AQUEL VERANO
Tercera Parte .
AQUEL VERANO
Antes de continuar quiero agradecer la buena recepción que ha tenido esta historia, y los mensajes que me han hecho llegar por mi cuenta de Telegram: @eadepaceb, recuerden que esta situación no la he vivido yo, es una experiencia que me ha contado un amigo al que conozco desde hace años.
Su nombre es Rubén, y me pidió que contara su historia, con lujo de detalles, incluyendo los nombres, lo único que omitiré son los apellidos y la ubicación
TERCERA PARTE
Después de torturarme con esos juegos, nos fuimos a duchar por fin. En la ducha todo iba normal. Aclaro que normal es lo que sucede cada vez que nos bañamos juntos.
Papá me enjabonó todo el cuerpo, luego yo a él, prestando el uno especial atención a la verga, axilas, bolas y culo del otro. Como ya mencioné, mi papá siempre, desde que yo era un bebé, ha sido y me ha enseñado a ser muy escrupuloso y metódico con el aseo personal.
Nuestra rutina de baño es la siguiente:
Te empapas bien, todo el cuerpo, cierras la ducha, coges el gel de baño, te lo pasas por todos lados, presta atención a la verga, bolas y culo, en este, introduce tus dedos para que entre gel jabonoso, vuelve a abrir la ducha, te enjuagas, aplicas shampoo en tu cabello, y mientras actúa, te enjuagas el culo con ayuda de la pera.
Hasta ahí, todo iba normal.
Pero esa vez, no sé por qué, deslicé mis dedos enjabonados dentro del culo de mi papá de una manera distinta, sacándole un gemido que parecía un gruñido.
Después, mientras se aclaraba el jabón bajo el agua, me pidió que cambiara de posición y me ubicara frente a él, pero que no dejara de estimular su culo. Esto me puso muy caliente.
Obedientemente, me ubiqué frente a él, y volví a insertar mis dedos con más jabón.
Cuando me di cuenta, le tenía tres dedos dentro, papá estaba frenético, pedía más… Le metí un cuarto dedo y él seguía pidiendo más. De pronto me encuentro de rodillas, para tener una posición más cómoda para seguir con ese nuevo juego, metiendo mi mano completa en su culo… No lo podía creer, ni siquiera me había pasado por la mente esa situación. Tocaba sin parar esa cavidad y en verdad me gustaba lo que sentía. Jamás pensé que fuese posible hacer algo así. ¿Introducir una mano en un culo? ¡Nunca! Y menos el de mi padre.
Hubo un movimiento que hice con mis dedos dentro de él que lo hizo aullar, jamás había escuchado que papá aullara, ni siquiera con sus amantes, y eso que él no es el más callado del mundo, y empezó a botar leche a chorros, sin tocarse yo lo había visto masturbarse, pero esto era alucinante. Yo no iba a desperdiciar ese manjar, y pegué mi boca para ir tragando su leche. Ufff… Que maravilla como salía chorro tras chorro.
Mierda nené… Sigue haciendo eso, sigue… Juega con mi próooostataaaaa… Ahhhhh… Ufff… Sigue mamáaaaaaandoooo… Por favor… No paaaressss… Aaaaaargggg… Me pedía casi suplicando.
Mientras acariciaba y presionaba esa zona, papá no dejaba de lubricar y eyacular… Era como un botón mágico… Jajaja.
Ya las piernas, esas piernas de roble que he visto responden siempre muy bien, le temblaban, todo su cuerpo se contraía una y otra vez, con espasmos que yo no entendía, pero sabía que algo estaba tocando que lo ponía así.
Creo que fueron unos 5 minutos, pero fueron los mejores que habíamos pasado hasta el momento. Papá me dijo que por favor, ya parara, que no iba a poder caminar después…
Con sumo cuidado fui retirando mi mano hasta sacarla por completo, al salir, sonó como un corcho de vino.
En ese momento papá cayó sentado en el suelo de la ducha, exhausto a más no poder. Me abrazó, me besó y me dijo:
Ya casi te digo papi mi amor, llevas el instinto de tu abuelo dentro, sabes cómo volver loco a un hombre al punto de desear ser sumiso contigo. Mañana vas a salir de aquí siendo mi macho… Y yo te voy a amar aún más que hoy.
Jajaja… ¿Hablas en serio?
Y… ¿A caso te he mentido alguna vez? Dijo papá con un semblante serio. Yo siempre te he dicho que te amo más que ayer, pero menos que mañana. Y mañana te amaré más que hoy mi cielo.
