BETELGEUSE: PARTE 5:
Mi primer trío.
Me mecía en una de las hamacas puestas en la terraza de la casa de campo de mis abuelos, para ese entonces yo pasaba las semanas de vacaciones en su compañía, muy lejos quedaba la ciudad imperial donde mi madre trabajaba, había días cálidos como el de ahora que me movía a estar allí en ese lugar meciéndome bajo la sombra y por el viento fresco que se movía con rapidez, también porque la vista a la plantación y al granero se podía apreciar muy bien desde allí.
Un rato más antes mi abuelo llevó a mi abuela en el camión en dirección al pueblo a hacerse los acostumbrados chequeos médicos, decidí quedarme al cuidado de la empleada; de lejos, vi que el musculoso negro Djamel cargaba unas tablas, caminando a su lado iba Ethan cargando la herramienta menor, se dirigían al granero propiedad de mi abuelo que les había dado tarea a cambio de algunos francos, me seguía meciendo en la hamaca.
Ese fresco de la brisa hizo que se me pare la verga hurgándola con mis manos dentro de mi pantaloncillo corto, al verlo caminar recordaba la última cogida con Ethan, me ladeaba en la hamaca rascándome el culo viéndolo pasar de lejos con mi mirada en su entrepierna, pasaba mi dedo por la separación de los glúteos hasta la entrada de mi ano cerrando mis ojos pensando en su verga cuando pasaba por esa parte de mi cuerpito, metía mi dedo un poco y al sacarlo lo olía, la lengua rodeaba mis labios rozagantes con saliva, lentamente retornaba a acostarme en la hamaca lleno de suspiros cunando desaparecieron de mi vista, pues ya entraban al granero, así, me mecía lentamente impulsándome con mis pies puestas las sandalias y tenía mis manos metidas dentro mi pantaloncillo, entreabría los ojos con algo de placer sin dejar de suspirar.
De pronto escucho unos pasos sobre la escalera de metal, rápido saqué mis manitos pues vi acercarse a la empleada que me pedía la acompañe, bajamos las escaleras, me indicó que le lleve las bebidas frescas con choripán a los que trabajaban en el granero, yo sabía que ella le tenía recelo y no quería verle al fornido e inquieto negro Djamel que intentaba enamorarla y ese era el motivo por el que no deseaba acercarse a ese lugar, quise que me acompañe Leroy, se lo hice saber para jugar en el granero, pero ella me dijo acariciándome el pelo que su tierno hijito estaba profundamente dormido, así pues, ni modo, emprendí el camino, el sol era intenso en esa media mañana transcurrida y me daba fuerte en la cara junto con el fuerte viento, me acerqué al portón y quise entrar pero estaba cerrado por dentro, había un silencio desde del interior, esperé unos segundos y de nuevo golpee insistentemente, un presuroso Ethan abría el portón, se notaba que estaba tembloroso, su respiración acelerada lo delataba y se apreciaba a simple vista que estaba muy despeinado y jadeante, caminé junto a él que me ayudaba ahora cargando la comida y yo llevaba la bebida, me senté sobre el heno en el piso y él puso las cosas sobre una mesa del lugar donde se ponían los arreos que ahora estaban en el suelo junto con heno, de pronto entre la pila de heno que estaba en un extremo del granero salía Djamel, aquel negro vigoroso de musculatura con dieciocho años cumplidos, tenía la respiración acelerada y también estaba un poco recio, se notaba su pectoral sudoroso con abundante musculatura venosa, salía ajustándose el pantalón y metiéndose la camisa, sus blancos dientes sobresalían en su atenta sonrisa, me acarició el pelo y se sentó junto a Ethan:
- ¡Uf!… ¡muy fuerte esta tarea!…. ¡Cuesta mucho hacerlo!… ¿no crees Ethan?
- Si, Djamel, está muy fuerte
- Ya casi vamos por terminarla.
- Si, Djamel, vamos bien, ya casi, ya casi… terminamos.
- Oye Louis… ¿Te gusta nuestro trabajo?… ¿eh?
- Si, Djamel, me gusta mucho
- ¡Me alegro mucho de escucharlo!
- ¿Qué nos trajiste para el descanso?… ¡Oh!… ¡Choripanes!… ¡Muy bueno!… ¡Muy rico!
- .. Louis…
- ¿Qué… Djamel?
- ¡Nada, Louis!… ¡No es nada!… ¡je!
- ¡Bueno… muy bueno está esto!
- Bueno Louis… te pregunto:
- Y… ¡eh!… ¿Por qué no lo trajo tu empleada?
- Bueno, Djamel, yo creo que… ¡bueh!… ¡Tú sabes!
- ¿Saber qué… Ethan?
- Ya tú sabes… ¡je!
- Te pregunté Louis… dime por qué no vino ella
- Bueno Djamel… este… ¡uf!… No sé, yo… mejor… no sé.
- Te entiendo Louis… je, je, je.
- ¡Bah!… ¡bobadas Louis!… mejor disfruto de esta delicia… ¡Anda Ethan!… ¡tú también come!
El fornido hombre de color muy alegre degustaba su comida y bebía como un desesperado, Ethan aún tembloroso y cabizbajo comía a pausa, se notaba su rictus en el rostro, algo de molestia al sentarse, Djamel lo miraba y se complacía sonriendo.
Me puse en pie para ver los alrededores del granero, el trabajo que habían hecho, hacía tiempo que no estaba por allí, notaba la mirada fija en mi de los dos personajes, seguí caminando entre los bultos altos de heno, mis manitos de ocho años pasaban por el trabajo realizado por Djamel y Ethan, ya me había alejado de ellos, llegué hacia el rincón distante del granero donde estaban apilados muchos bultos de heno, escuché unas leves pisadas crujientes por el heno y de pronto recibí un abrazo por detrás, la respiración de quien me abrazaba golpeaba en mis orejas, sentí un lamido en mi cuello, era Ethan, lo supe al sentir sus temblorosas manos que rodeaban mi pecho, su suave aliento golpeaba en mi oreja:
- ¡Vamos!… Louis… ¡Déjate!… ¡tú y yo sabemos que te gusta!
- ¡Vamos!… ¡así!… ¡eso!… ¿ves que te gusta?… Louis, mi hembrita.
- ¡Ven más acá!… ¡ven para que no nos vea!.. ¡chito!… ¡vamos a hacerlo rápido!… ¡ven Louis!
- ¡Eso!… así, acomódate… ¡así!… eso Louis, así…bien… buen chico.
