Borracho y drogado Emmanuel me Violó
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por leopoldodiga12.
Hace un par de años vivíamos en una provincial del estado de Jalisco, México. Gozaba de mis 16 años estudiaba la preparatoria, en general era un hijo ejemplar.
Fin de semana y como recompensa de toda un semana de escuela me daba el lujo de salir con mis amigos, unos jóvenes mayores, Víctor, Juan, Andrés y Emmanuel tenían entre 19 y 26 años de edad, unos chicos que para desgracia de mi madre congeniaban por alguna extraña razón muy bien conmigo, ellos al igual que todos los de nuestra edad bebían alcohol, fumaban cigarrillos y a diferencia de mi a ellos consumían drogas cotidianamente.
La noche llegó y el antro estaba a reventar de chavo y chavas, las luces eran fenomenales, todos bailando al ritmo de la música, en general es un buen lugar para pasarla bien, la noche transcurría y mi temor se cumplía una vez más, me percate que mis amigos estaban en el sanitario consumiendo drogas, Yo lo sabía y los respetaba por su elección pero no me agradaba andar con ellos cuando estaba bajo el flujo de estas, así que decidí irme a casa.
Dormía plenamente en casa con mis cobijas por encima cubriéndome del frío que permanecía por esas fechas. 3:54 a.m. el sonido de mi teléfono irrumpe en mi tranquila noche invernal, en la pantalla anunciaba una llamada inesperada con nombre de Emmanuel el mayor de mis amigos con 26 años de edad, contesto confundido sin saber lo que pasaba, Emmanuel del otro lado de la línea se escuchaba muy mal, su voz entrecortada me alarmó pensando en lo peor, le dije ‘’Estas bien, puedo ayudarte en algo?’’, estas últimas palabras jamás debieron de haber salido de mi boca, Él contesta ‘’Estoy a fuera de tu casa, necesito que me ayudes, mis padre no me dejaron entrar a la casa, se dieron cuenta que de nuevo estaba drogándome, puedes dejarme dormir esta noche?’’ diciéndome eso podía verlo a través de la ventana que estaba completamente empapado en agua pues llovía con mucha intensidad. Un sentimiento de caridad invadió mi mente y tome la decisión de abrirle la puerta sin que mis padres se dieran cuenta.
En mi habitación le preste unas pijamas para que se cambiara de ropa, enseguida de eso me dirijo a mi cama y volteo la mirada para otro punto para darle un poco de privacidad a mi amigo, meditando la situación en la que Él se encontraba no pude concebir que sus padres lo dejaran en la calle con este frío pero sobre todo con esta tormenta tan agresiva. La meditación fue interrumpida con la voz de Emmanuel preguntando ‘’Leo, donde puedo poner la ropa?’’ instintivamente volteo y lo primero que observo es a El ahí parado con su piel morena – rojiza sin ninguna censura, sin ninguna prenda que me impidiera verlo en todo su esplendor, sus brazo se veían más grandes de lo normal, unos hombros anchos y musculosos, su abdomen muy marcado, unas piernas bastantes ejercitadas y si lo mejor de todo eso era su miembro viril que a pesar del frío no estaba demasiado pequeño, por debajo le colgaban unos testículos enormes recubiertos por el escroto ligeramente arrugado; Mi reacción fue torpe al verme en esa situación frente a frente con un hombre majestuoso en todo su esplendor de la palabra y le conteste titubeando… ‘’en esa esquina puedes poner tu ropa’’.
Diciendo esto último volví a mi posición original separando mi mirada de ese cuerpo escultural, en el interior divagaba con todos esos detalles que mis pupilas alcanzaron a apreciar, en ese momento sentí cuando Emmanuel recostó todo su cuerpo sobre la cama.
En medio de mi sueño apenas logro escuchar una voz que susurraba ‘’Leo, quiero tenerte, quiero probar ese culito que tanto se me ha antojado, quiero estar dentro de ti…’’, no podía distinguir fantasía de lo real, la duda se esclareció rápidamente cuando abro los ojos y veo a Emmanuel parado a un lado de la cama con la pijama que le había prestado, me tom? de la mano me dirigió justo frente a Él, se acerca a mi oído derecho y susurra ‘’Esta noche vas a probar lo que es un verdadero hombre’’, al escuchar tan fuerte oración, confundido di un paso atrás y Él me tomo de los cabellos y orden? ‘’Arrodíllate puto de mierda que vas a conocer mi gran orgullo’’ , arrodillándome Emmanuel saco su gran extremidad masculina balanceandolo de un lado a otro, retrayendo su prepucio para dejar al desnudo la corona de su pene, mi boca totalmente seca ante la circunstancia, mi corazón entraba en taquicardia y la piernas templaban de nerviosismo, acerque mis labios entreabiertos rozándolos contra su glande semirrecto, al entrar en contacto sentí la piel de esa parte de su cuerpo, una piel suave, caliente y lubricada, abrí la boca más y la introduje dejándome llevar por el momento, mi lengua instintivamente recubrió lo más que pudo ese trozo viril y Él en ese momento lo introdujo abruptamente provocándome una arcada, al darse cuenta de mi reacción inmediata me tom? salvajemente clavándome las cortas uñas de las manos en mis orejas tomando el total movimiento de mi cabeza, seguido de esa acción dijo ‘’No te dejare escapar putita’’, mi respiración casi nula era interrumpida por todo su pene dentro de mi boca se alojaba por todo lo largo y ancho hasta llegar al principio de mi garganta, un desesperación inmensa se apoderaba de mí, Él sin embargo parecía no importarle, solo hacia sonidos de excitación, sonidos roncos y de placer. El momento cumbre estaba casi por llegar, me daba cuenta por su agitada respiración y por sus movimientos cada vez más salvajes, de pronto me dej? libre, soltó mis orejas, me tomó de los cabellos y me arrojó sobre la cama, enseguida se quitó completamente la ropa que le preste y me ordenó que hiciera lo mismo.