Jajaja… Eso lo sé, y yo también, pero es que dijiste cosas…
¿Cuáles cosas? A ver… Dijo papá mientras me colocaba en el ángulo que había entre su muslo derecho y su abdomen, ya que el espacio de la ducha no le permitía tener las piernas estiradas sino flexionadas.
Es que… Mencionaste al abuelo… Y… Me dio mucha curiosidad.
Jajaja… ¿Quieres que te cuente cómo fue mi primera vez con él?
Pues… Este… Ehmm… Mierda, no sé… ¿Puedes?
¡POR SUPUESTO QUE SI! Pero más tarde mi Ale, por ahora, ayúdame a ponerme de pie, aún tengo restos de jabón dentro, y pásame la pera, que está sobre la tapa de la poceta. Por favor. Ahhh… Y tú también necesitas lavarte el culo por dentro. Así que…
Voy…
Lo ayudé a ponerse en pie, salí con cuidado, tomé ambas peras le di la suya y llené la mía con agua tibia y un poco de gel. Salí a la poceta y papá me preguntó si había residuos. Le dije que no. Él dijo que él tampoco, lo cual era bueno.
Terminó de sacar la espuma que le había quedado y luego salió de la ducha. Mientras nos secábamos, papá comenzó a «hablar para sí mismo»:
A ver, ¿qué nos podemos poner? Es de noche, pero hace mucho calor… Mejor andar ligeros…
Sacó un par de shorts que tenían malla dentro, como esos deportivos, un par de camisetas sin mangas, nos vestimos y cuando estábamos listos, tocaron la puerta.
Rubén… ¿Todo bien?
Si señora Elena, ya vamos saliendo. En eso papá abrió la puerta y nuestra anfitriona nos dijo:
Caramba… Yo pensé que se habían golpeado la cabeza en la ducha… Vamos, que ahora es cuando hay comida. Y la guitarra te espera. Y tú, dijo dirigiéndose a mi, ya vas a ver lo maravilloso que toca ir canta tu padre… Aaaay… Estoy emocionada… Por fin voy a tener serenata otra vez. Dijo doña Elena dando palmadas de alegría.
Caminamos con ella y a medio camino papá me cargó y me colocó sobre sus hombros. Eso me tomó de sorpresa y comencé a reír como loco.
¡JESÚS BENDITO! Baja a ese muchacho Rubén Darío, lo vas a malograr carajo… ¡Hazme caso!
Papá riendo me bajó la abrazó y le estampó un beso en la mejilla.
Con besos no es suficiente, no señor… Del tiro me sentí pálida… Por lo menos 5 canciones me vas a tener que cantar…
Le canto 10 señora Elena. 100 si quiere.
Jajaja… Loco…
Bueno, ya llegamos, dijo doña Elena. Arrimen un taburete y siéntense, ya busco la guitarra.
Entramos a la casa, tenía un estilo rural muy acogedor, las tejas artesanales descansaban sobre varas de caña brava, el suelo de cemento pulido, que parecía un espejo de lo brillante, las paredes de ladrillo de adobe prensado en obra limpia. Lo que me llamó la atención fue el gran candelabro a gas, que iluminaba la sala comedor y la cocina. Donde doña Elena estaba haciendo un venado guisado.
Saludamos a todos, don Marcos le dio una cerveza a mi papá y le dijo que si me podía dar una, papá me miró y después dijo que sí. Pero sólo una.
Tomé la cerveza y brindamos por el reencuentro.
Después de comer, sacaron la guitarra y papá comenzó a tocar, canción tras canción la gente coreaba, bailaba hasta que papá se excusó diciendo que le dolían las yemas de tanto pisar. Agradecimos la velada y nos retiramos «a descansar» ya eran como las 2h00, y había que levantarse temprano para seguir rumbo a la hacienda.
Doña Elena dijo que no nos íbamos a ir sin desayuno. Que ella no lo permitiría. Papá se rio y le dijo que estaba bien.
Camino al anexo, papá me dijo:
¿Te divertiste mi Ale?
¡Bastante!
Que bueno, porque ahora vamos a divertirnos tu y yo… Por cierto, ¿cuántas cervezas te tomaste?
Ehhh… Unas 5 ô 6…
Jajaja… Pero estás entero… No has orinado, ¿o sí?
No, ¿por qué?
¿Tienes ganas?
Realmente, no, ¿por qué? ¿Tú sí?
No, y eso que llevo 15 más que tú…. Jajaja…
Y… ¿Eso qué significa?
Ya vas a ver campeón, ya vas a ver… Dijo papá sonriendo como cuando trama alguna travesura.
