• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (3 votos)
Cargando...
Gays, Infidelidad

Arroz con leche II

Chai entrega su hombría y sucumbe a la sodomia en una no muy placentera primera vez..
Recuerden darme calificar y comentar!

 

Arroz con leche II

 

Tras ese primer encuentro Owen se relamía pensando en Chai, no le interesa usar su pene pies se denomina lo que en la comunidad gay se llama activo, su intención es domesticar a Chai y transformarlo en su mariquita o sissy personal.

El fornido hombre canadiense de 30 años tiene gustos bien definidos, además de gustarle los y las asiáticas, le gusta que ellos se vistan y actúen como mujeres cuando están con él, particularmente cuando les pone jaulas de castidad, planas o de mariposa.

No hay como tener un delicado cuerpo de hombre con ropa interior femenina sexy con los testículos colgando recibiendo su grueso pene de 18 centímetros en el ángulo correcto estimulando la próstata hasta verlo eyacular.

Ya ha tenido la oportunidad de probar eso, pero a sus 30 años busca una relación estable, una dónde pueda hacerle el amor a su “mujercita” hasta que ambos se corran sin preocuparse por usar preservativo y ETS.

Owen disfruta su pene palpitar bajo su pantalón, imagina a Chai gimiendo como afeminado con toda la extensión de su hombre hurgando su interior.

Mientras el activo hombre canadiense vive su fantasía disfrutando la presión de su miembro entre pantalón y pierna, Chai tiene su propia fantasía.

El aún no tan afeminado tailandés corta vegetales, se imagina el enorme pene de Owen que es más largo que las zanahorias que corta, más grueso que los calabacines.

El único vegetal que es notoriamente más grueso que el pene de Owen es la berenjena, pero no es más larga, la única que resulta más larga es el cebollín, pero no es igual de grueso.

Chai saliva pensando en tener ese pene en la boca, aún recuerda el sabor de la leche, sonríe pensando en lo blanco de piel de Owen, “arroz con leche” murmura picando vegetales a toda velocidad.

Los pensamientos de Chai lo llevan a recordar, la vez que curioso metió su dedo anular disfrutando la sensación, en ese momento tenía 18 años, sacó rápidamente el dedo por miedo a lo que sentía, apenas hacían 3 días que había tenido su primera vez con Dao.

En el presente se pregunta si sería capaz de aguantar ese miembro de semejantes dimensiones, sumido en esos pensamientos se sonrojó avergonzado de pensar en eso, aún no ha tenido su segundo encuentro con Owen y ya está pensando en ofrendarle su virgo anal.

Intenta no pensar en eso y se concentra en su trabajo, le palpita el ano imaginando que se abre hasta límites inimaginables, se retiró unos momentos al baño para lavarse la cara y espabilar.

Los días pasaron incrementando las ansias de los amantes, Owen se masturba hasta el borde del clímax, se detiene una y otra vez, tiene los síntomas de los testículos morados, cargados con suficiente semen como para preñar a todas las mujeres del árbol genealógico de Chai.

Hablando de él, esa mañana, inicio de semana, recibió la “peor” noticia desde que Dao inició en su nuevo trabajo, será su primera semana sin coincidir en los descansos, aunque eso de no coincidir es relativo, podrán pasar la mañana juntos hasta las 2 de la tarde, momento en que ella se va a trabajar.

“Arroz con leche”, esas palabras iluminan el celular de Owen que sonríe excitado, podrá ver a su pequeñ@ amante.

Las condiciones del encuentro son simples, no puede ser un lugar público, no cerca de su casa, no hay alcohol involucrado.

Hace un par de días Chai le habló a Dao sobre un nuevo amigo llamado Owen, un canadiense amante del hockey que le hablará sobre el juego y verán un partido en su casa con otros amigos. Es el primer amigo que Chai hace desde que llegaron a Canadá, Dao está felíz por su esposo, lo escucha atentamente, particularmente cuando Chai se pone triste porque no podrán su descanso juntos, pero podrá aprovechar para ir a ver el partido en casa de Owen.

Volviendo al día de descanso de Chai, la pareja camina tomada de la mano hasta la parada de autobús, abordan y conversan todo el camino, caminan al trabajo de Dao donde se despiden con un beso, Chai deja atrás a su esposa y camina al domicilio de Owen ubicado convenientemente 20 minutos a pie.

