AQUEL NIÑO HAITIANO 2 (Conociendo a Leander)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por shotaboy.
Observé al niño zambullirse a las aguas claras de aquel río, la silueta oscura de su cuerpo contrastar con la tenue luz del cuarto menguante era una visión poética, casi mágica.
Medio cuerpo quedó fuera del agua mientras se lavaba cuidadosamente, habiendo perdido ese semblante inexpresivo y comportándose mas como un chico de su edad, noté el fulgor de la luna bañar su cuerpo iluminado hacia la dirección de la luz creando un fuerte claroscuro que delimitaba el relieve de su cuerpo mojado, entonces sin avisar gritó desde el agua en dirección al matorral en donde lo espiaba.
-Sal Ya! se que estás ahí!- gritó mientras inseguro de si era o no conmigo me quedé allí como un pendejo.
-Se que me has espiado desde la tarde!- dijo en un grito mas calmado -Si no sales no te diré como salir de aquí.
Esto último me terminó de convencer, asi que salí del matorral y nos vimos frente a frente, yo ahí parado sintiéndome idiota y él con una mirada muy segura, desnudo en medio del río bajo una noche de luna -metete al agua!- me dijo, y yo ahí como orate me desvestí y aprovechando la situación me sentí imponente al observar como el niño "zombi" me detallaba minuciosamente comiéndome mentalmente con sus refulgentes y extraños ojos azules.
Splash! me zambullí pero mi porte de macho se esfumó al sentir el agua fría del río.
-Ah!- olvidé decirte que a esta hora el agua está a 16ºC.
-No parecía estarlo cuando te ví entrar!- le dije.
-Es cierto!- dijo como quien se olvida de algo obvio -Ven, salgamos de esta agua "helada" y te muestro, o mejor dicho, me muestras.
-No entiendo- le dije caminando a la orilla y parándome sobre las enormes y sobresalientes raíces de los árboles en el cauce del río.
De pie sobre las raíces el chico se arrodilló ente mí y sin pena ni miedo me tomó la verga con la mano y se la engulló lentamente, pero entera, sin quejarse su nariz se restregó en mi vello púbico mientras mi glande se paseaba por su tráquea y llenándose de sus mucosas, sacándosela mientras se saboreaba me dijo -tiene buen tamaño!- lo que me llenó de orgullo y virilidad, su lengua se enrollaba en mi falo frotándose con su saliva por toda mi verga, nuevamente se la sacó y mirándome preguntó:
-Has violado una garganta antes?- con total naturalidad.
-Bueno pues.
-Hoy va a ser tu primera vez!- dijo- lo que quiero que hagas es que te sujetes de mi cabeza y me lo hundas lo mas fuerte y rápido que puedas en mi garganta hasta que acabes, y por nada del mundo seas blando.
-Oye, y si te lastimo?- le pregunté recordando cómo había sido violado brutalmente este chico hacías solo horas.
-Violar! de acuerdo?
-Vale.
Tomando mis manos las colocó en su cabeza, apreté sus drelos e iniciando fuerte pero no tanto se lo hundí hasta el fondo, sacando un buen tramo y volviéndolo a meter con mas fuerza al ver que el chico no se quejaba aún proseguí penetrando cada vez con mayor energía, hasta que ya en confianza y con un estado mental nublado no tanto por la lujuria, sino por el poder, Fulminé su garganta con tanta arrechera que sus drelos se templaban amenazando con romperse de lo duro que tiraba de ellos, y se sentía .
UF! es decir, yo, un hombre guapo (modestia aparte), de mas de 30 penetrando sin ningún cuidado ni cariño la boquita de un niño negrito de ojos azules, de no mas de 13 años que me miraba sin ningún tipo de reacción, es algo que no se puede describir.