Al llegar al anexo, apenas entramos, nos desnudamos y papá comenzó a besarme, fue descendiendo por mi cuello, mi pecho y al llegar a mis pezones comenzó a chupar.. Diosssss… Que delicia de verdad…
Después me alzó me colocó sobre la cama, suavemente… Él se ubicó a los pies de la cama y se comenzó a subir como si fuera un lobo al asecho. La expresión en su rostro era una versión muy distinta a la que estaba acostumbrado a ver. Un animal en celo buscando aparearse, sus brazos y su pecho, enormes, le daban ese toque salvaje que me tenía entre excitado, y asustado. Me olfateaba los pies, los lamía, sólo usaba su boca, pero me tenía rendido a sus pies. Después fue olfateando mis piernas, mis muslos, cuando llegó a ellos, de un cabezazo me hizo separar mi piernas. Mi verga babeaba sin cesar. Al llegar a mi ingle izquierda gruñó como un rottweiler y me clavó los dientes.
Yo lancé un gemido como de alivio al ver que no había rasgado mi carne. ¿Quién era ese hombre con el que estaba? ¿Por qué no había visto ese lado tan sensual y primitivo antes? Diosssss… ¡Tanto tiempo perdido!
Luego atacó mi otra ingle, e hizo un movimiento como si quisiera rasgar, pero fue muy cuidadoso. Cuando soltó, comenzó a olfatear mi verga chorreante, y lamía mi presemen con desesperación, sin usar las manos deslizó mi prepucio y engulló, por completo, mi verga mis 19,5 centímetros, en aquel entonces, desaparecieron delante de mí en sus fauces. Lo que me impactó más fue que, con la boca llena, sacó la lengua y lamía, al mismo tiempo, mis bolas. Todo esto sin dejar de mirarme a los ojos directamente, esos ojos que aún en la penumbra del cuarto, veía claramente y me intimidaban.
Después de unos minutos así, papá sacó mi verga de su boca y estaba impregnada de sus babas y mi presemen, en ese momento dio un salto hacia mí, cubriendo mi cuerpo por completo, su verga dura y babosa quedaba a la altura de mis muslos, él lamía mi cara, mi cuello y de pronto, volvió a gruñir, para clavar sus dientes en mi trapecio izquierdo.
Yo estaba entregado a este animal, sentía que me estaba reclamando como suyo, marcando territorio. No niego que sentí miedo, pero saber que estaba teniendo sexo con mi papá… Ufff… Superaba todo.
Después papá siguió bajando, lamiendo mi pecho, mordiendo suave mis tetillas… Ufff… Me estaba volviendo loco. Mi verga no paraba de chorrear… Luego bajó por mi abdomen, lamió el charco de presemen, y se volvió a meter mi verga a la boca otro rato… Lamiendo y succionando, dando suaves mordiscos. Cuando la volvió a sacar estaba completamente babosa.
La tomó con sus dedos, apuntando al techo y sin decir palabras, se fue metiendo poco a poco todo, cuando sus nalgas hicieron tope con mi cuerpo, comenzó a cabalgar, sacando casi todo y volviendo a bajar lentamente… Ahhh… Era lo que podía decir yo.
De un momento a otro comenzó a moverse más rápido. Me tomó entre sus brazos y me apretó a él, con fuerza, sin dejar de moverse con mi verga dentro.
Uffff… Amor… Mi Ale… Papiiiii que ricoooo. Quiero tu leche dentro mi vida. Dame esa leche mi amor… Dámela todita.
Ahí viene mi loboooo… Ahhh coñooooo… Que rico culo mi reeeeeeey… Ahhhhh. Ahhhhh… Aaaaaaahhh… ¡Mierda! ¡Que rico!
¿Quién es tu lobo mi Ale?
Tú, tu eres mi Lobo Vikingo, mi depredador… Ahhh… Voy a preñarte cabrón… ¿Quieres mi leche? ¡PÍDELA! PÍDEME LECHEEEEE…. Aaaahhh… Ufff…
Dame esa leche, dámela toda… Por favor MI MACHO… PRÉÑAME…
Ahí te va… Ahhhh… Coooooñoooo… Ahhhh… Ufff…
Cuando acabé, papá me apretó fuerte con su culo, contrayendo al máximo. Mientras, me abrazaba como si me quisiera romper los huesos, Y poco a poco sacó mi verga con cuidado. Cuando nos desacoplamos, me acostó boca arriba, ubicó su hermoso trasero lleno de mi leche sobre mi cara y me dijo:
Abre la boca mi amor, traga tu leche desde el culo de tu papá… Abrí mi boca y comencé a lamer lo que estaba fuera, cuando me sorprende soltando gotas gruesas de mi corrida en mi boca… Diosssss… Que morbo, yo estaba en la gloria.