Me arrimó a la pared y allí pude darme cuenta el por qué Djamel y Ethan me miraban tan atentos a mi caminar, es que tenía el zipper de mi pantaloncillo corto bien abajo mostrándose mi verguita amoldada a la tela de mi trusa, vi que con sus manos me bajaba el pantalón mostrándose descubierta mi verga de ocho años, él se bajaba el pantalón llegando a sus muslos y así mostrándose también su verga de casi quince años que la sobaba a la mía, sus pelitos estaban rozando mis bolitas y ambos troncos de pene se rozaban mutuamente, me abrazó de la cintura, me arrimó más a la pared junto al bulto de heno él encorvándose un poco debido a nuestras edades y estaturas, y así fue que nos apegábamos más, sentía más su empuje de caderas y nuestras vergas se rozaban más y más intensamente, olía su característico sudor corporal impregnado en su ropa, sentía rico ese roce y ese respirar salido de su boca que chocaba en mi pelo lacio, frente y mejillas, recordaba los placeres que minutos antes yo lo había hecho acostado en la hamaca, sus ojos estaban cerrados disfrutando del momento, me sostuvo de los hombros inclinándose un poco para que su verga siga rozando mi verga de mejor modo y acción, sus labios buscaban los míos, unimos nuestras frentes:
- Qué rico que se siente… ¡así!… ¡así!
- ¡déjate!… ¡eso!, ¡eso!, ¡viste! ¡déjate!… ¡ya casi!… ¡ya casi!
- ¡Míralas!… ¡las dos están bien tiesas!… ¡míralas, están bien paraditas!
- ¡siente nuestro culeo Louis!… ¡siéntelo!
- ¡Tan rica la tienes!.. ¡qué rica verga!… ¡pronto te crecerá y será más rica!… ¡ya lo verás!
Mientras me animaba con sus palabras a seguir culiando, de pronto escuchamos los golpes en el portón y así seguido escuchamos que instantes después se deslizaba, de inmediato nos separamos, como a velocidad de un rayo nos arreglamos la ropa, despacio nos arrimamos a unos bloques de heno y vimos dialogando a la empleada con Djamel, yo estaba tomado de las manos de Ethan cuya mirada cómplice picaresca y su amplia sonrisa se fijaban en mi rostro:
- ¡Ven, Louis!… ¡vamos!… ¡aprovechemos que están conversando!… ¡rápido!
- ¡Acá!… ¡ven!… ¡Acá!… ¡Muy bien!.. ¡Acá!
- ¡Ahora ponte de cuclillas!… ¡vamos!… ¡rápido!
- ¡Abre la boca!… ¡la boca!… ¡ahora Louis!… ¡ahora!
- ¡Eso!… ¡bien!… ¡bien!… ¡así!… ¡así!
- Mira mi verga Louis… te gusta… ¿verdad?
- Dime Louis… ¿te gusta mi verga?
- Si… si… Ethan… me… me… gusta… me gusta.
- ¿Te gusta cómo te la rozo en tus labios?
- Si… Ethan, sí.
- ¡Bien mi pequeño Louis!… ¡Eso quería escucharte decir!
- ¡Te voy a meter mi verga!… ¡chúpala despacio!… ¡bien!… ¡despacio métela en tu boca!
- ¡Eso Louis!… ¡eso!… ábrela más… ¡así!… ¡así!
- Se ve lindo entrando y saliendo en tu boca Louis… ¡esa boca linda!… ¡esos labios!… ¡oh!
- ¡Ah!… ¡Ah!… ¡Esos labios que me la chupan!… ¡chupa más Luis!… ¡anda!… ¡chupa!.. ¡chupa!
- ¡rico!… ¡rico!… ¡ah!… ¡así!… ¡así!… ¡Louis!
- ¡Ahora chúpala más!… ¡chúpala más adentro!… ¡adentro!… ¡eso!… ¡eso!… ¡así!… ¡así!
- ¡Eso Louis!… ¡eso!… que no quede nada afuera… todo adentro… ¡así!… ¡así!… ¡así!
- ¡Ahora pasa tu lengua debajo del tronco de la verga!… ¡así!… ¡así!… ¡así, Louis!…
- ¡eso!… ¡así!… ¡mira cómo te culeo tu boca!… ¡tu boca y esos labios ricos que tienes!
- ¡Hm!… ¡se siente rico tu lengua!… ¡rico!… ¡rico, Louis!… ¡muy rico!
- ¡Ah!… ¡Ah!… ¡Ah!… ¡sigue así!… ¡sigue así!..
- ¡Me gusta como lo haces!… ¡me gusta!… ¡me gusta!… ¡eso!… ¡así!… ¡Louis!
- Se siente rico la punta de tu lengua en mi verga,
- ¡mira esa lengua en mi verga!… ¡mírala!… ¡veo que te gusta mucho mamar!
- ¡Lo haces mejor que esos terneros de la granja de tu abuelo!… ¡sigue mamando!… ¡sigue!
- ¡Oh Louis!… tienes unos labios carnudos muy ricos
- Me gusta verlos que se deslizan en el tronco de mi verga… ¡así!… ¡ah!… ¡ah!
- Me gusta cómo mi verga se desliza metiéndose en tu boca… ¡Oh!… ¡qué rico Louis!..
- ¡Muy rico!… ¡sigue así!… ¡sigue así!… ¡siente en tu boca que te estoy culiando!
- ¡ah!… ¡qué delicia Louis!… ¡rico!… ¡sigue mamando!… ¡sigue mamando!… ¡sigue, mi amor!
- ¡Oh!… ¡qué rico!… ¡Mm!… ¡Mm!… ¡Mm!… ¡Mm!
- ¡qué lindos labios carnudos tienes!… ¡Louis!… ¡qué lindos!
- ¡ven!… ¡ponte de pie!… ¡oh!… ¡tus labios carnudos!
- ¡Déjame besarlos!… ¡Hm!… ¡Hm!… ¡Deliciosos!
- ¡Mm!… ¡Mm!… con sabor a mi verga… ¡a mí verga!
- ¡ricos tus labios!… ¡Louis!… ¡eres muy lindo!… ¡muy lindo!…
- ¡oh, Louis!… ¡qué rico lo hiciste¡… ¡rico!… ¡muy rico!
