Aventuras demasiado precoces…o no? III. Juegos (no solo) de niños.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Fue toda una frustración que él se fuera de viaje de golpe y para siempre.
En las pocas semanas que quedaron de vacaciones me dediqué a ver y a masturbarme constantemente con las imágenes que veía en la revista porno.
Esas imágenes me hacían recordar mi experiencia reciente, esa sensación tan rica cuando te chupan la pinga, la boca caliente y la lengua húmeda jugando con la cabecita, poner esa cabeza dura como piedra hasta que sientes que todo te tiembla, te pones tenso, cierras los ojos y te aceleras, era lo más rico que había sentido, y quería sentirlo otra vez, por eso me masturbaba y por eso quería que me la chupen.
Por supuesto también me acordaba de cuando yo se la chupé, de lo rico que era tener una pinga en mis manos, en mi boca. Lamer esa carne calientita y dura, chupetearla y saborearla, pasarla por toda mi boca, empujármela todita, esforzarme para demostrar que yo podía chuparla tan bien o mejor que él, darme cuenta que me la podía meter hasta el fondo y que eso le daba a él una mueca de placer buenaza. Sentía que tenía el control en la competencia, por eso se la chupé con todas mis fuerzas hasta que lo hice temblar y casi caerse al piso, los 2 éramos muy buenos chupando!
Quería chupar, quería que me la chupen. Traté de chupármela yo mismo en diferentes posiciones, era flexible pero no llegaba. Una vez estando echado en mi cama boca arriba, con las piernas levantadas y mis tobillos a la altura de mis orejas, me masturbaba y sacaba mi lengua casi a punto de llegar a mi cabeza. Sentía mi aliento cerca y me masturbaba más, estiraba mis piernas y doblaba el cuello, quería llegar de alguna manera. Estuve tanto rato así que de repente sentí que me mojaba, y efectivamente un chorro de orina caliente salió directamente a mi boca, solo pude tragar y seguir tragando para no mojar mi cama!.
Todo esto pasaba en las noches cuando ya me mandaban a dormir. En las tardes jugaba como cualquier niño de casi 9 años, montaba bicicleta, etc… Ninguno de los amigos de mi edad pensaba si quiera en esos temas.
Poco a poco me fui olvidando del asunto, la revista quedó escondida en un cajón del closet y el haber mamado y que me mamen la pinga parecía un recuerdo lejano.
Pasó mucho tiempo, casi un año hasta que mi precoz vida sexual se activó nuevamente y de qué manera.
Poco antes de yo cumplir los 10 años recibimos una llamada de Argentina, era la mamá de él y le dijo a mi mamá que un hermano mayor de él venía a Perú y que si lo podíamos recibir. Mi mamá le dijo que por supuesto que lo recibía sin problemas. Luego me pasó el teléfono diciéndome que él quería hablar conmigo.
Conversamos un buen rato, me contó que su hermano se llamaba Angel y llegaba en una semana, que se quedaba solo 4 días antes de que lleguen unos amigos suyos para irse todos al Cusco, que acababa de cumplir 16 años y que era hijo de un primer matrimonio de su mamá y que por eso no fue a Lima la primera vez. Me dijo que era un muy buen tipo, que sabía mucho de “tú ya sabes qué”
Sabe lo que hicimos!?, le pregunté.
No te preocupes, me dijo, él no le va a decir a nadie. Todavía tienes la revista?, me preguntó.
Si-le dije-.
Aprovecha de revisarla con él y después me la mandas de regreso….
Seguro?
En serio, aprovecha su visita – insistió, hablando en voz más baja-, yo me la paso muy bien con él hace 3 meses, no te imaginas.
Pero estás seguro de que no le va a contar a nadie??
Hazme caso..
…Ok…-dije yo- mientras me quedaba pensando muy nervioso.
Cuándo colgué el teléfono mi mamá me dijo que en mi cuarto sobraba sitio y que le iban a acondicionar un colchón ahí.
