Aventuras con mi pareja y mi hijastra. Capítulo 2
Una visita inesperada .
Habían pasado unos meses de ese primer encuentro con mi hijastra, mentiría si dijera que no volvieron a pasar cosas, incluso una época nos levantamos un poco más temprano para terminar de hacer nuestras perversiones y llegar a tiempo a nuestros deberes, no era tan seguido pero cada tanto cuando teníamos ganas lo hacíamos, era complicado contenerse con la vida diaria que llevábamos, ver sobre todo a mi hijastra en shortcito de mezclilla, descalza, o incluso después de salir de bañarse, ya estábamos acostumbrados a ese trío familiero y lo supimos combinar bien con nuestra vida cotidiana.
Estos hechos ocurrieron un poco antes de que Valeria hiciera la comunión en la iglesia, era un sábado y nos llamaron de ahí para tener una última reunión antes del gran evento, por lo menos eso le habían dicho a Abigail. Al ser sábado, ella tenía que ir a trabajar, descansaba entre semana, yo los fines los tengo libre y me tocó ir a esa reunión.
Nos recibió el Padre Alberto, un hombre de unos 60 años, moreno, canoso y con panza, era amable y servicial, tenía una buena reputación en la colonia y por supuesto en la iglesia. Una voz conciliadora que te daba el mensaje de que todo estaría bien si ibas con algún problema.
Empezamos a platicar en su oficina y entre una y otra cosa fue al grano.
-El motivo de mi llamado es por la preocupación que tengo sobre la salud de Valerita.
Mire hacía ella, había bajado la cabeza como mostrándose culpable
-Perdone padre?
-Bueno, después de hacerle una revisión física, nos encontramos con un cierto estado en su zona vaginal que no es normal para su edad. Y como la niña no presenta daños psicológicos, pensábamos que desde casa pudiera ser la razón, en un ambiente todo consensuado.
Estaba loco, no podía creer que alguien hubiera descubierto nuestra dinámica familiar, algo tan íntimo que pensábamos tener todo controlado no era así, me sentía vulnerado y no sabía qué esperar.
-A qué exactamente se refiere Padre?
-Pues que la niña presenta, como explicarlo, un estado de su vagina que no es normal a su edad, usted me entiende, más abierta de lo debido, usada
-Y usted cómo se dio cuenta?
Dije casi gritando y desesperado, Valeria me agarró la mano para que me calmara.
-No es necesario que se ponga de esa manera, es una revisión para que las niñas no tengan ningún problema y estén totalmente puras ante Dios para un momento tan importante.
Lo había entendido, así era como abusaban de las niñas ahí, lamentablemente en el centro y sur del país era común, yo la verdad era que estaba alejado de la iglesia, era una cuestión más de la familia del padre de Valeria quien quería que tuviera una primera comunión, ni Abi ni yo éramos de ir a la iglesia, además, por las cosas que hacíamos, era probable que ardiera en el momento que entrabamos.
-Y para que armó todo esto, a dónde quiere llegar?
Me quería ir de ahí, sobre todo por lo que me imaginaba que podía venir, no estaba del todo desacertado.
-Bueno, que quería probar de manera más cercana el estado vaginal de Valeria para checar que todo estaba ok.
Valeria después me confesó que el sábado anterior la habían acostado en una camilla atrás de la oficina del Padre, y él, junto a una madrecita, le habían metido dedos para probar en qué estado se encontraba esa parte, si no había nada ahí quedaba y les decían que no dijeran nada a las nenas, en esos casos, los Padres tienen un poder que los hace casi impunes, pero al encontrar ciertos rasgos de uso, hacían cómplices a la familia, claro, ellos no podían hacer nada, eran muy pocos los que se arriesgaban a levantar la voz sabiendo que habían hecho algo, al final del día la sociedad y las autoridades se pondrían del lado de la iglesia, si estabas en esa dinámica, como nosotros, era más probable que te quisieras unir y que el Padre te manipulara para que no dijeras nada y hasta dieras de cierta manera consentimiento, era un plan perverso pero que me imagino funcionaba bien, el Padre aprovechaba la enfermedad de la familia que también tenía a la niña como parte de sus actividades sexuales.
De repente se levantó y nos dijo que lo acompañaramos a la parte trasera de su oficina, casi como un pasadizo secreto.
-Te acuestas aquí como hace una semana mija?
Valeria me miró con cierto miedo, yo asentí, no me quedaba de otra, además estaría yo para protegerla. Llevaba un vestidito hasta las rodillas, que el padre fácilmente levantó, corrió su calzoncito un poco para mostrarme.
