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Gays

BETELGEUSE: PARTE 6:

Jules & vecinos.
Estaba solo en casa, sentado delante de una mesita junto a la ventana, estaba tocando la guitarra, los acordes me salían no óptimos pero lo eran pasables, algo así, me hubiese dicho mi profesor de música, al sonido de la melodía veía pasar a los transeúntes mirándome con sonrisas de aprobación, la calle era muy distante pero hasta allá llegaba lo que tocaba, veía pasar a mis dos vecinos tomados de la mano aquella mujer que para el más pequeño era su madre y para el más grande era su tía, era la costumbre por aquellos días de que el sobrino la visite, salían presurosos, me cansé de tocar y fui por un vaso con agua y a humedecer mis manos en el grifo, la mañana se tornaba calurosa.

Toca el timbre y salgo presuroso del baño, al hacerlo, agito mis humedecidas manos y salgo presuroso, veo por la ventana que se trata de mi amigo Jules acompañado de su madre, los invité a pasar, le dije que estaba solo, que mi madre pronto vendría, toqué un rato la guitarra y luego se la cedí a Jules para que diera acordes, la señora se maravillaba por la forma en que tocábamos el instrumento, en eso llega mi madre con unas bolsas pidiendo disculpas a su amiga por el retraso, vimos un corto diálogo entre ellas, nos pidieron que cuidemos la casa, que pronto regresaban trayéndonos sorpresas, brincamos de gusto, mi amigo y yo vimos por la ventana a nuestras madres y a un señor en su auto agitando la mano en señal de despedida, ese auto se alejaba por esas calles de la ciudad imperial, Jules y yo nos dedicamos a tocar la guitarra, luego estábamos viendo televisión las acostumbradas caricaturas, en ese tiempo esa era nuestra diversión, comimos de lo que había traído mi madre de las fundas.

Vi pasar a Michelle con Mathis su primo mayor, iban tomados de la mano, la mujer no los acompañaba, pasaron por mi ventana saludándome y yo respondí del mismo modo, al poco tiempo de dio ganas de ir al baño, lentamente me bajé mi short que llevaba puesto, me vi la verga parada y que estiraba, cerré mis ojos en señal d placer y lentamente me senté en el frío inodoro, vi mi verga que botaba orina al mismo tiempo que pujaba botando gases y excremento, pujaba con intensidad, sentí cómo salía de mi culo, pujaba y eso me hacía sentir satisfecho, como flashback me vino a mi mente el rostro de mi profesor de música con su sonrisa característica, luego su voz que me decía, cuando pujes, acuérdate de mi verga, nunca lo olvides, nunca, tenía mis ojos cerrados, sentí como me salía todo el excremento de mi culo, sentí relajación, el silencio hasta entonces imperante se rompe cuando escucho gemidos venidos al otro lado de la pared de casa de los vecinos, a mis ocho años tenía definida mi curiosidad, apegué más mi oreja a la pared escuchando los gemidos:

  • ¡Tranquilo!… ¡déjate!… ¡Nadie nos ve!… ¡Tranquilo mi bebé!
  • ¡Me duele!… ¡ya!… ¡ya Mathis!… ¡ya!…
  • ¡Tranquilo!… ¡Ya casi!… ¡Ya casi!… ¡Dejante!… ¡Siente cómo te culeo rico!
  • ¡Siente mi verga en tu culito rico!… ¡rico!… ¡rico!
  • ¡Ay!… ¡Ay!… ¡ya, Mathis!… ¡Ya!… ¡Me duele!
  • ¡Dejate Michelle!..¡ya casi, sólo te meto la puntita!… ¡la puntita!… mi amor, mi amor.
  • ¡Ah!.. ¡Ah!.. ¡Ah!… ¡Michelle querido!… ¡Michelle!
  • ¡Eres mío!… ¡mío!… ¡Solo mío!.. ¡Ah!… ¡Ah!

Luego vino un silencio, esperé así tranquilo sentado sobre el inodoro y después escucho el sonido de los movimientos de los resortes del colchón, el sonido se hacía más intenso y prolongado.

