Aventuras en pañales.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Tsukidiaperboy.
Este es mi primer relato, pero leyendo los demás me armé de valor para contar mi primera vez.
Soy un chico delgado, piel morena, cabello oscuro, ojos oscuros y a pesar de no hacer ejercicio mantenía mi cuerpo bien definido lo cual me daba un trasero pequeño pero durito.
Suelen decirme que soy muy guapo.
Ya había tenido algunos novios pero por una razón u otra nunca llegamos al sexo y desde los 15 años por culpa de un doctor que le importaba poco su trabajo sufría de incontinencia urinaria, por lo que tenía que usar un pañal si no quería mojar mis pantalones.
Es por esta última razón que había tenido pocos novios, no me aventaba a intimar con cualquier chico por su posible reacción.
Y así fue como llegue a la universidad y pasó el tiempo y yo me dedicaba a estudiar y a salir con algunos amigos.
Un día vimos un cartel de que se abriría un grupo LGBT y mi mejor amiga en ese momento era lesbiana y súper abanderada, por lo cual me convenció de asistir.
El grupo simplemente buscaba crear un espacio para personas LGBT y ayudarlas a sentirse cómodas con su sexualidad, entre pláticas y juegos.
Total, uno de los chicos comenzó a hacerme la plática cada reunión y comenzamos a salir a comer y cosas así.
Poco a poco comenzamos a pasar más tiempo juntos un día paseábamos por un parque y aprovechamos para perdernos por ahí y entre plática y abrazos comenzamos a tocarnos, yo no permitía que el metiera mano a mi pantalón, pero eso no evitó que me incara y le bajara los pantalones.
Cuál fue mi sorpresa al ver su enorme verga, después me enteraría que le media 23 cm, gorda y bastante curvada.
Su gran tamaño lejos de asustarme hizo que se me hiciera agua la boca y no dude en tragármela toda.
La recorría con mi lengua, bajaba a sus huevos y luego volvía a subir para metérmela en la boca todo lo que podía.
Continúe chupandosela hasta que acabó en mi boca, me trague su leche y aproveche en lo que se acomodaba la ropa para alejarme un poco.
Cuando me alcanzó trato de que yo me dejara hacer lo mismo, pero me entró el miedo y le dije que tenía que llegar a mi casa.
Así pasó algún tiempo y él estaba cada vez más sacando de onda por mi negativa a dejarme tocar, hasta que un día estábamos fajando y comenzó a besarme el cuello y sin que me diera cuenta desabrocho mi pantalón y metió la mano, fue hasta que me apretó la verga que yo me di cuenta que mi secreto se había revelado.
Trate de quitarle la mano pero puso mis manos en mi espalda y no me lo permitió.
-Tranquilo bebe, no pasa nada- me susurró al oído mientras me besaba la oreja y seguía masajeando mi verga sobre el pañal.
-¿Esto es lo que te daba tanto miedo que descubriera?
Yo no podía articular palabra de lo excitado que me tenía, lentamente desabrocho el pañal de un lado y comenzó a masturbarme, agarraba mi verga firme, bajaba y subía su mano lentamente.
Yo había perdido la pena por completo o por lo menos la había olvidado.
Soltó mis manos y metió dos de sus dedos en mi boca los cuales lamí con lujuria.
Luego los bajo y comenzó a introducirlos lentamente.
-La ventaja de esto es que estás bien mojadito y lubricado.
– me dijo mientras buscaba mi punto p con los dedos.
Cuando intenté quejarme solo logré que un gemido saliera de mis labios.
Lleve mis manos hacia abajo para detenerlo, pero no tenía fuerzas para hacerlo.
-No sabes cuántas ganas tenía de hacerte esto.
– Me dijo mientras metía un tercer dedo.
Después con sus labios comenzó a acariciar mi verga.
-Estás escurriendo, supondré que te está gustando.
-No espera, por favor.
– Me quejaba, pero mis manos guiaban su cabeza para que se la tragara todo.
No aguante mucho tiempo antes de comenzar a escupir chorros de semen en su boca.
Después de que acabara me abrió la boca y dejó caer todo mi semen en boca y después me dio un largo beso.
-¿Te gusto?- Me preguntó mientras se ponía entre mis piernas, se sacaba la verga y comenzaba a masturbarse.
Yo moría de Peña mientras él se deleitaba viéndome abierto de piernas, con mi pañal a medio abrir y mis labios escurriendo aún algo de semen.
No tardó mucho en venirse y llenar mi verga y huevos de su leche.
Después cerro mi pañal y la acaricio por encima.
-Quiero que te lo lleves puesto- me dijo mientras seguía estrujando mi sexo.
-No debería darte pena, no sabes lo lindo que te ves, bebe.
Esta es la primera parte.
La segunda depende de los comentarios que me dejen.
Gracias por leer.
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