Me estaba dando bomba con la tráquea de este chico se lo clavé con toda la mala intención y se lo dejé ahí adentro tirando de sus rastas, halándolos tan fuerte que si intentaba quitarme de encima se los arrancaría porque no lo iba a dejar ir hasta que su mirada de control se transformara en una de súplica y desesperación por que le retirara mi pene de su garganta para respirar, su naríz bien metida en mi pubis y yo observando, esperando mientras mi verga palpitaba dentro de su garganta, veinte segundos contaba mentalmente, treinta y cinco, aún me observaba sin una chispa de miedo en sus ojos, sesenta y cinco segundos, sentía su corazón palpitar más rapido pero él no mostraba ninguna reacción en su rostro, ciento treinta siete segundos duró mi pene de 19 cms dentro suyo, yo estaba notablemente asustado pero mi posición dominante me permitió seguir presionando, hasta que antes de llegar a los ciento cuarenta segundos se desplomó.
Me cagué del miedo y les juro que nunca una erección ha desaparecido tan rapidamente, revisé al niño y se había asfixiado, un par de bocanadas de aire de boca a boca (sus tiernos y carnosos labios) y abrió los ojos tosiendo.
Cough Cough!
-perdóname, te lastimé?- pregunté mas cagado de miedo que nunca en mi vida.
-Acabaste ya?- preguntó él con baba cayendo por su cuello.
-Como podría, mira!- le indiqué mostrándole mi pene chiquito de frío y miedo.
-Que mal! lo hiciste bien, al menos me reviviste rápidamente, un par de veces he tenido que asfixiarme mientras un cliente de turno me violaba inconsciente porque su fetiche era violar a un niño muerto.
-Que mierda eres?- le pregunté completamente aterrado por el incidente.
-No soy un zombi si es lo que has escuchado, pero no le digas a nadie, de esto vivimos mi abuelo y yo.
-Yo.
-Ven, te sacaré de aquí- me dijo
Me tomó de la mano y así descalzo y desnudo caminó llevándome hasta el sendero para salir del balneario, me dejó en puertas del pueblo que se iluminaba con bombillas anaranjadas y música de tambores tradicionales de esa zona, él se dio la vuelta para regresar al bosque y le dije:
-No le diré a nadie, te lo prometo; pero solo con una condición:
él me miró inexpresivo como era y cuestionó -Cual?
-Acompáñame al festival.
-Su rostro pasó de una expresión neutral a sorpresa y me respondió- A la gente supersticiosa del pueblo no le gustará que yo entre al pueblo.
-Me sabe a culo!- dije indiferente -Quiero que me acompañes al festival mañana.
Estaré aquí a las 7:00 pm, vale?
-Está bien.
Dinero no me faltaba para disfrutar con cualquier culo o verga que se me antojara; pero había algo en ese chico que me ponía el corazón chiquitico, así que me doté de lubricante, me bañé, me perfumé, me vestí casual porque esa es una zona calurosa, a las 6:40 pm estaba parado a puertas del balneario matando mosquitos en una espera sofocante, y esperé cerca de una hora, hasta que a las 7:37 pm el niño zombi salió del camino oscuro del bosque vistiendo un short medio raído y a leguas viejo, y una camisa manga corta de la misma edad que su abuelo en silla de ruedas y un par de zapatos que a estas alturas no voy a describir porque combinaban con el resto de su ropa.
-Creí que no llegabas.
-No tenía opción, caminamos hasta el auto y arrancamos hasta el casco urbano del pueblo en donde había mas afluencia de gente y nos metimos a una boutique, allí le hice probarse todo tipo de prendas y al final (ya que yo pagaba lo pulí a mi gusto), una camisa manga corta color cielo, shorts ultracortos color blanco de tela de gabardina, medias deportivas azul y zapatos deportivos blancos, además de unos lentes oscuros y una gorra color azul marino, quedó como un niño de catálogo, salimos de allí y como me imaginé, el cambio estético fué demasiado grande para que alguien lo notara, paseamos por las calles atestadas de puestos de comida, juegos de habilidad y azar, algunos bailes tradicionales y urbanos en plena calle y plazas, se hicieron las 10 de la noche, y la luz en el rostro del niño le impregnaba de un aspecto totalmente diferente del que normalmente tenía, descubrí que tenía dos hoyuelos en las mejillas un par de veces que lo vi sonreír, nos comimos un kg de pollo rostizado con yuca y ensalada rallada además de unos vasos jumbo de papelón con limón, y fué ahí cuando conversamos de verdad.