  • ¡Ah!… ¡Ah!
  • ¡Ah!… ¡Ah!
  • ¡Ah!… ¡Ah!
  • ¡Eso!… ¡Así!… ¡Así!… ¡Culéame Michelle!… ¡Dame por el culo!… ¡métemela en mi hoyito!
  • ¡Michelle!… ¡Michelle!… ¡Mi amor!… ¡Métemela Michelle!… ¡Métemela!… ¡Métemela!

Entendí que los papeles se invirtieron, ya no escuché más, vi mi verga tiesa, la estiré con gusto, cerraba mis ojos y pensaba cómo estarían culiándose el quinceañero Mathis y su primito Michelle de seis años, me masturbaba a ojos cerrados, me puse en pie y en eso que me limpiaba el culo con placer vi que la puerta apegada del baño se abría mostrando la presencia de mi amiguito Jules de mi misma edad, los ojos se centraban en mi mirar mi verga que seguía tiesa, Jules miraba mi cuerpo desnudo a mitad, se llevó la mano a su verga vestida y me dio una sonrisa, lentamente me subí el short mirándole a los ojos con mi sonrisa picaresca, mi verga seguía tiesa y definida por la tela de mi short, salí un poco caliente por lo que había escuchado, al salir mi sorpresa fue Jules no cerró la puerta, se bajó su pantalón corto con la intención de dejarse ver su verga, la vi y reconozco que era más grande que la mía, sonreí y me alejé cuando lo vi sentarse en el inodoro, sentados en la sala nos mirábamos y sonreíamos, la mirada de Jules era a mi entrepierna en la que me estiraba mi verga vestida, él me imitaba, nos mirábamos hacerlo y sonreímos, a manera de juego jocoso y desde donde estaba sentado me bajaba el short y le mostraba mi verga, Jules deslizaba su cremallera sacándose la verga estirándola, me puse en pie agitando mi verga poniéndola cerca de su cara, Jules se puso en pie en mi delante agitándose la verga, lentamente estuvimos frente a frente viéndonos las vergas sin dejarlas de agitar y estirar, ambos sabíamos lo que queríamos y estábamos “derritiendo el hielo”, ambos nos abrazamos, sentimos cómo se rozaban nuestras vergas, yo me baje el short y él su pantalón corto, ya liberadas nuestras vergas se rozaban de mejor manera, nuestras manos cruzaban las caderas y empezamos a movernos más, nuestras vergas tiesas rozaban los troncos y los testículos, cerrábamos los ojos a manera de sentir placer, uníamos las frentes y nos mirábamos con miradas cómplices cuando bajábamos las miradas para vernos rozar las vergas, reaccioné a lo que estaba haciendo.

  • Ven Jules, vamos
  • ¿A dónde Louis?
  • Vamos

Rápidamente caminamos a medio desnudos nuestros cuerpos hasta llegar a mi habitación, abrí la puerta y me desnudé, me acosté en la cama mirándole que se desvestía quedando desnudo ante mí, el estar solo él y yo en mi casa nos daba seguridad en la intimidad, se acercó a donde estaba acostado como mi verga agitada, se detuvo mostrando su verga.

  • ¿Te gusta mi verga Louis?
  • ¡Sí, Jules!… ¡ven!… ¡culéame!… ¡culéame!

El cuerpo de mi amiguito se acostó sobre mi cuerpo, ambos cuerpos desnudos así unidos parecía uno solo, Jules empleo a alzar y bajar sus caderas mientras yo quietecito me dejaba desliar su verga en la mía, lo abracé transmitiéndole mi deseo y seguridad de culiar, su culito se alzaba y bajaba, me di la vuelta de cara a la cama, sentí en mi espalda el peso del cuerpo de mi amiguito, entre la raja de mi culo sentía el deslizamiento de esa verguita tiesa lampiña.

  • ¡No pares!… ¡Jules!… ¡sigue!… ¡así!… ¡sigue!

Me dio verga deslizándose por mi culo hasta el cansancio, me abría el culo lo más que pude con mis manos tratando que su verga virgen me penetre pero le era difícil.

Le hic sentar el cama, yo me senté sobre su entrepierna, le hice reír por la postura adoptada ya que me movía con el culo sobre su verga, ambos reíamos, me acuclillé y tomé su tiesa verguita con una mano, con la otra mano abría mi culo para entallarla, me acordaba de lo que me hizo el negro Djamel en el cuarto de mis abuelos, quise experimentar lo mismo con Jules.

