Aventuras con un Hombre Lobo Cachondo 3
Lester, en ausencia de Jake, se divierte con un anillo mágico..
En cierto pueblo cerca del Bosque Antiguo, había una casa con vastas extensiones de tierra para cultivar, que la mayoría de los aldeanos miraban con anhelo y envidia.
Dentro de la casa ocurría algo que haría que la pequeña catedral del pueblo inmediatamente condenaría.
Lester, el hombre lobo adolescente, tenía sus ojos cerrados, su boca expulsaba saliva mientras sacaba su lengua. Un pene erecto entraba y salía de su ano usado, creando una cacofonía de sonidos lascivos.
El hombre que estaba penetrando a Lester era un chico de alrededor de 18 o 19 años, hijo de una pareja de granjeros ya fallecidos, él se llamaba Levin.
Levin tenía un cuerpo bronceado trabajado en el campo, con músculos fuertes, pero aun delgado, extremidades fuertes y largas, cabello rubio y ojos verdes, tonos y colores extraños en plebeyos, su rostro era atractivo, una mezcla de masculinidad e inocencia casi infantil, pero en esos momentos estaba lleno de lujuria y hambre, el rostro, no de un hombre, de un macho, de una bestia que buscaba disparar su semilla en cualquier agujero.
Su pene, de 19 centímetros, era grueso, la cabeza roja expulsaba semen. El ano de Lester estaba tan usado, que parecía que no volvería a cerrarse. Lester intento quitarse el sudor de la frente, pero sus manos estaban igual de sudadas, por lo que simplemente coloco su mano en su frente, dejándola reposar.
Pudo sentir el frío hierro en uno de sus dedos.
En su mano derecha, en su pulgar para ser específicos, había un delgado anillo de hierro negro, que, si alguien veía de cerca, estaba cubierto de líneas azules por donde corría el poder mágico.
Este era un anillo mágico que Jake le había hecho a Lester antes de viajar a la Capital para terminar con algunas comisiones y encargos. El anillo tenía dos hechizos de alto nivel, que sorprendería a cualquier usuario de poder mágico que supiera algo de magia.
Ocultar y Control Mental Absoluto.
Los efectos de ambos eran bastante obvios.
– Mi favorito es el Control Mental Absoluto, ¿sabes? – Dijo Lester, mientras se levantaba del pene grueso y se giraba – Puede hacer que escuchen todas mis ordenes sin rechistar.
Este hombre lobo joven, tomo su pene y apunto al chico de campo en el sofá. Un chorro de orina transparente cubrió el cuerpo del chico, mezclando el sudor con su orina.
Levin, no se cubrió, ni intento evitar el chorro de orina, sus ojos estaban vidriosos y vacíos, como si se hubiera quedado dormido con los ojos abiertos.
– Ahora me perteneces… Bueno a mí y a mi pareja, si él quiere jugar contigo… Lo dejare jugar con tu trasero, pero tú no puedes usar el suyo, solo es mío.
Lester hizo un puchero mientras estiraba sus extremidades, él se giró y miro a su alrededor, había otras personas en esta sala de estar. Un chico con algo de grasa en su abdomen, de cabello castaño, un hombre adulto con barba, cabello negro largo y con vello por todo el cuerpo, un adolescente con túnicas negras, un par de niños jóvenes e incluso un perro. Todos ellos estaban cubiertos de sudor, con semen chorreando de sus orificios, sus anos usados estaban rojos, y algo abiertos.
Eran, el hijo mayor del señor del territorio, un mercenario local, uno de los sacerdotes de la pequeña catedral del pueblo, los hermanos menores de Levin y su perro. Lester había estado dentro de cada uno de ellos, ellos también habían estado dentro de Lester.
Este hombre lobo miro la gran taza de vidrio llena de semen y orina en la mesa, la tomo en sus manos y bebió todo el contenido casi sin respirar, el intenso olor hizo que su cabeza se mareara, haciendo que su pene se volvió a endurecer.
Cuando termino de tragar todo el líquido casi afrodisiaco, se relamió los labios y soltó un eructo lleno de olor a semen y orina.
