Beto el semental
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Acababa de cortar con mi novia.
Soy bisexual.
Estaba emocionalmente mal y asqueado de todo lo que tuviera que ver con mujeres.
Le escribí a un tipo que había conocido por internet (en una página de anuncios) para un encuentro.
Se llama Beto.
Habíamos tenido ya unos roces pero nada como lo que contaré a continuación.
Yo quería un macho de verdad.
Y él lo era.
Hacía un mes había comenzado a ir al gimnasio y sus músculos comenzaban a notarse.
Era feo de cara, pero tenía vello en el pecho, las piernas y era moreno.
Justo lo que a mi me gusta.
Cuando le escribí quedamos en vernos en la esquina del parque donde vivía.
Fue por mi a las 4 pm en punto y me llevó a un motel.
Estábamos muy excitados.
Comenzamos a besarnos y a quitarnos la ropa.
Le besé su pecho, su abdomen y bajé hasta su verga nada despreciable de 14 cm hermosa y pidiendo a gritos una mamada.
Se la chupé hasta que se vino durante media hora y quedo bien lubricada.
Después de esa venida le pedí que me cogiera, estaba urgido de verga.
Me puso en posición de misionero y comenzó a metérmela despacio pero con decisión.
Como estaba lubricado, no fue un problema que entrara en mi culo sin mucho dolor.
En cuarto del motel hay un espejo enorme en el techo me permitía ver su espalda y sus nalgas mientras se movía y eso me excitaba bastante.
Estuvo dándome y dándome como 20 minutos sin parar hasta que le pedi un cambio de posición.
Me puse en cuatro y me la volvió a meter sosteniéndose de mis nalgas y dándome hasta el fondo.
Sentía sus huevos rosándome las nalgas y le pedi a gritos que no se viniera toda vía que quería seguir sintiendo su verga riquísima dentro mío.
Estuvo así un rato más hasta que me dijo: no puedo más, me voy a venir.
Le dije que se viniera dentro de mi culo y que no me la sacara por nada del mundo.
Cuando se vino sentí el chorro de semen por mis nalgas y mis piernas, esa sensación es lo máximo.
Nos abrazamos, nos besamos y nos duchamos.
En la ducha mientras el agua caía sobre nuestros cuerpos lo volvimos a hacer en piso.
Fue lo mejor.
Había vivido la mejor experiencia de mi vida, pero nunca volvería a repetirse.
Le dije gracias necesitaba esto.
Me llevó cerca de mi casa y nos despedimos con un beso.
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