Aventuras con un Hombre Lobo cachondo
Jake, un mago alquimista se adentra en el Bosque Antiguo, allí encuentra un hombre lobo juvenil que despierta sus instintos más carnales..
En cierta parte oculta del Bosque Antiguo, una figura humana se hallaba escondido entre los arbustos, observando a alguien fijamente.
Ese alguien era un joven de entre 13 o 14 años en edad humana. Tenía una piel blanca, músculos fuertes en su cuerpo delgado y alto, cabello negro profundo y ojos dorados como de bestia. Lo más llamativo en él eran las dos grandes orejas puntiagudas en su cabeza, la cola peluda en su cintura baja y las cuatro extremidades de su torso lampiño, llenas de pelo negro corto y grueso y uñas largas y afiladas. Pero lo más llamativo en él que hizo que Jake, el mago alquimista más joven de todo el reino se sorprendiera era el pene de este joven.
– 30 centímetros erecto, para un hombre lobo joven es muy grande – Pensó Jake mientras acariciaba su entrepierna con calma.
Jake llevaba varios días observando al joven hombre lobo, que probablemente había sido expulsado de su manada, pues estos no dejarían que un miembro tan joven deambulara sin protección, en especial en este bosque, donde el peligro abundaba si no sabias como orientarte.
El joven hombre lobo, a quien Jake había apodado temporalmente como “Lester” estaba claramente masturbándose, pero no de la forma convencional, estaba usando unas extrañas plantas para hacerlo. Estas plantas parecían extraños tubos alargados, sin hojas con solo una cabeza con forma vagamente de labios humanos. Era una especie de planta carnívora mutante de este bosque, normalmente se mantenían inmóviles como toda buena planta que se respete, pero al momento de sentir una presa pequeña, como peces o ranas, se movían a una velocidad de miedo para engullirlos. Dentro de la “garganta” de la planta secretaba un liquido lubricante que hacia que sus presas se deslizaran hasta su “estomago” donde permanecerían allí hasta morir por asfixia, luego sus restos serian devorados lentamente, disueltos en liquido acido. Llegaban a medir alrededor de un metro como máximo y solo podían comer animales pequeños y sin pelaje.
Lester claramente lo sabía y sin miedo empujaba su pene de 30 cm dentro y fuera de su fleshlight herbáceo, claramente disfrutando del lubricante natural de esta planta, sus garras apretaban con fuerza la cabeza de la planta cada vez que el joven hombre lobo entraba y salía de esta.
Jake sabía que Lester ya llevaba varios días haciendo esto, los restos de otras plantas carnívoras estaban amontonados a los pies del joven, todas destruidas y algunas aun llenas de semen de hombre lobo.
La resistencia de los hombres lobo era envidiable y aterradora. Jake podía oler el olor corporal de este hombre lobo, era una mezcla de sudor, orina y semen. Los hombres lobo eran conocidos por ser los más cercanos a los animales entre la Gente Bestia, pareciendo no importarles el concepto de higiene aparte de mantener una salud bucal saludable.
Este espectáculo ya llegaba a su fin, pues Lester dio un par de gemidos más fuertes y termino dentro de la planta carnívora, Jake podía ver como la “garganta” de la planta se hinchaba por el semen que bajaba hacia su “estomago”, sintió mucha envidia de esta planta por poder beber el semen fresco y varonil de un hombre lobo, a regañadientes se contentó con oler el olor corporal desde lejos.
Lester saco su pene de la planta, tomo otra planta tirada a sus pies y como pudo se limpio un poco la cabeza y el tronco de su pene, luego se fue con calma y se adentró entre las malezas, posiblemente buscando algo para comer.
Jake espero algunos minutos y sin la vigilancia del joven hombre lobo camino con prisa hacia las plantas. Tomo la recién usada, la levanto con sus manos y con maestría la exprimió, sorbiendo con desesperación el semen del joven hombre lobo, su nariz estaba llena del olor corporal residual del joven, el olor a sudor, la orina vieja y el semen rancio hicieron que su pene ya erecto en sus pantalones terminara por acabar, manchando su ropa interior con su leche.
Jake aun con “sed” tomo las otras plantas usadas y las exprimió, sorbiendo los restos de semen juvenil.
Entonces de pronto el mismo olor que lo volvió loco se intensifico.
Sintió un agarre fuerte en su nuca y espalda, el peso extra lo hizo caer en el suelo, estaba asustado pero su olor corporal favorito ahora estaba más cerca que nunca, inundando sus fosas nasales, lo que dejo su mente en blanco mientras su pene se estremecía de nuevo.
Lester había regresado, lo primero que vio fue a un joven humano de cabello castaño y ojos grises sorbiendo los restos de semen que dejo en sus plantas, pensando que quería robar su nuevo espacio para divertirse rápidamente lo inmovilizo para matarlo, pero entonces se detuvo.
Olio algo.
No era su semen en la boca de este humano o el semen del humano en sus pantalones.
Era algo más personal, más íntimo.
Lester sabia que era. El motivo por el que lo habían expulsado de su manada fue precisamente no haber encontrado este olor antes en ninguno de los miembros de su tribu.
El olor de una pareja.
Lester relajo el agarre de sus garras, saco su lengua y lamio la nuca del joven humano con ansias, con sus garras rasgo su ropa, la extraña capa larga y los pantalones, el joven se resistió, pero no le importo.
Luego de dejarlo desnudo se maravillo con el cuerpo de su pareja, alto y esbelto de piel blanca pura, pero con músculos delgados y fuertes, de abdomen plano y pectorales grandes, su pene era un desastre, con el semen casi pegándolo a su vello púbico.
Era perfecto.
Jake más excitado que asustado pudo comprender su situación, con su conocimiento de la Gente Bestia se dio cuenta que Lester lo había elegido como su pareja.
El matrimonio de la Gente Bestia era diferente entre cada raza, los hombres lobo escogían a quienes tenían un olor agradable para ellos, después de una “luna de miel” se mordían mutuamente para simbolizar su unión, pero debido a su enorme apetito sexual, mayor al de otras razas, tenían relaciones con otros hombres lobo, otras razas e incluso animales comunes. Así fue como encontró a Lester, follando a un perro macho que probablemente se perdió en el bosque. Se emociono al saber lo que le harían.
Lester vio como su pareja dejaba de resistirse y se emociono más, moviendo su cola de un lado a otro, con ansias y siguiendo sus instinto tomo la cabeza del humano y la llevo a su axila dejando todo su olor el rostro de su pareja.
Jake estaba en el cielo, el olor corporal del hombre lobo era intoxicante y adictivo, el olor de alguien que no se ha bañado en días, saco la lengua y lamio la axila peluda de Lester, sintiendo el sudor en su lengua y boca en todo su esplendor, su pene se estremeció un par de veces antes de terminar de nuevo.
Lester viendo como su nueva pareja no lo rechazo sintió un enorme cariño en su interior, alejo a su pareja de su axila y se levantó, reposando su pene y testículos en el rostro de su humano. Jake estaba de nuevo en el cielo, el olor era aun más fuerte que antes, con desesperación paso su lengua por todos lados, por los testículos grandes y llenos de leche, por el tronco y la cabeza del pene aun húmedos por el semen e incluso sin que le ordenaran por el trasero y ano del joven hombre lobo.
Lester sintió un placer como ningún otro.
Su pareja era igual a él. Estaba deseando consumar su matrimonio.
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