Así fue mi despertar II
Poco a poco fui descubriendo las nuevas sensaciones que mi primo me enseñanba.
Pasaron varios días y aún me dolía mi culito. Pero esa sensación de placer oculto dentro de mi era lo que me despertaba el morbo.
Aunque no me lo crean a mis ocho años y después del cogidon que me había puesto mi primo, yo aún quería más. Contaba los días para que mi mamá nos llevara de visita a la casa de mis tíos o para que ellos vinieran a la casa con mi primo.
A los días mi madre me llevó a la tan esperada visita. En cuanto llegue mi tía me dijo que subiera al cuarto de arriba ya que ahí estaba mi primo.
No me lo dijeron dos veces, lo encontré jugando videojuegos, llegué, saludé y me senté en la cama a ver su juego. Yo no encontraba como decirle que quería más verga, así que le agarré el bulto a mi primo que siempre traía pants. Inmediatamente se le paró y la sacó para que se la tocara, estaba caliente y sentía como si palpitaba. Le dije que si me quería hacer lo mismo del otro día y solo me dijo, vamos.
Ahí mismo en el baño, me bajo los pantalones y escupió en mi culito y me la empezó a meter poco a poco para que no me doliera, una vez adentro empezó a bombear despacio, yo sentía como empujaba todo mi interior y sentía algo así como cuando mi mamá me decía que no lo hiciera pero yo lo me escondía para hacerlo.
Quería gritar de dolor y de gusto pero yo mismo me tapaba la boca para que no nos oyeran.
Por fin sentí que mi primo se vino y esta vez no hubo sangre y creo que ni caca por que trate de limpiarme muy bien. Sentía cosquillitas en mi culito que ya no era virgen y repetía la operación de la primera vez. Siéntate en el baño y saca todo lo que puedas, mi primo me limpio, me paso un papel mojado y me dijo que no le dijera ni una palabra a nadie por que si no a él lo iban a castigar y ya no jugaría conmigo.
Unos días después falleció mi abuelita y tuvimos que viajar al pueblo ya que ahí estaba su casa. Obviamente me ofrecí a dormir con mi primo, neta lo buscaba tanto y lo necesitaba tanto que no sabía por qué sentía eso.
Llego la noche y nos acostaron a dormir ya que todos los mayores se quedarían a velar. Desde que nos cubrimos me bajo la pijama y los calzones y me tocó mis nalguitas, yo solo sentía sus caricias y como ponía saliva en mi anito a pesar de que tenía yo ocho años no era tan pequeño y me podía acomodar fácil entre sus piernas y de cucharita me penetro. Sentía como su verga caliente entraba y salía de mi culo era un placer prohibido pero quería seguir disfrutando.
Esa noche no se cuantas veces me cogio pero a la mañana siguiente tenía mucho sueño, sentía mi culo resbaloso y con un olor como entre cloro y plástico, no se cuanta leche traía adentro pero corrí al baño a limpiarme y a cagar todo lo que me había echado.
Después de eso me llevo a explorar el campo cercano y ahí me enseñó a mamarle la verga.
Eso Se los cuento después que por ahora tengo que ir a trabajar.
comosigue
Va muy bien la historia, bravo.
Me gusta tu historia…Ojala la sigas relatando 🙂
Pregunta: Ahora cuantos años tienes?