Aventuras demasiado precoces V
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por PanchoHard.
Estás todo embarrado de mi semen, dijo Ángel.
Si ya sé, le dije, estoy todo manchado, tengo que bañarme otra vez.
Yo también, vamos a la ducha –me dijo- mientras terminó abrió la llave.
Yo entré atrás de él, vi su poto, era algo más flaco que el mío y un poco más oscurito y peludo, mientras él se duchaba yo estaba parado atrás de él sin hacer nada. Cuando terminó de enjuagarse se volteó y cambiamos de sitio para que él se jabonara y yo pasara a la ducha.
Pasamos uno al lado del otro, mi pinga parada chocó con la de él. Nos quedamos un par de segundos uno frente al otro, su pinga toda mojada y a medio parar, los 2 con las caderas hacia adelante.
Avancé hacia la ducha medio sonrojado y Angel se quedó atrás, en ese momento me acordé de golpe de mi experiencia previa, de lo que me podía volver a pasar, de cómo todavía me dolía el culo. La pinga se me puso dura mientras Angel algo me decía.
Qué cosa?, le dije
Que tienes el poto bien redondo y grande…
…. No nada que ver…
Si en serio mira en el espejo me dijo.
Y volteé al espejo del baño, era un espejo grande que abarcaba parte de la ducha.
Efectivamente, ahí estábamos los 2 de perfil. Mi poto era bien redondo y paradito, como un globo de carne blanca. Instintivamente me lo agarré para levantarlo y verlo mejor en el espejo.
Asu!, dijo Angel, que tal culo que tienes, está buenazo.
En ese momento vi a Angel en el espejo, tenía la pinga dura y agarrada con una mano, apuntaba a mi poto y él estaba medio agachado tratando de ver bien. Me sonrojé y sentí que la sangre me hervía.
A ver el tuyo?, le dije.
Mi culo?, no, para que el mío?, dijo Angel, si el tuyo es el más rico.
Para verlo bien pues, le dije.
Angel se volteó, su culo era más pequeño y oscuro, pero también redondito y duro.
Nuestros potos se rozaron y los 2 retrocedimos para que se sobaran bien sobados, actuábamos casi en automático, sin tener que hablarnos. Angel puso sus manos hacia atrás y me apretó las 2 nalgas, yo sentí un escalofrío y de inmediato le apreté las suyas, casi sentí que nuestros huequitos se tocaban. Sus manos me apretaban las nalgas, las apachurraban, las masajeaban, las abrían y cerraban. Yo hacía lo mismo con las suyas, me gustaba su piel suave, y aunque no era muy “cachetón” era bien redondito y firme, me gustaba apachurrarle el culo. Estuvimos sobándonos trasero con trasero tratando de no caernos, nos mirábamos en el espejo, se veía bien rico, sentía el calor que salía de su cuerpo y se juntaba con el mío. Nuestros huequitos se sobaban y yo sentía que el mío latía, se ajustaba a cada rato y el de él también, nunca antes había jugado con mi culo y se sentía bien rico.
Después de sobarnos un buen rato nos dimos la vuelta y chocamos las pingas, las apretamos una contra la otra, las golpeamos, las sobamos. Yo no le quitaba los ojos de encima a la suya, verla me hipnotizaba, con esa cabeza bien gorda, sin dudarlo le cogí la pinga y el cogió la mía.
Que tal cabezota-le dije- parece un globo…
La tuya parece un tubo –me dijo-, vas a tener una rica pinga de grande, después nos las medimos?
Nos estuvimos masturbando suavecito pero apretando fuerte, las 2 cabezas latían y estaban coloradas. Me moría de ganas de chuparla otra vez, me dolía la mandíbula y la garganta la sentía irritada pero la quería saborear otra vez y también quería que me la chupen. Todo esto lo pensaba mientras no despegaba ni los ojos ni mi mano izquierda de su pinga, me arrodillé y masturbándolo un poco le dije. Déjame chupártela otra vez, aunque sea un ratito..
Estás seguro?, me dijo él.
Sí, pero solo si después tú me la chupas a mí
Ya, pero solo si a mí me gusta – dijo Angel retándome-
Vas a ver que te va a gustar – le dije – mientras apreté su pinga y me la acerqué, la tenía a medio parar y se la mamé como becerrito, rico y profundo. Le lamí las bolas una x una con el agua caliente cayéndonos encima. No pasó mucho rato y ya estaba otra vez bien erecto, otra vez sufría por metérmela en la boca y saborearla integra, estaba con los ojos cerrados y concentrado en mamar.
Me agarró de la cabeza y me bombeó la garganta varias veces hasta que me soltó de golpe, ya báñate me dijo.
Deje de chupar y me metí bajo la ducha, Angel se metió conmigo y me apretó. Sentí todo su cuerpo pegado al mío y su pinga dura apoyada con fuerza y a lo largo entre mis nalgas. Apreté instintivamente queriendo zafar, Angel me tenía abrazado y no me soltaba.