Recostado sobre el colchón me encontraba completamente desnudo tratando de regular la respiración después de aquel ataque de desesperación, Emmanuel sube al colchón por el extremo que le corresponde a los pies diciendo ‘’Muéstrame lo que es mío, abre las piernas’’, su mirada apenas podía la podía distinguir en medio de aquella oscuridad, una mirada completamente sin coherencia, una mirada maldita. Tomó mis tobillos llevándoselos a los hombros, lentamente se fue acercando más y más, la temperatura de su piel es infernal pero no tanto como sus intenciones, susurra de nuevo ‘’Quiero estar dentro de ti, prometo que te gozare, prometo que te dolerá y mucho’’, palabras que no comprendía hasta que dio inicio a mi verdadero calvario.
Su pene apenas se encontraba tocando suavemente mi esfínter completamente contraído, Emmanuel ejercía presión contra mi orificio, el dolor aumentaba de 1 a 100, su trozo de carne se abría camino rasgando, lastimando y atrofiando todo a su paso, entonces sentí como si me introdujeran cuchillas afiladas que me rasgaban con cortes finos, ese dolor es incomparable, un dolor que te recorre por toda la espina dorsal hasta llegar al cerebro.
Se acerca a mi boca y como un signo de disculpa y arrepentimiento roza la comisura de sus labios con los míos, su lengua humedece tiernamente mi labio superior adentrándose en lo profundo de mi boca, a ese beso lo llamaría confuso y deliciosos beso amoroso, un beso que en ese instante comenzaba a borrar casi todas la vejaciones de las cuales fui víctima, muy dentro de Él en su mente, tramaba la más escalofriantes de sus ideas. De un solo tajo, de una sola envestida introduce todo su miembro eréctil, todo un miembro sediento de placer, un miembro que se había encargado de otorgarme no solo dolor, mi reacción fue gemir, gemí muy fuerte de dolor y también de inmenso placer. El tronco de carne de Emmanuel permanecía dentro de mi esperando a que mi cuerpo se resignara a aceptarlo, después siguieron movimientos sincronizados, lo introducía, lo retiraba y lo volvía a introducir fuertemente mientras dentro de mi cuerpo se experimentaba combinaciones de sentimientos, el dolor predominaba pero caminaba de la mano con el gozo, la lujuria. Su rostro como un ángel diabólico se ilumina con los destellos de aquella noche tormentosa.
Él no hacía más que seguir su instinto sexual, sus envestidas con gran fuerza me perforaban una y otra vez mientras que mi esfínter ya vencido, maltratado y agonizante le cedía paso total a un arma de tortura, un arma de carne. Sus movimientos, su respiración y gemidos se tornaban repetitivos y constantes todas estas características anunciaban el máximo momento de aquella noche, Emmanuel dijo ‘’Leo, te daré mis fluidos, te daré lo que soy’’ y una explosión de fluidos ardientes como la lava que hasta entonces le pertenecían a Él me los obsequia, líquidos hirvientes se alojaban dentro de mí. Un gemido ronco, crepitante y ensordecedor daba a conocer el final de esa escena, Emmanuel empujaba más y más dentro de mí, su pene vaciaba con fuerza todos sus fluidos espermáticos.
Segundos después Él se repones después de una maravillosa eyaculación tan agotadora, me mira fijamente y me dice ‘’No me equivoque, tu culo hizo correrme como nunca nadie’’, para mi esas palabras fueron un enorme gracias.
El amanecer está a punto de anunciarse y Emmanuel se prepara para salir como un delincuente de mi hogar sin que nadie lo vea. Lo despedí hasta la puerta esperando con ansias nuestro próximo encuentro, el fin de semana…
^^Acepto comentarios y no olviden dar ‘’Me gusta’’, espero les haya gustado. Un saludo desde México, su amigo Leopoldo Diga
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