Betelgeuse: Parte 4
En la escuela me hicieron sentir..
Caminaba por las calles de la antigua ciudad imperial empedrada en dirección a mi escuela como siempre a esas tempranas horas de la mañana, vivía en los alrededores urbanos periféricos en una ciudad construida siglos atrás en el medio evo, de ello lo que me recordaba acerca de mis orígenes europeos cuando miraba al pasar esas grandes construcciones antiguas, llevaba en la mano mi lonchera y los cuadernos dentro del bolso los llevaba la empleada, el pequeño Leroy nos acompañaba tomado de la mano de su madre, ese era mi caminar todos los días desde mi casa a la escuela, la empleada me dejaba a la entrada, mi profesora de aula me recibía cordialmente en la entrada, la empleada con el deber cumplido dándole la posta de responsabilidad a mi maestra se despedía y se llevaba a su hijo Leroy a hacer las compras en tiendas y mercado, miraba con atención la espalda y el culito voluminoso de Leroy cuya forma amanerada de caminar me atraía, yo instintivamente me llevaba la mano a la entrepierna y pensaba lo que horas atrás mi verga había hecho en ese culito cuando Leroy como todas las mañanas me fue a despertar, yo había amanecido con mi verga tiesa producto de ese frío de temporada, la mirada sonriente de Leroy al despertarme se cruzaba con la mía, me levantaba descalzo a cerrar la puerta, en su delante metía mis manos dentro del pijama, Leroy miraba mis movimientos de manos dentro de la tela del pijama, él me imitaba, reíamos al hacerlo, me deslizaba el pijama hasta los muslos mostrándose mi verga tiesa deslizada a dos manos, Leroy hacía lo mismo que yo, me acercaba a él, nos mirábamos cómo se rozaban nuestras verguitas, la mía por supuesto más grande por tener 7 años y él 3 años, la diferencia también en que mi culo estaba roto y el de él seguía virgen, nos mirábamos esos movimientos, para sentir mejor nos sujetábamos de la cintura rodándonos nuestras manitos así era mucho mejor, estuvimos así por unos instantes, hasta que lentamente lo acosté en la cama y le quité su pijama, yo hice lo mismo con el mío, me acosté sobre él, pecho a pecho, nuestros cuerpos por diferencia de edades hacían que pujase Leroy, eso me gustaba, lo había adquirido de los comentarios de mi iniciador el profesor de música, se me había condicionado en mi mente y era condicionante para estar mejor al sentir esos pujes de Leroy, me animaban a seguir culiándole, era un niño de piel morena clara cuya piel de verga contrastaba con mi verga de piel blanca, en verdad, muy blanca, será porque poco me daba al sol y yo contrastaba con la piel de la mayoría de los niños del sector citadino, así lo tenía a Leroy dándole verga rozando mi tronco, me sentaba sobre él al aguante de que sintiera en sus labios el roce de mi verga que también pasaban por sus mejillas, yo me apartaba de él y al acostarme a su lado le pedía que me culiase, que me pase su verguita por mi culito, eso a Ethan le gustaba, sentía su respiración por sobre mi cuello, era maravilloso sentir todo aquello, su pecho sobre mi espalda, su olor a niño sudado impregnando mi piel, luego me volteaba, abría mis piernas y agitando mmi verguita le decía a Leroy que me culiase mi verga, él lo hacía deslizando su verguita sobre la mía, era rico sentir su carita sobre mi pecho, yo oía su pelito sudoroso característico de niño cuidado en el campo, era delicioso ese aroma del cuerpito de mi hermoso Leroy culión; a mi mente vino todo eso que hice, recordaba cómo al separarnos nos mirábamos nuestras vergas rozagantes y muy bien paradas las agitábamos con muchas sonrisas, nos subíamos los pijamas, le hacía señas que no dijese nada, él asentía aceptando mi orden y así juntos abrazados íbamos a desayunar en la mesa, recordar todo aquello en ese instante fue maravilloso; al rato después de verlos partir, yo ingresaba junto con mis compañeritos de grado, dejaba mis útiles en el pupitre y como siempre luego de jugar un rato con mis compañeritos iba a micciar en el baño de varones, es allí donde aprovechaba para expulsar la orina de los líquidos tomados en el desayuno, yo miraba a los costados en cada cubículo a mis compañeritos que se ponían cabizbajos viendo salir su orina de sus verguitas lampiñas haciendo figuritas amorfas en la cerámica del urinario, yo los imitaba y así nos mirábamos las verguitas que agitábamos; pero siempre había uno de los más grandulones del grado que era un maloso lanzando orina a los pantalones, en ese momento yo fui su víctima, para mala suerte de aquel niño inquieto fue visto por mi profesora que pasaba de casualidad por ahí viendo mi pantalón mojado de orina que yo sacudía con mis piernas muy contrariado, la profesora lo tomó de la oreja y a mí me llevó de la mano hacia el director como evidencia del delito cometido por ese niño.
