Aquel Amor de Verano.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por HrnandzManu.
Mi Hola amigos, pasé mucho tiempo leyendo sus relatos y decidí contar mi experiencia. Es mi primer relato, y espero les guste, la introducción es un poco larga pero es necesaria para llegar a nudo de la historia.
Mi nombre es Daniel, soy de la ciudad de Iquitos, en Loreto, Perú; tengo 20 años, tez trigueña, mido 1.80cms, y de cuerpo delgado pero fibrado debido a que practico natación.
Esto pasó antes de que cumpla los 20, en febrero de este 2015.
En enero, amigo mío publicó en una página de Instagram la noticia de un evento que se iba a realizar en febrero, en donde se reúnen varios jóvenes aficionados a la fotografía para compartir sus experiencias y tips sobre edición de imágenes. En fin, y al yo ser parte de ese grupo pues no me lo iba a perder por nada. Confirmé mi asistencia comentando la foto y me respondió mencionando mi "username" y el de otro chico que también comentó la foto. Al perecer esto generó la curiosidad de este chico del cual hasta ese momento ignoré, pero este llamó mi atención al seguirme, dando "likes" a mis fotos y pidiendo que lo siguiera de vuelta, y así lo hice. Estuve viendo sus fotos y me parecieron estupendas.
Descubrí que se llama Aaron y que es de Pucallpa. Comenté algunas fotos suyas y así recíprocamente. Al día siguiente cuando desperté, entre las solicitudes de amistad en Facebook estaba la suya, sonreí y la acepté de inmediato, pero no le dije nada, la verdad es que Aaron si estaba guapo, lo que me llamaba la atención de él eran sus labios, de verdad que eran rojos y contrastaba muy bien con su piel blanca.
Una noche estaba muy aburrido en casa y decidí hablar con él ya que lo vi conectado. Fue una charla muy amena, me dijo que estudiaba ingeniería civil, que también tenía 19 y que vendría a Iquitos por lo del evento y de paso porque quería conocerme y hacer amigos. Bueno nunca creí que iba a pasar algo entre nosotros ya que pensé que era heterosexual o quizá porque no quise ver su interés en mí en ese momento. Intercambiamos números para hablar por WhatsApp. Así fueron pasando lo días hasta que no me pude aguantar la curiosidad y se lo tuve que preguntarle:
Yo: La verdad no se como preguntarte esto, espero que no te molestes, es solo que tengo curiosidad.
Aaron: A ver, dímelo con confianza.
Yo: ¿A ti te gustan los chicos? ¿Eres gay o bisexual?
Aaron: Jajajaja la verdad es que te estabas tardando. Claro que soy gay, y de hecho te empecé a hablar porque me gustas.
Yo: ¿En serio te gusto?
Aaron: Claro; eres simpático, por lo que veo eres alto, eres fotogénico. ¿Eres modelo o algo así?
Yo: Muchas gracias. No, no soy modelo. Algunos amigos fotógrafos me hacen una que otra sesión pero eso nomas.
Aaron: Modestia aparte… Pasame tu número para hablar por WhatsApp, claro si deseas.
Yo: Claro, te iba a decir lo mismo.
Nos pasamos los números y seguimos hablando por horas.
Y así pasaron días, hablábamos muy seguido hasta que se acercó el día de su llegada. Fue un viernes 13 de febrero, esa noche era mi día libre en el trabajo y planeamos una salida a la mejor discoteca de la ciudad, no fue difícil ya que algunos amigos tienen lista de invitados y pues logré poner nuestros en una de ellas.
Estaba muy nervioso porque lo iba a conocer en persona; me empecé a preparar desde temprano, salí a comprarme ropa y saqué de mi cajón unas sales de baño y crema humectante que me había regalado mi hermana hacia ya tiempo. Siempre me gusta arreglarme, pero esa noche me esmeré en verdad.
