Ariel, me cambio la vida 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Cristóbal, soy administrador de una hacienda agrícola desde unos meses, por lo que debo pasar jornadas extensas en ella, llegue a este cargo a mis 27 años debido a que el administrador renunció por desacuerdos con los dueños, yo era su asistente y enseguida asumí la responsabilidad.
Cuando se hacen adecuaciones en la propiedad, se pide a oficina personal para ello, y nos enviaron albañiles por unos días, esta vez llegaron 3 jóvenes que luego supe que eran hermanos, quien hacía de jefe era el mayor de unos 25 años, se llamaban Eduardo, Ariel y Jairo.
Enseguida se los instalo en el dormitorio que se tenía para las visitas y se les explicó la obra, la cual iniciaron de inmediato, bueno el tema es que eran chicos muy atractivos, cuerpos definidos por el trabajo duro, labios carnosos y ojos claros, en especial Ariel,
El segundo de los hermanos, cuerpo definido como modelo, una gran sonrisa y cara de chico bueno, aclaró que hasta ese entonces no me consideraba gay, admito que alguna vez me desvío la mirada un trabajador, pero nada más.
Desde las ventanas de la oficina podía ver a los hermanos trabajar, la obra era cerca, me llamo la atención que no usaban ropa de trabajo como todos sino pantalonetas, medias largas buzos finos, bueno por el clima caluroso del sector los comprendía el no querer usar pantalones y camisas gruesas, en ocasiones lo venía trabajar sin camisa y mojándose a casa rato, sus cuerpos brillaban, resaltando su increíble figura, cualquiera no creería que se dedicaban a tan dura labor.
Los días pasaban, normalmente, después de las jornadas de trabajo el personal se reunía a conversar y esperar la merienda, para luego ir a sus dormitorios compartidos.
En mi caso yo tengo un privado solo para mí, en vista de mi cargo, donde había traído mis cosas y ubicado en la pequeña sala que tenía, para hacer más placenteras las jornadas de encierro.
Un día me solicitaron un informe de avance de la obra, por lo que llame al encargado, vino el mayor de los hermanos, ya para estos éramos amigos, estaban en su segunda semana de trabajo, vino tal cual estaba laborando, con la camisa en la mano, entró a la oficina y no pude dejar de mirar su figura, cuerpo sudado y marcado, aunque no era el que más me encantaba ver, no tenía nada de malo, me dio su informe y todo siguió normal, salvo que aumentaba más mi inquietud hacia ellos, y sobre todo con Ariel.
Un día en medio de tanta plática luego de las jornadas de trabajo surgió el tema de los ejercicios y todo aquello para mantener la figura, cabe recalcar que yo tengo buen físico debido a que me gusta caminar y me compre un par de máquinas para pasar el tiempo.
Jairo el más joven, desde el inicio fue el más interesado en el tema, porque según comprendí era el más preocupado por su imagen y la verdad para mí no creía que le hiciera falta mejorar algo, me pidió que le dejara usar mis máquinas, a lo cual no tuve reparo y le invité a que vaya a la pequeña sala de mi dormitorio y las use.
Mi rutina en las tardes era pasar en mi dormitorio, viendo televisión, internet, cosa normales, un día eran como las 8:30 de la noche y alguien golpeó mi puerta, pregunte quien era y me dijo Ariel, fui a la puerta y ahí estaba con su torso desnudo, solo lo cubría un pequeño short, me quede congelado ante esa imagen tan hermosa, me pregunto si podía entrar a ver televisión, ya que en su dormitorio no tenían, y había escuchado que estaba viendo películas, a lo cual solo atiné a mover la cabeza en señal afirmativa, me hice a un lado y pasó rozándome, le señalé que ingrese al dormitorio, cerré y caminé atrás viendo su espalda ancha, que terminaba en una estrecha cintura, se dio la vuelta e hizo el gesto de sentarse en el piso, puesto que solo estaba la cama, enseguida casi por reflejo dije no, que se recostara en la cama, nunca me ha gustado sentirme más importante que los otros, igual la cama es grande, así lo hizo se acostó puso su brazo atrás de la cabeza y comenzó a ver la película, yo me dirijo al baño para asimilar lo que estaba viviendo, no entendía porque me sentía así tan fuera de mí y nervioso.
Respire hondo y salí, la imagen que vi aún la tengo grabada en mi retina, él sobre mi cama casi desnudo, nunca pensé que una imagen así me movería tanto, camine y me acosté al lado, Ariel ya estaba metido en la película, así estuvimos, uno al lado del otro por un largo rato, hasta que se da una escena sexo en la película, el enseguida mete su mano debajo del short y acomoda su polla, me imagino le éxito lo que veía, yo no perdí detalle, pude ver el inicio de su pene.
¿Te calentó la escena? le pregunte, a lo que regreso a mirarme y me dijo, claro, ya vamos más de dos semanas encerrados, y el único culo que he visto es el de mis hermanos bañándose, y sin opción a follarlos porque no son putos, mire como la tengo, y descaradamente se baja el short y me la muestra.
La expresión que puse debió haber sido tan notoria, que me dijo, ¿a usted le calientan los hombres?, me levante, y le dije que no, que solo he estado con mujeres, se subió el short y me dijo que lo disculpe.
Pero en su colegio había un chico que les prestaba los deberes si le dejaba chupársela.
Me dejo perplejo, no atiné a más que salir a la sala a respirar, estaba pensado como superar la situación, en eso me habla con un ligero bostezo diciendo: mejor me voy, levante la mirada y estaba con los brazos hacia arriba estirándose, se le marcaba su pecho y abdominales que terminaban en esa forma v, increíble que desaparecía en su pequeño short, no atiné más que a caminar hacia él, empujarlo hacia adentro, tumbarlo en la cama, bajarle el short, tomar su polla y empezar a hacerle sexo oral.
