BUSCANDO PENE MADURO EN SANTA CRUZ DE LA SIERRA
Mamé y chupé, él se puso más caliente ya no podía contener sus gemidos y me dijo….
Después de la experiencia de haber tenido un amante de 74 años al que le gustaba como se la chupaba, y me hacía degustar de su tremenda polla, quise probar suerte en la ciudad de Santa Cruz, y entonces puse el siguiente anuncio en una de esas páginas de avisos de sexo que decía:
Busco maduro de 65 años en adelante que quiera recibir una buena mamada, solo chupo y lamo, no trago nada. tampoco pago ni cobro, todo con la mayor reserva. Interesado escribirme al ……
Y no es que solo me gusten los maduros, sino que también me despierta cierta excitación los penes pequeños y mejor si son de gorditos, es algo que quisiera ponerme en la boca y disfrutarlo, mientras más pequeños mejor para que se pierda al interior de mi boca y lo chupe a ras.
No tardo en comunicarse el primer interesado, para no hacerla larga e irme al punto, debo decir que concertamos el primer encuentro, no sin antes dejar las cosas claras, ¿era un hombre maduro? Sí, tenía 64 años, un año menos de lo que me interesaba, pero lo acepte, ahora el por su parte aceptó mis condiciones. Yo estaba buscando un hombre tranquilo, que no sea amanerado o del ambiente gay, sino uno normal y mejor si era un curioso heterosexual que quería que se la probaran. También le deje claro desde el principio que solo buscaba chupar y nada más, que no me gustaba que me toque siquiera, que solo yo iba a actuar sobre su verga y que no iba a tragar su leche. Él estuvo de acuerdo en todos los aspectos, así que nos aventuramos a nuestro primer encuentro.
Bueno, esta demás decir que nos conocimos en un lugar determinado, de ahí fuimos a dónde íbamos a tener el encuentro. Antes de empezar le recordé que solo se la iba a chupar y nada más que él no me iba a tocar y que no iba a tragar su semen, él estuvo de acuerdo en todo momento y me encantó que fuera así, además de ser un hombre tranquilo, bueno ya entrado en años, tenía la cabeza bien puesta y no era un loco de aquellos. Otras de las cosas que me gusto es que era algo gordito, y para terminar de hacerse mi sueño realidad, la tenía pequeña. Justo cuando se puso frente a mí y se iba a bajar el pantalón me lo confeso. “Mira algo que me a acomplejado siempre y que me ha detenido al momento de buscar a alguien para esto, es que lo tengo corto, es un poco grueso, pero chico” uf esa confesión me hizo excitar más todavía era justo lo que estaba buscando en un solo hombre. Mayor, canoso, tranquilo, algo gordito y con el pito pequeño.
Y entonces le dije que no se preocupara que así me gustaban y no de esos que te lo meten hasta la garganta y te hace toser, y entonces empezamos a disfrutarlo: Lo tenía en frente y me puse de rodillas, el sin demora se bajó todo de una vez, el pantalón y el calzoncillo, evidentemente era una polla pequeña, caía encima de sus testículos que sobre salían hacia abajo, y era rollizo, donde empezaba el pene tenía el vientre grueso, por lo que el pene parecía salir levemente de adentro y su pello era corto parecía que se había cortado el pelo, por lo demás, tenía panza y le caía un poco, lo que más me gustaba es lo esponjoso que se veía su pito, todavía flácido y sus bolas gruesas y grandes por debajo, disfrute de verlo y me salivaba la boca.
Entonces puse mis manos sobre sus muslos muy cerca de su pija, luego se la toque, se sentía suave y caliente, empecé a jalársela levemente, a acariciar sus muslos y bajar por completo su pantalón para meterme entre sus piernas. Él para mayor comodidad se sentó en el sillón que tenía justo atrás, separó las piernas y se abandonó a mis manos, no dejaba de tocarle el pene, de acomodarlo hacia arriba para metérmelo en la boca. Me acerqué y de una se la chupe, una delicia de verga, en mi boca aun la sentía esponjosa, gruesa y caliente, tuve que abrir bien para que entrara en mi boca, abarqué gran parte en mis primeras mamadas, casi podía caber completa en mi boca sin tocar mi garganta, pero eso iba a depender de cuanto más crecería, pero con eso pude abarcar casi por completo. Desde su vientre me la metía a la boca completa y desde ahí la saqué chupando lentamente, disfrutando de su sabor de su calentura, ya podía sentir su excitación, como poco a poco en mi boca iba tomando forma.