Ángel llegó a casa un domingo al final del día, medía como 1.70, de cabello ensortijado y oscuro, usaba unos lentes horribles. Era de contextura normal, poco hablador y bien educado, era narizón, se le veía de pinta relajada.
Yo no podía evitar estar emocionado, toda la semana había pensado en qué podía suceder, todos mis recuerdos se habían activado con mucha intensidad, ya quería que llegue y que me cuente lo que él sabía…
Ese día ya era tarde y después de conversar un rato me mandaron a dormir como a todo niño que aún no cumple los 10 años.
Al poco rato entró Ángel, dijo que estaba cansado del viaje y que prefería dormir temprano.
Solo con la luz de la lámpara de noche lo vi cambiarse de ropa sentado en la cama frente a mí. Se fue quitando todo mientras me conversaba de su viaje y de Cusco y etc…
Se quitó el polo, las zapatillas y se puso de pie. Y así como quien no quiere se bajó el jean y el calzoncillo. Ahí estaba parado frente a mí totalmente desnudo. Era delgado, de piel blanca pero con bastantes pelos por todos lados y en medio de una mata de pelos le colgaba una pieza que me pareció grandota comparada con la mía.
Él se estiró de la manera más casual y vi el detalle de sus bolas colgando y de cómo la cabeza era bastante más gruesa que el resto de su pinga, parecía que la tenía medio torcida hacia la derecha.
Caminó calato por el cuarto buscando sus pijamas, se agachaba y se levantaba.
Le vi absolutamente todo, el trasero redondo y peludo al centro, otra vez la pinga y Angel seguía conversando. Finalmente se puso de perfil contra la luz de la ventana para ponerse el short, vi la pinga colgando por última vez hasta que estuvo cambiado y apagó la luz y se echó a descansar, por fin dejó de hablar.
Yo casi no había dicho palabra, y cuando apagó la luz me di cuenta de que estaba con la boca abierta y salivando y de que tenía mi pinguita súper dura. Me la apreté con fuerza y me di vuelta para masturbarme sin que él se dé cuenta.
No podía quitarme la imagen de esa pinga, solo me acordaba de eso, de cómo colgaba medio chueca y de cómo sería cuándo se le pare. No sabía cuánto le había contado él a su hermano, que tanto sabía Ángel de lo nuestro, sabía que nos habíamos chupado?, no creo que le haya contado tanto…
Dice mi hermano que tienes una revista suya…..
-…..- Me quedé en silencio…
Y me pidió que por favor la revisáramos juntos al detalle.
Eso te dijo?
Si, dice que la revista está muy buena, me dejas verla?
No sé –le dije-
Anda, le damos una revisada y me preguntas lo que quieras, además él dice que te puedo enseñar a ti todo lo que le enseñé a él…
En ese momento todo me dio vueltas. Tenía las imágenes de la revista, las chupadas, las pingas, la leche, los culos abiertos. De todo eso tenía preguntas, y parecía que Ángel ya se las había resuelto. Me sentía acalorado.
Y qué le has enseñado?, dije yo.
Ya pues-me dijo- muéstrame la revista y vamos viendo.
Ya bueno, le dije, abrí el closet, abrí el cajón de más abajo y busqué al fondo. Ahí estaba, la saqué y se la mostré con una sonrisa en la cara.
Él ya estaba de pie a mi lado, se sentó en mi cama con la espalda apoyada en la pared y los pies que sobresalían por el borde. Siéntate a mi lado me dijo.
Se tomó su tiempo en hojear toda la revista, página por página. No me decía nada y yo tampoco hablaba. Se detuvo en algunas fotos, las que tenían chupadas profundas y en algunas culeadas, también profundas, se sonreía en las que se veía la leche en toda la cara de las chicas.
Yo ya estaba con la pinga parada y me la acariciaba de manera disimulada creía yo.
Te la corres seguido?,
Más o menos le dije.