Salí de mi casa para encontrarnos fuera de la discoteca y por fin lo ví, estaba muy guapo, llevaba una camisa en color rosa hasta los codos, un pantalón gris y unos tennis blancos; esperé a que entrara ya que no quería que viera lo emocionado que estaba, al rato entré y fingí que lo estaba buscando, lo estaba llamando al celular pero sentí su tacto en mi hombro derecho, al voltear me encontré con su encantadora sonrisa, misma que casi hace que me derrita; le devolví la sonrisa y le extendí la mano, la tomó pero me acercó hacia él y me abrazó, pude oler su rico perfume y correspondí su abrazo.
La noche pasó estupenda , bailamos, bebimos, reímos a carcajadas con el show de una famosa Drag Queen de la ciudad.
Le dije que iría al baño y que no me tardaba, fui a los urinales, terminé y fui al lavamanos terminé de asearme y cuando quise salir, me encontré con él, me tomó de los hombros y me empujó hacia un cubículo, felizmente no había nadie en el baño.
Aaron: Ya no aguantaba más. Tengo que hacerlo o voy a explotar.
Yo: ¿De qué hablas? ¿Está to bien?
Acto seguido, me besó, nisiquiera me sorprendí porque yo también lo deseaba, el beso subió de intensidad y nuestras manos empezaron a recorrer nuestros cuerpos. Aaron me pidió que nos fuéramos a otro lugar, salimos del baño y fuera de la discoteca, y nos apresuramos en ir a su hotel.
Las palabras sobraban, solo nos dejamos llevar y poco a poco nos fuimos desprendiendo de nuestra ropa hasta quedar totalmente desnudos, me tomó de la cintura y me levantó del suelo, automáticamente puse mis piernas alrededor de su cadera y mis brazos en su cuello y se dirigió a la cama, nuestras erecciones estaban su punto máximo, Aaron se acostó conmigo sobre él, nos acomodamos para formar un 69, de aquella hermosa verga escurría mucho líquido pre-seminal, medía unos generosos 18 centímetros, era blanca como el resto de su cuerpo, con una cabeza de un rosa intenso y de un grosor como de 3 dedos de la mano. Me engullí aquel manjar probando sus jugos y pude oír su intenso gemido, me dediqué a recorrer cada centímetro de su verga alternando con sus testículos; el por su parte no se quedaba atrás, también me estaba dando una deliciosa mamada, pero cuando llevó su lengua a mi raja fue cuando sentí una descarga eléctrica por todo mi cuerpo haciendo que me arqueara dejando escapar un gemido ahogado, era verdaderamente delicioso y volví a meterme su verga a la boca, jugaba con el "frenillo" que unía su prepucio con su glandé mientras él me dilataba el hoyo alternando su lengua con sus dedos. De verdad que me estaba llevando al éxtasis.
Me giró hacia él y me volvió a besar.
Aaron: ¿Listo para ser mío, Danny?
Yo: Si, ya no aguanto. Quiero sentirte dentro mío.
Y así sin más, saqué un preservativo de mi pantalón y lo puse en su pene, el por su parte tomó un frasco de lubricante de su buró y lo esparció por todo su pene y en mi hoyo. Se sentía muy bien como sus dedos jugaban en mi interior.
Lo hice acostar para cabalgarlo y no opuso resistencia, lentamente me fui introduciendo aquel delicioso pedazo de carne hasta que el dolor pasara, mientras eso sucedía, él se incorporó para besarme y acariciar mi espalda, después de unos cuantos segundos empecé a moverme y el masajeaba mis nalgas, fui aumentando de intensidad, nuestros jadeos se hicieron uno solo, ambos al mismo compás, pasanos un buen tiempo en esa posición, luego con mucha habilidad me recostó sin sacarme su verga y me cambió a la posición del misionero, allí sentí su pene en todo su esplendor, volví a abrazarlo con las piernas y me volvió a besar, nuestras respiraciones aceleradas se fundieron mientas que yo le rasgaba la espalda, este chico me estaba llevando al límite del placer, su verga entraba hasta sentir su pelvis y la sacaba casi completamente haciendo que delirara.