  • ¡Ay!… ¡Ay!… ¡No… Louis!… ¡Me duele!

Mi culo trataba de desvirgar la verga de mi amiguito, quería desflorar su verguita, quería que su prepucio se corra mostrándose el glande a plenitud pero Jules no deseaba, me aparté y luego me acosté para que me siguiera rozando verga por el culo hasta el cansancio, después se acostó a mi lado, mirábamos el techo de la casa acostados en la cama su mano agitaba mi verga y yo con mi mano agitaba la verga de mi amiguito, nos miramos sonrientes llenos de complicidad.

  • Louis… culéame la verga, ¿quieres?

De inmediato me acosté sobre su cuerpo mostrándole mi amplia sonrisa, alzaba y bajaba mis caderas para que viese el roce de nuestras vergas, deslicé mi verga hasta el cansancio.

  • Jules… Mira cómo culean

Sonreímos viendo esos movimientos, lleve mi rostro al de mi amiguito en donde unimos nuestras frentes, sonreímos y cerró sus ojos mis labios fueron a rozar los de Jules, le di un beso corto que de sorpresa inusitada él abrió los ojos, pausamos unos instantes simplemente viéndonos, lo vi sonreír por lo que le hice, le respondí de igual modo, nos dimos un beso prolongado aprobando lo que hicimos.

  • Dame tu culo Jules

Mi amiguito se puso de cara a las sábanas, vi ese culito redondo y voluminoso, pasé mi nariz por la raja del culo oliendo os rezagos de excremento, aproveché para deslizar mi verga bien tiesa haciéndole gemir levemente, le di verga así hasta cansarme, a mi mente venía lo que minutos antes había escuchado en el baño con lo de mis vecinos, le daba verga a mi amiguito con gusto.

Lentamente me levanté de la cama, Jules quedó acostado de cara a las sábanas.

  • Quédate así Joles… No te muevas
  • Ya vengo… ya vengo

Fui al baño, deseaba micciar, vi mi enrojecida verga, mientras micciaba sonreía de gusto viendo mi verga, estaba satisfecho con lo que le estaba haciendo a mi amiguito, fui también por crema del cuerpo que se ponía mi madre al salir del baño y huele rico, así que salí del baño y vi la figura de mi vecino Mathis en la ventana, presuroso hacía gestos para que le abriese la puerta, me vio con la crema en mi mano, yo temblaba, vio que tenía poco arreglado mi short y estaba despeinado, diferente a lo que me había visto antes, fueron unos segundos, los que nos vimos.

  • Discúlpame Louis… permiso para ir a ver el balón

Caminó presuroso en dirección al patio, yo iba detrás, de pronto se detuvo, vio hacia el interior de mi cuarto, allí estaba Jules, lo había sorprendido desnudo en la cama, al verlo trató de taparse, pero fue tarde, regresó a verme que tenía la crema en mi mano, sonrió socarronamente, no dijo nada, mi sangre se heló, lo vi recoger el balón, yo seguía gélido sin aspirar a moverme, me acarició el rostro con sus manos quinceañeras, notaba su risa irónica como diciéndome con ella lo que ahora sabía de mí y que yo hasta entonces trataba que fuese mi secreto… El de mi gusto por los de mi mismo sexo, Mathis ahora lo sabía teniendo yo 8 años.

  • Gracias Louis… ¡picarón!

No había duda que estaba en sus manos, deseaba en ese momento no haber sido descubierto así, lo vi que se paraba en la puerta de mi cuarto viendo hacia el interior

  • Dale mis saludos a tu amiguito, ¡je!

Lo vi cerrar la puerta principal, corrí tembloroso a ponerle cerrojo, escuchaba a lo lejos los botes de la pelota y su risa sarcástica alejándose de mi casa, tembloroso fui a mi cuarto, nos vimos los rostros llenos de preocupación, la diversión había terminado, no dijimos nada, nos vestimos y salimos a ver televisión.

Había pasado un buen rato en el que estábamos ahora tocando la guitarra, vimos las figuras de los dos primos que pedían permiso para ingresar, tembloroso lleno de recelo les permití ingresar, el más entusiasta por oírnos tocar era Mathis, pidió la guitarra y tocaba medianamente las canciones de moda, Jules y yo nos mirábamos a la cara, con el pasar del tiempo Mathis hizo que entremos en confianza.