- ¡uf!… ¡oh!… ¡oh!… ¡escucho algo!… ¡apártate Louis!…
- ¡vamos a ver si están todavía conversando!… ¡vamos!…
Nos arrimamos cautelosamente sobre el heno, aún Djamel seguía conversando con la empleada, Ethan tenía su barbilla sobre mi hombro, yo sentía el choque de su respiración en mi cuello y en mi pelo sedoso castaño claro, unimos las mejillas, él me pasaba sus manos por mi culo vestido, ese manoseo a mí me gustaba mucho y se lo dejaba hacer porque me daba placer cuando deslizaba su mano entre mi pantalón corto y mi culo de piel suave de ocho años:
- ¡Mira Louis!… ¡Todavía conversan!
- ¡vamos a que me sigas mamando, Louis!… ¡vamos!… ¡ven!… ¡por acá!… ¡ven!…
Vi que su mano que estaba rozando mi culo se la llevaba a la nariz para olerla, me indicaba muy animado el lugar donde debía acuclillarme:
- ¡Ven Louis!.. ¡ven!… ¡ven!
- ¡aquí!… ¡aquí!… ¡ahora abre la boca y sigue mamando!… ¡sigue mamando!… ¡así!
- ¡eso Louis!… ¡así!… ¡así!… ¡así, Louis, así!
- ¡Oh!… ¡ya siento tus labios carnudos deslizándose sobre toda la verga!… ¡oh!… ¡sí!… ¡sí!
- ¡abre más tu boca!… ¡abre más!… ¡para metértela más!… ¡rico Louis!… ¡rico!… ¡muy rico!
- ¡siente mi verga en tu boca Louis!… ¡siéntela!… ¡mi verga te culea tu boca!
- ¡sigue chupando!… ¡sigue!… ¡sigue!… ¡sigue chupando!
- ¡eso!… ¡eso!… ¡eso!… ¡así!… ¡así!…
Todo eso lo decía en voz muy baja, como si fuese un susurro, de pronto en segundos se apartó de mí, me dije otra vez, no, ahora qué pasaba, justo cuando más me estaba gustando chupársela, vi que Ethan se metió la verga dentro de la trusa y se acomodó el pantalón y fue con prisa a arrimarse al heno, creo que escuchó ruidos de pisadas, con la mano me dijo que me quedase allí, vi que mientras Ethan miraba adelante ya se estiraba la verga tiesa vestida, yo me pasaba el antebrazo por mis labios, suspiraba sentado, entre mi paladar y la lengua tenía un sabor a verga muy particular, Ethan vino hacia mí:
- ¡Ya se fue!… ¡ven!… ¡vamos a donde está Djamel!
- Antes, Louis, déjame besarte… ¡me gustan tus labios!… ¡ahora que saben a mi verga!..
Nuestro beso fue prolongado, con lengua, sentía el roce de sus manos en mi culito vestido, me gustaba sus manoseos en la espalda, al apartarnos un poco yo me estiraba la verguita y él también lo hacía al mismo tiempo, intercambiamos miradas y sonrisas cómplices al vernos manosearnos nuestras vergas vestidas aprobando lo que habíamos hecho, instantes después caminamos hacia Djamel:
- ¿Dónde estaban chicos?
- ¿la vieron?.. ¿verdad?… es muy linda.
- Louis… ella me dijo que te informe que iba a ver un encargo de su patrona a la modista
- Que ahora mismo se iba en dirección al caserío cercano, que era muy urgente.
- Que llegaba un poco tarde… ya dejaba hecha la comida para que te sirvieses.
- Pidió que cuidemos de ti, Louis, y de… Leroy
- ¡je!… ¡Cómo de niñeros!… ¡así quedamos ahora!… ¿verdad Ethan?
- Así parece, Djamel
- ¿Viste Ethan?… otro trabajo.
- Yo creo que es “muy fuerte” el trabajo que hace esa pobre mujer en la casa
- ¡je! Antes de venir aquí se vio con un motociclista que llegó a la entrada de la casa.
- ¡Se besaron!… ¡De aquí los vi!
- ¡je!.. ¡je!.. la modista tiene bigote… ¡je!… ¡je!… y anda en moto… ¡je!… ¡je!
Lo último que dijo se le dibujaba un gesto en su irónico rostro, vi a Ethan que tragaba saliva, noté que sabía sobre el idilio de su pariente la sirvienta con aquel tipo de la moto, Djamel le dijo a Ethan para continuar con el trabajo, yo les ayudaba limitadamente pasándole las herramientas, los ojos de ese hombre de ébano se clavaban en mí, rato después ese hombre salió del granero, lo vimos irse a la letrina a hacer sus necesidades biológicas, de eso se aprovechó Ethan para rápidamente llevarme de la mano al alejado rincón del granero entre las altas pilas de heno.
- ¡ven, Louis!… ¡ahora dame tu verga!… ¡ven, aquí párate!… ¡eso!… ¡así!…
- Déjame bajarte la ropa… ¡rapidito!… ¡así!… ¡listo!… ¡mira, Louis!… ¡que linda verga tienes!
- Déjame olerla… ¡ah!… ¡rica!… ¡Hm!… ¡huele a orina!… ¡huele rico!
- Ahora… acuéstate… ¡eso!… ¡así!… ¡bien!
- ¡La tienes paradita!… como me gusta
- Te voy a besar la verga… ¡así!… ¡mira!
- Te la voy a chupar… está muy rica Louis.
- ¡Hm!.. ¡rica!…
- Ahora, date la vuelta… quiero besarte el culito… ¡ahora!… ¡ahora!
- ¡así!… ¡ponte de cara al suelo!… ¡así!… ¡Hmmm!… lo tienes muy rico Louis.
- Déjame abrirlo… ¡oh!.. ¡qué lindo!… ¡qué rosadito!… ¡hermoso!
- ¡Hm!… ¡huele rico!… ¡muy rico lo tienes!
El paso de su nariz por mi culito junto con su aliento y roce de lengua me hacían electrizar poniendo mi piel de gallina, Ethan nota ese efecto y se reía, mi culito lo abrió más con sus manos y sentí impactarse la saliva en mi piel.
- ¡Vamos a hacerlo rápido antes de que venga y nos vea¡
- Ven, colócate… así… eso… ahora, déjate culiarte mi hembrita, soy tu macho
- Siente mi verga en tu culo, Louis, siente que te la meto
Efectivamente, así era, sentí que su verga entraba en mis entrañas, el mete y saca se iba en aumento, me tenía en posición perrito sujeto de las caderas, hacía una pausa para lanzar más saliva a mi culo y que su dedo lubrique mi ano, todo me lo hacía muy rápido, después sentí las embestidas de su verga en mi culo haciéndome gemir a placer, de esa forma mientras me embestía me iba diciendo a cerca de mi culo:
- Lo tienes rico, muy rico
- ¡…este culito!… ¡ah!
