Asalto que termino en violacion
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Belhor.
Soy un chico de 18 años, caucásico, mido 1.70, soy rollizo con piernas marcadas por el atletismo y muy nalgón; ese día teníamos que realizar un trabajo escolar así que no demoraría mucho, eran las 7:30 de la noche cuando salí de casa, camine unas cuadras para tomar un autobús que me dejaría enfrente de la casa de mi amigo, tome uno de los asientos que están delante de la puerta de bajada al fondo, cuando me senté, note que un tipo se cambió de lugar, él se encontraba al frente y se sentó del otro lado del autobús en la misma fila, yo no preste mucha atención pero podía sentir su mirada, sin querer darle más interés continúe escuchando música, al llegar me apresure a bajar del autobús sin notar que el también iba a bajar; tenía mucho tiempo que no iba por ese rumbo así que no recordaba bien por donde se encontraba la casa, camine una cuadra y al intentar cruzar la calle note que el tipo se acercaba a mí, iba vestido con una sudadera con el gorro puesto color naranja, pantalones de mezclilla azul y tenis blancos, parecía que trabajaba en alguna especie de taller mecánico por las manchas de su ropa y el olor a gasolina.
-Oye may ¿Podrías darme tu hora? – me pregunto sospechosamente así que le dije que no traía reloj, él se metió las manos dentro del pantalón y saco un cuchillo de cocina de tamaño considerable, realmente no recuerdo que fue lo que me dijo después pero por instinto le entregue mi teléfono celular y mi cartera, él lo tomo y me pidió que no gritara y que caminara con el normalmente, aquella calle era muy solitaria y más en ese día, yo tenía ganas de correr pero temía que el lograse alcanzarme.
Caminamos una cuadra y nos dirigimos a un callejón oscuro que servía como atajo y terminaba del otro lado, quien pasara por ahí no podría ver lo que ocurría por la oscuridad, además de estar alejado; una vez ahí, guardo en su mochila las cosas. – ¿Que más quieres? – pregunte mientras lo miraba fijamente, era un hombre moreno, media 1.78 más o menos, delgado pero su pecho era ancho y sus brazos gruesos por algún tipo de trabajo pesado
Por el frio que hacia yo llevaba una chaqueta deportiva, jeans ajustados y tenis, me observo de arriba hacia abajo y coloco sus cosas en el suelo mientras que acercaba el cuchillo a mi estómago, – Si haces algo te mueres may – decía mientras me jalaba del brazo colocándome de despaldas a él.
Que ricas nalgas tienes – decía mientras con una de sus manos las apretaba, yo estaba muy nervioso así que de mi boca no salía palabra alguna, él se bajó el zipper del pantalón y se sacó su verga y de un jalón me dio vuelta y me pidió que se la mamara, en un principio me negué y le dije que ya le había entregado todas mis pertenencias, él se molestó y apoyo nuevamente el cuchillo, sin más que hacer flexione mis rodillas y quede enfrente de su verga.
Era oscura, y media como 16cm algo flácida, rodeada de abundante pelo y olía a una mezcla de orines y sudor, en ese momento me negué nuevamente a hacerlo pero el apoyo su cuchillo golpeando mi cara con lo plano, no tenia de otra más que obedecerlo así que cerré mis ojos y comenzó a lamer la punta de su verga que en efecto tenía un sabor salado, hice hacia atrás su prepucio con los labios y me la metí en la boca, el hacia un vaivén en mi boca mientras yo sentía como su verga crecía un poco más, de pronto el tomo mi cabeza y me clavaba hasta la garganta, mis lágrimas escurrían por mis mejillas por el coraje y las arcadas que me producía.
Te gusta verdad puto, te gusta – decía mientras me follaba la boca desesperadamente, llego un momento en el que se detuvo y saco su verga dejándome la mandíbula cansada y entumida, – te voy a clavar putito – dijo y me jalo para ponerme de pie, la situación comenzaba a ponerme nervioso, me levante y me di vuelta, él me dijo que empinara mis nalgas, y que me bajara el pantalón yo así lo hice dejando solo mis boxes de licra ajustados, el dio vuelta y saco de su mochila un frasco pequeño de lubricante.
Al regresar la mirada y verme apoyado se acercó y comenzó a darme de azotes en las nalgas mientras decía – Que ricas, te voy a romper ese culo de putita – me bajo el bóxer, se agacho y comenzó a jugar en la entrada de mi ano con uno de sus dedos, lo ensalivaba y trataba de metérmelo, di un sobresalto pero trate de calmarme
Se levantó y apoyo su verga en la entrada de mi ano, yo lo sentía caliente así que me incline más hacia adelante, aquel tipo puso un poco de lubricante y comenzó a meterla lentamente, fue doloroso pero después esa mezcla de nervios y dolor se convirtió en placer, el apretó fuertemente mi pecho mientras me la metía hasta el fondo.
Te gusta verdad putita – decía mientras comenzaba con su mete y saca apresurado, yo ya no podía contener el placer que me provocaba tener esa verga oscura dentro, me separe del muro y me dijo que me tumbara en el suelo y me pusiera en 4, continuo clavándome hasta el fondo, con una de sus manos me sujetaba del cabello y con la otra me metía los dedos en la boca.
Así estuvimos un rato hasta que apresuro su mete y saca, su respiración aumentaba al igual que mi excitación, se detuvo y la saco, se puso de pie y me ordeno que se la mamara de nuevo, yo me di la vuelta y comenzó nuevamente a mamársela, me sujeto fuerte de la cabeza y me clavo hasta las garganta y sentí como se venía en mi boca, se estuvo un momento así mientras su verga se achicaba, cuando me la saco yo escupí su semen, él se levantó y se subió los pantalones, saco de su mochila mi teléfono y mi cartera, escribió un número telefónico en él y marco al suyo, luego los coloco en el suelo y salió corriendo, yo me levante y me acomode la ropa y camine fuera de aquel callejón muy confundido, tome un taxi y me dirigí a mi casa, al otro día recibí un mensaje de texto del mismo número…
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