  • Que les parece si vamos a jugar con la pelota en el patio de mi casa

Michelle brincaba de gusto

  • ¡Sí!… ¡Buena idea!
  • ¡Yo juego con Jules!… ¡Juego con Jules!
  • ¡Está bien!… yo juego con Louis
  • ¿Vamos?… ¿eh?

Yo resignado viendo a mi amiguito aprobamos asintiendo.

Jugamos por un buen rato muy animadamente, nos sentamos a descansar, la mirada de Mathis era dirigida a mi manga del short que llevaba puesto, me miraba y sonreía, se sentó a mi lado y sin escrúpulo alguno rozaba sus manos en mis piernas Jules y Michelle miraban aquello, yo trataba de hacer el quite pero él insistía, me abrazaba de hombros, de vez en cuando su nariz rozaba por mis mejilla, yo quedaba cabizbajo, me decía al oído

  • Quisiera jugar a solas contigo
  • ¿Te animas?… ¡Vamos!

Cabizbajo le daba una negación como respuesta.

Nos fuimos hacia el interior de la casa, decidimos desde allí jugar a las escondidas, yo aún tenía recelo, pero accedí finalmente a jugar con ellos, Michelle tocaba de buscar, fuimos a diferentes lugares, en lo que me iba a esconder sentí que Mathis me tomaba de la mano llevándome a un cuartucho pequeño donde se guardaban los implementos de aseo, daba a la pared en donde al otro lado estaba el baño de mi casa, de ese lugar yo había escuchado los gemidos de Michelle y Mathis, ahora yo estaba encerrado con él.

  • ¡Ven!… ¡Hagámoslo rápido!
  • ¿Qué cosa Mathis?
  • ¡Mira Louis!

En mí delante se deslizó el calentador que llevaba puesto mostrándose esa vergota venosa peluda que la agitaba en mi delante.

  • ¡Ven!… ¡Vamos a culiar!
  • ¡Déjame ayudarte!

Me bajó el short y me tomó de la cintura encorvándose en mí delante para que así cómodamente su verga se deslice sobre la mía.

  • Rico… ¿verdad?
  • Así le haces a Jules, ¡je!
  • ¡Ahora quiero que me lo hagas a mí!… ¡Ven, culéame, rápido Louis!

Se acostó en mi delante, yo me estiraba la tiesa verga, miré por vez primera ese culo velludo, me quedé estático por unos segundos sin atinar reacción.

  • ¡Ven, Louis, culéame!… ¡Rápido, anda!

Me acosté sobre él, con esa actitud ganaba confianza, él sabía cómo tratar a los niños de mi edad para conseguir su fines, me gustaba culiarle, este tipo era todo un personaje para emitir gemidos.

  • ¡Ah!… ¡Ah!… ¡Ah!… ¡sigue Louis!… ¡sigue!… ¡sigue!… ¡No te pares!
  • ¡Culéame!… ¡Culéame!… ¡Culéame!…
  • Sigue que lo estás haciendo rico, sigue, sigue
  • ¡Así!… ¡Así!… ¡Así!

No daba cuenta que por la hendija de esa pared del cuartucho unos ojos miraban ahora que Mathis me acomodaba entre unos cartones donde estaba acostado, rozaba su verga sobre la mía.

  • La tienes linda como tu cara Louis.
  • Muy linda, en verdad

Sentía sus besos en el pecho, lentamente fue bajando su cara con sus caricias por el ombligo, la pelvis hasta besarme repetidamente la verga, abrió su boca y tomando mi vergas con sus manos la introdujo en su boca, me acordaba de cómo me lo hacía Djamel y Ethan, una vez ensalivada mi verga Mathis se sentaba sobre mi verga haciendo movimiento de caderas igual como le hice a Jules en su momento en mi cama.

  • Me gusta tu verga, lástima que aún sea virgen.
  • Me gustas Louis, me gustas… y mucho.
  • Ahora abre tus piernas, así, así, así.