Él me contó que se masturbaba seguido y que botaba mucha leche.
Eso me llamó mucho la atención, cómo sería?. Le dije que no me masturbaba tanto y que todavía no tenía leche aunque ya me aparecían los primeros pelitos.
Es rico tener leche?, pregunté.
Es muy rico, mastúrbate seguido que seguro ya vas a tener leche. Te va a gustar.
Y a qué sabe?, le pregunté.
Uy-me dijo- la leche de hombre sabe a eso, a leche de hombre. Nunca la has probado?
No, si ya te dije que no tengo.
Esta revista está bien buena, me dijo cambiando el tema, ya me estoy excitando, mira.
Apoyó la revista en su barriga y vi un bulto grandote medio doblado en sus shorts
Asu, le dije, es bien grande no?.
Espérate me dijo y la agarró fuerte con su mano y la sacó de golpe por debajo del short. Vi aparecer una cosa gruesa y larga, con una cabeza colorada y sin pellejito.
Apuntaba hacia donde yo estaba y latía, parecía que respiraba e hinchaba su cabeza.
Se la cogió y empezó a sobarla de arriba hacia abajo, estirándola y mostrándomela-
Qué te parece?, me dijo
Ya te dije, se ve grande y bien dura.
Así tiene que ser una buena pinga, a ver la tuya, dijo Ángel.
No, la mía todavía es chiquita, es que recién voy a cumplir 10 años.
Jajá, está bien, quieres que te enseñe a correrte la paja?
Sí.
Pero tienes que hacer todo lo que yo diga, vamos a esforzarnos para sacarnos la leche, quieres?
Yo no había dejado de mirarle la pinga, estaba concentrado en esa cabeza gorda y morada
Ya pues le dije, cómo hacemos?
Él se bajó el short y el calzoncillo hasta los tobillos y se levantó el polo con una mano. Vi unas piernas largas, fuertes y algo peludas.
Inmediatamente yo también me bajé todo de golpe hasta los tobillos también, mis piernas eran más bien rellenitas, bien formadas y suaves, sin un solo vello. Quedamos los 2 medio desnudos lado a lado.
Mejor totalmente calatos dijo el sonriendo. Se terminó de sacar la ropa de golpe. Yo dudé y el solo me dijo apúrate!. Rápido deje caer mis short y me paré para sacarme el polo de dormir.
Y ahí estaba yo calato con mi pinga de 4 pelos bien parada y frente a mí un chico más alto que yo. Él tenía su pinga agarrada de la base, la estiraba y la apretaba.
Haz lo mismo que yo me dijo Ángel.
Me la agarré y apenas si sobresalía de mi mano, empecé a subir y bajar como el hacía y como yo ya sabía más o menos.
Asu, tienes bastantes pelitos – dije-, a mí también me están saliendo.
No dejábamos de mirarnos, vi que se acercó a mí y se masturbó largo y duro. Por la diferencia de tamaños su pinga apuntaba casi a mi pecho.
Hazlo más fuerte me decía él, así como lo hago yo.
Yo me la jalaba más y más pero el insistía en que tenía que ser más fuerte.
Yo te lo hago me dijo, y cogió mi pinga y la empezó a masturbar, su mano era mucho más grande y fuerte, sentía que me envolvía toda la pinga y me la jalaba con fuerza, esa sacudida me hizo respirar hondo y quejarme.
Ves, a eso me refiero dijo Ángel. En ese momento cogió mi mano y la puso en su pinga, el envolvió su pinga y mi mano con la suya y empezó a masturbarse mientras no dejaba de masturbarme a mí.
Me quedé medio hipnotizado con su pinga en mi mano, le hervía y era gruesa, la abarcaba con las justas.
Ya en ese momento él estaba pegado a mí, veía su pinga de arriba abajo y mientras se masturbaba se sobaba en mi pecho, sentía que me golpeaba suave con un tronco caliente.
