Aventuras demasiado precoces…o no?, con el compañerito del salón II.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por PanchoHard.
Al día siguiente nos despertamos de golpe cuando su hermana entró y gritó: Están calatos!!,
Nos hizo saltar del susto, nos tapamos con las sábanas y él le dijo a su hermana: Si le cuentas a alguien te friegas conmigo!. Su hermana puso cara de susto y estuvo a punto de llorar.
No llores!, le dijo, ándate y no digas nada. Ella salió corriendo. El cerró la puerta con llave, nos íbamos a poner los shorts y vimos que los 2 estábamos con las pingas duras. Ya íbamos a “jugar de nuevo” cuando su mamá quiso entrar y se encontró con la puerta con llave.
Quién puso llave!?
Yo mamá, dijo el, es que mi hermana está molestando.
Abre de inmediato!, le dijo.
Ya los 2 estábamos con short y el abrió la puerta con cara de susto.
Ya es tarde chicos, nada de estar flojeando salgan a tomar desayuno. Y nada de cerrar la puerta con llave!
Bajamos a tomar desayuno y ya todos estaban terminando.
Su mamá salía con su hermana a dejarla en clases de natación y de ahí de compras. El papá las llevaba en el carro. Nosotros nos quedábamos solos con la señora que hacía el servicio en la casa.
Después de tomar desayuno ya solos nos quedamos callados un momento mientras veíamos TV hasta que de repente él dijo “quieres ver la revista?”
Me acordé de la revista y dije verdad!, vamos!.
Subimos al segundo piso y la señora de limpieza ya bajaba a limpiar la cocina, perfecto.
Entramos al cuarto de sus papás, me quedé viendo desde la puerta. Él se metió al closet, se subió a un banquito y buscó bajo una maleta. Bajó y salió rápido hacia su cuarto con 1 revista pequeña bajo el brazo.
Nos metimos a su cuarto sentados en la alfombra, atrás de la cama por si acaso.
Yo nunca había visto una revista de ese tipo ni ningún material parecido. De hecho sabía poco de sexo y la sesión de la noche anterior aún me tenía sorprendido.
La revista era una SPH (solo para hombres) y tenía muchísimas fotos de parejas haciendo todo tipo de cosas, todas sorpresivas para mí. Desde besos con lengua, pasando por mucho sexo oral, penetraciones de todo tipo y eyaculaciones. En todas las fotos veías que la estaban pasando bien, sobre todo en las chupadas. Por eso quería hacerlo!, me dijo él.
Me di cuenta que ya estaba con la pinga parada en inconscientemente la acomodé bajo el short, el hizo lo mismo. Está rico no?, le dije. En ese momento di vuelta a la página y se veía un 69. Nos reímos viendo la foto y de inmediato el comentario. Mira, los 2 a la vez!, asu!
-Oye, le dije, anoche no cumpliste tu apuesta…
-Es que nos dormimos, me dijo, lo hacemos ahorita si quieres..
-Y la señora de servicio?
– Cerramos la puerta, no creo que suba porque ya limpió todo el segundo piso.
– Ya pues, aprovechemos que no está tu hermanita!, jajá
Se levantó y cerró la puerta, en ese momento yo ya me había sacado short y polo. El me vio e hizo lo mismo. Otra vez los 2 calatos frente a frente, nos acercamos y cada uno agarró la pinga del otro. Ya lo veía con otros ojos, con otra malicia, estoy seguro que el también.
Me gustaba sentirla caliente en mi mano, corrí su prepucio un 2, 3 veces y sin darme cuenta se me escurrió una gota de saliva. Cerré la boca y me puse rojo.
Ya pues me dijo, te toca. Si no te apuras lo hago yo otra vez – me dijo-.
No iba a permitir que eso pase, ahora me tocaba a mi chupar y no me iba a quedar sin hacerlo.
Me arrodillé en ese momento sin soltar mi presa. La tuve frente a mí, la miré de cerca, la olí, le jalé el prepucio y la volví a oler, me gustaba. Saqué la punta de la lengua y lamí la punta de su pinga ya casi sin temor, se le estremeció un poquito y se hinchó. Lo lamí de nuevo y saboreé, todo estaba bien, era rico y carnosito. Recuerdo que le retrocedí bien el prepucio y apreté la base del tronco con mi mano, la cabeza se hinchó y se puso morada. En ese momento cerré los ojos y abrí bien la boca. De un bocado me metí la cabeza y apreté los labios. La sentí calientita y carnosa, la chupeteé y la lamí, la sentí inflarse y lo escuché gemir.