Con maestría me cambió de posición sin que el me sacara su verga, me puso en cuatro y empezó nuevamente con su vaivén muy intenso, era deliciosa la forma en que se movía, haciendo que pegara mi pecho a la cama y solo dejara mi trasero a su entera disposición, esto hizo que se alocara y me penetrara con más violencia haciéndome gritar de placer.
Aaron: Aaahhh… Aaahhh… Que rico estás, cabrón. Me voy a venir, ve voy a veniiiiirr…!!
Yo: Vamos, dale… Que rica cogida me estas dando.
Y así de forma inevitable, sentí su verga engancharse, sus arremetidas se volvieron más violentas e intensas y se vino dejando escapar un intenso bufido, y su respiración era como la de un todo, yo por mi parte me vine sin tocarme, Aaron me dió una de las mejores cogidas que tuve y estaba encantado con eso.
Aaron: Wow… Eres increíble. La verdad es que lo disfruté mucho. – dijo con la respiración entrecortada y me besó.
Yo: Yo también lo disfruté. Estuviste estupendo.
Seguimos basándonos por un buen rato más y nos dirigimos al baño, le volví a hacer sexo oral bajo la ducha hasta que se vino en mi boca y me tragué su sabroso esperma, tenía un sabor agridulce, nunca lo había hecho con nadie, pero tuve el deseo de hacerlo con él.
Finalmente vi la hora que era, e iban a ser las 5:00am, estuvimos cogiendo por casi dos horas. Me despedí de él con intenso beso y antes de salir de su habitación me dio una nalgada, "cuidalo" fue lo que me dijo y me guiño el ojo, le sonreí y salí del hotel.
Ya era 14 de febrero, recibí el día de San Valentín cogiendo muy rico; entre a trabajar a las 10pm, estaba aburrido y a eso de la 1:00am me llegó un mensaje suyo, me dijo que también estaba aburrido, así que lo invité a que pasara por mi trabajo para conversar y de paso invitarle unos cupcakes que me regaló un chico que quería una relación conmigo, pero no era mi tipo y no quería ser descortés rechazando su regalo, lo entendió y me dejó los cupcakes en el trabajo.
En el sofá de la recepción había un punto ciego, allí nos pusimos a charlar y a comer los cupcakes, Aaron era muy gracioso y su conversación era muy agradable. Pasado un momento nos miramos fijamente y nos besamos, me causaba mucho morbo encontrarme en el trabajo y en esa situación, al parecer Aaron también sentía lo mismo. Escribimos basándonos por un rato pero luego le desabroché el cinturón y le abrí el pantalón para sacar ese rico miembro que me dió mucho placer la madrugada anterior. Lo masturbaba mientras se la mamaba y Aaron no pudo resistirlo más y explotó en mi boca dejando soltar 5 descargas de delicioso y tibio semen. Cuando no dejé ni un solo ratro, se acomodó la ropa, me besó y se despidió.
El día del evento, estuvimos coqueteando disimuladamente, mandando nos mensajes y al terminar, fuimos a cenar. Al día siguiente fuimos con otros amigos a un lago y nos dimos una escapadita para encontrarnos en los vestidores y lo volvimos a hacer allí, fue tan morboso y delicioso, le volví a hacer sexo oral y me volví a tragar su corrida, me había vuelto adicto a su semen.
Finalmente llego el día de su regreso, ya no pudimos volver a coger como el primer día porque yo trabajaba en las noches y dormía gran parte del día, pero le di una rica mamadas en el baño del aeropuerto hasta que se corrió y nos dimos un beso de despedida, al terminar de besarnos pude ver sus ojos vidriosos y enrojecidos, era obvio que quería llorar y lo abracé, fue un abrazo muy reconfortante para ambos, un abrazo en el que no se necesitan las palabras para decir lo que sientes. Salimos del baño al oír el llamado de su vuelo. Nos volvimos a despedir aguantando las ganas de llorar. No quería admitirlo pero me había enamorado, solo que era imposible porque éramos de ciudades lejanas y ambos teníamos una vida hecha en las nuestras. Solo me quedaba ese bello recuerdo, aquel recuerdo que vivimos junto a él.
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