Me moví tratando de soltarme, él se pegaba más a mí, nuestros cuerpos resbalaban por el agua.
Ya suéltame que haces!, le decía.
Solo te estoy punteando, no pasa nada…
…mejor suéltame…todavía me duele el culo, me duele mucho…
Pero no pasa nada- insistía – mientras me sobaba la pinga en mis nalgas, despacio, así, ya ves, no pasa nada me volvió a decir.
Me quedé quieto mientras su pinga caliente y dura se deslizaba de arriba abajo entre mis nalgas mojadas, se sentía bien rico.
Que rico tu culo decía, mientras me apretaba las nalgas y sobaba bien rico su pinga, me las apachurraba, se notaba que le gustaba y a mí me encantaba.
Pasé mis brazos hacia atrás para agarrarle el culo a él, como quien no quiere “quedarse atrás”, la única diferencia es que era ANGEL el que tenía la pinga apoyada en mi culo, pequeño detalle.
Empezamos a sobarnos así, cuerpo contra cuerpo, de arriba abajo. Sentía todo su cuerpo pegado contra el mío, el agua nos mojaba completos y nuestros cuerpos resbalaban.
Angel soltó mi culo y pasó sus brazos al frente. Me abrazaba y acariciaba todo. Me agarraba la pinga y la masturbaba, me apretaba las piernas, los pechos, la barriga, me manoseaba como lo hizo la noche anterior, yo no dejaba de agarrar su culo con mis brazos hacia atrás. Sentía que el hacía cada vez sus movimientos de cadera más pronunciados, sentía su tronco resbalando entre mis nalgas bien apretado, a veces sentía la cabeza gorda literalmente punteando y otra vez el tronco subiendo y bajando. Yo inconscientemente retrocedía mi culo y lo apretaba fuerte a él “para no separarnos”, cada vez nos apretábamos más fuerte.
Ese movimiento medio inocente, sin medir las consecuencias, se hizo cada vez más y más rápido, más y más fuerte hasta que pasó lo que tenía que pasar. Yo estaba con los ojos cerrados y concentrado en no soltarnos y en que deberíamos chuparnos las pingas cuando sentí que su pinga bajó, bajó lo suficiente como para que su cabeza apuntara directo a mi huequito. En ese momento yo sentí que su cuerpo se separó del mío y lo empujé hacia mí. No hubo escapatoria.
Sentí un hincón muy agudo en mi trasero, se me rompía el ano literalmente, pegué un chillido agudo de dolor mientras sin poder parar retrocedía y me clavaba su pinga. Ajusté con fuerza mi ano tratando de evitar lo inevitable. Me sentí clavado, lo sentí duro y caliente y doloroso. Se me metió la cabezota y un poco más, me saltaron las lágrimas.
Ayyyyy…no!!, me quejé mientras sentía que lloraba, noo!!!.
Aaaahhh –gimió Angel-
Yo sentía que se había metido en mi poto y que “no se valía”, eso era trampa además que me dolía, me sentía desgarrado.
Oye no!, le dije, sácala! me duele! – tenía la voz llorosa-
No fue mi culpa, tú te moviste mucho! – me dijo él- .
Pero yo no quería eso!, le dije queriendo zafar pero sintiendo que me dolía.
Cuidado-me dijo él- no te muevas que va a ser peor, no te muevas y déjame sacarla despacito….
Ufff, ten cuidado que me duele…-le dije-
El empezó a retroceder y yo al sentir el movimiento ajusté aún más sin querer y otra vez chillé.
Au!, me duele!, no te muevas…-le dije-
Ya –me dijo Angel- pero no ajustes tanto que a mí también me duele
No te muevas, insistí, quédate quieto.
Y nos quedamos quietos los 2, Angel con las manos en mis hombros yo apoyado en la pared y con una pinga bien clavada, casi atorada en el culo. Yo respiraba profundo, sollozaba tratando de que pase el dolor mientras el agua nos mojaba a los 2. Sentía que su pinga adentro estaba más caliente que el agua, sentía la forma de su cabeza adentro del culo y sentía el tronco en el ano. De manera incontrolable a veces mi culo se ajustaba, eso me hacía doler y a él le hacía hinchar la cabeza y quejarse con cortos ufff…uff…quejidos que también hacía yo…ufff….ufff….cuidado…ufff…uffff
Cada vez que apretaba el ano su pinga latía y se hinchaba y eso me hacía apretar otra vez, y otra vez, era desesperante, sentía que las piernas me temblaban un poco y con cada movimiento otra vez la pinga le latía y otra vez apretaba mi ano.
Puse mis manos en su barriga y traté de hacerlo retroceder pero me dolió más, esa cabeza estaba empotrada y mi ano no la dejaba salir.