Owen abrió la puerta con una bata abierta que no cubre nada más de su cuerpo que sus brazos, algo de sus pectorales y espalda, abdomen, piernas y zona genital es visible para Chai que abre los ojos grandes saboreando el enorme pene de su maestro.

Su rol no es el de maestro o amo y sumiso, no, Owen es su maestro en el sexo homosexual, es el hombre que lo guiara por los placeres de la felación y sodomia entre hombres, mas precisamente Chai chupando el pene de Owen, Owen penetrando el ano de Chai.

La diferencia en estatura no es mucha, la masa muscular es lo que hace ver a Owen mucho más grande que Chai, desnudo, mostrando su bien formado pecho, Owen disfruta de un muy buen servicio oral, Chai, su nueva conquista y más reciente juguete es un artista, goza de un talento nato para el arte de la felación.

Sin mayor instrucción o práctica que la ya obtenida en el callejón, el pequeño hombre tailandés, arrodillado como mujer asiática se come con ahínco y devoción el pene que le ofrecen, 12 centímetros bastan para que el enorme glande raspe el fondo de la garganta causando arcadas, ese reflejo incómodo de vomitar, fuertes sorbos ayudan a contener la abundante saliva que de otro modo mojaría todo con el escurrimiento.

Owen suspira, Chai mantiene sus ojos cerrados centrando todos sus sentidos en saborear cada centímetro que se mete y saca de su boca succionando con la presión exacta para extraer el fluido preseminal.

Sube y baja la cabeza haciendo sonidos “gag, gag, gag, gag” aprende con velocidad a relajar su garganta para no tener reflejos de vómito.

Mantiene a raya su propia saliva pasando y tragando la mezcla de fluidos, el calor tibio de las manos de Owen pensando por su cabello, rostro, cuello y hombros lo relaja y anima a seguir haciendo lo suyo, interpreta los suspiros de placer y muestras de afecto como indicador positivo de su “trabajo oral”.

En menos de 10 minutos es capaz de comerse 15 centímetros de pene sin reflejos, valió la pena ocultar todos esos años se ocultar en el clóset su verdadera naturaleza, fue amor a primera vista, amor al pene que se come con la boca y al hombre que lo blande.

Poco a poco se va soltando y deja de ser un títere pasivo que está ahí para aprender, hace uso de su propia creatividad.

Suaves, femeninas y delicadas, así son las manos de Chai, lo único que podría delatar algo de masculinidad son las cicatrices dejadas por sus primeros años en la cocina allá en Tailandia.

Debora pene con pasión a la vez que acariciaba las piernas, pelvis, abdomen, pectorales y de regreso hasta los testículos que palpa como estimado la madurez de una fruta.

A diferencia de él, Owen está cubierto de vello, le excita sentir como se enreda entre sus dedos, se moja las manos con el sudor que emana de sus poros, ya no esta tocando el lampiño y delicado cuerpo de su esposa, palpa el varonil y muy bien constituido cuerpo de un hombre.

Esa felación y caricias prohibidas juegan con la mente y libido de Chai, por primera vez en años se siente libre, poco a poco comienza a olvidar quién es, su nombre cobra más sentido, Chai significa victoria, su naturaleza triunfo dando paso a un nuevo ser, el cascarón del hombre postrado entre las piernas de Owen a quien acaricia y le chupa el pene con vigor dejando salir a una nueva persona, entre besos, caricias, succión, lamidas y mucha saliva mezclada con preseminal nació Anong, nombre en tailandés que significa “mujer hermosa.

16 de los 18 centímetros desaparecen en la boca de Anong que engulle orgullosa el magnífico pene de su amante, relaja la garganta permitiendo el profundo acceso que dilata su garganta y cuello.

Succiona mientras recorre el camino de ida y vuelta una y otra vez, lame el falo, frenillo y glande alternando entre ellos recorriendo toda su longitud hasta llegar a los formidables testículos cargados de semen que no duda en devorar.

En 20 minutos de felación Anong desarrolló de forma innata una maravillosa técnica oral, controla su respiración acompasada a sus movimientos, copiosos chorros de saliva barnizan brillando en el exquisito pene.