-Ve? Como muestra cierto uso, no es normal para una nena de su edad
Por supuesto que lo sabía, esa misma semana habíamos disfrutado mi novia y yo en la cocina antes de irnos a la escuela, era mi perdición la conchita de Valeria, cualquier duda sobre si lo que hacíamos estaba bien se iba al ver siempre esa conchita hermosa, mi verga se disparaba y algo me poseía, esta vez en la iglesia no sería la excepción.
El padre de repente la empezó a penetrar con sus dos largos y gordos dedos, debía estar en la gloria Valeria al encontrarse con esa satisfacción, pude ver de primera mano que su semblante había cambiado, había hecho la cabeza para atrás y empezaba a gemir un poco.
Con la otra mano se bajó el cierre y sacó esa grande y dura verga, era de película porno y no exagero, venuda, lo más negro que había visto, lo que había hecho me imagino con otras niñas. Aunque estaba mal, esas nenas no probarían otra verga como esa en su vida pensé
-Vamos a ver de primera mano cómo se siente.
Yo aún seguía sorprendido y asustado, no comprendía que en tan poco tiempo le estaba entregando a mi hijastra al Padrecito para ocultar las perversiones que habíamos hecho en casa, me recordó a lo del Poli y mis sobrinas aquella vez.
-Estás de acuerdo amor?
Le pregunté a ella, como para justificar esta atrocidad, sabía que nosotros la habíamos hecho una putita, por supuesto que estaba disfrutando, y aunque supongo que aún tenía sus conflictos le gustaba y no quería que pare.
-Ssssiii, me gusta papi
-Ve? La niña está acostumbrada, dónde lo habrá aprendido?
Me guiño el ojo, éramos cómplices ya.
-Quieres probar mi verga amor?
La niña asintió, pero no era suficiente
-No mi amor, dime que quieres que te penetre, quiero escucharlo.
El juego era perverso, quería de alguna manera tener el consentimiento completo de la menor.
-Ya no aguanto, metemela Padre, por favorrrrrr
Dijo casi con desesperación y gritando, estaba sorprendido que a su edad ya tenía despiertos esos sentimientos tan sexuales, aunque en el fondo no debía sorprenderme.
Empezó a penetrarla, de más a menos ese cuerpecito se iba moviendo puso sus manos en sus caderas para controlarla un poco, era la primera vez que alguien más participaba en nuestros juegos. Le agarré la cabeza y como en un instinto la besé para ser definitivamente parte del trío, el beso fue lento y con lengua, lo que me decía que estaba cómoda y disfrutando esa frondosa verga, por una parte me sentí tranquilo. Hasta que..
-Hijo, creo que necesito un poco de ayuda aquí.
Sacó la verga de la vagina de Valeria y apuntaba hacía a mi, nunca había mamado una verga, nunca me había llamado la atención, Abi alguna vez había propuesto un trío, pero quería que fuera con dos hombres y luego con dos mujeres, había dicho que no, además con nuestra hija ya tenía ese trío hombre-mujer-mujer.
Mire a Valeria quien asintió con la cabeza, estaba claro que quería que fuera parte, además estaba disfrutando de un polvazo que se había interrumpido hasta que lubricara la verga del Padre, la estaba haciendo sufrir.
Me acerqué lentamente, cerré los ojos y el padre con una mano me empujó la nunca hacía él y su verga, empecé a hacer algo que nunca había pensado, mamar verga de hombre.
-Eso es hijo…oohhh que delicia, es tu primera vez? No parece
Luego de un tiempo de violar mi boca por fin se desprendió de ella.
-Aghhsaaaaaaa
Dije, había perdido un poco de aire, por fin entendía lo que las mujeres sienten cuando maman, no lo había disfrutado, solo era probar algo nuevo para que mi hijastra se sintiera cómoda y siguiera disfrutando.
Con un poco de baba en mi boca me acerqué a ella la besé para que probara los jugos del Padre, ella empujó mi nunca también pero ahora para su boca, estaba desesperada por mis labios y probar ese líquido pre seminal, era una putita bien entrenada.
Al padre parece que le gustó la escena porque al poco tiempo empezó a gritar y gemir más rápido.
-PADRE NUESTRO
Gritó de una manera importante, con el tiempo me di cuenta que era una palabra clave para que entrara la madrecita a terminar con nosotros.
