Atropellado y cogido, el mismo día, por el mismo hombre.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ELLECTOR.
31 de Octubre, Venezuela
Corrían las tres de la mañana, cuando salí de la fiesta de disfraces, llevaba un traje escoces, de esos de faldas de cuadros rojos y verdes, debo confesar que soy alto, mido 1,83 de tez blanca, cabello medio largo castaño y tengo un cuerpo atlético. Estaba solo pues mis amigos quisieron quedarse en la fiesta un rato más, y yo como estaba algo tomado ya, no quise seguir y decidí irme a casa.
Iba cruzando una calle cuando de repente, un carro me golpeo y caí al piso, no fue un golpe muy duro, pues el carro venía a baja velocidad y yo solo me golpee con un costado del carro y no por la parte delantera, sin embargo esto basto para caer en el piso, y terminar casi desnudo en el pavimento, pues como el disfraz era una falda, decidí no ponerme ropa interior (eso me excitaba un poco)
Terminé en el piso con un fuerte golpe en un brazo y algo atontado, luego de estar unos segundos en el piso, del carro se bajó un hombre, vestido de jeque árabe, con un túnica blanca larga, un turbante en su cabeza y algo maquillado, mediría unos 185 cm de altura, más alto que yo y era mucho más acuerpado, y de tez morena, una barba bien recortada y unos dientes blancos.
Al verme sonrió un poco, imagino por verme con esa falta mostrando todo tirado en el suelo, yo inmediatamente me levanté con algo de vergüenza y un poco enojado.
-Yo: ¿Qué te pasa? ¿No ves por dónde vas? (algo alterado)
-Él: Disculpa, me dijo algo preocupado, ¿estás bien? E juro que no te vi (me sujeto de un brazo como intentado de ratificar de que estuviera bien) La verdad, eso hizo que se me pusiera la piel de gallina, el tacto con sus manos grandes y fuertes.
-Yo: Tranquilo no pasa, nada, solo un rasponazo, pero debes tener más cuidado cuando andas por ahí.
-Él: Si lo sé, solo es que venía algo distraído
-Yo: No te preocupes, estoy bien, no pasa nada. Voltee para irme y mis piernas flaquearon y caí de nuevo al piso, esta vez de rodillas.
Él rápidamente me levanto, sujetándome con sus fuertes manos de mi pecho, (cabe destacar que mi disfraz era solo la falta unas medias de lana de cuadros un banda en el pecho y un gorro, estaba casi desnudo)
Sentir sus manos fuertes levantándome con facilidad me gustó mucho, sentí que este hombre me podía dominar fácilmente y esa idea me encantó.
-Él: Creo que no estás tan bien, mejor te llevo al médico, ven súbete al carro.
Yo no me opuse a su intención y me dejé guiar hasta el carro, me senté en el lado del copiloto, e intente relajarme un poco.
Ya el arrancó y me dijo si quería que me llevara a un hospital cercano, le dije que no era necesario, que solo necesitaba descansar un poco, que mejor me llevara a mi apartamento.
Llegamos al edificio e hice como si no pudiera sostenerme bien para que el me acompañara hasta mi apartamento y así fue. Vivo con un amigo, pero estaba de fiesta ese día, y no regresaría hasta el otro día.
Entramos a la casa, y me sentó en el mueble.
-Él: ¿Ya estas mejor? No quisiera dejarte solo y que no te puedas ni parar de allí.
-Yo: Estoy un poco mareado, pero espero se me pase en un rato (yo estaba perfectamente, solo quería intentar que se quedara un rato más)
-Él: ¿Te molesta si te hago compañía mientras te recuperas bien?
-Yo: No, no para nada, has sido muy amable, siéntate.
Estuvimos conversando un rato, sobre nuestros disfraces y las fiestas de Halloween, y de esas cosas. La verdad es un chamo muy agradable para conversar.
En un momento de la conversación nos quedamos callados, pero se quedó mirándome de una forma extraña, mirando mis blancas piernas.
-Él: ¿Por qué no traes ropa interior debajo de la falda? Lo dijo sin vergüenza alguna e inmediatamente yo me ruboricé.
-Yo: La verdad, es más cómodo, y no te mentiré me daba un poco de calentura esa idea de estar desnudo y con falta. En este punto yo solo quería saber si él tenía otras intenciones.
-Él: te entiendo perfectamente, de hecho debajo de la túnica yo tampoco traigo ropa interior, es más cómodo, además no sabes si se presenta una buena oportunidad de ya sabes conocer a alguien, y bueno así es más fácil, menos ropa. Sonrió de una forma picara mirándome fijamente.
-Yo: Si es cierto, yo también pensé en eso, pero bueno no tuve suerte esta noche, nadie quiso saber que hay debajo de mi falda jajaja.
-Él: Pero la noche no termina, y bueno yo aunque ya lo vi, jaja, estoy interesado en saber a fondo que hay debajo de la falda. Él es un hombre muy directo y seguro eso me encantó.
-Yo: Bueno (abriendo las piernas) estoy a tu disposición para que averigües lo que desees.