- Mire lo que le hizo al pobre Louis… un niño tan disciplinado.
- Esta es la tercera vez que este niño realiza travesuras en el baño.
- Señor, debe ser tomado en cuenta en un castigo rígido disciplinar por el colega de grado.
- No lo dudo maestra… se ha pasado de la línea.
- Ya lo llamaré al profesor del grado de este chico inquieto.
- ¡ Viens enfant agité!…. ¡ prends, donc tu ne t’embêtes pas!
El castigo consistía en darle dos reglazos en las manos y otro par de reglazos en el culo, el niño salió llorando, a su lado salió la maestra pues sorpresivamente el director decidió conversar a solas conmigo para escuchar más detalles, se sentó junto a mí en ese sillón raído de la oficina, puso su mano sobre mi pierna, la frotaba, los dedos los hacía rozar en mi ingle vestida, sus manos acariciaban mi barbilla.
- Me alegra que hayas contado todo sin reservas.
- Eres un buen niño… ¿Lo sabías?
- No quiero que te pase algo malo… si ocurre algo con él o con otro… me lo dices ¿ok?
- Eres muy lindo… muy lindo.
Me acariciaba el pelo sin dejar de mirarme con atenta dulzura, quería demostrar su atracción hacia mí, luego se puso en pie y sacó de una gaveta un par de dulces.
- Cuando quieras vienes para regalarte más.
- ¿De acuerdo?….
- ¡Mi pequeño Louis!
Acarició mi rostro y pasó su mano por mi cuello sintiendo el suave roce de sus dedos, me sentí cohibido.
Estábamos sentados por un rato, me decía cosas orientadoras pero su mano siempre pasaba por mi pierna.
- ¿Sabes Louis el motivo por el que paso por tu aula?
- No… querido profesor… no lo sé
- Te lo diré… es muy simple…
- Mira, tú te sientas en tu pupitre… detrás se encuentra un amiguito tuyo.
- Bueno Louis… lo he visto… eh…
- Eso…. de… bueno… que… que… que te toca con el pie por detrás de tu cuerpo.
- Tu…. ¡eh!… tu… bueno… que… que… te toca… el…. bueno… el… el trasero.
- Y veo que…. ¡eh!…. bueno… eso….bueno… que eso…. veo que… te gusta
- Comprendes eso Louis… ¿verdad?… ¿verdad que sí?
- Es más… Louis… he visto que tú con él se esconden detrás de los baños.
- Simulando jugar… seguramente a… bueno, a… eso… del… ¡eh!… “papá y la mamá
- ¿Entiendes lo que digo, Louis?
Mi rostro cambió por completo al escucharle hablar de esa forma, el temor de ser descubierto en mis “juegos” con mi compañerito de aula ya se reflejaba en mi rostro y el directivo se dio cuenta de aquello.
Con más firmeza sentí que sus manos frotaban mis piernas.
- Louis… ¡je!… los vi….
- Bueno… ¡eh!… que… los vi… bueno… este… ¡los vi!… ¡je!… hacer eso.
- ¡Eh!… bueno… como lo que hace un hombre y una mujer… estando a… a… solas.
- ¿Me comprendes… Louis?
- ¿Lo entiendes, verdad?