- Ahora es mío… ¡sólo mío!
- ¿Verdad Louis?… ¿Verdad?… Dime Louis… dime
- ¿verdad que tu culo es sólo mío?… ¿verdad?… ¿verdad?
- Sí… Ethan… ¡uf!… sí… ¡ah!… ¡ah!
- Siente mi verga en tu culo, Louis, siente que te la meto
- ¿verdad que te gusta cómo te culeo?.. ¿verdad Louis?..
- ¿verdad que te gusta así?… ¡así!… ¡así!… ¿verdad Louis?
- Sí… sí… Ethan… ¡ah!… ¡ah!.. me gusta… me gusta
- Delicioso… muy delicioso… ¿verdad Louis?
- Sí… Ethan… sí… ¡ah!…
- ¿quieres más verga Louis? … ¿verdad que quieres más verga?
- Sí… Ethan…¡Mmm!… ¡ah!… ¡ah!… ¡si, Ethan!… ¡sí!… la quiero… quiero más.
- ¡Te l voy a meter hasta el fondo!… ¡hasta el fondo!… ¡siente como te penetro en tu culito!
Mientras sentía que me penetraba una corriente invadía mi cuerpo, dentro de mi mente pedía más de su verga, sí, más, más, más, más… mucho más, me estaba siendo adicto a esa verga quinceañera bien tiesa que hacía estragos en mi culito de ocho años, yo pujaba y gemía sintiendo ahora todo su tronco de verga dentro de mi culo, no sé, en esos momentos sentía una confusión entre seguridad y ansiedad de querer ser siempre sometido por la verga de Ethan, era el chico con el que más encuentros de ese modo tenía en ese tiempo, él de quince años y yo a mis ocho años me dejaba someter a sus deseos sexuales como ahora estando en la privacidad.
Pasaron unos minutos y fue en ese momento que Ethan lentamente fue sacando la verga de mi culo pero para de nuevo continuar penetrándome con más saliva y así incrementando sus embestidas.
- ¿te gusta mi verga?… ¿verdad Louis?
- Sí… Ethan… ¡Mm!… ah¡… !¡uf!
- ¡Ya casi me sale la leche!…. ¡espera!… ¡espera!… ¡así!… ¡uf!… ¡ah!
- ¡No¡… mejor te la meto en tu boca.
- ¡Ven, Loius!…
- ¡Viens Louis viens plus près de moi¡… ¡ accroupi devant moi!
Se apartó de mi por un instante y me puso de cuclillas en su delante, vi mi verga tiesa que rozaba el heno junto con mi culito rozagante latiendo por el producto de la embestida de la verga de Ethan, sostuve su agitada verga tiesa venosa con pelos en la pelvis, de esa forma hice que su verga entrase en mi boca, probaba ese desliz del tronco de verga que llevaba el sabor combinado de su saliva y algo excremento de mi ser, era receloso al primero bocado de roce pero me fui acostumbrando, no quería pasar por el alto el probar en mi boca esa delicia de verga juvenil tan tiesa y tan suave que luego de introducírmela en la boca la verga de Ethan ya rozaba mis mejillas con su glande, después nos mirábamos de forma cómplice, pensaba que ya se disponía a eyacular dentro de mi boca, pero fuimos interrumpidos por la voz de Djamel que nos llamaba, noté el rostro contrariado de Ethan.
- ¿ Où êtes-vous les enfants agités ?
- ¡ .. j’ai besoin de toi !
Nos arreglamos la ropa y salimos presurosos a su encuentro, el hombre de color nos miró con cierta severidad, daba a entender que en su ausencia Ethan no había avanzado en la tarea, así que le ordenó que debía continuar, su mirada se fijaba en nosotros, pasaron las horas, ya se acercaba la hora de almorzar, Djamel vio la puesta del sol por la ventana.
- Bien, Ethan, continúa con el trabajo.
- ¡Louis m’accompagne à la cuisine¡
- préparons la nourriture
Lo seguí obediente camino a la casa de campo, preparamos el calentado de comida y nos sentamos a comer en la mesa, instantes después llegaba Ethan tras el llamado de Djamel mediante sus silbidos, era el momento de una corta siesta para Djamel dejando caer su cuerpo en una de las hamacas, Ethan fue en dirección al granero a terminar la tarea, deseaba desocuparse inmediatamente para luego ir a jugar soccer al pueblo con sus amigos, fui a mi cuarto a ver a Leroy que aún dormía, salí sigiloso de mi cuarto, de pronto, en el pasillo me topé con él, sonreí amistosamente y él me devolvió una sonrisa cómplice, me tomó del hombro conduciéndome por el pasillo, llegamos al balcón, desde allí vimos a Ethan, estaba puliendo madera en la entrada del granero, nos saludábamos agitándonos las manos, Djamel no dejaba de sonreír con su mirada fija en mí, su mano se deslizó suavemente sobre mi mano apoyada en el balcón, nos mirábamos al momento en el que entrelazamos las manos, su tono de rostro cambió, notaba que seguidamente tragaba saliva y se tambaleaba, seguramente de la emoción de tenerme tan cerca y querer decirme algo que lo reprimía, sus dientes blancos sobresalían en su rostro negro, su gruesa mano se aferraba más a mis dedos, notábamos el contrates de nuestras pieles unidas, le correspondí sonriendo, le tenía confianza.
- Cette maison est très jolie
- Un jour j’aimerais en avoir un comme ça
- j’aimerais la connaitre plus
- ¿Pouvez-vous me le montrer?
- Allez, Louis
- Allez
Tomado de la mano lo conduje por las habitaciones, abrí la puerta de mi habitación y vimos a Leroy aún dormido, vi el rostro de complacencia de Djamel cuando observaba al niño dormido con brazos y piernas abiertas, salida la verguita por una manga de su trusa, estaba descalzo, solo esa prenda tenía puesta, una sábana le cubría en parte a su cuerpito, Djamel se acercó y jocosamente con su dedo índice rozó la verguita de mi amiguito Leroy, el hijo de la empleada y pariente de Ethan.
- Mira… la tiene grande… va a ser muy grande cuando sea adulto
- ¡Je!… muy grande… me imagino quienes la disfrutarán a futuro… ¡je! ¡je! ¡je!
- ¿vérité Louis?
- Oui, vous avez absolument raison… Djamel… ¡je! ¡je!