Mientras yo hacía eso, él mamaba sin parar mi verga, que se mantenía igual o más dura, que la suya. Cuando ya no salía más de mi leche de su culazo, comencé a mamar su verga.
Ese 69 fue más intenso que el que habíamos hecho en el auto, él fue introduciendo sus dedos, los cuales entraron con gran facilidad, y para mí asombro, sin generar incomodidad, él estaba preparando mi culo para lo que venía…
Iba llenando sus dedos de saliva e introduciéndolos, luego lanzaba escupitajos a su mano, que como que resultaron mejores… Unos minutos después me dice:
Ya llevo dos dedos ensartados en tu culito mi amor… Ya casi estás listo para mi. Voy a estrenarte… Ufff… Siente cómo vas preparándote para darme paso, mi Ale, mi macho, mi hijo, mi orgullo… Ufff… ¿Lo sientes mi vida? ¿Sientes cómo vas expandiéndote?
Ufff papá… Siento que me abres, como si me partieras en dos… Ahhhh…
Y lo que falta cariño… Aun no has disfrutado nada… Por cierto… Quiero probar algo contigo… Digo, si estás dispuesto… Dijo papá mientras me seguía abriendo el culo con sus dedos… Ya llevaba tres… E incluso, un cuarto y giraba dentro de mi culo su mano. Yo estaba gozando como jamás pensé.
Jajaja… A estas alturas… Haz lo que quieras papá…
Eso haré… Y vas a disfrutar… Por cierto, aún sigues sin orinar, ¿verdad?
Si, pero no he tenido ganas, ¿y tú?
Tampoco… Ufff… Ya vas a ver lo que vamos a hacer cachorro.
Papá se bajó de la cama, me colocó boca arriba, con la cabeza colgando del borde del colchón y me dijo que abriera bien la boca y relajara la garganta, me masajeó un poco el cuello para liberar tensión. Después fue metiendo sus 23 centímetros en mi boca, poco a poco, él me decía que relajara… Que confiara en él. Cuando sentí la cabeza de su verga en mi garganta me dio una arcada. Él retiró y me dijo que cogiera aire, que iba a intentar otra vez…
Así estuvimos poco a poco, cada vez entraba más, pero no logró meter toda su verga… Aunque ya el tenerla en la garganta no me incomodaba. Cuando lo notó comenzó a meter y sacar casi 2/3 de su verga entraban y salían…
Ufff mi Ale… No sabes lo que me encanta hacerte esto papi, podría cogerte rico la garganta… Ahogarte con mi verga… Ufff… Tienes la cara roja y sudada… Que hermoso te ves mi vida. Ahhh… Y ese pecho que me encanta… Aaaaaaahhh… Cómo se mueve ricoooo… Ufff… ¡Que morbo me das coño!
Yo gemía de placer, porque además de estar entrenando mi garganta con la verga de mi papá, él estaba estimulando la mía con su mano experta y me tenía casi a punto de explotar, pero él se daba cuenta y bajaba la estimulación…
Cuando liberaba mi verga, pellizcaba y retorcía mis tetillas… Ufff… Y si no, iba hurgando en mi culo para asegurar que no se fuera a cerrar.
En ese juego estuvimos un rato, luego me sujetó de las mejillas y dijo:
Siente mi Ale, siente lo que te voy a dar… Ufff… Bebé, bebe todo hijo… Ahhh…
Y poco a poco fue dejando salir chorros de orina que caían al final de mi lengua y bajaban por mi garganta… No era la primera vez que papá me daba su orina, pero sí la primera directo desde «el surtidor». Jajaja…
La primera vez fue de una taza, una de porcelana donde tomaba café con leche, yo tenía 7 años, y me dijo que probara, que era su orina, al principio me resistí, pero luego tuve curiosidad, y de verdad, el sabor, no me desagradó. Jajaja…
Cuando terminó de orinar comenzó con un mete y saca brutal. En varias oportunidades sentí cómo su verga casi que llegaba a mi estómago, la velocidad y el ritmo eran de otro mundo. Hasta que me dijo que abriera la boca lo más posible.
Así hice y en seguida sacó su verga toda llena de babas mías, sin decir nada, solo bufando, me volteó de espaldas a el, como si fuera un muñeco de trapo, colocó mis muslos bajo mi torso quedando mi culo al aire y en el borde de la cama.