Estuvimos a ese ritmo varios minutos, el me hacía recorrer toda su pinga con mi mano, de arriba abajo, sobarle la cabeza, apretarla desde la base, moverme por momentos despacio y a veces con furia, a veces soltarlo y agarrarle las bolas. Las tenía redondas y peludas, duras y pegadas al cuerpo, no me entraban en la mano. Finalmente me soltó y me dijo tú has con mi pinga todo lo que yo haga con la tuya y empezamos nuevamente con la danza, yo estaba feliz. Lo masturbaba con todas mis fuerzas, me sobaba su pinga por mi cuerpo, por el pecho y por la barriga. Jugamos a que el trataba de meter su pinga en mi ombligo y después la mía en el suyo.
Mira esto me dijo, y vi que calculando dejó caer un montón de saliva directo sobre mi pinga, la dejó escurrir un poco y empezó a masturbarme ahora lleno de saliva, se sentía riquísimo, me hizo temblar.
Te toca me dijo.
Yo hice lo mismo, y fue más fácil porque la tenía mucho más cerca, le solté la saliva y lo masturbé con fuerza, vi su cabeza y su tronco brillar, lo masturbé con más fuerza y le ponía más y más saliva, a los 2 nos gustaba lo que pasaba y estábamos que volábamos y movíamos las caderas a buen ritmo, ufff.
Unos minutos después me dijo si quería hacer algo diferente
Si, le dije medio tímido.
Y me mostró la revista, salía una rubia mamando una pinga.
Yo ya hice eso, dije sin querer…se me escapó. Me quedé mirándolo asustado.
Sí, eso me contó él antes de venir…pero no estoy seguro de que sepas hacerlo como se debe hacer
Y cómo se debe hacer?, pregunté
Yo te muestro y después tu tratas si?. Sin dejarme contestar me echó al borde de la cama y se abalanzó sobre mi pinga. Me la devoró completa, de arriba abajo, constantemente la ensalivaba y la ponía brillante, la apretaba en la base y me chupeteaba la cabeza, le metía la lengua por la puntita para después bajar y comerse mis bolas, veía su lengua volando por todos lados, sentía riquísimo (aunque varias de esas cosas ya las sabía)
Te gusta?, me preguntó.
Si, lo haces muy rico, hacía tiempo que no me lo hacían, dije yo.
El volvió a chuparme completo, me agarraba con morbo, me miraba los ojos y me volvía a mamar. Se aferró con sus 2 manos a mi culo, me amasaba las nalgas mientras se comía mi pinga, me lamía las bolas…yo estaba asustado y alucinado con todo lo que me hacía. Me aferré a su cabeza para no caerme de lo duro que me mamaba, sentí que mi pinga se puso súper dura, en menos de 2 minutos estaba a punto de ponerme a temblar como me pasó hace casi 1 año. Pero ahora era más fuerte, él lo hacía mejor y más fuerte. Unas mamadas después ya estaba sacudiéndome de placer sin poder controlarme, fue espectacular.
Poco a poco me fui calmando y recuperándome, recién me di cuenta de que él no me había soltado nunca el culo, me lo tenía bien apachurrado…
Ya te sientes mejor?, me dijo.
Si, le dije, estuvo muy rico.
Si estuvo rico, me gustó chuparte -dijo-, a ver ahora muéstrame cómo lo haces tú?
En ese momento sentí que aterrizaba luego de haber estado en las nubes.
Qué quieres que haga qué?, le pregunté.
Nos estamos chupando como hombres, y ahora te toca chuparme a mí, ven arrodíllate acá.
Pero tu pinga es muuuy grande le dije preocupado..
No te preocupes, vamos poco a poco y vas a ver cómo te la comes
Él se paró encima de mi cama y me tenía a mi arrodillado frente a él. Agarró su pinga duro desde la base y la sacudió, cada vez se la veía más grande. Dobló un poco las rodillas y sacudió su pinga contra mi cara, golpeándome en los cachetes y en la boca. No solo era más grande, olía diferente, ya olía a hombre.