El rostro de Djamel se inclinó hacia la verga de Leroy, y lo fue haciendo lentamente, vi que la nariz pasaba rozando la verguita de Leroy, al verle hacer eso, yo instintivamente me llevé la mano a mi verga vestida, parecía que era a mí a quien le hacía eso, Djamel notó mis movimientos de mano en mi verga vestida, sonrió:
- Este nene la tiene olorosa… muy fragante a orina… ¡je!.. me gusta, me gusta.. ¡je!… ¡je!
- ¿A ti también Louis?… ¿verdad que sí?
Al ser visto moviendo mis manos en la verga sumado a eso la mirada firme en mi rostro, Djamel hizo que me sonroje poniéndome cabizbajo de la vergüenza, Djamel dio cuenta de mi respuesta al mirarme en el que yo asentía, creo que era lo que Djamel necesitaba saber. Le había dado pista a sus acciones. Tanto así que pasó la punta de su lengua por la verguita flácida de Leroy que continuaba profundamente dormido, aprovechó de rozar sus labios en los labios de Leroy, le dio besos cortos ligeros, hizo un movimiento de manos.
- Ven Louis, hazlo tú también
- Ven acá, ven, vamos, no tengas pena… ¡ven Louis!
- Huele y prueba de esa verguita con tu lengua, ven… ¡vamos a hacer un juego!
- Ven, Louis… anda…. ven… juega con esa verguita.
- ¡Halo como yo lo hice!… vamos… ¡hazlo!… ¡te va a gustar!
Al principio me daba recelo de Djamel, la timidez se apoderaba de mí, miraba esa verguita y a la vez regresaba a ver el rostro de ese fornido hombre de color, cedí ante tanta insistencia, así que despacio mi cara se iba acercando a la verguita de Leroy, lo vi, sí, tan cerca, ya antes le había chupado y lamido la verguita, pero eso era a solas en el cuarto, ahora había alguien más y eso me tenía presa del recelo, Djamel me ayudó a inclinarme poniendo mi rostro muy cerca rozándole a esa verguita, susurrándome al oído el negro Djamel descendiente de Senegaleses decía que lo haga ya, le pasé la lengua a esa verguita, Djamel sonreía complaciente, ese hombre de ébano me acariciaba el pelo en señal de aprobación, me decía lo listo que soy sin perder su acostumbrada sonrisa, escuchaba sus frase detrás de mis oídos, mmi pelo sentía la respiración de Djamel, también sentí que me sujetaba de los hombros, su bulto rozaba en mi culo, quise hacerme a un lado, hacer un quite, me sostuvo, su respiración golpeaba mis orejas, sentí un lamido que para mi fue electrizante, su voz dirigida al oído hizo que me perturbe al escuchar:
- Tranquilo Louis… ¡calmadito¡
- Te vi hace poco hacerlo con Ethan… ¡sí¡… ¡je!… ¡je! te vi en el granero… ¡je! ¡je! ¡je!
- ¡Vi cómo te penetraba!… ¡sí!… ¡je!… ¡je!.. ¡je!
- ¡Vi cómo Ethan te metía la verga en tu culo!… ¡toda!… ¡todita!… ¡je! ¡je!
- ¡Sé de tu secreto!…. No querrás que se enteren tus abuelitos…
- Sería una gran pena y vergüenza para ellos… ¿No crees?
Trate de justificarme, recordé algunas acciones con Ethan, trataba de ser convincente, inventé:
- Es que yo… yo… ¡sólo jugaba!.. ¡a las luchitas!
El hombre de ébano se mostraba cariñoso, me acariciaba el pelo y rozaba sus manos en mis mejillas tratando de consolarme ante mi atenta vergüenza.
- Tranquilo Louis… tranquilo mi pequeño.
- Tu secreto está bien guardado, siempre y cuando… bueno… ¡tú sabes Louis!.
- Guardo tu secreto siempre y cuando también juegues conmigo…
- ¡eso!… ¡que tú juegues conmigo!… ¡sí Louis!… ¡eso es!
- Así… nadie pierde… por el contrario… ¡todos ganamos a jugar rico!
- ¿Qué te parece Louis?… ¿Sí? ¿verdad?… ¡je! ¡je! ¡je!
Qué más podía hacer sino responderle con asentir cabizbajo, posteriormente vi que hizo una seña al aire por la ventana, Djamel no dejaba de sonreír.
- Bien, Louis, nadie sabrá lo de nuestros jueguitos.
- ¡De ahora en adelante será nuestro secreto!
- Ne t’en fais pas
- Maintenant jouons tous les deux
Me dejé conducir hasta la habitación más grande, era la de mis abuelos, sentí detrás los besos y caricias de Djamel en mi cuello y en la espalda, cerré mis ojos, no me contuve, sentía eso de buena forma, di la vuelta como autómata poniéndome en su delante, allí abrí los ojos, al instante vi que mi ropa era sacada por esas manos de ébano, al poco tiempo quedé desnudo ante él, sus ojos se maravillaban viéndome desnudo, hizo que diera unas vueltas para apreciar mis partes íntimas, me hizo que me siente en la silla abriéndome de piernas, mi verga flácida de a poco se ponía erecta ante la estirada de los dedos que me hacía Djamel, se acuclilló en mi delante así que su rostro se acercó a mi verga pasó la nariz en vi verga igual que lo hizo con la de Leroy.
- La tienes blanquita, sedosa… suave… sí… muy suave… diferente a la verguita de Leroy
- Es muy linda tu verga, igual que tu rostro, pequeño Louis
- Eres muy guapo… ¡muy lindo!… ¡muy hermoso!… ¡cómo me gustan los blanquitos como tú!
- Mira… ¡mira tu verga!… aún la tienes virgen, no se te corre el prepucio…
- ¡La tienes atrancada!… ¡je! ¡je!
- Me gusta mucho tu verga Louis… ¡sí!… ¡mucho!
- ¡J’aime beaucoup!
Estaba sentado acomodándome en la silla con las piernas abiertas, mis pies descalzos estaban suspendidos en el aire, la lengua de Djamel pasaba por el tronco de mi verga haciendo vibrar mi cuerpo, lo hacía de una manera muy inusual, yo poniendo mis rodillas al pecho, de esa forma la lengua recorría desde parte el coxis pasando por la separación de los glúteos hasta recorrer mis testículos lampiños llegando finalmente al tronco de mi verga, así se repitieron seguidos esos recorridos de lengua, yo suspiraba, se puso en mi delante mientras yo seguía sentado en esa postura con mis manitos aferradas al metal.
- Ahora conocerás mi cuerpo Louis precioso.