Lester miro a sus nuevos sirvientes con una sonrisa, pero luego recordó las palabras de su pareja, recordando las instrucciones de su pareja, mando su propio poder mágico al anillo, activando uno de los dos hechizos.
– Todos ustedes pensaran que la orgia fue idea suya, todo fue consensuado – Dijo Lester, con su tono de voz más severo – Yo no estuve aquí, y como no estuve aquí, olvidaran mi existencia hasta que yo lo diga.
Sus palabras se infiltraron en la mente de los participantes de la orgía, actuando sin importar si estaban dormidos o despiertos. Ese era el poder del Control Mental Absoluto.
Lester activo el hechizo de Ocultar y salió de la casa.
Caminar desnudo nunca le había parecido un problema, cuando aún vivía con su tribu en el Bosque Antiguo, tenía una falda hecha de piel y cuero de algunas bestias, pero la perdió en algún momento, su pareja Jake tampoco lo obligo a usar ropa, dándole mucha libertad, lo que agradecía demasiado. Había intentado usar la ropa, pero las telas se le hacían muy incomodas, prefería que su piel estuviera siendo abrazada por el viento y el sol.
Lester camino por las calles del pueblo, siendo ignorado por los habitantes, esto fue gracias al hechizo llamado Ocultar, que no solo ocultaba su cuerpo, sino también su olor corporal y su poder mágico, de hecho, ese fue el hechizo más difícil de grabar en el anillo, según su pareja. El acaricio el anillo, mirando algunos aldeanos que también tenían anillos, pero los suyos estaban en un dedo en específico y eran diseños iguales.
Él gimió como un perro, sintiéndose triste por estar solo. Extrañaba a Jake, quería volver a sentir su toque, oler su aroma, morderlo…
Su pene volvió a doler, recordándole que tenía que terminar. Lester pensó unos momentos, y empezó a caminar a cierta casa.
Mientras más caminaba, más decadente eran las viviendas, cada vez más antiguas que parecían estar a punto de caerse. Él llego a cierta casa que aún se mantenía limpia y estable. Aquí vivía un antiguo mercenario con sus hijos pequeños.
Lester no entro por la puerta principal, dio un rodeo y subió con cuidado las paredes de ladrillos, abrió una ventana de madera y entro. Vio inmediatamente una cama simple, mediana y aunque vieja, estaba muy limpia.
Era el cuarto de los niños.
Él salió del cuarto y agudizo el oído, escuchando sonidos extraños en la sala de estar, él fue a la fuente de esos sonidos. Pronto encontró la respuesta.
Allí en la sala de estar, sobre el sofá, había un adolescente desnudo, de alrededor de 15 o 16 años, delgado y con músculos que parecían estar desarrollándose por el ejercicio. Tenía el cabello negro y ojos azules, su pene era relativamente largo para alguien de su edad, unos 15 centímetros, delgado y con su cabeza cubierta por su prepucio, era más lindo que atractivo. Sus brazos estaban por detrás de su cabeza, mostrando sus axilas sin vello, sudadas y húmedas que despedían un aroma lascivo, de su boca salían pequeños gemidos de placer, y como no hacerlo, pues los niños le estaban haciendo un trabajito.
Jimmy y John eran un par de gemelos, de cabello castillo rizado, de unos 10 u 11 años, delgados, con penes pequeños, pero duros como piedras, eran bastante lindos, pero tenían un aire a travesura en sus ojos, los ojos de Lester inmediatamente se fueron a sus traseros, grandes y jugosos, como un par de sandias carnosas. John estaba chupando y lamiendo el pene y las bolas del adolescente, oliendo ruidosamente el vello púbico, pareciendo intoxicarse con este. Jimmy era más salvaje, su pequeño puño entraba y salía de ano del adolescente, a veces lamia este ano.
Lester activo el hechizo de Control Mental Absoluto y dio una única orden.
– Déjame unirme.