Me pareció riquísimo, hice lo mismo varias veces más, y cada vez que la sacaba la hacía sonar. Ya me sentía confiado y muy a gusto con lo que hacía, de hecho me encantaba y no quería parar. Me la empecé a comer cada vez más a fondo, tratando de meterla toda.
Asu, así que rico, decía el, sigue, sigue, ufff, sigue.
Yo ya estaba absorto, la chupaba con verdaderas ganas, con mucha saliva, movía mi cabeza adelante y atrás y de lado a lado y otra vez adentro y afuera. Sorbía más saliva que se chorreaba, tenía los ojos cerrados y disfrutaba con esa carne caliente en mi boca. Él me tomó la cabeza y me movía más rápido, de 2 empujadas sentí que la pinga se metió todita, sentí la cabeza al fondo y mi nariz apretada contra su cuerpo sin vellos. Me asusté un poco y la saqué, tosí un poquito y antes de que él me dijera algo volví a tragármela. Me la comía todita y le miraba los ojos como diciéndole “mira lo que puedo hacer”, y lo empecé a hacer cada vez más rápido, con mis manos aferradas a su culo y el manejando mi cabeza. Escuché que empezó a gemir con fuerza y a doblar un poco las rodillas, yo seguía mamando como un becerrito y chorreaba saliva por montones, lo sentí tensarse y latir en mi boca. El perdió el equilibrio y los 2 nos caímos a la alfombra.
El quedó encogido en una pose tipo fetal y yo quedé arrodillado con las manos en el piso tratando de recuperar el aliento, con la respiración agitada y con un pequeño charco de saliva frente a mí.
Estás bien?, le pregunté.
Me duele, me arde y creo que tengo un poco de sangre -me dijo-.
Sangre? -con razón sentí un sabor diferente pensé- Vamos a lavarnos le dije.
Los 2 llegamos medio temblorosos al baño, y mientras yo me enjuagaba la boca el abrió la ducha.
Nos bañamos juntos, me acuerdo le lavé toda la pinga y los huevos con mucho jabón, con mucho cuidado. Ya echados en la cama revisamos su pinga y vimos que tenía una rasgado el pellejo por adentro, pero ya no sangraba.
Te gustó?, le pregunté.
Estuvo riquísimo-me dijo-, con razón a ti también te gustó anoche.
Es bien rico, también me gustó chupártelo, dije yo.
A mí también me gustó chupártelo, pero no hay que contarle a nadie!
Ni hablar, solo para nosotros!, dije yo.
Pásame la revista otra vez, me dijo, quiero ver que más hay!
Nos pusimos a revisar la revista página x página y escogíamos las mejores fotos de mamadas en las diferentes poses. Hasta que vimos de nuevo un 69. Nos quedamos mirando, pensando.
Esa es una que debemos hacer!, los 2 a la vez!
Si pero y quien va arriba?,
No sé, ya vemos..
Seguimos viendo la revista, vimos en detalle cada foto, analizando y aprendiendo.
Cuando veíamos las de sexo anal nos quedábamos mudos y no pasábamos la página. Yo pensaba que eso también lo podíamos hacer y también pensaba en cómo les podían entrar tremendas pingas en el culito a esas señoritas. Estábamos pegados viendo una penetración anal con la chica con las piernas abiertas al borde de la cama cuando escuchamos que llegaban sus papás.
Escondimos la revista bajo el colchón, nos cambiamos y bajamos.
Pasamos la tarde jugando, pero cada vez que cruzábamos la vista había complicidad y malicia, esa noche iba a ser divertida.
Sin embargo, esa noche nunca se dio y fue frustrante.
Esa tarde montando bicicleta él se cayó de mala manera, se hizo varias heridas y se rompió un brazo. Pasó 2 noches en la clínica y luego enyesado un buen tiempo.
Mis papás pasaron a recogerme y estando todos reunidos en el cuarto de la clínica su papá nos dice que por su trabajo lo estaban retornando a Argentina, y que tenían que irse de una vez antes de que empiecen clases.
Resulta que todos los papás ya sabían y nos lo iban a decir al día siguiente en una parrilla en su casa.
Ni él ni yo lo podíamos creer, nos pusimos a llorar de manera desconsolada. Su hermana también lloraba y por último también nuestros papás.
Yo tenía ganas de romper todo pero no había nada que hacer.
Solo nos quedó despedirnos con la promesa de visitarnos cuando pudiéramos, ellos se iban en 4 días. Al despedirme de él me dijo que al retirar mis cosas me lleve la revista de regalo y que no pierda esa habilidad para chupar pinga tan rico, que él iba a seguir practicando.
Nunca más nos vimos hasta que apareció el Facebook.
Parece muy verídico