Yo tragaba saliva, estaba inquieto, nervioso y avergonzado. Sus ojos eran como dos puñales.
- Bueno… en una ocasión… ¡eh!… Louis… bueno… vi que ese niño y tú se bajaban la ropa.
- ¡Je!… vi… ¡eh!… se abrazaban de la cintura haciéndose mover sus penes desnudos.
- Vi que se besaban
- Él se montaba sobre tu cuerpo moviendo su pene sobre tu traserito… ¿verdad que sí Louis?
- ¿Lo entiendes, verdad?… ¿ C’est vrai Louis?… ¿eh?… ¿ C’est vrai Louis?
Estaba detallando con precisión lo visto por él.
De inmediato me puse cabizbajo.
Todo lo que decía era verdad,
Yo lo hacía en muchas ocasiones con mi amiguito del aula, pensaba que nadie nos había visto, grave error; y todo esto, porque un día mi amiguito de aula me descubrió en el baño, fue de pura casualidad, yo estaba adentro y él abrió la puerta con mucha fuerza y me vio sentado con mis piernas bien abiertas y mi culo desnudo sobre el sanitario metiéndome el dedo en el culo, pensaba que nadie me observaba hasta que él me vio, así empezó todo, él me chantajeaba con decir lo que había visto a la profesora y a mis compañeritos más grandes, así que por temor a ser delatado me dejé llevar por él, dejaba que me toque el culo a discreción y a solas él me llevaba al baño, allí me deslizaba la ropa mostrándole mi culito para que él agitando su verga con amplia sonrisa me roce su verguita en mi culito, me decía muchas cosas obscenas que las aprendí en ese momento y me servirían a futuro para decirlas cuando hacía el sexo.
Cerré los ojos y suspiraba cuando sentí el pase de la mano del director por mi mejilla, al entreabrir los ojos quise llorar.
- No… Louis… no llores… ¡ Ne fais pas ça s’il te plait!
- Louis querido…
- Sólo que… te dije todo esto…
- Para que….
El ambiente se volvió silencioso, la tensión en mí creció durante esos cortos segundos.
- Bueno… cálmate
- Mírame… Louis…
- Simplemente no quiero que te pase nada malo
- Mi pequeño Louis.
Sentí su compasión al recibir su beso en mi frente, me motivaba a dejar el recelo, me abrazó, puse mi cara en su pecho, escuchaba los latidos y respiración acelerada, tragaba saliva, mucha, al ver su manzana de Adán, los dedos suaves de sus manos tibias rozaban mis piernas, de repente me puse relajado y sin explicarme me vino sorpresivamente una erección que la disimulé apoyando mis manos sobre mi verga vestida.
- Eso… mi pequeño… tranquilo
- No quiero que te sientas mal por lo que te dije.
- Es más, no quiero hacerte daño… ¿ Tu comprends mon précieux enfant?
Sus dos manos tomaron mis mejillas así viéndonos fijamente:
- No diré nada de lo que vi.
- Tranquilo… no te acusaré
- Cálmate… guardaré en secreto lo que vi.
Notaba la seguridad de sus palabras.
- Sabes… me gustas mucho.
- Sólo te pediré, por favor, que…
- Bueno… que…. Como sabrás… a cambio de mi silencio… ¡eh!
- Bueno, Louis…. tú sabes… mi precioso nene… ¡je!… tú sabes… ¿eh?… ¿sí, Louis?
- Bueno… mejor te lo explico de otra forma… ¡ven acá!
Me sentó sobre su regazo, me acarició las mejillas y sentí su lengua que pasaba por mi cuello, él pudo ver que mi piel se ponía rosada debido al aumento de temperatura a más de ponerse piel de gallina, sonrió al contacto de sus manos sobre mi piel, ahora me besaba las mejillas, de repente sentí sus labios rozando los míos, eran sus primeros besos cortos que me daba, mis ojos abiertos llenos de sorpresa contrastaban con esos ojos cerrados del director, me apartaba mis manos para él manosear mi verga vestida a través de sutiles movimientos en la tela de mi pantalón.
- La tienes muy grande, ya la siento… ¡je!… ¡je!… sí… grandecita… ¡je!