Sin pensarlo dos veces se acercó a mí, y me panto un beso muy intenso, su lengua recorrió mi boca, su barba raspaba mi barbilla, y con una de sus manos sostenía mi cara, mientras con la otra tocaba mis piernas bajo la falda.
Se levantó y se quitó la túnica, pude ver al hermoso hombre que es, musculoso, aunque no de forma exagerada, con vellos finos en todo el pecho y parte del abdomen, y efectivamente no traía ropa interior, y contaba con una buena herramienta de 19cm con un muy buen gruesor.
-Yo: Guao, eres todo un hombresote, pareces realmente un árabe.
-Él: Gracias tú también eres muy guapo, y tu piel suave me encanta.
Se iba a quitar el turbante de la cabeza, pero le dije que se lo dejara que eso me excitaba más.
-Él: Que bueno que lo digas, pues a mí me encantaría si te quedas con la falda. Le dije que claro y seguimos besándonos.
Besaba riquísimo, ya él solo tenía su turbante y totalmente desnudo y yo estaba con mi falda y nada más. Se paró y yo sentado en el mueble me puse frente a él, quedándome ese pedazo de pene frente a mi cara.
Lo olfateé lo tocaba lo miraba a detalle, sus venas su color más oscuro que su piel, los pequeños vellos que tenía y no pude más y metí cuanto pude en mi boca, me costó un poco pues realmente era grueso, el más grueso que eh visto, lo chupe, lo lamí, lo saboreé de punta a punta.
Él solo gemía y acariciaba mi cabello, halándolo un poco cada tanto y empujándome para que me metiera un poco más de su rica polla. Cuando estaba a punto de acabar me separó de su pene y me levantó con mucha facilidad, debo admitir que sentirme tan dominado por este macho me tenía muy caliente.
Me puso en cuatro en el mueble mirando hacia la pared, y se puso tras de mí, levanto mi falda y comenzó a lamer mi culo, labia, mordía, besaba, era un experto, alternaba sus lamidas metiéndome uno que otro dedo, haciendo que diera saltos de placer, lamia mis bolas, y mi pene en esa misma posición, yo estaba a punto de acabar.
-Él: No aguanto más, quiero cogerte.
Fui al cuarto a buscar un condón y lubricante, pues era muy grueso y sabía que no sería fácil, aunque no me importó, quería a ese macho.
Tomo lubricante, lo echó en mi culo y fue metiendo dos dedos, luego otro más y luego otro, nunca me habían metido cuatro dedos, y los de él eran grandes, era riquísima la sensación, luego de hacer esos unos dos minutos, se puso el condón y puso su pene en mi ano.
Empujo un poco y sin mucha dificultad entro la cabeza, fue empujando muy lento, (realmente me trato muy bien) luego de unos minutos la tenía toda adentro, me sentía muy lleno, no creo que hubiese un mínimo espacio en culo, él me tenía totalmente lleno y eso me encantaba.
Cuando vio que ya estaba acostumbrado a su pene, empezó a mover su pelvis, suave pero con un ritmo firme, luego de unos segundos, comenzó a subir de ritmo, cada vez más rápido y fuerte, yo solo gemía, estaba sintiendo mucho placer, estaba todo lleno de él, su pene su sudor, sus brazos en mi nuca, rasguñando mi espalda y dándome nalgadas, era una bestia cogiendo, lo hacía genial, tanto que sin tocarme me corrí como nunca llenando el mueble de mi semen.
Eso lo volvió loco y comenzó a adarme más duró haciendo que me excitara de nuevo, me dijo que cambiáramos de posición que quería que cabalgara sobre su pene, era mi momento de devolverle el placer que él me había dado.
Se sentó en el mueble, me quité la falda y me senté sobre él, puse su pene en mi ano y de una sola sentada me lo clavé todo, él se sorprendió y arqueó su espalda por el placer, comencé a moverme lento hacia adelante y atrás, y a ir aumentando el ritmo poco a poco, hasta que cabalgaba sobre su pene como un experto, él solo cerraba los ojos y me apretaba contra su pecho, me besaba apasionadamente.
Sentí como su pene se iba hinchando así que pare, quite el condón y comencé a masturbarlo quería su leche sobre mi pecho, se senté en el mueble y el frente a mi acabó en mi pecho y cara, luego me besó y ambos comimos de su rico semen.
Quedamos totalmente exhaustos, sentados uno al lado del otro en el mueble, dándonos pequeños besos, eran ya las cinco de la mañana habíamos durado una hora teniendo sexo, nos levantamos, nos bañamos y nos acostaos desnudos en mi cama.
Se fue a eso de las dos de la tarde, me dejó su número, se llama Daniel tiene 32 años es empresario un hombre muy educado y todo un caballero, antes de irse le hice una rica mamada y quedamos en vernos el sábado.
Nunca me habría imaginado, que sería tan bueno ser atropellado. Ahora solo espero que se dé algo entre nosotros, pues me dejo claro que le gusté y que quiere intentar algo, y no les miento yo también lo quiero, así que deséenme suerte chicos.
Luego le cuento que pasó el sábado.
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