Agárrala fuerte, no tengas miedo – me dijo-
La cogí con algo de temor, era una pinga grande. La agarré de la base y sentí la fuerza, era dura, un verdadero tronco. La envolví con mi mano y la empecé a sobar de arriba abajo. No podía dejar de verla y de sentir su olor. El apretó mi mano y sin soltarme empezó a masturbarse, fuerte y duro y a centímetros de mi cara.
Ya chúpamela-me dijo- y la inclinó hacia mi boca.
Me pareció lo más natural del mundo, la agarré con las 2 manos y al momento de abrir la boca cerré los ojos. Me la empujé sin dudar. Sentí esa cabeza gorda y caliente dentro de mi boca totalmente abierta. Chupeteé 2 o 3 veces, suspiré y volví a hacerlo. Me gustó, de verdad me pareció rico. Me puse a mamarle la pinga, me comía la cabeza y un poco más y sentía que se me llenaba la boca de pinga. Era una pinga de verdad y la quería chupar bien rico.
Así, chúpala así, me decía, ten cuidado con tus dientes…eso…sigue así..
Y cada vez me la empujaba más, la chupeteaba, la llenaba de saliva y la masturbaba dentro de mi boca, mete y saca, mete y saca. Angel me sujetó la cabeza con fuerza y empezó a meterme más pinga. Ya no me entraba, me atoraba y hacía ruidos fuertes, pero él no paraba. Yo preocupado de que mi mamá nos escuche y el solo me la metía y me la sacaba sin parar.
Así, cómetela, metete todo lo que puedas, así sigue así..
Yo no le soltaba la base del tronco, y él seguía empujándome la pinga. Sentía que la cabeza entraba hasta el fondo y volvía a salir, la saliva se me chorreaba por la boca y por la nariz, tenía las manos empapadas y Angel no paraba.
Mírame!, me dijo con firmeza.
Levanté la vista, lo veía borroso por las lágrimas que me caían
Ahh…así..que rico te la comes..sigue así…cómetela así..
Yo no pensaba parar, me puse a mamar y a masturbar con furia, no me importaba atorarme, quería meterme más y más pinga. La velocidad era cada vez mayor, las empujadas más profundas, tuve que soltar mis manos para que me entre más, en cada empujada ya sentía sus pelos en mi nariz. Me sentía atorado de pichula hasta no sé dónde, el resoplaba con fuerza y yo luchaba por respirar y seguir chupando. En esa batalla lo sentí ponerse más duro, lo sentí crecer y crecer
Uff..toma..toma mi leche..toma…ufff…..ahhh
Yo sentí unos chorros calientes que me rebalsaron la boca. Traté instintivamente de salirme pero él no me soltaba y tuve que tragar y tragar. Era un sabor raro, medio amargo caliente y espeso. Me puse a gemir mientras tragaba lo que podía. Se me derramaba por todos lados y seguía latiendo, del atoro tosía y su leche me salía por la nariz, pero el no paraba
Esa es la leche de hombre, así, mámalo como becerro, chúpalo bien, no lo sueltes…
Yo solo podía hacer caso, lo exprimía y lo seguía mamando. Ya no estaba tan dura y ya podía respirar un poco. Me sequé las lágrimas como pude y seguí mamando, me la comía ahora si toda y sentía toda mi cara embarrada de leche. El olor se me metía por la nariz, me sentía mareado…
La chupas muy bien –me dijo-
Yo apenas podía hablar. Te gustó?, le pregunté-
Claro que sí, si no no me hubieras sacado tanta leche, te gustó la leche?
Me atoré y no podía respirar, pero estuvo rica. Tienes una pingota, la próxima te prometo que me la meto completa en la boca.
Seguro que si-me dijo- ahora déjame mostrarte algo más…
Qué más?!, dije yo asustándome otra vez…no tenía idea de todo lo que me iba a pasar en una sola noche…
Muy morboso