- A ver… mostrémosla… ¿sí?… ¿te parece?
- No sé… es que… es que… me da…. cosas… no sé… no…. no, no sé…
- ¡Vamos!… Louis… no tengas pena
- Anda, muéstrala.
- No sé… no sé…me da vergüenza… no…
- ¡Ya!… no te preocupes, yo te ayudo… ¡Venga!
Vi el movimiento de manos del hombre que deslizaba mi zipper, se mostraba mi trusa, hurgando sin mucha dificultad entre la tela aparecía mi tiesa verga rozagante, deslizaba el prepucio mostrándose la punta de mi glande virginal, el hombre sonreía al verla tan durita y tiesa.
De inmediato se puso en pie, se fue para la ventana deslizando la persiana y se aseguraba que la puerta tuviese cerrojo de seguridad por dentro, regresó para ponerme en pie y mirándome fijamente a los ojos:
- Louis, querido… ¿Te gustaría ahora jugar?… a… bueno… este…
- … al “papá y a la mamá”… cómo lo haces con tu compañerito… ¿sí?… ¿verdad?
- Andad… di que sí… Louis querido… ¿Quieres jugar conmigo?… a… eso… ¿sí?
- ¿Qué dices?… ¿eh?… ¿sí, verdad?
- Bueno… yo… no sé… es que…
- Bueno… yo… es que… tengo pena… de usted… no sé… me da vergüenza.
- No tengas pena ni vergüenza, no te preocupes Louis, verás que nuestro juego es rápido.
- Muy pronto estarás en tu aula con tus compañeritos… ¡Anda Louis!… ¡Anímate, ya!
- No te preocupes Louis, nadie lo sabrá.
- Siempre será nuestro secreto… sí, Louis querido… ¡ notre secret!
- Sólo tú y yo… ¿verdad que sí?… ¿verdad que tú también lo quieres, querido Louis?
Yo tímidamente asentí en señal de aprobación ante tanta presión psicológica de un experto en intimidación como era ese hombre adulto, y tanto así que las manos de ese hombre hicieron verme en cortos instantes que mi pantalón y mi trusa daban a mis tobillos.
La mirada lasciva del adulto se enriquecía al darme la orden de que diese unas vueltas mostrando mi culo y verga desnudos.
- ¡Tienes un lindo culito!… ¡Qué rica verga, Louis!
- ¡A ver!… ¡ven para acá!… eso… Louis… eso… estíratela.
- ¡Oh!… ¡que linda la tienes!… ¡Louis!… ¡es preciosa!… ¡tan suave!… ¡muy blanquita!
- Déjame oler tu verguita… ¡Hm!… qué rico huele… rico… rico
Ese hombre abrió su boca sacando la lengua y con ella rozaba en mi verga haciéndola poner tiesa completamente, se la metió por completo, la lamía y la chupaba sacándola y metiéndosela nuevamente, me hacía movimientos hacia adelante y hacia atrás con mi cadera.
- ¡Ahora tu culo Louis!… ¡Tu culito!… Déjame verlo.
- ¡Oh!… ¡qué hermoso!… ¡qué suavecito!…. lo tienes lindo Louis… como tu rostro… amor.
- Qué lindo… déjame olerlo… ¡qué rico huele!… ¡qué rico lo tienes Louis!
- Ahora tu culo Louis… ¡tú culo!… ¡muéstralo!… ¡muéstralo!
- ¡sóbatelo con tus manos… eso… así… así… ¡qué lindo lo tienes Louis!
Luego sentí el paso de su lengua por mis glúteos y más sentido de sabrosura sentir que sus labios chupaban y lamian la entrada de mi culito, sentía delicioso, no lo puedo negar, él sabía trabajar bien el momento vivido con sutiles acciones, miraba mi verga bien tiesa e instintivamente me la estiraba.
- Eso Louis… así… así… estíratela… veo que te gusta mientras chupo tu culo
- Te gusta… ¿verdad?… ¿verdad que sí Louis?