Terminó en la barriguita de ella, era bastante, parecía que le tenía ganas desde hace tiempo, con la verga afuera de su pantalón nos dijo
-Muy bien hijos, todo está bien, pueden ir con Dios, veo que está todo en orden
Era la señal de que no diría nada, y nosotros no por supuesto, el sufrimiento personal había terminado. Valeria estaba satisfecha acostada y con una sonrisa casi sin querer en su boca, había disfrutado de la mejor verga en su vida probablemente.
Momentos después entró la madre Juanita para limpiar todo, el Padre se retiró con cierta dificultad, a esa edad ya no aguantaba el ritmo como antes pensaba, pero cómo disfrutaba el viejo pervertido también.
La madre tenía cerca de 45 años, de lentes, gordita y con unas tetas de campeonato, su cara era hermosa, ojos color café, un rostro ovalado, con pómulos pronunciados y bien definidos, era un bombón que imaginaba el padre hacía sus travesuras por las noches.
-Todo bien? Veo que el Padre tuvo una revisión exitosa.
Al igual que el Padre tenía ese tono amigable que te hacía dar bastante seguridad. Llevaba unas toallas y una cubeta con agua, para darle a la niña un baño vaquero y que no quedaran rastros.
-Si, pero esperé.
Dije, mi verga explotaba en el pantalón y quise darle un buen beso a mi niña, que rápidamente llevó su mano a mi pantalón donde la verga destacaba, sabía que lo había disfrutado y no quería dejarme sin acabar.
Sacó la verga de mi pantalón y empezó a mamar, yo le acomodaba el cabello que lucía un poco despeinado.
-Gracias mi amor.
Le alcancé a decir, hasta que voltee a ver a la Madrecita, que estaba presenciando el acto incestuoso.
-Oh, así que son ese tipo de familia, que hermoso ver esto
Dijo con entusiasmo y aplaudiendo. Esta iglesia era el infierno pensé.
Se sacó el vestido y quedó en ropa interior, las tetas que vi eran impresionantes, la más grandes que había visto, por el traje no se distinguían mucho, pero que grata sorpresa.
Se acercó a mi y empecé a mamar esos pezones largos y gruesos, Valeria al ver esas tetotas se desprendió de mi verga para empezar a mamar la otra teta, algo que hasta hace algunos años hacía con su madre, con todo respeto para Valeria, estos eran mucho más grandes y hermosos, ojalá estuviera embarazada para que saliera algo de lechita pensé.
-Ahhh que rico, no paren por favor.
Dijo la madrecita disfrutando y con sus manos levantando esos grandes senos para que quedaran bien cerca de nuestas caras, en un momento acercó la cubeta de agua y se empezó a echar un poco en las tetas
-Pero dese prisa, es bendita y no podemos desperdiciar mucho.
Quería que le practicara una rusa, rápidamente lo entendí.
Poner mi verga entre esas dos grandes tetas era la gloria, resbalaban tan bien por el medio de ahí que no iba a tardar en venirme, estaba mojadísima. Ella ahora era quien estaba acostada en la camilla, yo arriba de ella tenía mi verga entre sus senos, presionaba con mis manos para tener cierta firmeza, y Valeria se había puesto a lado de ella para besarla, la escena era pornográfica, tan mal como placentera.
Mi semén salió disparado hacía la cara de ambas, que al ver la fuerza del chorro rieron, sabiendo que habían cumplido con la perversión completa.
-Muy bien jaja, ahora si le daremos buen uso al agua bendita.
Dijo la madrecita quien empezó a limpiarse y al mismo tiempo a Valeria. Yo me empecé a vestir y la niña quedó como nueva.
-Hasta luego
Nos dijos con entusiasmo, sin perder esa sonrisa macabra.
En la salida ya no vimos al Padre, pero no volvimos a saber de él hasta una semanas después en la comunión, ese día voltee a mi lado a ver que otro padre o madre había podido participar de eso, había algunas MILF muy interesantes que rápidamente mi pervertida cabeza me hizo pensar en las cosas que podían haber hecho con sus hijas, en algunos casos sus hijos, con el Padre.
Ese día en el auto le hice jurar a Valeria que no dijera nada, no tenía nada de malo para nuestra dinámica, de hecho, Abi hubiera dicho que porqué no la invitamos, pero los límites en este tipo de cosas siempre son muy delgados, no era mi hija en sí y aunque la posibilidad era poca, tal vez se podía llegar a molestar al ver cómo dejé a Valeria a la merced del Padre pervertido.
Además quería tener este tipo de secretos con mi hijastra, el misterio y la complicidad siempre eran divertidos.
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