- ¡Mírame Louis!… ¡mira!… ¿te gusta?… ¿eh?
Se iba quitando poco a poco la ropa, su musculatura propia de su raza negra se daba a observar por mis ojos, lo último que deslizó con sensualidad fue su trusa mostrándose esa verga prominente que me quedé impactado al verla por primera vez, era descomunal, diferente a otras que yo haya visto hasta ahora, muy superior a todas las demás.
- .. con lo que vas a jugar
- Esta verga es tuya… sólo tuya… Louis precioso.
- ¿te gusta?… ¿eh?.. ¿qué dices?… ¿eh?
- .. ¡ven Louis!… ¡así!… ¡así!
Se corría el prepucio agitando esa descomunal vergota peluda muy venosa, Djamel dio unas vueltas igual que yo lo hice antes, se mostraba su culo negro, se inclinó en mi delante abriéndose el culo, se notaba lo rosado, estaba perforado, era muy velludo con rizos negros, noté que ese culo de dieciocho años era igual que el mío cuando me lo miraba al espejo así de roto desvirgado, nuestras miradas se cruzaron.
- Esta verga y este culo son tuyos
- Míralos… ¿te gustan?
Yo tímidamente asentí ante la obligación que me hacía al preguntarme eso, vi que se acostó de cara en la cama de mis abuelos, me hizo una seña para que me acerque a él, Djamel se abrió el culo con sus manos lo más que pudo.
- Ahora, Louis, mete tu verga en mi culo.
- Anda Louis, métemela
- Anda, culéame… culéame… ¡dame por el culo!
- ¡Quiero sentir tu verga¡
Yo me acomodé encima de su cuerpo, tallé mi verga en su culo y trate de meterla lo cual era difícil considerando lo virgen de mi verga pero seguí rozándole el culo con mi verga.
Vi mi blanca verga que se deslizaba por ese culo de piel de ébano, llegaba a la espalda.
Así se lo estuve haciendo por unos instantes, en silencio.
Llegó el momento de detenerme, me aparté de él sin dejarme de estirar mi verga, me acost´en la cama, a orden del muchacho de dieciocho años.
Djamel buscaba algo en la mesita de noche y en la peinadora hasta que lo encontró, era la crema.
- ¿Te gusto culiarme?
Yo tímidamente de cara al colchón asentí y de mi boca salieron palabras
- Si… Djamel
Aún tenía un poco de recelo
- Bien Louis, ahora quiero que me pongas esto en el culo y me culeas, ¿ok?
- Si… Djamel
Él se acostó y le puse la crema en el culo, luego me subí a su cuerpo y sentí a medias que mi verga rozaba y se quería meter ene se culo negro, no resultó el efecto esperado, es que mi verga era virgen en ese entonces.
- Ahora me toca a mí
- Ven Louis, acuéstate, así, eso, así, eso, eso.
Me acostó arrimando mi espalda a las almohadas haciendo que mis rodillas topen mi pecho, puse mis antebrazos por debajo de mis muslos haciendo más visible mi culo abierto en esa postura por la que Djamel pasaba la crema con los dedos, se puso un poco de crema en esa prominente verga, con una mano iba conduciendo esa verga muy cabezona a mi culito, apenas pude ver ese grueso glande que entraba en mi ano, bufaba al principio, mordía los labios, mi respiración aceleraba al sentir el paso deslizante de esa verga que entraba por vez primera en mi culito, sabía que me iba a doler, no ocultaba mi dolor, ese tronco de verga ampliaba la cavidad de mi ano, poco a poco iba entrando, apretaba fuerte las sábanas con mis manos, el dolor se hacía más intenso al pasar los segundos.
- Ya está todita adentro
- Louis, mi amor, ya eres mío, mío, sólo mío
Al decir eso fue haciendo lentamente el mete y saca, pese a saber que yo no era virgen por el culo sin embargo lo hizo con delicadeza, suave me iba cogiendo, la verga lubricaba el culo e iba entrando y saliendo, notaba el contraste de piel al ver esa verga de piel negra que se introducía en mi ano de piel blanca, sentía cómo esa prominente verga hacía estragos en mis entrañas, tanto así que bufaba mucho, el mete y saca se hacía constante, notaba el esfuerzo de Djamel por culiarme rico cuando nuestros pechos se unían, y lo estaba consiguiendo eso de iniciarme a ser adicto a su verga, ya tendría a futuro la tarea de que pensar en esa prominente verga, de pronto se detuvo, su pecho se acercaba al mío su mirada fija en mi rostro, sus labios se acercaron, me dio el primer beso, yo le correspondí y fue en ese mismo instante en que su rostro de repente se puso serio, me dio un beso y mientras eso sucedía sentí dentro de mi culo que de su verga salía el semen depositándose en mi cavidad anal, fue maravilloso e inquietante, no lo niego, Djamel y yo, nuestra primera vez, así de lindo y nuevo para mí el sentir que me besan mientras dentro de mí se deposita el semen, maravilloso, en verdad, maravilloso, linda experiencia con el negro Djamel, vi que su verga salía de mi ano llevando en su tronco un hilillo de sangre, crema y heces, lo de la sangre seguramente era porque me había desflorado por completo algún espacio venoso que quedaba por desflorar, si algo quedaba en mi culo con su verga había completado el trabajo que otras vergas no lo habían hecho, mi culo quedó latiendo con la sensación de ardor y gusto de ser penetrado.
Por un rato largo nos quedamos acostados rozando nuestras pieles con las manos, él acostado me abraza por detrás, una de sus piernas se posaba sobre mi cadera, me decía muchas cosas dulces al oído, entre ellas que admiraba mi belleza.
Instantes después para nuestra sorpresa vimos a Ethan, había acudido a las señas de Djamel, su amplia sonrisa mostraba la complicidad, estaba arrimado al borde de la puerta y tenía sus manos dentro del pantalón, se rascaba su verga, insinuaba que deseaba sexo, nos vio desnudos,
- Ven Ethan, Louis… ya lo sabe … ¡je!
- Sobre… ¡je!… ¡je!… ¡je!.. lo de nuestro secreto
- Sabe que debemos jugar con él.. ¡je!… ¡je!… ¡je!
- Le prometemos no decirle nada a nadie, ni a sus abuelos… ¿verdad Ethan?… ¿eh?