Y seguí mando esa rica verga, me encantaba tenerla en mi boca y que su sabor se mezclara con mi saliva, mamé, chupe desde la punta hasta el fondo, y desde ahí hasta la punta. Quiero comerte la verga, el dije, él estaba completamente excitado, se arrimó más a mi boca, me la metió toda y puso su mano en mi nuca para que no se la soltara, como dije al principio, era corta y no me llegaba a molestar en la garganta por lo que disfrute de esa mamada profunda, es la gran ventaja de las vergas pequeñas que puedes metértela de una. Y luego seguí chupando, de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro, ya se ponía recta, era espectacular, gorda, carnosa. Me detuve a chuparle la punta sacando mi lengua, entre lamida y lamida pasando por su borde pude sentir su hoyuelo, me puse a chuparlo con más ganas y luego terminé con una mamada profunda de su verga, a lo que me dejó escuchar sus primeros gemidos.
Estaba caliente, conmocionado, cerraba los ojos, aspiraba por la boca, entonces agarre bien su verga que ay estaba recta y me al metí a la boca, la chupe profundo, largo rato la contuve dentro de mi boca llevándola a los costados y así sentir su punta en mis mejillas, deliciosa verga, luego chupe seguido de adentro afuera, tantas veces como pude hacerlo de una sola vez, él se excitaba cada vez más, reprimía sus gemidos, pero igual se le escapaban, luego chupe, metiendo el mentón abajo y ya sentía sus tiesas bolas en mi mentón, entonces solté su verga y le dije, quieres que te las chupe, acariciándolas con la mano, no dudo en decir que sí, así que levante su verga hacia arriba la apoyé contra su vientre y así salieron adelante sus gordas bolas, se veían muy apetitosas, así que me puse a chuparlas, a metérmelas a la boca una a una, lo hice suavemente al principio para que no le doliera, luego sentí que se pusieron más rígidas y entonces las chupe por completo, casi que me las metí a la boca una a una y pude sentir su redondez, su dureza, como disfrute de chuparme ese par de testículos.
Pero pronto volví a su verga y me la metí a la boca, chupé sin parar, la disfruté como nunca, su grosor me llenaba la boca, era una locura, como me la estaba disfrutando con cada mamada, sentía lo dura que se le había puesto, como su punta brillaba con mis chupadas y como había salido por completo, parecía que le iba a reventar, pero él lo disfrutaba, disfrutaba de cada mamada que le hacía. Y sintiendo que ya estaba próxima su eyaculación, le dije: no olvides que tienes que avisarme para cuando ya estés viniéndote para que retire mi boca. Y contesto, sí, tú sigue.
Mamé, chupe, sentí esa parte gruesa de su vientre en mi nariz, lo disfrute mucho, y me anime a pedirle si podía tocarle el culo mientras le chupaba, dijo que sí y fue maravilloso poner mis manos en sus nalgas mientras metía su verga a mi boca, el placer era único, no paré de devorarle la polla, me hizo recordar a mi amante anterior que también me dejaba tomarle las nalgas mientras me metía su verga a la boca, me hizo recordar también que le gustaban los besos en la boca y que se ponía cariñoso y complaciente, recordé aquella vez en que me dejo chuparle la verga y los testículos por detrás, exponiéndome todo su culo, el cual disfrute de verlo, tocarlo y darle algunos besos en medio de las nalgas, claro que no me animé a pedirla ninguna de esas cosas al que tenía ahora, aunque no puedo negar que me hubiera gustado unos besos en la boca. Pero lo estábamos disfrutando tanto, el pedía más, ahogaba sus gemidos, se estremecía con cada embestida de mi boca, las piernas le templaban. Hasta que se apoyó de espaldas sobre el sillón, se relajó y tomando el mismo su verga desde su vientre lo dirigió al interior de mi boca, y obviamente seguí chupando, no paraba de hacerlo mientras él mantenía parada su verga hacia mi boca sosteniéndola con dos dedos desde su vientre. Yo prácticamente me sumergía sobre su vientre tomando su verga en mi boca, eso es lo bueno de un gordito.
Mamé y chupe a full, él se puso más caliente ya no podía contener sus gemidos y me dijo, ya, ya estoy, entonces retiré la boca y él se paralizó, lanzo un gemido y se soltó, empezó a salir su semen, se derramó como espuma blanca sobre su mano y uno de sus testículos, un espectáculo del cual disfrute. Luego nos calmamos los dos, él permaneció apoyado sobre el sillón, yo tomé unas toallas húmedas que había preparado y se las pasé para que se limpiara. Mientras lo hacía me agradecía, me decía que lo había disfrutado y que le había hecho sentir seguro todo el tiempo. Pensaba que no me iba a gustar su pene corto, pero al final era lo que más disfruté. Después nos despedimos, viendo la posibilidad de un próximo encuentro.
Y a vos, ¿te gustaría tener una experiencia igual? Házmelo saber a mi correo [email protected]
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