Owen se deja hacer, controla su propia respiración y placer asegurándose de no perder el control y eyacular, quiere seguir disfrutando de nueva presa, ignora la metamorfosis que se da en su cabeza, corazón y personalidad, para él es un hermoso, delicado y muy bien parecido tailandés con potencial de ser feminizando.

Ambos tienen un mismo objetivo, transformar a Chai en una hermosa mujercita, él mismo dió el primer paso, el más importante, es cuestión de que Owen presione un poco más para finalizar la transformación, pero no hay prisa, tienen 7 horas antes de que la esposa de Chai salga de trabajar.

Owen alaba la habilidad de Chai usando halagos de todo tipo, desde los más cariñosos como “lo haces increíble cariño” hasta los más guarros “eres una puta inmunda come pollas”, los elogios reforzaban la nueva identidad de la recién nacida mujercita que en un momento se detuvo para decirle con el rostro empapado de sudor, saliva y fluidos “cuando esté contigo llámame Anong”.

Cerca del final de la deliciosa mamada Owen decidió probar aguas más turbias. Se cubrió el dedo medio usando el lubricante que tenía preparado para la ocasión, un tónico relajante con sensación térmica.

Usando los cuadros dedos restantes Owen separó las nalgas de Anong exponiendo el ano completamente, es la primera vez que alguien más aparte de él toca esa zona tan íntima de manera directa “uuhum” fue lo único que pudo decir, su hombre sujeta con fuerza su cabeza por la zona parietal impidiendo que se saque la barra de carne de la boca, aunque no es que fuera necesario, no tenía intención de hacer eso.

Calculando su movimiento Owen apuntó y movió el dedo lentamente hasta hacer contacto con el botón virgen que ansía comerse, lo tibio del lubricante recorre toda su zona anal, es tal el efecto placebo que incluso siente sus testículos arder.

Lo áspero del dedo libera sensaciones desconocidas para Anang, sensaciones tan íntimas y prohibidas que no sabían su cuerpo era capaz de experimentar, gimotea atragantado con grueso pene, tan grueso que debe abrir su boca al máximo para poder engullir.

Paciencia y autocontrol son dos cosas que a Owen le sobra, no es cocinero, pero aguarda paciente disfrutando la mamada de su recién adquirida mujercita, cociendo a fuego lento el culito que palpita entre bronquitis y dilatación, lo marina bien con abundante lubricante que suple constantemente relajando el diminuto, apretado y cerrado culito.

Anang perdió el control de la mamada, copiosas cantidades de saliva escurren hasta llegar al sillón empapando el falo, pelvis, testículos e ingle a su paso.

Lagrimea cada que llega muy profundo pues no es capaz de controlar su respiración o reflejos, una mezcla de abuso y humillación recorren su cuerpo, se siente usado, cierto es que Owen le está dando placer, también es verdad que habían acordado esto, no obstante, pese a desearlo, Anang se siente violada, profanada, aún no la penetran y ya siente un profundo sentimiento de vergüenza por desearlo, humillación al ser vulnerado, deshonra para su familia, degradación al sentir como los últimos rastros de hombría desaparecen.

Pese a ese cúmulo de sentimientos, Anang no se mueve, al contrario, adoptó la pose de la rana y fue un poco más allá al arquear la espalda levantando el culito y exponer su ano que comienza a florecer.

Despacio, sin prisa, Owen ha estado jugando su dedo vacilando por entrar o no un buen rato ya, Anang nunca ha podido sostener una erección por más de 20 minutos en su papel de Chai, y aquí está Owen con su rabiosa erección de más de 40 minutos.

Sin avisar o pedir permiso el grueso dedo, por lo menos el doble de grueso que el de Anang, penetró hasta la primera falange, no fue brusco, al contrario, entró suavecito permitiendo al año dilatarse a su diámetro.

Anang comenzó a gemir y pujar como chica, cada sonido era un paso hacia adelante dejando atrás su rol como hombre, el dedo juega en su interior, se estira aferrado con fuerza ante los amagos de abandonar su interior, se rehúsa a dejarlo salir de su ajustado culito.