Yo no respondía, estaba estirándome la verga a ojos cerrados, pero de repente reaccioné, abría mis ojos y en mi cara sentí que se dibujaba de repente el recelo y la vergüenza.
- Vamos Louis… no te apenes… ¡Ven!
- Ven acá
- ¡Sácate los zapatos!
- Eso… ven acá mi precioso Louis.
Con sutileza hizo que me aparte de mi pantalón y mi trusa, me llevó a recostar en el sillón, acercó esa verga gruesa a mi verguita.
- Míralos Louis… están jugando… al papá y a la mamá… ¡míralos!
- ¿Te gusta verdad?… igual que como lo haces en el baño con tu compañerito de aula.
- Louis… travieso… travieso… míralos cómo juegan… míralos.
Mi verga tiesa alargada virgen recibía el roce de esa verga gruesa adulta peluda, yo miraba simplemente ese movimiento de vergas hecha por las caderas de ese hombre, los pelos de su pelvis en parte cubrían a mi verga lampiña, se notaba el glande y ese tronco de verga muy venoso de piel morena clara que contrastaba con la piel muy blanca de mi verga.
- Desde hace mucho tiempo quería sentirte así, mi pequeño Louis
- Me gusta tocarte… me gusta tu piel blanca… desde hace mucho… desde hace mucho.
- Louis… Louis… eres un nene precioso… muy precioso… me gustas mucho.
- Te he deseado tanto…. tanto, tanto, tanto… que ahora te tengo… eres mío ahora Louis.
- Me gustas mucho Louis… mucho, mi amor, mi nene precioso.
- Precioso, precioso, precioso.
- Lindo, lindo, lindo.
- ¡Así!… ¡Así!… ¡Así!…míralos jugar… ¡Así!… ¡Así!… ¡Así!…
Luego se detuvo por unos instantes y haciendo pausa:
- Ahora Louis, dame tu culo, ¡pronto!… ¡dame tu culo!
- ¡Quiero sentirlo!… ¡Vamos Louis!… ¡Vamos!… ¡queda poco tiempo para el timbre!
- Deseo satisfacer esta angustia y necesidad de tener tu culo desde hace tiempo.
- ¡Ven acá!… ¡Pronto, mi amor!… ¡ven!
- Ven que quiero mostrarte cómo se juega bien… Louis… ¡Oh… Louis!
Me volteé de cara al sillón y sentí el roce de su vergota sobre mi culito, pujaba pues su cuerpo en parte se apoyaba sobre el mío, sentía lo mismo que Leroy cuando me le acostaba sobre su cuerpito, reconozco que al principio sentía rico esa verga rozándome el culito.
Vi que se apartaba de mí, me dijo que me estuviera quietecito, luego sentí el paso de sus dedos con crema en mi hoyito, lo metía tanto que apretaba el culo tratando en lo posible de disimular que ya estaba roto por la verga de mi profesor de música, sin embargo hurgó mi culo con sus dedos muy apresuradamente.
- Lo tienes lindo Louis… muy lindo, amor.
- Déjame acariciarlo con mi tronco de carne, ¡ahora!.
Sentí que la verga de ese hombre iba entrando en mi culito
- Respira hondo Louis… sólo te meteré la puntita… ¡sólo la puntita!…!ya verás¡
- ¡Eso, eso!… ¡aguanta!
- ¡Hm!… ¡rico!… ¡rico!
- ¡Estamos jugando Louis!… ¡Estamos jugando!
De pronto vino un silencio sepulcral, se notaba el movimiento de cadera y el deslizamiento de su verga sobre mi culito, instantes seguidos emitíamos leves gemidos que salían de nuestras bocas, yo encorvado en el sillón, ese hombre sobre mí sodomizándome, cerraba mis ojos al sentir la penetración y a mi mente llegaba el reflejo de aquel espejo mostrando el cuerpo de mi profesor de música al momento de desvirgarme, ideas fijas en mi mente que ahora eran recurrentes en ese momento en que estaba siendo sometido pasivamente por ese hombre, sentí que se detuvo dándome palmaditas en las nalgas de mi culito infantil.
