Bienvenido, a la casa club de los solteros.
Un hombre casado es invitado por un amigo a el club de los solteros en su casa, se emborrachan y todos se menten a la piscina, donde comienzan a disfrutar de las atenciones de los otros. .
Bienvenido, a la casa club de los solteros.
Todo comenzó, una noche, que estando solo en casa, ya que mi mujer se encontraba acompañando a su hermana que estaba por dar a luz.
Cuando me llamó un amigo mío, y sabiendo que me encontraba solo, me invitó, a lo que él llamó el club de los solterones.
Al principio nada más le recordé que yo era casado, y por lo tanto no era solterón como él, y el resto de sus socios.
Pero mi amigo, me dijo que el nombre era tan solo una excusa para reunirse, beber un poco, y pasarla bien, y que en realidad no todos miembros del club eran solteros.
Debido a eso, me dirigí a la casa de mi amigo, y al llegar, me dijo. “Bienvenido a la casa club de los solterones.”
Aparte de mi amigo, se encontraban otros dos tipos, a lo que no conocía, mi amigo me los presentó, y me comentó que al igual que yo uno de ellos también era casado.
Desde el inicio él se comportó espléndidamente como anfitrión, sirviéndonos huisqui del bueno, sin miramiento alguno, al principio de lo único que hablamos fue de la mala política del gobierno.
Pero al rato fuimos cambiando de temas, hasta que comenzamos a hablar sobre los hermosos culos de algunas mujeres famosas, y no tan famosas, hasta que mi amigo, nos propuso ver unas películas porno española.
Como ninguno de los otros dos invitados se opusieron, yo tampoco lo hice para no ser aguafiestas.
Mi amigo prendió un enorme televisor, nos sirvió más bebida, y nos preparó algo para comer.
Hasta esos momentos todo iba bien, quiero decir no me di cuenta de nada raro, pero me pareció, uno de los amigos o socios del anfitrión, me estaba viendo de manera rara.
Pero no le di la menor importancia, ya que yo estaba mucho más interesado en la película que en ellos.
Realmente perdí la cuenta de cuantas películas tenía, dispuestas para que las viéramos, pero ya avanzada la noche, el dueño de la casa, mientras nos volvía a servir un buen trago de huisqui, propuso que si teníamos mucho calor que nos podíamos dar un baño en la piscina para refrescarnos.
Yo me sentí algo cortado, pero ante su insistencia y la de sus dos amigos, y con la excusa de que debido al tremendo calor que se sentía, nos meteríamos a la piscina.
Terminé también quedándome en interiores, entre uno que otro trago, y los calientes comentarios sobre los videos que habíamos estado viendo, mi amigo nos invitó a que nos metiéramos en la piscina.
De eso a que nos pusiéramos a jugar como chiquillos en el agua, no tardó mucho tiempo.
Durante el juego, uno de ellos me arrancó los interiores, por lo que me quedé completamente desnudo, dentro del agua.
Quizás por lo bebido que me encontraba, no me preocupe mucho por eso, pero el juego continuó, y fui yo quien le arrancó los interiores a mi amigo, y así hasta que los cuatro quedamos del todo desnudos.
Algo en ese momento me decía que debía marcharme, y cuando comencé a despedirme, los tres se me han tirado encima, haciéndome todo tipo de llaves como si fueran luchadores, al tiempo que me decían una, y otra vez que no me preocupase, que me relajase.
Como era de esperarse, me molesté bastante al principio, pero de momento comencé a sentir que debajo del agua, uno de ellos tres había agarrado mi miembro, entre sus dedos, y casi de inmediato se lo había metido a su boca.
La verdad es que yo no me esperaba que sucediera algo así, pero al sentir la rica mamada que me estaba dando ese tipo, dejé de hacer resistencia.
Así que aun parcialmente metido en el agua, él continuó mamando mi verga, y a los pocos segundos sentí como un par de manos acariciaban mis nalgas, y que de momento que mi amigo, me planta tremendo beso, en mi boca.
Yo no pude, o mejor dicho no quise que se detuvieran, y menos cuando comencé a sentir que el tipo que me acariciaba mis nalgas, suavemente comenzó a pasar su lengua por sobre mi esfínter.
Fue cuando me sentí realmente en la gloria, deje de pensar y solamente me concentré en disfrutar, de todo lo que ellos tres me estaban haciendo.
Estaba tan extasiado, por el placer que sentía cuando esa lengua me la introducían dentro de mis nalgas, que ni cuenta me di que me habían dejado de mamar mi verga.
Mi amigo, dejó de besarme, e incorporándose ligeramente, colocó su miembro frente a mi boca, y quizás por lo borracho que me encontraba, y lo bien que me sentía a medida que el otro me pasaba su lengua por mi culo, que de momento me encontré mamando la verga de mi amigo.
A la lengua se sumaron varios dedos, y lejos de dolerme o incomodarme, los disfrutaba plenamente, hasta que, de momento, sentí como toda una verga me fue enterrada por completo dentro de mi culo.
Ya en esos momentos, poco me importó lo que me estaban haciendo, y hasta es más comencé a moverme como si yo fuera una puta profesional.
Así que, en cosa de pocos segundos, me tenían bien clavado por el culo, y mamando verga, no bien él hubo terminado, viniéndose dentro de mi boca, y prácticamente obligándome a tragar toda su leche.
Cuando el tercer tipo, el que comenzó a mamar mi verga, también coloco su verga dentro de mi boca al tiempo que se las arregló para a su vez mamar la mía.
El que me estuvieran dando por el culo, al tiempo que realizaba el tan famoso 69, me tenía tremendamente excitado.
Las fuertes y continuas embestidas que una tras otras les daba a mis nalgas me llegaban a lo más profundo de mi persona, y a pesar de dolor que pude haber sentido, disfrutaba de todo plenamente.
Hasta que me vine, y al que yo se la estaba mamando también se vino, mientras que el que me daba divinamente por el culo, continuaba metiendo, y sacando su verga de entre mis nalgas, salvajemente hasta también venirse, pero sobre mis nalgas, y parte de mi espalda.
Yo me quedé tirado sobre la orilla de la piscina, con mi culo al aire, por lo que cuando mi amigo, se colocó tras de mí, no hice el menor esfuerzo por negarme.
Sentí que separó mis nalgas y casi de inmediato, volví a disfrutar del hecho de que me estuvieran dando por el culo nuevamente.
Cuando me desperté en la mañana, aun continuaba a la orilla de la piscina, pasando la resaca de la noche anterior.
En mi mente me preguntaba qué diablos había dejado yo que me hicieran, cuando sentí nuevamente a alguien acariciando mis nalgas.
Ya no estaba borracho, pero el solo tacto de esos dedos sobre la piel de mis nalgas fue más que suficiente, para que cuando sentí que me colocaron una verga sobre mi esfínter, prácticamente me la he tragado sin chistar.
Se trataba de mi amigo nuevamente, que fue a despertarme, y al ver mi culo tan provocativo como después me dijo, no pudo menos que volverme a meter su verga.
Hoy en día se puede decir que no hay oportunidad que desperdicie para asistir a las reuniones del Club de los solteros, para que él, o sus amigos me claven sus miembros divinamente, o yo se los clave a alguno de ellos.
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