Las puso mis piernas sobre sus hombros, me acomodó con esa postura a la que seguramente también la habría hecho con su primito Michelle, ahora me tocaba a mí recibir esa verga en mi culo, sentí la punta de la verga entrando en mi culo, se apartó para ensalivar mi culo, metió el dedo medio de su mano, iba metiéndolo despacio a la vez que yo gemía, puso más saliva y lentamente lo metía, sonrió como los que saben, me miró moviendo negativamente la cara.

  • ¡Louis picarón!
  • ¡picarón!

Me puso en posición perrito, sentí una de sus manos sobre mi espalda como sosteniéndose en mi, la otra mano sostenía su verga tiesa que iba entrando en mi culo, esa verga entraba y yo sentía placer, ese placer que había quedado truncado con la verga virgen de mi amiguito Jules, así iba entrando, más y más hasta que Mathis sintió que la había mandado a guardar totalmente dentro de mi culito.

Vinieron las embestidas, sentía el furor de su cogida, me tenía tomado de los hombros, había silencio en ese momento, desde la hendija Jules y el pequeño Michelle observaban cómo Mathis me culiaba dándome verga por el culo.

Sentí líquido seminal dentro de mí, Mathis se había detenido, lentamente sacaba la verga de mi culo, me quedé quietecito a su orden, sentí el semen salido de mi culo, que se deslizaba por mis muslos.

  • Mira… también había leche para ti

Me lo dijo al momento en que mostraba sus restos de semen impregnados en el papel cuando me limpiaba.

  • Tú ya sabes lo que es culiar… ¡sí!

Yo cabizbajo no respondía, me hizo poner en pie y terminó de ayudarme a limpiar el culo.

  • Soy tu marido, Louis… tú eres mi mujer, sí… mi mujer

Seguía tímidamente sus acciones de manos.

Micciamos en un rincón junto a algunos trastes mirándonos las vergas.

Salimos de ese trastero, él delante y yo atrás cabizbajo, fuimos en búsqueda de los dos niños y vimos salir a Jules del cuarto de Michelle, me miró de una forma cómplice como que había hecho algo con ese niño, los tres fuimos a patear el balón, rato después salía Michelle agarrándose la verguita vestida y una mano detrás en la altura de su culo que se lo rascaba, jugamos un buen tiempo, se escuchaba el sonido de claxon de bicicletas, Mathis fue a ver quiénes eran, se trataba de sus amigos que lo invitaban a un ciclo paseo, nos pidió que cuidásemos a su primito de cinco años y que no se tardaba mucho en regresar, asentimos en señal de aprobación.

Michelle sacó sus juguetes a la sala, jugamos un rato, me acordé de la casa, les dije que regresaría luego de dar una vuelta por la casa, entré y todo estaba bien, fui a beber agua, mi culo dilatado pedía ir al baño, fui a mi armario y tomé otro short, mi deseo era limpiar el resto de semen que había quedado, con cuidado tomé el short con semen mojándolo con detergente, me senté en el inodoro a pujar pues así podía sacar el semen dentro de mi ano, pensativo estaba en lo que Mathis me había hecho dejándome hacerlo pues él conocía mi secreto de preferencia por los de mi mismo sexo, estaba muy meditabundo cuando escuche voces al otro lado de la pared, se trataba de Michelle y Jules, la historia se repetía paradójicamente.

  • ¡Acuéstate allí!.. ¡sí, allí!…
  • ¡Déjame ayudarte!… ¡eso!
  • ¡Acuéstate!… ¡Espera, no te muevas Michelle!… ¡ahora voy!… ¡No te muevas!
  • ¡Ah!.. ¡Ah!

Escuché los gemidos del pequeño Michelle pujando al sentir el peso del cuerpo de mi amiguito Jules, mi verga se paró y aumentó el latido de mi culo que ya había probado por vez primera la verga de Mathis ese quinceañero que me había dejado semen en el culo, apegué más mi oreja a la pared, quería escuchar más claro.

  • Michelle… ¡Tienes un culo rico!… ¡rico!.. ¡rico!.. ¡ji, ji, ji!.. ¡ji, ji, ji!
  • ¡Ah… Jules… pesas!
  • ¡Espérate!… ¡ahora te voy a culiar más rico!