Vamos a ver qué tan macho eres hijo… Vamos a ver si me aguantas todo… ¡Ahí voy carajo! Y de un sólo empujón metió la mitad.
Me dolió, fue un infierno, pero lo peor había pasado ya. Solo solté un quejido, pero nada de ponerme a chillar. Quería estar a la altura de sus expectativas. Estiré mi mano hacia atrás, y cuando sentí que aún faltaba, le dije:
¿Y… esto no va a entrar?
¿Quieres todo cabrón? ¿Ah? Te sientes muy seguro… ¿Verdad? Claro, «como es mi papá, no me va a lastimar». Pero tú me llamaste Lobo, así que ahora tú eres mi presa…
Papá sacó toda su verga por completo y de una sola vez me clavó hasta que sus bolas tocaron las mías. Ahí sí tuve dolor, tanto que grité, le pedí a gritos que parara y él siguió…
¿No que ibas a ser mi macho? ¡COMPORTATE COMO TAL! Macho aguanta la pela y pelea parejo. Tú estás con un hombre, y tú eres un hombre también, ¿quedamos claros?
Sí… Aaaahhh…
Al poco tiempo ya yo gemía, junto con él, de puro placer.
Ahí conocí su vocabulario sexual, las cosas que le dice a sus amantes, me las dijo a mí, (coño, que culo tan rico tienes hijo de puta… ¿Cómo no te rompí el culito antes? UFFFF, que divino tragas verga por el culo cabronazo, ahhhh…. Y por la boca… Uffff eres lo máximo… Ahhhh… te voy a dar por el culo hasta que se me caiga la verga, para que siempre recuerdes quién te desvirgó) me dio nalgadas, me puso de frente para luego cargarme ensartado y moverme de arriba a abajo, sin dejar de meter y sacar su verga como un pistón. Escupió varias veces en mi boca, en mi rostro, para luego lamer su saliva. Después me dijo:
Quiero correrme dentro, quiero dejarte marcado, que sepas que yo te preñé… Y así lo hizo… Se vació completamente dentro de mi, jadeando, gritando, y mordiendo mi cuerpo a gusto, luego me dijo:
Aprieta el culo, ahorca mi verga, como hice yo mi Ale, anda… Ahhhh… Asíiii… Ufff… No aflojes… Aaaaahhh… Él sacó su verga lentamente, para después cargarme en sus brazos, estando él de pie, y sentarme en su cara para beber su leche desde mi culo como si fuera un coco de donde sacaba agua, él succionaba con fuerza y yo sentía que me iba a comer completo. Yo estaba tocando el techo del anexo con mis manos.
Después, con cuidado, me bajó. me colocó en la cama se acomodó a mi lado abrazando mi cuerpo con una ternura que me hizo estremecer, entonces me dijo, mientras me daba besos y me acariciaba:
En verdad, mi Ale, te graduaste de macho conmigo. Eres perfecto para mí. No imaginas lo orgulloso y lo honrado que me siento de haber sido yo, Rubén Darío, tu padre, quien te haya iniciado en el sexo mi vida. De verdad, te amo mi rey. Es más, sé que te dolió cuando te penetré, pero preferí ser quien te rompiera el culito antes que quien sabe quién y en qué condiciones de salud. Dime, ¿cómo te sientes?
Jajaja… Como que el amor duele… Dije tocando mi culo que aún no cerraba.
Jajaja… Eso es normal, la primera vez siempre duele, lo bueno es que esos son músculos, y hay que entrenarlos para que tengan resistencia… Jajaja… Te amo mi Ruba. Te amo.
Yo también te amo, y mucho, mi rey.
Bueno amor, ahora vamos a dormir, que mañana hay que desayunar con la señora Elena y seguir el viaje. Pero… Primero vamos a darnos un baño, para dormir frescos.
Ok, así aprovecho para orinar, que ya tengo bastantes ganas.
¿En serio? Dijo con una cara de felicidad que no podía disimular…
Ehhh siii…
¡Wow! Adelante amor, orina en mi boca…
Papá se metió mi verga ya flácida en la boca y me hizo un guiño para que empezara a orinar. Así hice, fui soltando mis meaos y él iba bebiendo. Hasta la última gota. Cuando terminé, él borró los posibles restos de orina con su lengua. Ufff que cosa más sabrosa.
Ahí sí nos fuimos a duchar, según nuestro ritual, el cual no varía. Sobre todo después de la sesión de sexo. Para luego acostarnos desnudos a dormir.
tan buena como las 2 partes anteriores
excelente !!!!!!!!!