Los tres chicos se asustaron por la voz, pero luego se detuvieron y continuaron con sus actos. Lester se acomodó en el sofá, giro su cabeza y empezó a besarse con este adolescente, sus lenguas peleaban en la boca del otro, intentando ganar territorio, intercambiando saliva. John dejo de chupar el pene y se lanzó a las bolas de Lester, oliendo ruidosamente, esto se repitió varias veces, luego metió sus pequeños deditos en su ano, metiendo y sacando con rapidez. Jimmy saco su puño del ano del adolescente y se quedó quieto unos momentos, luego se abalanzo hacia las axilas peludas de Lester, oliendo, lamiendo, saboreando e incluso mordiendo, él verdaderamente parecía intoxicado.
Lo que probablemente era cierto, debido a las feromonas y hormonas que Lester segregaba constantemente, pues su naturaleza como hombre lobo, le hacía estar casi siempre en celo, con ganas de reproducirse y follar todas las cosas que estén a su alcance. Esto fue heredado por sus antepasados licántropos y súcubos, quienes eran llamados la encarnación de la lujuria y el deseo carnal.
Lester dejo de besar al chico y pregunto algo.
– ¿Cuál es tu nombre?
El chico miro con ojos vacío y vidriosos a Lester, había un muy obvio rastro de lujuria y algo de enamoramiento.
– Mike, estos niños son Jimmy y John, los cuido cuando su padre viaja por trabajo…
Lester asintió, sin importarle mucho, extendió su mano y tomo la cabeza de John, lo saco de sus bolas y le acerco la cabeza de su pene a la boca, la pequeña putita no le hizo esperar, abrió su boquita y empezó a chupar con voracidad. Mike le beso el cuello, sus labios bajaban lentamente a su pecho y se detuvo, comenzando a chupar sus pezones, también ‘ayudo’ a John, empujo su cabeza, haciendo que el niño se atragantara con la verga larga del hombre lobo. John no parecía preocupado, en cambio, intento aprovechar ese empujón para abarcar más de esa vara de carne. Lester acerco sus dedos a su boca, llenándolos de saliva, luego los metió dentro del ano de Mike, sin importarle si estaba acostumbrado a eso.
Mike gimió un poco, pero no se quejó, estaba intoxicado con el aroma de este adolescente, dejo de jugar con los pesos y levanto el brazo del hombre lobo, colocando su nariz en la axila del chico. Él estaba verdaderamente intoxicado, el olor a sudor, a macho, a semental le perforaba las fosas nasales y penetraba su cerebro, como si quisiera marcarlo como propiedad, él ignoro los dedos en su ano, que lo estaban dilatando.
Jimmy acerco su carita a la de Lester, este último saco su lengua y dejo que el niño la chupara como una paleta, tragando su saliva en el proceso, como si fuera néctar divino.
Pronto el pene de Lester estaba lo suficientemente lubricado gracias a John, se levantó del sofá y tomo las caderas de Mike, sin pedir permiso ni avisar, empujo violentamente su pene dentro del interior de ese adolescente.
– ¡¡Ah!!
Mike, obviamente al no estar acostumbrado, dejo escapar un grito de dolor, las embestidas del hombre lobo junto con el dolor en su ano, casi eliminan el hechizo en su mente, pero como fue creado por un mago de alto rango, no paso más allá del ‘casi’.
Sus gemidos de dolor se transformaron en gemidos de placer, para envidia de los hermanos quienes se unieron a la diversión por su cuenta. John aparto la cola lobuna de Lester y separo sus nalgas, lamiendo y chupando el ano usado de Lester, oliendo los aromas del sudor almizclado y el semen. Jimmy por su parte, empezó a meter su pequeño pene en la boca de Mike, quien no perdió el tiempo y empezó a chupar como si su vida dependiera de ello.
El hombre lobo adolescente empujaba violentamente su pene dentro del ano que no había sido usado nunca por un hombre, apretaba deliciosamente, casi con codicia.
Como ya había estado divirtiéndose durante varias horas, Lester termino dentro de Mike, llenando su trasero con el semen de macho joven.
Él saco su pene y se medió acostó en el sofá, coloco sus brazos detrás de su cabeza, relajándose mientras su olor impregnaba su nariz.
Miro a los chicos que se apretaban en su cuerpo, oliendo su olor corporal.
– Déjenme descansar un rato, podemos divertirnos más tarde.
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