Éste será el primero de una serie de relatos en los que contaré cómo me fui adentrando en el mundo del sexo, además de ser mi primer aporte al foro.
Antes que nada quiero aclarar que, aunque los hechos son reales, he cambiado algunos de los nombres de los personajes para guardar su identidad.
Actualmente tengo 19 años, pero esta historia sucedió hace tres.
En ese entonces era un chico de 2° año de preparatoria, serio y muy centrado en sus estudios.
Físicamente un joven delgado de cuerpo un poco atlético gracias al entrenamiento en el equipo de futbol de mi escuela, de piel un tanto bronceada y cabello castaño casi siempre despeinado.
Bien, comenzaré a contar la historia.
Sucedió durante un viaje en autobús.
Iba con destino a Michoacán, en donde se encontraban mis padres y hermanos visitando a la familia de mi mamá, quienes se habían adelantado ya que habían salido de vacaciones un par de días antes que yo.
Llegué a la terminal de autobuses después de haber salido de la escuela.
Me formé en la fila para comprar mi boleto.
Después de haberlo comprado tomé asiento y esperé la hora de salida.
El autobús partía a las 6:00 pm y sólo faltaban 10 minutos.
Yo estaba un poco nervioso, era mi primer viaje sólo.
Estaba pensando en eso, cuando de pronto un chico como de 20 años se me acercó y me dijo:
-Aburrido ¿No?.
Mis nervios aumentaron, pero tampoco quise ser grosero con ese chico, que lo único que sabía de él es que había estado formado detrás de mi en la fila de boletos.
-Sí, un poco.
-Ven, vamos a la tienda.
Acepté, en fin la tienda estaba a unos cuantos pasos de ahí y tenía un poco de sed.
El chico parecía agradable, me compró un refresco.
Platicamos unas cuantas cosas, más él que yo, y subimos al autobús.
-Me llamo Hugo.
-Victor, mucho gusto.
– Mentí sobre mi nombre.
Mientras buscábamos nuestros asientos, que casualmente (o tal vez no) estaban juntos.
-Será largo el camino ¿Te dormirás?.
-Tal vez sí.
-Entonces debemos cambiarnos de lugar.
Vamos a los asientos de atrás.
Entendí que lo había dicho por los chicos que recién se habían sentado junto a nosotros, del otro lado del pasillo.
Estaban haciendo mucho ruido.
Supuse que no habría problema con cambiarnos de lugar, no se habían ocupado ni la mitad de asientos y al parecer los asientos traseros estaban vacíos.
-¿A qué vas? -Me preguntó.
-Visitaré a unos tíos.
¿Y tú?
-Voy a ver a mi novia.
No sé qué tipo de sensación tuve.
Estaba a solas con un chico que apenas conocía.
Quizá era miedo.
El autobús partió y él comenzó una plática.
Yo sólo traté de continuar con la plática y tranquilizarme, debía hacerlo, no había nada que temer, en fin sólo era un tipo que me había hablado porque estaba aburrido y así el viaje sería más ameno.
Comencé a prestar en su físico: era alto, unos 10 cm más que yo, moreno, en sus brazos se notaba que hacía ejercicio.
-Trataré de dormir.
– Le dije.
-Está bien, descansa.
Yo también trataré.
Creo que logré dormir una hora, me desperté cuando pasamos por una serie de baches.
Su mano estaba tocando el costado de mi pierna pero él parecía dormido, tal vez sólo fue por accidente.
Me reí de mi mismo: ponerme nervioso sólo porque su mano apenas me tocaba.
Aún faltaba una hora de camino, así que traté de dormir.
No pasaron ni 10 minutos cuando volvimos a pasar por otro bache y su mano cayó sobre mi pierna.
Esta vez sí me puse más nervioso.
¿Había sido coincidencia o la había puesto con intensión?.
De todas formas permanecí con los ojos cerrados.
Duró así 5 minutos pero yo no me moví, creo que de cierta forma me gustaba sentir su mano tocándome.
De pronto sentí cómo su mano comenzó a subir por mi pierna y un calor recorrió todo mi cuerpo.
Esta vez sabía que lo estaba haciendo intencional.