- Pues le causaría mucha pena y le pegarían
- Así que si ellos saben de nuestro juego ya no lo querrían
Ante mi sorpresa vi hacer guiños a su amigo y a mí, vi sonreír a Ethan asintiendo en señal de aprobación las palabras de Djamel y también vi que sin articular palabra alguna se desnudaba en nuestro delante, se metió en la cama entre los dos, tomó nuestras vergas y empezó a acariciarlas y hacerlas que se nos pongas tiesas, le gustaba ver el contraste de vergas: la mía lampiña y la de Djamel una verga peluda, vi que la mano de Djamel estiraba la verga de Ethan, Djamel se recostó alzando las piernas al pecho mostrándose su culo velludo.
- Ven Ethan ponte crema y métemelo
- Así mi amor, dale con todo.. quiero sentiré dentro
- Así, Ethan, así mi amor
- Así como cuando nos dábamos en el granero, ¡así!… ¡así!… ¡mete tu verga!… ¡métemela!
Vi la forma impetuosa de Ethan sodomizando ese culo de Djamel, esa verga que entraba y salía, ese rostro de rictus de gusto de Djamel por lo que estaba recibiendo de esas embestidas de verga, ese abrir de su boca al ser penetrado y la boca de Ethan al penetrar, yo observaba de cerca sentado en la cama sin dejarme de estirar mi verga lampiña tiesa, mis dedos pasaban por mu culo aun latiendo, en mi mente quería que me cogiesen así, deseaba de sus vergas, los dos hicieron cambio y ahora Djamel le daba verga por el culo a Ethan, gemían repetidamente, sus voces alzaban la intensidad en cada embestida, en cada penetrada, en cada impulso de cadera, se detuvieron quedando el uno sobre el otro, pecho a pecho dándose besos con lengua.
- Ahora es tu turno Louis
- Ven acuéstate aquí, anda.
- Acomódate bien
Djamel se acostó debajo de mi mientras yo adoptaba la posición de perrito, Djamel tomó mi verga agitándola un poco llevándose a su boca lamiéndola y chupándola mientras Ethan untaba crema en mi culo y en su verga, se sujetaba de mis caderas y sentía como su verga entraba en mi culo, era una sensación única de sentir que me chupaban la verga mientras me penetraban por el culo, luego Djamel hizo un movimiento en la cama haciendo ahora que mi boca chupe la verga mientras Ethan seguía metiéndome la verga.
Lo hicimos así por un largo rato, luego, le chupaba la verga a Ethan mientras que Djamel me chupaba la verga, era deliciosa esa postura.
Djamel se sentó con su verga bien tiesa y parada, se puso crema, le dijo a Ethan que me ponga crema en el culo, me hizo sentar sobre su prominente verga, mis brazos estaban estirados, mis manos se apoyaban en los muslos de ese musculoso hombre de ébano que distaba de ser lo que aparentaba en ese momento allí con nosotros, la verga humedecida de crema iba entrando lentamente por mi culo, entraba con algo de dificultad al principio por su glande cabezón, así que al ver eso, sentí que las manos de Ethan se posaron en mis hombros y me empujaba hacia abajo, ante eso abrí mi boca, sentí dolor, emití un fuerte alarido, la intimidad me daba motivación para gemir libremente.
Ethan y Djamel se miraban satisfechos, pues ya esa verga estaba completamente dentro de mi culo, Ethan hizo que me alce y baje ayudándome desde los hombros, así era que mi culo ahora se deslizaba sobre la verga de Djamel, se dibujaba un rictus en mi rostro, era satisfacción plena pese a las pujadas que daba, sentía dentro de mí que esa verga había entrado totalmente, los latidos se incrementaban dentro de mí en el culo y la respiración, las manos de Ethan me ayudaban a que pudiera moverme mejor en esa postura.
- ¡Ya¡… ¡ya¡… ¡está adentro¡… ¡todita¡… ¡todita¡.
- ¿Sientes el palpitar de mi verga en tu precioso culo?… ¿Louis?
- Me gusta tu culo blanco Louis… ¡me gusta! ¡me gusta!
- ¡Tu culito blanco!… ¡culito blanco!… ¡ah!… ¡ah!… ¡ah!… ¡Mmm!… ¡Mmm!… ¡Mmm!
- ¡Quédate quieto Louis!… ¡quiero sentirte!… ¡quiero disfrutar de tu culo!… ¡disfrutar!
Me quedé estático sentado con la verga de Djamel totalmente metida en mi culo, él me rozaba sus manos sobre mis caderas y subían a mi espalda.
- ! Qué rico se siente al tenerte así ¡… ¡así!…!así¡… ¡qué rico se siente!… ¡rico!… ¡muy rico!
Djamel me seguía acariciando con sus manos, veo que Ethan se me acerca agitando la verga y corriéndose el prepucio, me dice que abra la boca para seguir jugando, en eso que la verga de Ethan entraba en mi boca, me tomaba de la cabeza para que me moviese al ritmo del movimiento de sus caderas, yo sentado sobre Djamel dándome sexo anal y Ethan dándome sexo oral éramos un buen trío, no cabe la menor duda, así aprendí a culiar rico, empecé a moverme despacio sobre la verga de Djamel y a la vez en mi boca entraba y salía la verga de Ethan.
Instantes después los tres caímos a la cama a descansar tras el esfuerzo, yo levantaba mi pierna sobre la pared, con una mano desliaba mi dedo dentro del culo sacando restos de crema de Djamel que me había dejado dentro de mi culo.
Djamel me miró y me dijo agitándose su verga:
- No te preocupes Louis … no te dejaré preñado
- Tú no puedes dar hijos… eso es lo interesante de este juego… ¡je!… ¡je!… ¡je!
Me puse cabizbajo al escucharle decir eso, Ethan se sumó a la risa de su amigo, se acercó a mí acariciándome las mejillas y mirándome fijamente a la cara me dio un beso en la frente.
- Ahora te toca a ti Louis dejarte mi leche en tu culo
- Ven, acuéstate aquí
Ethan me indicaba el extremo de la cama, lentamente me acosté allí y cuando ya iba a sentir el cuerpo de Ethan sobre el mío vimos al pequeño Leroy que se restregaba los ojos, estaba recién despierto, bostezaba mucho, nos vio desnudos a los tres, Ethan por ser familiar cercano y el de más confianza se acercó al niño.
- Ven, Leroy, ven mi pequeño
- Estamos jugando… ¿Quieres jugar con nosotros?
- ¿Sí?… ¿eh?… ¿Sí?
- Jugamos a los vaqueros
- Ven Leroy… juguemos a cabalgar como te enseñé… ¡je!… ¡je!… ¡ven nene!… ¡ven!