-Dime, cómo te llamas?
-Leander- me dijo sorbiendo jugo de una pajilla
-Y como es que.
-Así no se juega esto, es una tu y una yo.
-OK, tu turno.
-Tu nombre, cual es?
-Yo me llamo Fabrizio.
-Como es que aguantas vergas mas grandes que la mía?- le disparé.
-Eso es algo que no te puedo decir en un restaurante de pollo Asado.
-Vayamos a mi hotel, allí nadie nos molestará.
Partimos de allí al hotel y dándole al encargado un billete verde y extranjero se hizo de la vista gorda, así que nos metimos al ascensor, una señora y su gato nos acompañaron un par de pisos y luego se bajaron, continuamos los dos solos, se veía tan rico con su ropita nueva que no pude contenerme y tomándolo desprevenido lo halé hacia mí y lo besé en los labios, sus carnosos labios, se los chupé, se los mordí y mi lengua masajeó la suya, allí lo vi entregarse a una sensación pura de placer, al cerrar sus ojos sentí como se entregó a ese fragmento de placer que apenas tuvimos tiempo para procesar, la puerta del ascensor se abrió y lo cargué como un niño dormido a mi cuarto, lo abrí y cerrando la puerta tras nosotros comencé a besarlo y a desvestirlo, la camisa cara quedó en el piso, lo acosté junto a ella y le quité los zapatos con cuidado, luego las medias, se deslizaban suavemente por su piel, Abrí su Short y se lo quité dejando al aire sus hermosas nalgas jugosas y morenas, estaba muy excitado pero supuse que él estaba mas que acostumbrado a los juegos rudos e intensos así que opté por un juego diferente, mientras besaba sus labios con dulzura lo guié de a poco hasta la cama matrimonial, encendí el aire acondicionado que refrescó la tropical habitación en menos de un minuto y ya acostados me posé sobre él tomando las mieles de aquellos carnosos labios, Leander me clavó su mirada índigo, escrutó mi alma un par de segundos y me dejó invadir todo el territorio de su piel con mis manos, a pesar de su corta edad, sus músculos eran firmes y bien definidos, podría darme una idea de que clase de hombre sería cuando terminara de desarrollarse.
Nuestros besos se prolongaron largo rato, no me di cuenta de en que momento Leander comenzó a darme recíprocamente la misma dedicación labial, mis labios devoraron su cuello, dejándome escuchar algunos gemidos, mordí sus hombros y chupé sus tetillas como si pertenecieran solo a mí, sus uñas se clavaron a mi espalda al sentir la presión en su pechos, mi boca fué degustando la extensión de su vientre, percibiendo el relieve montañoso de su abdomen pueril, salado y magro, al llegar a su pubis bajé la ultima prenda que le quedaba, un underwear blanco Calvin Klein ceñido a su silueta, con mis dientes se lo retiré lentamente liberando su pequeña (no tanto para su edad) verguita morena cabeza morada, al verla no pude resistirme al impulso de rodearla con mi boca e inundarla de relámpagos que recorrieron el cuerpo de Leander desde su pene hasta la yema de sus dedos, fué tanto el estremecimiento que experimentó el chico que casi pude ver chispas salir de su piel, deglutí el sabor de su pene atravesando con mi lengua el prepucio mientras me abría paso hacia su glande pelándolo casi completo.
