Bañandonos en el río
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Añoraba el momento que salían del agua para, treparse a una peña alta que había, dónde se tiraban al charco hondo.Cuando salían del agua, para ejecutar de nuevo su maniobra, ese era mi deleite. Los que tenían boxers, se les abría la abertura dejando ver los pelos de su pubis y si su verga, no era muy grande en estado de flácidez, se les salía hacia afuera de la abertura. A muchos les saltaba de aquí para allá, y la verga mía se ponía dura como cañón. Pero a los más grandes era fascinante ver aquel espectáculo. Los que tenían calzoncillos jockies blancos, se les notaba todo, en especial a uno llamado Iván, que lo que se marcaba tras la tela, era enorme, aun dormido, aquel bicho. Muchas veces me sorprendió eleto o sea embelezado, mirando su paquete, pero solo sonreía y no me decía nada. Es bello ese chico!
Ya yo había tenido sexo con mi mejor amigo, mayor que yo, aunque solo él me había penetrado varias veces, pero siempre acostado en su cama, yo boca abajo y nada más. No conocía nada de posiciones, mamar una verga, nada de eso. Los amigos me invitavan a entrar al agua, pero a mi me daba miedo, temía ahogarme en el agua, pues no había aprendido a nadar. Cuando me daban permiso de bañarme, lo más que hacía era entrar al agua hasta la cintura. Un día estaban todos bañándose en el río, cuando yo llegué y me senté a recrear mi vista. Los muchachos me convidaron a meterme y yo me negué, pero riéndome. Cuando de pronto Iván, salió y me dijo: -Dale Javi, yo te cuido y te sostengo, no te vas a hundir en el agua- Me puse bien nervioso y le miraba esquivamente, aquel montón en su calzoncillo. Pensé rápidamente que esa era mi oportunidad de sentir esa verga pegada a mi cuerpo…y acepté.
Todos aplaudieron e hicieron buya, cuando me vieron quitarme mi ropa, para entrar al agua. Hubo uno que otro, que me silvaron, me pitaron, pues siempre fui nalgón, mi culo bien parado y a través de mis jockies blancos, se marcaba, un buen culo. Los ingnoré y entré al agua, Estaba riquísima, bien fresca aquella agua cristalina, Mi amigo Iván, que por cierto tendría como unos 16 años, me tomó de la mano y me adentraba más al río. Yo no se pero creo que desde ese momento, yo me enamoré de aquel jovéncito. Me sentía cuidado, protegido y temblaba de pies a cabeza. -No Iván no me lleves a lo hondo, es muy profundo y me da miedo, sueltáme, yo me quedo en la orilla.- Pero él me insistió y me convenció, así que me aferré a él, y llegamos a lo profundo, tenía yo una mezcla de terror y de alegría, por estar agarrado al cuerpo de aquel hermoso chico que tando me gustaba, pero a la vez miedo, que él me soltara y yo me ahogara.
De repente me movió frente a él y pidió que lo soltara yo, que él me sostenía por la cintura, cruzando sus brazos por mi cuerpo, yo con mucho miedo me dejé hacer, pero le pedía que no me soltara. Noté que su voz cambió, que me hablaba como en susuros al oido, como no se, para que los demás que estaban entretenidos tirándose de la peña, no escucharan. Cuando sentí aquella cosa tan dura, rosando mis nalgas, yo me movía y más me rosaba su verga, por que yo estaba consciente que lo que sentía en mi trasero, era aquel enorme bulto, que tantas veces veía y deseaba un día ver. -Ayyy Iván, no me dejes de abrazar, que si me sueltas me ahogo, decía yo- A lo que él me contestó -Conmigo estás seguro, ya quiziera tenerte siempre así, me tienes bien caliente Javi, tu culo me vuelve loco!- Ahora sí que me asusté y mi corazón se me quería salir del pecho! Le dije que si lo tenía parao, por que ya yo lo sentía (yo lo sabía, pero no sabía que decir!) No me contestó, pero comenzó a frotame su verga sobre mi culo, como si me la estubiera metiendo, se sentía tan éxcitante, tan rico! -Javi te lo quiero meter, me tienes bien bellaco, hace mucho que veo como me miras el bicho, y quiero gozarte, cogerte y que chinguemos los dos, por favor, ni las muchas de por aquí tienen un culo así de rico, que bueno estás!
Le dije que si, se lo podía tocar y me respondió, que su verga era toda mía. Como pude se la agarré y estaba bien, bien grande y dura, sentía la cabeza de aquel enorme bicho, como un hongo y pasaron mil cosas, por mi mente.., me cabía aquel enorme aparato en mi culito? Por que aunque ya me habían cogido, la verga de mi amigo no era así de grande y gorda. Me dolería mucho? Y si me lastimaba y me tenían que llevar al doctor, y se sabría, que yo era gay y lo que hacía con otro macho? Iván gemía y suspiraba según yo había aligerado, bajo el agua mi masaje a su gran verga, cuando un chico, interrumpió nuestro momento gritando: Que Iván te estás cogiendo a Javi? Iván rabioso, le gritó que le iba a romper la cara y todos se echaron a reir. Yo estaba un poco asustado, pero note que los desafié, no le solte la verga a Iván ni un momento y como por el agua no se veía, él también ya trataba de meterme un dedo en el culo y me amazaba las nalgas con la mano que le quedaba libre. Aun así le dije que tenía miedo, que nos vieran. Iván me dijo que estaba solo, en su casa. que salieramos del río, y que él se iba adelante y yo esperara un rato y fuera a su casa, que la puerta estaría junta.