- Louis… Louis… travieso… travieso… ahora comprendo…
- Eso… ¡je!… lo de tus “juegos” con tus compañeritos… ¡nene!… ¡nene!… ¡nene!… ¡nene!…
- ¡je!… ¡je!…
- Ya eres… eres…. ¡je!… ¡je!
- eres… un cajón… sí… ¡un cajón!.
- ¡je!… ¡je!…
- Bueno… era de esperarse…un niño bonito… muy bonito… hijo único de mamá
- ¡je!… ¡je!…
- Tu culito voló ya… ¿verdad Louis?… ahora lo entiendo…
- Lástima… pensar en ser yo el que lo inaugure… bueno… desilusión al fin, mi querido.
- Pero… bueno… Louis querido… ¡aún así!… ¡aun así!… ¡aun así!…
- ¡je!… ¡je!… ¡aun así!… ¡aun así!… ¡je!
- Esto también será nuestro secreto
- No se lo diré a tu mami.
- Pero… seguirás viniendo cuando te llame… ¿verdad Louis?… ¡je!…
- ¿de acuerdo Louis?… ¿de acuerdo?
- Si… señor
- Si, señor
De repente que toca el timbre, quedamos en silencio escuchándolo, había perdido mi primera sesión de clase.
- Bien Louis… terminemos de jugar
- ¡Ven!… ¡Acuéstate!… rápido… para que vayas al aula
- ¡Así!… ¡Así!… ¡Así!
- ¡je!… ¡je!… ¡Acomódate!… eso… así… así… lindo, mi Louis.
- Te la meteré toda… todita… todititita…
- Vas a sentir rico… sí…. Muy rico… rico… rico
La verga de ese hombre estaba muy dentro de mí, sentía sus embestidas, de pronto sentí su semen dentro de mis entrañas, dentro de mi culito, esa verga salía de a poco, la vi con restos de excremento y semen. Ese hombre se recostó como pudo a mi lado en el amplio sillón de oficina, escuchaba su acelerada respiración que de a poco se iba calmando.
- El juego ha terminado Louis, ya te puedes ir
- Recuerda que es nuestro secreto… ¿eh?… ¿Está claro?
Sentí su autoritarismo propio de su envestidura, me disponía a ponerme la trusa:
- Espera, ven para acá, para limpiarte
- Eso, así, así, déjame limpiarte para que tu ropa no se manche.
- Ahora sí está limpio tu culo
- Ya puedes ir a clase
Me vestí y me dijo que me acerque a donde él estaba, tomo mi rostro con sus dos manos y mirándome fijamente a los ojos me mostraba así su autoridad y leí en sus ojos que debía guardar secreto de lo que había pasado allí en ese lugar minutos antes, fue a la gaveta y me dio más dulces, tembloroso y cabizbajo los acepté y salí pensativo de la oficina a paso lento, regresé sobre mis pasos a ver que se subía la persiana de esa ventana mostrándose el rostro de ese hombre en el que se dibujaba una sonrisa forzada, agitó su mano despidiéndose y posteriormente llevó el dedo índice de su mano a sus labios mostrando discretamente su intención de que yo entienda que debía guardar nuestro secreto, ese momento fue especial para los dos, de eso estoy muy seguro.
Ya nos aprestábamos a salir para nuestras casas, el timbre de salida ya había tocado, la empleada con su hijo me esperaban en la entrada de la escuela, en el trayecto fui interceptado por ese hombre, le dijo a la empleada que esperase en los comedores pues faltaba de completar mi declaración de lo que había sucedido en el baño, eso eran pretextos, en realidad lo acompañé a la oficina para seguir “jugando” seguramente, pero para mi sorpresa estaba allí mi compañerito con su mamá y la profesora de mi grado, la charla fue medianamente aplicada a los tiempos, sentí la soledad que iba apoderándose del lugar, pude ver por la ventana al jardinero recogiendo basura, a las empleadas de los comedores limpiando y en una solitaria mesa la empleada con su hijo que me esperaban atentos a que yo saliera de la oficina, las tres personas salieron y yo aún me quedé con ese hombre en la oficina, se acercó a mí apoyándose en mi hombro, vimos por la ventana a la empleada que jugaba con su hijo.