Su sabor me agrado al instante, olvide todo y solo me dediqué a saborear, después de unos minutos, volvió la razón a mí, alce la cabeza y mire la cara de Ariel, se había acomodado la almohada en la cabeza y no perdía detalle de cómo le chupaba el palo, me sonrió y dijo: para no gustarte, lo estás haciendo de 10… hasta ganas de follarte me han dado.
Eso me asusto me separé de él y dije: no, mi culo es virgen y tú la tienes grande, a lo que me responde: tranquilo, yo sé hacerlo, solo necesito algo para lubricar y el resto es mío.
Se levantó de un brinco, se terminó de quitar su pequeño short y miro alrededor y vio el frasco de aceite para peinarse, me dijo que me quitara la ropa, volvió a la cama, se acostó boca arriba y me dijo que siga en lo mío, mientras él trabajaba, guio mi culo para que quede frente a su cara, sentí como me humedecía y con sus dedos me masajeaba, después de un rato podía sentir dos dedos que me abrían con facilidad, me dijo que ya estaba listo, se acomodó en medio de la cama boca arriba y me dijo que me sentará en su palo, que yo mismo me la meta a mi gusto, no había tiempo para pensar, ay estaba entregado a la lujuria, me acomode tome su palo y me la fui metiendo, fue difícil apena entró la cabeza sentí dolor, a lo cual me dijo: tranquilo, ya está lo duro… me agarro las caderas y me hizo fuerza para bajar, sentía como mi ano se abría de a poco, me gustaba lo que sentía, más la imagen frente a mí el hombre que tanto me intrigaba estaba en mi cama haciéndome disfrutar, tenía una cara de gozo, se notaba que estaba más que gozando de mí, en un descuido levanta su cadera y me la clava toda, solo atiné a dar un pequeño grito, me hala hacia él me abraza, empieza a follar un poco más fuerte.
Después de eso fue todo placer, me empezó a meter y sacar sin control, lo cabalgue por un buen rato, empezamos a sudar por la temporada era natural, se detiene y me dice que cambiemos de posición, que me ponga en 4, se puso atrás mío y me ensarto toda su hombría, yo solo gemía y disfrutaba de mi macho, me tomó del hombro y me levanto, mi espalda tocó s abdomen mojado de sudor, su olor invadió todo mis sentidos, se acercó a mi cuello y me mordió ligeramente, no dejaba de bombear, la cama empezó a sonar de la fuerza de sus embestidas por lo que el dije que pare, podíamos ser descubiertos, se separa de mí, estaba empapado de sudor, su pecho y abdomen brillaban y ni hablar de su polla siempre mirando hacia al cielo, agarre una sábana, la extendí en el piso y me acosté sobre ella y abiertos de piernas le dije: ven; enseguida se pone entre mis piernas, guía su polla a mi culo y se deja caer sobre mí, continuando la faena, me follaba con fuerza, podía ver todo su cuerpo trabajar para mí, sus brazos y piernas se endurecían en cada movimiento, la sabana se empapaban de sudor y resbalaba por todo el piso,
Cada estocada nos movía, pase mis manos por todo su espalda llegaba a su culo y lo apretaba sintió que apreté su espalada con mis manos y me dijo: no me vayas a marcar, porque podemos tener problemas , siguió dándome por el culo un buen rato, la sensación que sentía era placer, sentía que mi cuerpo solo le pertenecía a él, acelero sus movimientos de cadera, su cuerpo de tenso y dijo: voy a acabar!, cerró los ojos y abrió la boca, dio cuatro estocadas profundas, ahhh.
ahhh… que rico y se dejó caer sobre mí, su cara junto a la mía me dejaba sentir su respiración agitada, aún seguía dentro mío y no dejaba de mover las cadera, como buscando más placer todavía, nos abrazamos, este momento me encanto, no me importaba lo demás, había descubierto algo nuevo que me hacía feliz, con joven hermoso me había regalado una experiencia tan bonita.
Ariel aún estaba sobre mi cuando escuchamos a alguien que hablaba fuera, era Jairo, el menor de los hermanos que lo llamaba, nos levantamos rápido, atinó a correr al baño por una toalla, y salgo a la atender la puerta, Ariel queda recogiendo la cosas, abro y Jairo me dice.
Disculpe jefe pero andaba buscando a mi hermano, ya son las 10 y no está durmiendo, enseguida ve la máquinas de ejercicio y se entra como todo muchacho curioso a verlas de cerca, me asuste no sabía en qué condiciones estaría Ariel.
Para mi buena suerte a estos jóvenes les encantaba andar con poca ropa, Jairo andaba en pantaloneta y Ariel no tenía mucho que ponerse, enseguida sale tal cual llego, todavía sudado, y lo que enseguida me ocurrió fue decirle: Ariel, porque no le había dicho a su hermano que venía a hacer ejercicio!, me mira sorprendido y dice, no… la verdad no le dije, enseguida Raúl dice pues te has sacado la madre porque estas bien sudado.
Ariel dice: si, por eso ya me estaba yendo, para bañarme y dormir, el inge también ya me estaba botando no le gusta que estén aquí cuando se baña porque después le van a andar viendo la polla, todos reímos…
Vamos hermano, ya molestamos mucho y salieron, respire aliviado, recién ahí sentí los estragos de la faena, me dolía el culo pero era un dolor placentero, me bañe y acosté desnudó abrazando la sábana que había aguantado esta dura jornada… que marcó el inicio de algo muevo y que me llenaría de felicidad.
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