La subió muy lentamente, y empecé a sentir una serie de escalofríos, pero permanecí quieto para que él creyera que estaba dormido.
Su mano estaba tan cerca de mi pene y empecé a sentir una ligera erección como cuando besaba a Elena, mi novia.
Su mano llegó a mi pene y ahí lo mantuvo un momento, pero mi pene seguía creciendo.
Supongo que lo notó fácilmente porque yo llevaba un pans delgado.
Yo me sentía caliente, sentía esa rica sensación y quería que él me masturbara.
¿pero por qué lo disfrutaba? siempre me había considerado heterosexual.
Estaba pensando eso, cuando empezó a mover su mano suavemente sobre mi pene.
Yo me derretía.
Su mano masajeaba deliciosamente mi pene.
Mi primer experiencia con alguien más y no podía creer que fuera con un chico.
De pronto oprimió ligeramente mi pene, creo que quería que me despertara, pero me mantuve con los ojos cerrados.
Después deslizó su mano hacia mis testículos, yo me moví disimuladamente para hacerle la tarea más fácil.
La sensación era increíble y sin poder controlarlo lancé un pequeño gemido.
Yo no quería que él supiera que yo estaba despierto, aunque tal vez él ya lo había notado.
Mi cabeza estaba reclinada hacia adelante y él no notaba que yo tenía los ojos entreabiertos.
Pude ver como su mano volvía a mi pene que se marcaba sobre mi pans.
Él empezó a masturbarme con mayor velocidad y yo sentía que me venía.
¡Dios, era genial! ¡Delicioso!.
Creí que no aguantaría y él notaría que estaba despierto.
Me vine y sentí cómo mi semen mojaba mi pans, él lo noto y retiró muy lentamente su mano.
Me había sentido tan bien, pero ahora me sentía culpable por haber disfrutado.
Seguí fingiendo unos 10 minutos más.
Cuando él me habló.
-¡Qué aguante!
-¿De qué?.
-Disimulé.
-Pues, que dormiste mucho y ya llegamos.
¿No notaste algo?
-No, ¿Cómo qué?- Mentí.
-Nada, grandote jajaja.
¿Por qué me dijo eso? No le contesté.
Bajamos del autobús.
-¿Para dónde vas?- Me dijo.
-Voy a tomar una Van que va para el pueblo de mis tíos, pero primero voy a pasar al baño de la terminal.
– Quería limpiarme – ¿Y tú?.
-Te acompaño.
No sabía si realmente quería que me siguiera, pero no le dije nada.
Cuando salí del baño, Hugo estaba ahí viéndome con una sonrisa.
-¿En serio no lo notaste?
-¿Notar qué?- Empezaba a molestarme y ya quería irme.
-Nada, pero quisiera ser tú.
-¿Por qué?.
-Seguro haces feliz a tu novia ¿Tienes novia?
-Sí, ¿por qué dices eso?.
-Nada.
– Bajó su mirada a mi pans e hizo una pequeña risa.
-¿Qué te pasó?.
-No lo sé, me cayó agua.
Ya me tengo que ir.
-Ok, vamos.
Llegamos al lugar donde salían las Van:
-Yo voy para otro rumbo, pero espero poder verte de nuevo.
¿Tienes cel?
-No tengo.
– Volví a mentir.
Aunque de cierta forma había disfrutado, no estaba seguro de sus verdaderas intensiones.
-Ok, te cuidas.
– Y me guiñó el ojo.
Hice una sonrisa fingida, di media vuela y estaba a punto de caminar hacia la Van cuando sentí su mano en mi nalga, me quedé helado.
Me acarició suavemente y con sus dedos tocó ligeramente mi ano, y después la retiró.
Yo no sabía qué hacer y no quise voltear.
Creo que nadie nos había visto.
Volví a sentir esa sensación de calor en todo el cuerpo, creo que me había puesto rojo.
Sólo seguí caminando.
Pero aún faltaba mucho.
Aquí termina la primera parte, espero les haya gustado.
Espero sus votos y comentarios en ponce_uly@hotmail.
com.
Esperen la segunda parte, gracias.
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