Volteé mi cabeza para ver lo que pasaba. Angel estaba con la mirada fija en mi culo, giré más y pude ver mi culo blanco y redondo, con el agua que le corría por todos lados y en medio una pinga. Una pinga roja, hinchada clavada en medio de mi culo redondo y blanco. Me quedé alucinado con la imagen. Se veía riquísimo, ese trozo se veía duro y con una vena bien marcada. Sobresalía la mitad y el resto se perdía en medio de mi trasero. No se veía el ano, solo nalgas blancas con un trozo oscuro atorado.
No se ve cuando entra- le dije- y me duele mucho.
Ya, no aprietes tanto que me la vas a romper, despacio y déjame ver dijo Angel.
Sentí que sus manos soltaron mis hombros y agarraron mis nalgas con cuidado y empezó a separarlas. Sentí que no iba a aguantar mucho más la presión de su pinga, sentía que me iba a partir en 2, ajustaba con miedo.
Afloja tus nalgas me decía Angel, aflójalas que me duele la pinga…
Volteé otra vez y pude ahora si ver el detalle. Tenía mis nalgas separadas y me había inclinado un poco más, veía la raya de mi culo rosadita, y entre ellas una pinga metida. No me había metido ni la mitad, solo tenía la cabeza metida y un poquito más. Mi ano estaba tan apretado que parecía que la pinga se la tenía ahorcada, la tenía hinchada y morada.
Sentí que se me subió la sangre a la cara, resoplaba y mi ano latía mientras él se empezó a mover de lado a lado. Yo hice lo mismo, como tratando de abrirme para que la pueda sacar. Fueron unas cuantas movidas, a la derecha y a la izquierda, unas latidas más y sentí que era más fácil meterla que sacarla, que entre de una vez que ya no aguantaba.
Y así pasó, sentí que el presionó y yo ya no pude aguantar más la presión y aflojé, su pinga resbaló hacia adentro sin poder evitarlo. Toda su verga se metió hasta que sentí su cuerpo contra mi culo y una punzada profunda. Apenas si me quejé, solo gemí fuerte y aguanté. El empujó más y yo retrocedí más, ya quería que entre toda y me sentí bien clavado, el culo partido. Instintivamente me agarré la pinga, le tenía hirviendo como nunca, me empecé a masturbar con fuerza, con mucha fuerza y Angel empezó a sacarla y a meterla, usaba toda la fuerza de su cuerpo, en cada sacada me arrastraba el ano y lo volvía a empujar, me dolía pero era delicioso, lo hizo unas cuántas veces, a ritmo no tan rápido pero si duro y parejo, no pasó mucho rato y sentí que la pinga se engordó y se puso muy dura en mi culo y empezó a latir y a calentarme por dentro, se movía como loco y yo me masturbaba en medio de dolor y placer.
El ya no sacaba la pinga, solo me la empujaba y me la revolvía dentro del culo, llenándome de semen y ahora deslizándose sin problema cuan larga era. Sentí que la pinga me iba a reventar, me vino una erección feroz y empecé a disparar chorros de una leche blanca. Gritaba de placer y disparé 3 chorros grandes contra las mayólicas, apreté otra vez el culo y las piernas se me doblaron, Angel me sostuvo y siguió clavándome. Yo temblaba, me masturbaba, mi pinga estaba muy sensible y en cada latida de pinga apretaba el ano haciendo que la pinga de Ángel se endurezca, los 2 nos revolvíamos contra el cuerpo del otro, sus bolas rebotaban contra mi cuerpo. Finalmente caí de rodillas y sin querer la pinga de Angel salió de mi culo, sentí que me salió un brazo de carne de adentro.
Los 2 gemíamos, yo además sollozaba, me temblaba el cuerpo, me dolía el culo, estaba literalmente reventado. De alguna manera salí al wáter, tenía que evacuar. Lo hice rápido y cuando me limpié vi algo de sangre y de leche también.
Qué pasó?, qué fue eso?
Eso es cachar, eso es culear como en las revistas, dijo Angel.
Si ya sé, pero yo también boté leche, nunca me había pasado eso, es muy rico
Estuvo muy rico, pero me duele la pinga, casi me la partes.
A mi si me partiste el poto, tengo sangre y me duele todo le dije mientras me secaba las lágrimas, me sonaba la nariz y recuperaba el aliento. Trataba de cerrar el culo pero sentía que me seguí chorreando de adentro, me limpié bien y como pude me metí de nuevo a la ducha cuando Angel ya salía.
Mientras me bañaba tenía 2 imágenes bien claras en mi mente, una era el semen que había disparado por primera vez en mi vida y la otra era mis nalgas blancas, medio rosadas y abiertas al medio con un trozo de carne clavado en medio de ellas. Que ricas imágenes.
Cuando salí del baño me puse otra vez mi pijama y me quedé dormido profundamente mientras Ángel miraba TV.
Y pensar que recién eran las 09:30 de la mañana del Lunes…
Mi primera corrida fue así pero sin otra polla en mi culo
Que rico es pajearse y que el semen salga disparado