El chico posó sus manos sobre mi cabeza tratando inconscientemente de marcar un ritmo y obedeciéndolo chupé mientras lo metía dentro de mi boca y chupaba mas fuerte cuando lo sacaba; jamás había creído que el chico que podía aguantar una verga "mandingo" sin inmutarse y tragarse un pene con la misma destreza de un traga espadas pudiese ser tan sensible con sus propios genitales, así que proseguí chupando su pene mientras que mis dedos decidieron tomar parte en este juego e introduciéndose de a dos a la vez estimularon el esfínter del chico que luego de sorprenderse por la sorpresa inicial se entregó al placer sin mucho rollo, mis dedos índice y medio entraban y salían de su recto frotando sus intestinos, palpando sus paredes anales hasta encontrar esa pequeña glándula que al apretarla un poco desató una reacción de sorpresa y placer tan extremas que por un segundo creí que quería escaparse pero con mi fuerza superior mantuve los dedos donde debían estar, repitiendo el toqueteo a su próstata los gemidos de Leander ganaron intensidad hasta el punto en que viendo como su ano (no tan flojo como debería estar luego de recibir tres vergas adultas el día anterior) aflojaba decidí que era hora de ver si aguantaría mi verga sin rechistar al igual que la vez anterior.
-Leander, te gusta?- le pregunté mientras sacaba mis dedos de su culo.
-Si.
– dijo él.
-Y te gusta cómo te lo hacen los hombres que llegan a la casa de tu abuelo?- inquirí de nuevo.
-La verdad- dijo tomando aliento- No siento nada.
-Esto que estás sintiendo conmigo.
Lo has sentido antes?
-No se- me dijo -tal vez sí, pero no me acuerdo.
-Entonces quiero que sientas esto.
– le dije mientras levantaba sus piernas muy arriba dejando su culito negro en medio de sus redondas y firmes nalgas a mi entera disposición.
Dirigí mi boca a su ano y mi lengua penetró su esfínter, contoneándola sin control Leander imitó los retorcijones al sentir aquel invasor sin hueso serpentear dentro suyo con tanta delicadeza y amabilidad, así estuvo resoplando y gimiendo hasta que de su propia boca salió un "hace frío afuera, métela", y yo que no lo haría repetir la petición se la acomodé en su entrada anal y dando pequeños empujoncitos logré sin dificultad entrarle el glande, Leander suspiró como con esfuerzo, le pegunté si estaba bien y con la mirada viendo la oscuridad de sus ojos cerrados me asintió que si, suplicando continuar.
me apoyé con ambos brazos en la cama, sus piernas bien levantadas me dejaban via libre para penetrarlo a mis deseos, mi cara se encontraba justo sobre la suya distanciado por la misma altura de mis brazos, sus ojos cerrados disfrutaban del mundo ciego de las sensaciones corporales, lo que aun con lujuria dentro de mi cabeza no dejaba de cuestionarme la enorme diferencia entre esta niño y su aparente habilidad para no morir con una verga adentro.
Sin darle mas vueltas al asunto empujé introduciendo un poco de pene, Leander apenas reaccionó tomando aire con su piquito, con ligeros movimientos logré tener la totalidad de mi verga dentro suyo, finalmente había obtenido lo que había venido a buscar a este pueblo, un culito para preñar, inicié una penetración lenta y metódica, me gustaba arrancarle soplos y gemidos (y tal vez algunos quejidos) a este niño, sus nalgas duritas me apretaban la base del pene, además su recto parecía apretar mi pene desde dentro suyo, con sus manitos se aferró a mis brazos, ahí bajé dejando recostar el peso de mi torso encima suyo, nuestros labios se tocaron reiniciando la danza sensual de lenguas que se acompasaban al ritmo de mi penetración, esta era por mucho la situación mas estimulante, morbosa y deliciosamente sádica que alguna vez hubiese experimentado, no solo por estar penetrando a un niño a quien casi triplico la edad sino que su cuerpo expresaba una extraña calidez que me obligaba a amarlo, a pesar de la frialdad de sus actitudes las cuales lejos de disgustarme me hacían pensar que era un niño muy maduro para su edad y considerando el contexto se du vida.