Caliente, tenso, húmedo, suave, el interior del recto se Anang es una delicia, Owen piensa en todo el placer que va a sentir al tomar su virginidad, pero para eso, su dedo necesita entrar hasta lo más profundo para asegurarse que está perfectamente bien lubricado hasta la base.

La pareja pasó a la siguiente fase, abierto de piernas, arrodillado, recargado en el respaldo de cuero del sillón, así recibe el dedo Anang que gime de placer mezclado con dolor, el dolor de su primera vez que se combina con los firmes pero tiernos apretones se testículos.

Owen entra y sale hasta la segunda falange aplicando generosas cantidades de lubricante, le excita castigar los testículos de su muñequita de porcelana oriental, escucharla gemir fingiendo ser mujer lo pone a mil.

Alterna entre besos y mordidas a ese culito redondo, firme y paradito, pese a ser hombre, tiene un par de nalgas que muchas mujeres envidian.

Concentrado en reforzar su ya firme convicción, Owen estimula la próstata de su amiguita, pobre Anang sucumbe ante el tortuoso placer, además de gemidos, chorros de preseminal delatan lo mucho que está disfrutando esto.

“¡Sí así se siente un dedo, no puedo esperar a sentir tu pene!” gritó la recién convertida mariconcita.

Harto de esperar, determinado a desvirgar el culito y darse su propio placer inundando el recto de Anang, Owen metió hasta el fondo su dedo sacando un gemido de sorpresa de la pobre sissy. Empujó el dedo metido hasta el fondo como tratando de meter más asegurándose que el fondo está impregnado de lubricante.

Al sacar su dedo notó como el recto de Anang palpita llamándolo desde su interior, sosteniendo desde la base Owen agitó su miembro azotando las nalgas, canal y ano.

Usándolo como lanza pico los testículos, la diferencia entre la dura barra de carne y los suaves bultos que cuelgan les da a ambos un placer indescriptible. Cómo si fuera una piñata Owen golpea el escroto haciendo daño a Anang quien se limita a gemir.

Las ganas comenzaron a menguar, Ang siente su boca dislocada, el pene de Owen es enorme, la va a partir en dos, la duda se apodera de ella tratando de incorporarse pero Owen, atento a la situación la mantiene firme en su lugar usando su fuerte mano para sujetarla desde la nuca.

Un escalofrío recorre el cuerpo de Anang desde el recto hasta la punta de sus dedos, su piel se llena de protuberancias, apenas hizo contacto el glande en su virginal agujero y ya siente que lo parten en dos.

Owen sujeto con fuerza la base de su pene esperando resistencia, puntea tratando de relajar a su víctima empuja poco a poco. Anamg siente como su esfínter va cediendo, sabe que no puede resistirse, coopera controlando sus músculos tratando de abrirse para permitir el enorme pistón profanar su virgen cueva.

Instintivamente usa sus manos para separar sus nalgas, gracias a ese audaz y muy valiente movimiento el glande logra pasar la primera barrera, el sissy gime presa del pánico, le duele, es un dolor intenso, puede sentir su canal anal dilatado hasta dimensiones nunca antes imaginadas.

Owen gimotea ronco, disfruta cada milímetro de polla que logra introducir, sujeta con fuerza la diminuta cintura “masculina” de Anang con fuerza clavando sus dedos, vacila con un vaivén suave en todas direcciones, Anang sigue abriendo sus nalguitas, lágrimas caen, no está seguro si son de felicidad o de dolor, cada cierto número de bombeo Owen presiona rebasando el límite, entre gemidos logró enterrar ⅖ de verga, equivalente a 7.2 cms.

En algún momento el ano de Anang cede gracias al relajante anal y Owen mete toda su masculinidad hasta la base sin resistencia alguna, pelvis con glúteos el pequeño sissy abre grande la boca de sorpresa, el masculino y musculoso hombre exhala un oooh de placer, sin mucho esfuerzo logro conquistar el recto de Anang confirmado su rol de hembra en su relación.

“Está hecho” esas palabras susurradas en su oído desarmaron a Anang que a partir de ese momento fue una muñeca que se dejaba hacer sin involucrarse con el coito, la sorpresa de su primera vez, descubrir que fue capaz de recibir en su recto un grueso pene que por cierto le causa cierto malestar, no dolor, solo una sensación punzante que le impide disfrutar de inmediato la penetración.