Así se hizo, él esperó adentro del agua un rato a que la verga se le bajara, pero antes me acercó a la orilla, yo me senté en las piedras y no sé, sentía una sensación de miedo, deseo sexual, como que para dónde mirara, todo el mundo sabía lo que yo e Iván, estábamos haciendo dentro del agua y lo que nos proponíamos. Al rato me fuí y como su casa era antes que la mía, no hubo problemas, con el corazón latiéndome fuertemente a cien millas, y la boca seca de ansiedad, entré a su casa. Allí me esperaba Iván con solo una toalla alrededor del cuerpo. Puso seguro y me llevó a su cuarto, me dijo que me quite todo, estaba ensopado del agua del río. Me djo que me enjuague en el baño de su cuarto y así lo hize, me lavé con mucho jabón el culito y todo mi cuerpo, para agradarle más. Cuando salí no podía creer lo que veía, un dios griego, un adonis, desnudo en su cama, con aquella enorme lanza apuntando derecha, hacia el techo.
Me acosté a su lado, para entonces volví a temblar de emoción y miedo, a aquella enorme tranca. Me pidió que se la tocara, que se la mamara. Le dije que no sabía y él cariñosamente me fue dirigiendo. La agarraba con las dos manos, le sobaba sus enormes y redondas bolas, no tenía pelos en ellas y no muchos en su pubis. Las besé, me las metí a la boca una a una para degustarlas, luego fui luchando hasta meterme una gran parte de su bicho a la boca, lo lamía, lo saboreaba, le pasaba la lengua, aun dentro de mi boca por todo el tronco, y luego me dediqué a chuparle bien chupada la cabeza de aquella ricura de verga, yo mismo no me conocía ni, daba crédito a lo que hacía, pues estaba bien caliente y quería gozar bien de aquel momento. A todo esto, Iván gemía, gemía y subía la ingle y bajaba y con sus manos me tocaba el culo, mi raja, mi hoyito que yo cerraba, cuando sentía su dedo ensalibado tratando de penetrarme. -Mi amor no te trinques, para que pueda dilatarte el culo y no te duela mucho cuando te la meta, me decía, Iván. Le hize caso y no tuvo mucho problemas, mi anito se tragó su dedo y luego otro. Me dolía pero me gustaba mucho.
Me pidió ponerme boca abajo y que levantara el culo, me puso almohadas abajo de mi vientre, ya yo tenía la mente nublada y lo deseaba con toda el alma, adrentro de mi ser. Me comenzó a besar las nalgas, subía por mi espalda con su lengua, me hacía gemir y suspirar de gusto, mordía mis glutéos suavemente, y luego su lengua trataba de meterse en lo más profundo de mi ano, eso era la gloria, que rico sentía. Comenzé a moverle el culo frenéticamente y él se dió cuenta, que ya yo, lo deseaba adentro de mi. Me separo las piernas con las suyas y me fue penetrando poco a poco, con el bicho bien ensalibado, que rico sentía, dolor y placer a la vez, echaba mi mano para atrás como para evitar que me la metiera de cantazo, toda a la vez,,,pero fue inútil, siguió talandrándome y cuando mi culo se tragó gran parte de esa vergota, me la metió entera hasta el fondo. Grité, grito que se quedó ahogado en el matres, de la cama, quize salirme de abajo de él, pero Iván más se aferró a mis caderas y metiéndome sus manos bajo mis brazos, me comenzó a coger, fuertemente. Entraba, salía, volvía a entrar, a veces se salía completa y era yo él que le reclamaba que se salió, y él me la enterraba sin piedad. No se describir tal gozo, era dolor y placer, algo único que nunca había vivido, por que mi amigo que me desvirgó, se venía rápido y no se tardaba así como Iván. Con Iván era la vida, hacer el amor!
Me cambió varias veces de posición, y la más que me gustó fue yo encima de él cabalgándolo, yo mismo clavándome. Fue la primera vez que yo me vine, por eso nunca he olvidado esta ocasión, de una verdadera follada, con aquel macho tan rico, que estaba buenisímo, aun está bien bueno de echo. Me la jalaba según el subía su ingle para penetrarme más adentro y yo subía y bajaba ensartado en su tranca. Gemí, grité y me vine, fue una leche aguada, no espeza y vi el paraíso, del gusto que sentí, tan fuerte me trinqué, que al apretarle la verga tan fuerte a Iván, este se vino tambíen, mientras me decía: – Ay, me vengo, Javi, me vengo, que rico tu culo, que rico, tan apretadito, ahhhh…- Y me llenó todo de su leche. Fue maravilloso aquel día. Pasó un rato y luego repetimos, no me quería dejar ir y yo no quería irme tampoco. Desde ese día, a menudo metemos, no existe nadie como Iván. A veces me coge en el río y casi nadie de los muchachos se da cuenta, si lo saben se hacen los desatendidos, pues le temen por que él es bien fuerte. Ya me enseñó a nadar, pero yo siempre le pido que no se aleje de mi en el agua, por dos razones: por miedo a hundirme y para tocarlo, bajo el agua, pues eso me pone a mil, igual a él. Desde ese día para acá, lo que he echo es gozar, con este buen culo, que la naturaleza me dió. Gracias por leerme!
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