Allí me invadió un sentimiento de luces rosadas que se filtraban desde afuera de la habitación, una abrumadora sensación de no soltar a este chico y quedarme con él para siempre en aquella habitación; su cuerpecito completamente entregado a mi degustaba el dulzor de una buena cogida, una cogida con amor, tomando su cuello con mis palma derecha lo levanté quedando sentado yo en la cama mientras él se clavaba solo, por la fuerza de gravedad mis brazos lo rodearon acariciando desde sus nalguitas de rechupete, subiendo su espalda y hombros, algunos de sus drelos se enredaron en mis dedos pero a ninguno nos importó, nos amalgamamos en nuestro abrazo sexual mientras con pequeños brincos sincronizábamos nuestro fornicar, mientras aquellas muestras de fogosidad ocurrían separé mis labios de él un momento y sin pensar aquellas palabras le susurré: "Jamás te lastimaré, mi único placer está en que tú compartas esto que siento, la fusión de nuestros cuerpos que inicia en nuestros genitales, la corriente que nos recorre desde la espina hasta la punta de los dedos y la certeza de que no hay otro lugar en la tierra donde deberíamos estár sino aquí" No se donde me salió esto pero Leander hizo algo que me dejó frío en el acto, él lloró, en silencio las gotas agua salada y cálida que recorrían antes sus mejillas ahora inundaban mis hombros y espalda, creí haber hecho algo mal asi que detuve mi penetración pero él me pidió recuperar la marcha de nuestro fuego lento.
-No pares! lleguemos hasta el final- me dijo casi en tono de súplica.
-Está bien- le contesté -Te juro no parar hasta que te llene el culito de leche.
El frío del cuarto no se sentía ya, lleno de un calor corporal que jamás había sentido me aferré con todas mis fuerzas al delgado y esculpido cuerpecito de aquel niño y jamás dejando de besarlo y abrazarlo; pero sobre todo de penetrarlo incrementé ligeramente el fuego de nuestro amar pegándolo con fuerza a mí y estrujándolo en varias formas a mi pene logré sentir su colon apretar a un ritmo bien marcado al tiempo que su columna se arqueaba conjuntamente con sus gemidos y gritos; pero a pesar de que estaba llegando a mis limites decidí irme por las ramas eludiendo ese estadio de satisfacción, esa zona del no regreso, el punto de inflexión en el que irremediablemente dispararía media docena de chorros de semen dentro de su culito; NO!, yo prolongaría este estado mental de locura erótica toda la noche de ser necesario.
Fue tan intenso el orgasmo de Leander que se había tirado hacia atrás cayendo en la cama aún sin salirse de mi pene, todavía rígido, todavía caliente.
-Como sentiste eso?- le pregunté ya con la respuesta en las manos.
-Es.
UFFF!- esperó para decir – Es lo mejor que he sentido en la vida.
-Tengo que admitir que un orgasmo desde el culo es una de las cosas mas ricas de este mundo- le dije con algo de misterio -Pero que dices si te quitamos la virginidad aquí?- sugerí tocando su penecito con mi dedo índice.
-Me dejarías? – preguntó emocionado.
-Claro, yo soy muy versátil, puedo romper culitos como el tuyo o recibir vergas como las que tú recibes.
-Vale!- fue lo que me dijo erecto nuevamente (bendita juventud).
Aquél había sido la experiencia mas significativa de mi vida en lo que a sexo respecta, pero mi noche con Leander apenas empezaba y se ramificaría de formas que jamás hubiese imaginado.
Este relato fue escrito por Shotaboy, la primera parte por alguna razón se subió como anónimo (además como fetichismo en lugar de gay), hace ya un tiempo de esto, espero hayan disfrutado.
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