El niño asintió aun bostezando, Ethan lo tomó de la mano ante la mirada de Djamel y la mía, nos miraba apreciando que estábamos desnudos, lo paró en la cama y le bajó la trusa que solamente llevaba puesta, su verguita se agitaba al verlo brincar sobre la cama, cayó acostado y Ethan aprovechaba para hacerle cosquillas con la idea de que tenga confianza, Djamel y yo los mirábamos sonrientes, lo acostó de cara a la cama boca abajo, Ethan le abrió los glúteos oliéndole el ano, le besaba los glúteos, Djamel se unió a esas caricias y yo me sumé de último, el niño gozaba con aquello, lo pusimos boca arriba, Ethan abrió las piernitas aprovechando en chuparle y lamerle la verguita, Djamel y yo hicimos lo mismo.
Djamel se quedó con Leroy jugando a alzarlo y bajarlo sobre la cama aumentándole las cosquillas.
Ethan me tomó de la mano, me hizo señas de hacer lo que me había indicado antes de que apareciera Leroy, vi que sonriente me indicaba el extremo de la cama, vi que su verga tiesa no era similar a la Djamel, esa la del negro sí me hacía sentir, pensé, esta verga poco, resignado me encorvé en la cama, el dedo de Ethan hurgaba mi culo metiéndome crema, él se ponía un poco en su verga, de a poco fui sintiendo entrar esa verga en mi culo, resignado dejaba que me penetre, mientras eso me hacía Ethan vi que Djamel a Leroy lo había acostado sobre su pecho y estómago, le acariciaba los glúteos y espalda, el nene estaba relajado con esos leves masajes y caricias recibidas, le pasaba un dedo medio por el culito haciéndolo ladear, ese dedo se lo llevaba a la nariz oliéndolo, de pronto vi que lo acercaba al niño sentándolo enfrente de mi rostro que estaba apoyado en el colchón.
- Anda Louis, chúpale la verga a Leroy
- ¡Ahí te lo pongo!… ¡chúpale!… ¡chupa!… ¡chupa!
- Anda… a ver si le gusta al nene ¡je! ¡je! ¡je!
Ethan se unía a los deseos de Djamel
- Si, Louis… chúpale la verga, chúpasela a mi sobrino… ¡quiero verte!… ¡quiero verte!… ¡je!
Abrí mi boca y Djamel me ayudaba con el niño a que le hiciera sexo oral mientras sentía las embestidas de penetración por parte de Ethan.
Poco pude chuparle la verga a mi amiguito, no quería por ese momento haciéndome quites, Djamel dijo refiriéndose a mi amiguito Leroy:
- Entonces Leroy… si no quieres dar verga
- Entonces quieres recibir verga… ¿verdad?… ¿eh?… ¿eh?
- Ven acá
- Si no la culeo a la madre
- Lo voy a culiar al hijo ¡je! ¡je! ¡je!
Le recostó en la cama, sus piernitas llegaron a su pecho, le hizo previas cosquillas para conseguir lo que quería, le puso crema en el culito y él se puso en el glande de la verga.
- Leroy…. te voy a meter la puntita… ¿sólo la puntita!… ¡verás que rico!… ¡qué rico!
- Ya verás que lindo juego que vamos a tener
- Ven, mi amor, ven mi nene lindo.
Una de sus manos agarró las dos piernas llevadas al pecho, así el culito quedaba descubierto, el glande iba rozando el culito, el nene sentía algo de molestia, mientras miraba eso Ethan se daba gusto con mi culo, su verga me hacía sentir, puso su mentón sobre mi cabeza, se detuvo, fue en ese instante en que sentí dentro de mí, el semen que me depositaba con su verga en mi culo, entrelazó mis manos y dio de besos en mis orejas, mejillas y cuello, me voltee y se acostó sobre mí uniendo las frentes, los dos nos dimos besos con lengua.
- Así siempre te he de que culiar.
- No olvides nuestros juegos
Escuchamos gemidos salidos de boca de Leroy, la verga de Djamel estaba haciendo estragos en la entrada del culo del nene, me acuclillé en el piso pujando para que me salga los restos de semen que había dentro de mi culo, la punta del glande continuaba rozando ese culito de mi amiguito que empezó a quejarse y a tratar de zafarse de Djamel, el negro musculoso se apartó del niño y se me acercó agitando su verga venosa, peluda y tiesa
- Louis… prueba del culo de Leroy… ven… abre tu boquita de niño lindo
- ¡anda!… ¡prueba de mi verga!… ¡así!… ¡así!
- ¡Me gusta ver tus labios deslizarse sobre mi verga!… ¡qué rico!… ¡muy rico… ¡así!… !así¡
En la cama Ethan le hacía cosquillas al nene, luego la verga de Ethan se deslizaba sobre la verga de Leroy, vi esos ds culos dar roles sobre la cama, lo puso en posición perrito y le deslizaba la verga en los glúteos del culo, Djamel y yo fuimos a la cama junto con Ethan y Leroy, nos acostamos besándonos entre todos, jalando nuestras vergas
Djamel salió primero de la habitación diciéndole a Ethan que era el momento de seguir trabajando en el granero, todos fuimos allá a ayudar, había descansos en los que se aprovechaba de mamar y chuparles las vergas de Djamel, Ethan y Leroy, en uno de esos descansos lo sentaron a Leroy sobre el heno haciendo que chupe vergas, el poco semen salido de las vergas de Ethan y Djamel quedaban en el rostro del niño y a mí se me encaraba que lo fuese a limpiar y allí yo también a solas en la letrina le hacía que me chupe la verguita, le rozaba mi verga por el culo, al regresar miraba a Djamel dándole verga por el culo a Ethan, sin lugar a dudas esa tarde fue de sexo pleno, conocí una verga por la que dedicaría mis días de ensueño.
Lamentaba que en un par de días ya tendría que regresar a la ciudad imperial a continuar mi vida allá con mi madre pues se terminaban mis vacaciones escolares.
Esas noches pensaba en lo sucedido de cómo me habían enseñado más sexo, ese verga de Djamel, ese verga, esa deliciosa verga dentro de mi culo, instintivamente me llevaba la mano dentro del pijama a rozármela en el culo, en mi cuevita, en esa cuevita infantil que esa verga de ébano se había dado de tanto placer y que ahora lo ansiaba con nostalgia al no tenerla junto a mí, y una necesidad de volver a vivir todo aquello, contaba el tiempo para retornar.
Leroy, Ethan y Djamel… mis amores de infancia.
Los amaré siempre.
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