Owen le dió 3 minutos para que se acostumbrara y se preparara para lo que seguía, tenía bien sujeta a su presa de la pelvis, su mano abarca genitales e inglés, aprieta con firmeza suficiente para dar el mensaje correcto “no te muevas”. El otro brazo recorre la delicada figura del sissy desde su dorsal derecho, pasando por el pecho hasta descansar su mano que abarca el hombro y cuello.

El primer recorrido en reversa estira los músculos del ano recordando la expresión “labios que agarran”, Anang siente que le sacan el alma, 16 centímetros de grueso pene salieron despacio dejando un vacío en su interior, el recorrido presionó su próstata, su cuerpo respondió con una brisa de placer mezclado con sorpresa y algo de dolor.

Pero el coito no es entrar y salir una única vez, es necesario que el macho o la hembra realicen ese ancestral vaivén hasta que uno o ambos terminen.

Aferrando sus manitas a los poderosos antebrazos, Anang espera nerviosa lo que sigue, cierra los ojos apretando con fuerza a la espera de su macho que se toma su tiempo disfrutando el momento, medio glande enterrado, acomoda su pelvis y arremete con suavidad por segunda vez hasta el fondo celebrando su conquista con un fuerte “¡Eres mía!”, el pequeño sissy gime como colegiala asiática, una mezcla de sorpresa y dolor imposible de ocultar.

Ya no hay tiempo de compensación, Owen se volvió a retirar hasta casi sacarlo todo y regresó clavando su poderoso miembro hasta el fondo vitoreando con un fuerte “¡Pequeña puta”, regresó está vez con las velocidad casi hasta salir volviendo a arremeter con un poco más de velocidad para sorpresa de Anang que berrea de dolor, el dolor de su primera vez, su macho celebró el tercer empujón gritando “¡Soy tu dueño, pequeña puta asiática!”.

Owen volvió a darle unos instantes a Anang para que asimile su nuevo rol, estruja su penecito y huevitos, presiona firme su pelvis contra sus glúteos causando punzadas a lo largo de su recto, pero sobre todo en lo más profundo, allá donde el glande empuja el intestino, los dedos se marcan en el cuello y hombros, llora en silencio, trata de disfrutar pero es imposible, la verga de su hombre es demasiado grande. Resignada a una primera vez dolorosa e intensa se deja hacer aferrándose a esas pequeñas bocanadas de placer esporádico que la presión en su próstata proporciona.

3 minutos de descanso antes de iniciar un despiadado asedio a media verga, Owen disfruta del estrecho y ya no virgen canal anal de su sissy, muestra dominancia y superioridad exclamando frases racistas como “¡Owen conquista Asia!”, “¡Siente un verdadero BWC!” o “¡Este BWC te va a bautizar con su primer pastel de crema anal!”.

Anang se siente inferior, doblegada, sumisa, deja a su macho hacer sin protestar, sus carnes vibran en todo su cuerpo por las embestidas, trata de contar el tiempo, asume, de forma inocente, que si con sexo oral se vino en minutos en el callejón y lleva más de 20 minutos de erección, no debe tardar mucho, pobre mequetrefe, su culito, roto, abierto hasta límites insospechados va a quedar tan irritado y adolorido que los siguientes 4 días le va a costar defecar.

Sentirse inferior la hace sentirse plena, como su madre arrodillada mamando el pene de su padre, o cuando se postró para que su padre la penetrara a 4 hasta vaciar el contenido de sus testículos en el interior de su vagina, así se siente Anang, completa, como si el verdadero rol que vino a cumplir en esta vida fuera el de ser la puta de Owen.

El momento nubló el juicio de Anang afectando su facultad cognitiva, piensa en las bolas azules de Owen, abandona su sufrimiento y su razonamiento lo lleva a sentir empatía por su nuevo dueño, lo mucho que debe sufrir por tener las bolas a punto de explorar y como es su responsabilidad satisfacerlo de la misma forma en que Dao lo hace con él.

