Así fué…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mis padres siempre iban a visitar a sus familiares a una enorme Hacienda que tenían en las afueras de la ciudad, al campo como decimos. A mi me aburría mucho, que aunque siempre he sido tránquilo y apasible, como cualquier otro chico me encantaba divertirme con mis amigos de la escuela, ir a juegos de pelota (baseball), baloncesto etc. Ya me fijaba en los paquetes que se le notaban a los chicos deportistas, pero me decía a mi mismo, que esa era la copa plástica que se ponen interiormente, para proteger sus partes intimas de un golpe.
Ese viernes nos fuimos temprano e iba malhumorado. Al llegar mi hermana se fue con mis papás a arreglar las habitaciones para dormir y a saludar los parrientes etc., pero yo decidí recorrer una vereda muy linda que tiene esta Hacienda, dónde existe una caballeriza. Ese día vi lo más bello que mis ojos habían visto hasta ese momento; un hermoso joven como de 23 años que bregaba con un caballo, él era alto de hermosa precensia, un cuerpo trabajado por el duro entrenamiento en el quehacer diario de esa finca (Hacienda) digo yo. Tenía una camisetilla que dejaba ver sus musculosos brazos, unos apretados y desgastados jeans, que marcaban un paquete tan mullido, aún si tener una erección. Sentí que mi corazón se me fue a los pies, no entendía en ese momento, esa mi reacción. Me acerqué, enbobado mirándolo, él me sonrío y me dijo que quien yo era. Le expliqué, me noté que yo estaba nervioso, turbado. Soy Armando me dijo y yo me presenté.
Charlamos un rato, me preguntó que hasta cuando nos quedaríamos y yo le dije que hasta el domingo. Sabes montar? Claro que no, le dije y sin querer le coquetee, diciéndole que necesitaba alguien que me enseñara. Ven me dijo no perdamos tiempo, pero yo le dije, que solo, no me montaría jamás, que mejor me diera una vuelta en el caballo a ver como era. Me ayudó a trepar aquel caballo, y sentí su roce en mis nalgas, fue como si el tiempo se detuviera, en ese momento, no se pero noté una sensualidad en su voz cuando me dijo, voy a a ver si te puedo trepar, y se requedó pegado a mi tomándome por la cintura, yo no hice nada para impedirlo y permití que por primera vez un desconocido me rosara así, bajo un tonto pretexto.
Entonces yo hice un movimento me trepé y él hizo lo propio, tenía un poco de miedo pero al sentirlo detrás de mi, eso me dio seguridad. Comenzamos a cabalgar, y él dijo poco a poco, por que el caballo no está acostumbrado a llevar a dos, me éxplicaba esto y aquello del foete, del control, más yo casi no lo oía solo iba pensando en esa cosa dura que sentía rosaba mi culo. Según los brinquitos al galopar yo como que echaba el trasero más atrás y lo sentía tocar su duro bulto, y él me apretaba la cintura con una mano. Fue algo como sin malicia pero creo que ambos estabamos ardiendo en deseos del uno al otro. Me llevó a un arroyo y allí nos bajamos cerca de un árbol de flamboyán, yo no perdí tiempo y le miré el bulto, lo tenía que se le quería salir de los jeans. Quedé mudo cuando Armando me dijo, viste como me lo pusistes, es tu culpa por culearme cuando cabalgabamos, yo le dije tartamudeando, que no era esa mi intención. Y temblaba mi cuerpo se estremecía pero sentía mi pene pararse más, total así de erécto
lo traía también.
Nunca has estado con nadie, con un amigo tuyo o algo asi? Le dije que no, jamás. y mientras amarraba el caballo cerca. Yo me arrimé al árbol y Armando se me fué por detrás y se me pegó restregando su tremenda erección en mi culo…no deja por favor, deja, decía yo debilmente pero le meneaba mi trasero. Esto no es nada malo me decía al oído, nos deséamos nada mas. Sentía ese olor a hombre sudado, su virilídad y perdí mi pudor. Me viré de frente y me eñangote frente a su paquete, y comenzé a pasarle mi cara por toda esa área y al llegar al pene abría mis labios y lo mordía suavemente, pero todo por encima de sus jeans. Él gemía y se movía para delante y atrás como si ya entuviera follando (metiendo). Amigo que rico se siente sigue así, sigue, pero yo no quería aperitivos… quería mas, era mi primera vez y no la iba a dejar pasar, y menos con el ejemplar de macho que tenía frente a mi, un modelo como de revista, pero hosco, sudado y ardiente! Le baje el zipper y se lo saqué, aquel enorme pene brincó como un resorte al salir de su prisión, estaba precioso y ya tenía precum en la abertura de aquella hemosa cabezota, dónde metí mi lengua y la lamía tragándola con mi saliva… aquel olor a ese guebo de hombre me embriagaba, estaba perdido. Él no pudo más y me dijo que por allí nadie iba, se empezó a desnudar y me pidió que yo lo hiciera, no se como pero yo perdí la verguenza y me denudé también…
Aquí nadie viene pero si fuera así nos tiramos al charco y yo confirmé, pero con mi cabeza, ya que su pene me llenaba la boca, nuevamente. Le lamía la vergota sus grandes huevos uno a uno, mi pacífica lengua se convirtió en algo que no dejaba de lamer y gozar de aquella, mi primera verga. Me sacaba los pelos que se me venían en la boca y seguía. Y Armando me decía ay mi nene, por que no te había conocido antes, tú si que me haces gozar, ayyyy que delicia, te voy a romper hoy ese culo, ese hoyito hoy es mio. Y así fue me puso en cuatro, dándome mi primera y recordada mamada de culo, cuando me sintió dilatado me çomenzó a coger. Me dolía mucho pero aguantaba y él muy amoroso siguió en su afán, hasta que me lo metió como la mitad. Grité mi grito se escuchó en el eco del campo pero no me quité. Me la sacó y se la mojó más con su saliva, y me echó a mi en el boquete, ya no era un boquetito…uyyy como te lo he puesto y yo le decía: me duele, me duele…pero volvió y me lo sampó, se quedó quietecito y yo gimiendo, sigue, sigue que ya no me duele tanto y ese hombre ha comenzadoa penetrarme sin ningún respeto haciéndome ver las estrellas, pero cuando eso pasó, yo comenzé a moverme, a menearle el culo..Coge puta me gritaba, desde hoy soy tu macho y tu mi hermbra , si nene soy tuyo, tuyo y de nadie más… le contestaba yo…y a sus gritos de placer me inundó todo el culo de semen, de leche que yo recibí gustoso, yo me vine también.
Que rico fue todo eso! al fin me habían cogido, ya sabía que me gustaban los machos y porque me atraían los enormes bultos. Para más decir pasé un feliz fin de semana y entonces era yo él que insistía a mis padres ir a la Hacienda. Armando fue mi primer hombre y me enseñó de todo, aunque decía que yo lo introduje en el sexo gay…pero siempre me cogia tres y cuatro veces en esos inolvidables fines de semanas. Nunca te olvido Armando, tu si eres un semental!
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