- ¿Ella te espera?
- Si… señor.
- ¡Ah!…. ¡qué bien!
- Ven, Louis… vamos a hacerlo… vamos a jugar como hace rato… ¿quieres?
- Pero… es que…
- No te preocupes, jugaremos rápido
- Tengo otro poco de lechita para ti… la he guardado con mucho amor para ti
- Sí… Louis… con mucho amor, mi precioso.
- Ven, que te va a gustar, mi nene lindo… ven… vamos
Luego de poner seguro a la puerta y de bajar las persianas vi que sus manos rápidamente acariciaban mi rostro, me marcó girando sobre el espacio la oficina, mis piernas rodeaban la cintura del adulto, reíamos, unimos las frentes y allí en ese momento en que nos detuvimos sentí sus brazos sobre mi culo en el que descansaban y me dio varios besos a los que correspondí, vi que cerraba sus ojos en señal de pasión y yo luego hice lo mismo, ese hombre besaba bien, era un experto en eso, lentamente me llevó a sentar en el sillón, en mi delante se bajó su pantalón y su trusa que llevaba puesta así agitando su verga la acercaba a mi rostro:
- Vamos Louis… abre la boca
- Eso… así… así…
- Chúpamela… lámela… es tuya… Louis… esta verga ahora es tuya
- Te pertenece mi amor
- Concéntrate en lo que haces… Louis… así… eso… eso… así… así… mi pequeño
Vi cómo ese tronco de verga entraba y salía de mi boca lleno de saliva, hizo que mi lengua pase rozando por sus testículos con pelos, uno que otro pelo quedaba dentro de mi boca y yo los escupía, eso daba para que ese hombre emitiera risas cortas discretas.
- Lo estás haciendo bien mi amor.
- Sigue así… sigue así… eso…eso… hazlo así… hazlo así… mi pequeño Louis.
Mi lengua rozaba el glande amoratado que tenía, mi lengua también se deslizaba por esa piel venosa de una verga, pero sentía rico, mi cabello era acariciado por sus manos, me sujetaba la cabeza haciéndola ir hacia adelante y hacia atrás, luego la ponía fija para que él moviese la cadera en la que hacía que su verga entre y salga de mi boca de mi cuerpo estático y pasivo, le miraba sus ojos cerrados y su rostro lleno de placer de lo que me estaba haciendo con su verga.
- Vamos Louis… sigue así… sigue así… ya casi… ya casi
- Sigue así… sigue así… eso… eso… sigue así
- ¡Ahí te va!… ¡Ahí te va!…
El semen en parte quedó dentro de mi boca, otra parte se quedó en mi rostro, quise moverme pero las fuertes manos rígidas de ese hombre me lo impidieron, sólo tosía por efecto del impacto del semen en mi garganta, fue un buen chorro de semen, lo confieso, algo inolvidable.
- Ya está Louis… ya está
- Te dije que íbamos a jugar rápido
- Bebe esta agua
- Toma este pañuelo… mójalo…
- Límpiate la cara y la boca
- Anda
- Eso… muy bien… así… así
- Déjame verte… bien… bien
- ¡Oye Louis!… sin lugar a dudas eres muy lindo
- Ven déjame besarte… ¡Hm!… rico… besas muy rico
- Nos vamos a llevar bien… ¿Verdad Louis?
- Si… señor.
- Bien, ya sabes… Louis…
- ¡Nada de contar a esa mujer que te espera, ni a tu mamá!
- …. Es nuestro juego secreto… ¿ok?
- Ahora… ve con ella… te está esperando
- Buen niño
Antes de salir nos despedimos besándonos con lengua, luego pasé mi mano por mis labios en los que habían quedado rezagos de la saliva de ese hombre con la mía, desde su ventana me vio salir con la empleada y con su hijo.
Ya en casa comía pensativo, fui al baño duchándome desnudo, me miraba el pene y paseándome la mano por el culo cerraba mis ojos recordando lo hecho hace poco en esa oficina, sin saberlo, había tenido una grata experiencia.
buen relato amigo sigue contando… 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