En medio de sus gemidos de placer Anang dejo escapar “เติมฉันด้วยน้ำอสุจิ” que se traduce como “lléname con tu semen (cum)”, su juicio se despejó un poco, recordó que no esta en Tailandia si no en américa, en medio de fuertes empujes que suenan como aplausos cada vez que la pelvis de Owen se impacta con las nalgas de Anang, la pobre sissy suelta incoherencias, balbucea frases como “usa mi sucio culo”, “vacía tu poderoso semen en mi ano”, “usame para tu placer”, “tómame como la sucia perra que soy».

Owen alcanzó a escuchar eso último, sujeto con fuerza el rostro de Anang forzando a la chica sissy a girar el rostro para besarla con pasión, así, unidos en un profundo beso, conectados pene ano, Anang sucumbió a las delicias pecaminosa de la sodomía.

El ritmo cambio, Owen emplea su mejor movimiento de cadera, suave, constante, hay un dolor que no se va, aún así, Anang disfruta las ondas de placer que le produce ese enorme pene cada vez que se mueve, recuerda cada vez que va al baño a defecar, ese placer culposo que le da sentir sus heces evacuar, en estos momentos siente lo mismo pero más intenso gracias al tamaño del miembro y los besos apasionados.

*Plap, plap, plap*, “aaah, oooh, hmm”, “Haaa, hooo, mmmh”, *muac, muac, muac*, eso era todo lo que se escuchaba, un hombre follando a un sissy, estrenando su culito, conquistando, abriendo, floreando, la sissy tiene los ojos en blanco, saliva, puede sentir como su ano dilatado.

Eso siguió y siguió por 20 minutos hasta que Owen decidió que era momento de bautizar el canal anal con su leche, Anang siente el incremento de enjundia, el nuevo ritmo marca movimientos aleatorios, la cantidad de verga que entra y sale ya no es uniforme, recuerda cuando está en su rol de Chai como él mismo hace eso cuando está cerca del orgasmo.

Owen dejó todo rastro de caballerosidad para transformarse en una bestia, arremete contra el culito deleitándose con lo apretado de su interior, aspira el aroma a heces, sudor, lubricante y demás fluidos mezclados, fuera de sí, embriagado por el delicioso aroma sujeta con fuerza el cuerpo de Anang con fuerza hacia él, si fuera un combate podría romper los huesos de su presa sin problemas, pero no es lo que quiere, el solo marca territorio, impone respeto, le demuestra a su hembrita que mientras este con él, nada podrá arrebatarlo de sus brazos.

Owen arremete con vigor, bufa como toro, sujeta como anaconda, mantiene el ritmo en búsqueda de su propio placer, en esos momentos dejó de importarle su sissy, le importa él y solo él hasta bramar explotando en un colosal orgasmo inundando el canal anal de la sissy Anang colonizando el recto asiatico con blanca esperma de hombre blanco.

El pobre sissy apenas puede respirar, le arde el culo, tiene las nalgas rojas, los dados de su macho marcados, el interior de su agujero oriental retacado de semen, humillado, tomado, feminizando, despojado de su hombría, Anang sonríe al abrazar con gusto su nuevo ser, su nuevo yo, su nueva vida.

«Eso fue dulce» susurro Owen…

Contacto para sugerencias [email protected]

16 Lecturas/22 mayo, 2025/0 Comentarios/por RelatistaDan
Etiquetas: amigos, amiguita, anal, gay, madre, mayor, padre, sexo
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Seduciendo a mi tío
Mi hija en la luna de miel
Mi hija mi modelo personal. Parte II
Me burlé de mi suegro y me violó con un amigo me ISO puto
El putito del edificio
el repartidor parte 1
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.089)
  • Dominación Hombres (3.245)
  • Dominación Mujeres (2.524)
  • Fantasías / Parodias (2.532)
  • Fetichismo (2.215)
  • Gays (20.274)
  • Heterosexual (7.122)
  • Incestos en Familia (16.213)
  • Infidelidad (3.993)
  • Intercambios / Trios (2.711)
  • Lesbiana (1.066)
  • Masturbacion Femenina (724)
  • Masturbacion Masculina (1.522)
  • Orgias (1.710)
  • Sado Bondage Hombre (406)
  • Sado Bondage Mujer (146)
  • Sexo con Madur@s (3.562)
  • Sexo Virtual (222)
  • Travestis / Transexuales (2.206)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.148)
  • Zoofilia Hombre (2.033)
  • Zoofilia Mujer (1.594)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba