Atrapados. Capítulo 1: El Comienzo de Todo
•Historia Ficticia• Dos hermanos enamorados el uno del otro son separados a la fuerza luego de algunos candentes acontecimientos… Landon descubre en la media noche a Gabe con un chico..
Todo empezó hace un año atrás. Tenía 17, faltaba poco para mis 18. En ese momento salía con un chico llamado Jackson: Castaño, ojos café, guapo, facciones delicadas, flaco. De estatura mediana, le sacaba unos centímetros considerables. Una sonrisa perfecta y unas nalgas redondas de buen tamaño. Era algo arrogante y un poco difícil en algunas ocasiones. La verdad, no le veía mucho futuro a lo nuestro. Nos la pasábamos peleando por pequeñeces todo el tiempo. El afecto no era el mismo que el del principio. Pero todo eso se compensaba con las sesiones de sexo en la madrugada. Cuando no estábamos peleados, lo llevaba a mi casa mientras todos dormían. Y mi habitación siempre amanecía patas arriba. Y allí nos encontrábamos esa noche: Él encima de mis muslos mientras le taladraba el culo con mi polla. Nuestros labios entrelazados en un frenético beso. Nuestras lenguas danzando juntas. Apaciguando nuestros gemidos.
Separó sus labios de los míos en busca de aire. Y aproveché ese momento para acercarme a su cuello para morderlo y chuparlo. En el ínterin de que incrementaba mis embestidas contra sus nalgas. Mis manos llegando a las mismas e impactando fuertemente contra ellas en diversas ocasiones. Su boca abierta, dejando salir bajas quejas. Y su mirada perdida en el techo. Me incitaba a darle con mucha más agresividad y fuerza.
El clímax estaba a la vuelta de la esquina. Mis brazos se entrelazaron en su espalda y levante mi torso, sentándome. No me quedaba mucho. Le avisé y al poco tiempo, olas de placer recorrían mi cuerpo a gran velocidad. Sentía como todo mi semen llenaba sus entrañas mientras ambos gemíamos Al unísono.
Los espasmos cesaron y caímos hacia la almohada detrás de mí. Quedé totalmente exhausto y llegué a escuchar algo proveniente de la puerta. Pero aún así y todavía enterrado en el culo de mi novio. Me dormí.
Desperté unas tres horas más tarde. Las luces de mi habitación estaban encendidas y Jackson estaba sentado en la silla de mi escritorio mientras amarraba las trenzas de sus zapatos.
–Buenos días –me senté en la cama mientras estiraba mis brazos–. ¿Tan rápido te vas?
Jackson volvió su mirada a la cama y suspiró.
–Me escapé para venir –hizo una pausa mientras terminaba de amarrar sus trenzas–… Tengo que estar en casa antes de que despierten todos y tampoco quiero estar aquí cuando tus padres o tu odioso hermano se despierten.
Reí por lo bajo. En ese momento no entendía el porqué. Pero Landon odiaba a Jackson a muerte. Siempre buscaba la manera de hacerlo enojar y no lo dejaba en paz. Jackson, siendo el “no me dejó de nadie 2000” terminaba peleando con mi hermano menor por cualquier estupidez.
Yo no me metía en sus niñadas porque no podía defender a uno sin que el otro se molestara. Así que me mantenía a raya de sus peleas.
Mamá estaba muy ocupada con sus bolsos Hermès y sus joyas Cartier como para siquiera notarlo.
Y papá se la pasaba todo el rato en el exterior como para siquiera conocerlo.
–Papá está en un avión directo a Francia. Algo de cerrar contratos con no sé quién imbécil. Mi madre regresó tarde de su quedada de amigas. Debe estar explotándole la cabeza en este momento, dudo que salga de la cama hoy –me levanté de la cama en busca de mis chanclas–, en cuanto a mi hermano. Con suerte no terminarán peleando por quién tiene el sándwich con más lechuga –rodeé los ojos divertido mientras me encaminaba al baño.
–¡No te burles de mí! –Escuché decir a un Jackson irritado–. Él es el que comienza siempre. Puto niño metiche.
Lo último fue susurrado.
–Ey, escuche eso
–¡Pero es la verdad! –entró al cuarto de baño detrás de mí– Es cómo si no pudiese aceptar que su hermano tiene que hacer una puta vida sin él. Y la manera en que busca meterse entre ambos es muy rara.
–Acaba de cumplir 16 años, Jackson –lo miré desde el espejo–. No puedo creer que estés así de histérico y caigas en su juego –Abrí el grifo del lavabo y me mojé la cara, espabilándome. Mi cerebro procesó lo último y mi cien se arrugó en confusión–. ¿A qué te refieres con eso?
–Olvídalo –salió de la habitación dejándome con la incógnita.
Suspiré. Tomé mi cepillo de dientes y lo embarré de pasta.
Al salir del baño luego de ducharme, lo encontré sentado en la cama con su celular en la mano. Me senté a su lado y tapé la pantalla con mi mano. Obligándolo a subir su mirada.
–De verdad quiero saber –Quité mi mano de su celular y la llevé a la suya.
Bajo su mirada a nuestras manos entrelazadas y soltó una risita.
–Okay, pero primero vístete, que no puedo hablar así.
No había caído en cuenta que seguía desnudo desde que me levanté. Esto quitó la tensión qué se sentía en el ambiente, y agradecí por eso. Sonreí y me dirigí al closet. Agarré unos calzoncillos tipo shorts negros y volví.
–¿Mejor? –me paré en frente de él.
–Mejor –su sonrisa se apagó y supongo que buscaba las mejores palabras para hablarme–. A lo que me refiero es –hizo una pausa y me senté a su lado nuevamente. Tocando su muslo con mi mano–… Gabe, tal vez tu no lo veas porque es tu hermano. Y sí, admito que se me hace difícil no ponerme histérico con él. Pero hay algo en como nos mira cuando estamos juntos… Gabe, nos mira con celos. Y busca la manera de apartarme de ti. Ya sea discutiendo conmigo o literalmente sentándose en el medio de nosotros –miró mis ojos–. Tal vez es solo amor de hermanos o qué sé yo. Pero bueno, ya tengo que irme.
Mi rostro reflejaba enfado por sus insinuaciones. Y tal vez por eso cambió de discurso al final. Ahora lo veo.
–Espera… yo te llevo. –Caminé hasta el closet nuevamente y me vestí.
Salí de la habitación primero a ver si no había nadie que nos viera salir. Y para mi suerte, no había ninguno. Regresé y le dije que todo estaba vacío. Con Jackson detrás de mí, salí de la casa en dirección al estacionamiento pasando el jardín. Algunos trabajadores nos vieron pasar. Pero ya estaban acostumbrados a eso y no nos prestaban atención.
Subí al carro, seguido de mi novio. Encendí el motor y nos pusimos en marcha. Jackson vivía en una zona residencial a unos veinte minutos de mi casa.
El sonido del motor era el único sonido en todo el camino. Seguía sin entender del todo lo que Jackson decía. Sus insinuaciones de que mi hermano podría estar celoso de mi relación no me cerraban. Era mi hermano del que estábamos hablando. No creía que existiera la mínima posibilidad de algo así. “Pobre iluso”.
Llegamos al portón de la zona residencial, el cuál fue abierto por el botón en el manojo de llaves de Jackson.
Aparqué a unas dos casas antes por petición de él. Jackson estaba incómodo mientras agarraba su bolso en el piso del coche. Cuando hizo el amague de abrir la puerta. Tomé su mano y giró su rostro hacia mi. Traje su cuerpo hacia mi y besé sus labios. Correspondió abriendo sus labios, profundizando el contacto.
–Te quiero –Dije luego de separarnos. Recibiendo un “yo también” de su parte–. Nos vemos luego.
Salió del auto y emprendió su camino a casa. Esperé allí hasta que cruzó a su jardín y lo perdí de vista.
Veinte minutos después, me encontraba pasando el portón del estacionamiento.
Entré a la casa con sumo cuidado al cerrar la puerta. Llevé mi vista a mi reloj, viendo que eran las siete treinta de la mañana. Comencé a andar decidido a subir a mi habitación, pero en la isla de la cocina encontré a Landon, sentado con unos sándwiches al frente de él. Entré a la cocina y su expresión cambió al verme entrar. ¿Enojo?
–Buenos días, madrugador –saludé quitándole un sándwich al pasar por detrás de él.
–Buenos días –respondió secamente. Hundí mis cejas, extrañado.
–¿Pasa algo, Landy? –devolví el sándwich a su plato
–No me llames así –dijo entre dientes–… no pasa nada.
Rodeé la isla. Situándome al frente de él.
–No, claramente sucede algo. ¿Qué pasa? –dije serio.
–¡No ocurre nada, ¿vale?! –se levantó bruscamente de la silla. Sus cejas fruncidas y su mandíbula tensa. Agarró su plato y comenzó a andar al pasillo.
Lo seguí escaleras arriba mientras seguía insistiendo a que me contara que tenía.
–¡Deja de ser tan pesado! –Fue lo último y lo único que dijo antes de cerrarme la puerta en la cara.
–¡Landon, ¿Qué coño te pasa?! –me exasperé y golpeé repetidas veces la puerta– ¡Abre ya!
De las escaleras subió una muy estropeada mujer: mi madre.
–¿Se puede saber que haces? –llevaba una compresa de hielo en la cabeza– Deja ya a tu hermano en paz, por el amor de Dios.
–Literalmente, él empezó a tratarme mal en la cocina –me defendí en vano.
–Algo habrás hecho –dijo mientras se volteaba y bajaba las escaleras–. Tú sabrás –la escuché decir.
Suspiré y llevé mi frente a la puerta en frustración.
–Landy… hablemos –toqué la puerta dos veces–. Al menos dime que hice hermano.
La puerta se abrió de golpe haciendo que casi cayera al suelo. Con el ceño fruncido. Hizo un ademan con la cabeza para que entrará. Me siguió con la mirada hasta que me senté incómodo en su cama. Su habitación estaba a oscuras. La única luz provenía de su laptop.
–¿Me puedes decir ya qué es lo que tienes? –dije ya exasperado por el silencio.
Se acercó a la cama y se sentó lejos de mí, con las manos en su cabeza, apoyadas en sus rodillas. Luego de varios segundos, por fin habló.
–Te vi –arrugué las cejas desconcertado. Continuó–. Los vi, de echo.
Recordé haber escuchado algo en la puerta antes de quedarme dormido. Ahí lo entendí todo. Y entenderlo me desconsertó aún más.
–Espera –lo miré, confundido–… ¿Estás así de molesto porque me viste follando con mi novio? –me miró y solo asintió encogiéndose de hombros.
–¡¿Por qué?!
–¡P-Porque me enoja que estés con él y no conmigo! –gritó. Hizo una pausa y continuó–. ¡He pasado tres putos años queriéndolo! ¡Supe que me gustaban los chicos por ti! –giró su rostro hacia mí. En la oscuridad, y gracias al destello de la laptop, podía ver sus ojos cristalinos–. He tratado de borrar todo lo que siento, porque sé que es una puta locura –su voz se quebró, pero continuó–. Pero no he podido, ¿Vale? –dejó salir un sollozo–. Y verte ayer con él, me dio muchísima rabia y celos, y-y no sé cómo controlar todo lo que siento por ti y la envidia que le tengo al puto niñato de Jackson. –tapó su rostro con sus manos.
Quedé absolutamente en blanco. ¿Qué coño se suponía que le podía decir a mi hermano menor luego de tan grande confesión? Landon es la persona más importante en mi vida desde siempre. No podía, ni quería hacerlo sentirse peor por todo esto. Obligué a mi cuerpo a reaccionar y me acerqué a él para envolverlo en mis brazos. “Pero hay algo en como nos mira cuando estamos juntos. Gabe, nos mira con celos” la voz de Jackson retumbó en mi mente, mientras Landon se acurrucaba en mi cuerpo y lloraba en mi hombro.
Suspiré y lo aparte con cuidado de mí. Sostuve sus mejillas, haciendo que me miraba. Limpié sus lágrimas y sonreí de medio lado. Sus lágrimas seguían cayendo, así que lo atraje hacia mí mientras me acostaba en su cama.
Por un buen rato estuvo recostado en mi pecho, arrastrando su dedo por la superficie de mi camiseta, haciendo círculos por mi pecho. El toque no me incomodó para nada. Aún con ropa, sentía su tacto suave.
Comenzó a hacer círculos hasta que llego al lugar de mi pezón, rodeándolo y pasándole por encima.
–Landon –hablé por primera vez en mucho tiempo, y un suspiro entrecortado escapó de mí.
–Solo estoy… acariciándote –susurró contra mi pecho.
Me quedé mirando al techo mientras Landon seguía con sus caricias.
Empecé a tensarme cuando gracias a tales caricias. Mi corazón comenzó a bombear sangre a un lugar que no debía en ese momento. Landon lo notó, y no tardó en hacer su toque más efusivo. Subió lentamente su pierna, haciéndolo ver cómo si solo buscaba estar más cómodo, hasta que con ella rodeó mi cuerpo un poco más abajo de mis caderas.
–No hagas eso –supliqué mientras mi polla crecía cada vez más debajo de su pierna, la cuál dio inicio a una serie de pequeños movimientos de arriba abajo–. Dios… Landon.
–Dime, hermano –hablaba con un tono de inocencia fingida que por alguna razón empezaba a gustarme.
Subió su mirada a mi rostro. En el ínterin de que dos dedos cual pinzas comenzaron a pellizcar levemente mi pezón. Cerré los ojos de inmediato. Era mucho que procesar. En todo momento pude haberlo empujado y salir de ahí antes de que algo más pasara. Pero, ese lado desafiante de él me tenía allí, sin moverme. Estático.
Sus dedos dejaron en paz a mi pezón para empezar a descender a mi abdomen y luego al elástico de mis shorts. Mi mano atajó la suya en ese lugar y bajé la mirada.
Al ver su rostro en medio de la oscuridad, y como su mirada estaba centrada en mis labios. Quité mi mano de su muñeca y lo dejé continuar. Su pierna bajó lentamente, asegurándose de restregarse por la longitud de mi polla hasta que dejó mi cuerpo libre del todo.
El elástico comenzó a ser jalado hacia abajo junto con mis calzoncillos, hasta que mi polla, erecta y dolorosa, logró liberarse. Su mano fue directamente a mi longitud, rodeándola rápidamente. Movimientos de arriba abajo fueron iniciados lentamente. Y ya viendo como iba el tablero de ajedrez. Decidí dejarme llevar por la loca situación.
Mis dedos pararon en su barbilla. Jalándolo hacia mí y juntando por primera vez nuestros labios. Landon se sorprendió ante mi repentina acción, pero más temprano que tarde, correspondió mi beso. Firmando un contrato sin vuelta atrás entre nosotros.
Nuestros labios se fundían en una sincronización abrumadora. Mientras que su mano decidida seguía masturbándome.
Mi lengua se abrió paso dentro de su boca, en busca de la contraria. Acción que sorprendió a Landon, pero rápidamente agarró el ritmo. Dos minutos después, Finalicé voraz beso, atrapando su labio inferior por unos segundos con mis dientes.
Me senté y él mismo empezó a quitarme la camisa, llevó su mano a mi pecho desnudo y me empujó sin éxito para que me volviera a acostar. Me reí por su intento fallido y le obedecí. Me recosté e inició a dejar castos besos por mi cuerpo mientras bajaba cada vez más. Lamió mi abdomen, trazando una línea de humedad por la línea media del mismo, hasta que llegó a mis dieciocho centímetros.
La base de mi polla fue tomada firmemente por su mano. Sentí la textura lisa de su lengua en la punta de mi polla. Humedeciendo con sus lamidas mi glande.
Dejé escapar un gemido y lleve mi brazo a mi boca, mordiéndolo. Mi otra mano bajó a su cabello. Acariciando sus reflejos rubios mientras el seguía lamiendo en círculos alrededor del glande.
—L-Landon, hazlo ya —mi voz salió entrecortada, casi que ahogada mientras que mi mano en su cabello, empujó levemente su cabeza contra mi polla.
—¿Estás seguro? —preguntó vacilante y divertido, soltando una risita.
No respondí, solo seguí empujando su cabeza, cerrando mis dedos en un puño enterrado en sus reflejos rubios.
Soltó otra risita antes de abrir su boca y meter solo el glande en ella. Su cavidad bucal se sentía caliente, su lengua moviéndose debajo de mi punta. Solté un gemido fuerte que no pude evitar dejar salir.
—¡Mierda! —apreté aun más mi puño, jalando un poco su cabello con fuerza.
Landon dejó escapar un gemido nasal y fue hundiéndose en mi longitud centímetro por centímetro. Llegó a la mitad y comenzó un vaivén de arriba abajo. Lo hacía bastante bien, de echo, más de lo que podía imaginar. Se notaba que mi polla no era la primera en entrar en su boca. Sobretodo, hacía un movimiento circular con su lengua que me tenía en el cielo. Uno de sus dedos recorría en pequeños infinitos los vellos recortados de mi pelvis. Mientras su boca se concentraba en llenarme de placer. Quise sentirlo más profundo. Así que mi agarre se hizo notar aún más, enterrando mi polla cada vez más adentro.
Escuché sus arcadas y sentí su mano apretada en mi muslo derecho. Por lo tanto lo liberé de mi agarré y salió de mi en busca de aire.
—Cabron, avisa —se quejó con una pizca de diversión.
Reí por lo bajo y lleve mi mano antes en su cabello a mi polla, masturbándome lentamente.
—Esta no es tu primera vez comiendo polla, ¿Cierto? —pregunté, sentándome en la cama—. ¡Acabas de cumplir dieciséis años! —reproché divertido y sorprendido en partes iguales.
—¿Y eso qué? —preguntó acercándose a mí
—No, no, Nada —subí mis manos al aire—. Solo que pensaba que mi hermano era algo más… Inocente.
—Oh, venga ya —me miró con cara de incredulidad—. ¿Inocente a los dieciséis, hablas en serio? ¿A qué edad lo hiciste tú entonces?
—Hace unos 7 meses —me encogí de hombros, restándole importancia—.
—Wow.
Arrugue mis cejas.
—¿Tú hace cuanto?
—Hace cómo… ¿dos años?
—¡¿Desde los catorce?!
Asintió solamente
—Wow.
—Wow —repitió.
—No pienso preguntar ahora —me arrastré hasta la orilla de la cama, posando mis pies en una alfombra—. Solo ven y cómeme la polla.
Landon sonrió y rápidamente se posó enfrente de mí, arrodillándose en la alfombra. Sus manos se posaron en mis muslos. Volvió a enterrar mi polla en su boca. Esta vez con más rapidez.
Posé mis manos en su cabello. Dirigiendo el vaivén. Miré al techo con la boca abierta y mi mirada perdida entre el placer de la boca de mi hermanito.
—¡Te quiero más adentro, hermano! —mi voz grave hundida en el magnífico placer.
Empujé su cabeza hacia abajo hasta que su nariz pego contra mi pelvis. Landon era un mar de arcadas y de saliva chorreando mi entrepierna. Su garganta se contraía, dándole un espectáculo sensorial a mi longitud. Sus uñas se clavaron en mis muslos. Ese ardor mezclándose con el placer.
Lo mantuve ahí alrededor de cinco segundo y se la saque entera. Está vez no se quejó. Volví a hacer lo mismo unas tres veces y lo dejé tomar el control.
Cinco minutos después, ya sentía el clímax a la vuelta de la esquina. Mientras que Landon seguía comiéndome la polla.
—L-Landon, Ahh… ya estoy cerca —avisé, pero el chico no le dio importancia y siguió añadiendo su mano en la base, empezando a masturbarme mientras que la mitad de mi polla seguía en su boca.
Me dejé caer en la cama en cuanto sentí que mi orgasmo llegó. Mi semen impactando las paredes bucales de Landon sin piedad. Mientras este trataba de tragar lo más que podía. Yo no paraba de gemir y de llevar mis caderas a delante en busca de más contacto con su garganta.
La electrificante sensación de mi orgasmo cesó y mi pecho subía y bajaba, en busca de oxígeno.
La boca de Landon salió de mi longitud, y este subió a la cama, acostándose a mi lado.
En cuanto mi respiración se tranquilizó. Bajé mi rostro, encontrándome con la mirada de Landon, expectante. Sonreí y atraje su boca a la mía. Encontrándonos en un tierno beso. Saboreando mi propia esencia esparcido por toda su boca.
—Eso fue increíble, Landy —acerté a decir con la respiración otra vez entrecortada. Lo hice rodar en la cama y lo abracé. Quedando de cucharita.
Me dejó tan exhausto que me dormí, no sin antes. Darle un tierno beso en su cabello.
~👨🏻❤️💋👨🏼~
Nota de Autor: Holaaa. Okay, pero la manera tierna en que Gabe trata a Landon (sin calentura de por medio) 📈📈
Estoy aprendiendo a describir emociones, ¿Qué tal me va? 😅
Jackson sabía cosas, una gente adivina
Los leo pronto 💓
Excelente relato. como sigue?
Uuff… menudo calentón me has provocado, así da gusto masturbarse.
Gran relato. Como sigue?