Hubo un pequeño silencio

  • Abre las piernas… eso… ¡Así!
  • ¡Mira cómo te culeo!… ¡Mira Michelle!… ¡Mira!
  • Si… Jules…. Estoy mirando
  • ¿Te gusta? ¿eh? ¿Te gusta?…
  • ¡Dime!… ¡Michelle!… ¿Te gusta?
  • ¿Te gusta cómo te culeo Michelle?… Dime, anda dime
  • Sí… Jules… sí… me gusta… No me haces doler… me gusta

Al escuchar eso tras la pared mi verga se puso más tiesa y se corría por mi mano.

  • ¿Verdad que sí?… ¿Qué te dije?… Michelle… No te va a doler, te va a gustar

Hubo otro pequeño silencio

  • Ahora déjame chuparte el culo lindo que tienes… ¡Voltéate!… ¡Vamos!… ¡hazlo!
  • ¡Eso Michelle… así!
  • ¡Hm!… ¡lo tienes rico!… ¡qué olor!… ¡qué olor!
  • ¡lindo!… ¡lindo!.. ¡lo tienes!

Esas expresiones salidas de los labios de mi amiguito de Jules yo sabía de dónde provenían, de donde las había escuchado y aprendido… de nuestro profesor de música… de aquel personaje que me desvirgó, esas mismas frases él me las decía y seguro que también a mi amiguito Jules cuando pasaba su nariz por mi culo y también cuando pasaba su verga por mi culo, por eso creí ahora que Jules estaba acostado sobre Michelle.

Seguí escuchando.

  • ¡Mm, pesas Jules!… ¡ah!… ¡Mm!
  • ¡Espera Michelle!.. ¡Déjame culiarte el culito!… ¡mío, mío, mío!… ¡culito!.. ¡culito!
  • ¿Sientes mi verga?.. ¿eh?.. ¿la sientes?… dime, Michelle, dime
  • ¡Ah!… ¡sí Jules… sí!
  • ¿Te gusta mi verga?… ¿eh?
  • ¡sí Jules… sí!… pero ya… deja… deja… me aplastas… ¡Ah!

Hubo un corto silencio de nuevo, no escuchaba nada pero esas declaraciones me ponían como loco estirándome la verga ya por demás enrojecida de placer.

  • ¡Ven Michelle!… ¡Ahora acuéstate sobre mí!.. ¡Ven!
  • ¡culéame así!… ¡así!… ¡Culéame la verga!… ¡eso!… ¡eso!
  • ¡Así!… ¡así, rápido!… ¡antes que venga Louis!.. ¡Vamos, culéame la verga!
  • ¡Eso!… ¡Eso!… ¿Ves que te gusta culiar rico?… ¿ves?…

Se escuchaban cortas risas entre los dos

  • Vamos, vístete
  • Vamos a jugar a la sala antes que llegue Louis de su casa, vamos
  • ¡Recuerda Michelle!… ¡Este en un secreto entre tu yo!… ¡No lo cuentes!
  • ¿De acuerdo?
  • Sí, Jules, de acuerdo
  • Bien, vamos a jugar, ya mismo viene Louis
  • Silencio
  • Calladito
  • Buen chico

Esas últimas tres frases Jules las había aprendido de mi profesor de música indudablemente.

Vino el silencio, supe que Jules y Michelle habían culiado entre sí.

Salí de mi casa y al entrar en casa de Michelle, efectivamente los dos estaban jugando en la sala como era la costumbre en esos tiempos donde no había la tecnología como lo existe hoy.

Fui de la iniciativa de jugar a las luchas y de ello aproveché para montarme encima de Michelle y restregarle mi verguita vestida en su culito vestidito.

Al rato que llega Mathis y luego la mamá de Michelle, poco después Jules y yo estábamos en mi casa esperando a nuestras madres jugando a las luchitas, eso nos daba ganas para ir a mi cama a meternos desnudos en ella, delicioso sentir su verga sobre la mía y sobre mi culo y yo haciendo lo mismo, el roce de las sábanas daban el complemento especial en nuestros cuerpos, Jules y yo nos besábamos como si fuésemos pareja, a nuestra edad aún no daba ese calce, estábamos en la etapa del descubrimiento aunque prematuramente, pero nacía así nuestro amor.

Jules, amor mío, cuánto te amo, gracias por tanta felicidad.

2074 Lecturas/13 agosto, 2021/0 Comentarios/por Betelgeuse
Etiquetas: amiga, amigos, amiguito, madre, primos
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