Caballero de otros reyes – 2
Un viejo amigo… ¿O era un viejo amante?.
DAVID
Después de la pequeña aventura con Nate, tuve que volver a mi vida cotidiana.
El invitado extranjero (Padre de Nate) parece saber lo que hice con su hijo, pero curiosamente no dijo nada.
Acostumbrado pensé…
Para mi buena fortuna, Julio no parecía triste de que no lo viera por unos días, al contrario, me recibió con sonrisas y besos, lo que me hizo sentir bastante feliz y triste.
Me conto sobre sus días, que estaba pensando en escribir otro libro, que el anterior se estaba vendiendo bastante bien y demás.
Sus libros eran bastantes populares, sobre todo los de fantasía y los de misterio, su mente podía crear mundos enteros en solo unas horas y plasmarlos en “papel”.
Si no me hubiera casado con él, probablemente aún podría vivir una vida bastante buena.
Aunque me molesto que lo estuvieran cortejando los perros solteros del vecindario…
Digo, no era nadie para hablar, después de todo lo había engañado con un chico que acababa de ser legal y muchos otros antes de ese…
Me molestaba sobre todo el chico de unas casas al lado, un joven universitario bastante guapo y extrovertido, podía sentir el cariño excesivo que tenia hacia Julio, y no parecía querer ocultarlo, lo había visto coquetear con Julio aun cuando yo estaba detrás de ellos…
Por supuesto Julio rechazaba todos sus avances con educación, lo cual agradecía.
Sabía que era una tontería que yo engañara a mi esposo, pero no permitiera que el lo hiciera… Era bastante posesivo con él ahora que lo pensaba… Pero si algún día Julio descubría que yo lo engañaba no sabría lo que pasaría.
¿Seguiría con mis juegos? ¿O buscaría cambiar para salvar mi matrimonio?
Mientras pensaba en diferentes preguntas, revisaba los correos y el estado de los proyectos en los que la empresa estaba participando.
Me encontraba en mi oficina, en el ultimo piso de un edificio, la vista era espectacular.
Cheque la hora y sonreí, tome mi teléfono y le mande un mensaje a Julio;
“Parece que tendré que quedarme a dormir… Había un error en uno de los reportes”
El mensaje de mi querido esposo no tardó en llegar;
“De acuerdo. No te estreses mucho, si necesitas algo solo llámame”
Sonreí con ternura, tomé mis cosas y salí de la oficina. En el estacionamiento puse en marcha mi auto y fui a una villa casi aislada en una zona sin muchas residencias.
Esa villa tenia muros altos rodeados de enredaderas, sin dificultad entre y abrí el portón para dejar entrar a mi auto.
Un amigo de la infancia me esperaba en su patio trasero. Ese hombre fue el primero con el que engañe a mi esposo, incluso antes de iniciar la secundaria. Le dije a Julio que mi primer beso y follada fue con él pero en realidad fue con este hombre.
Su nombre era Marcos, “Mike” le decíamos, era bastante alto, unos 10 cm más que yo, su cuerpo musculoso pero delgado lo hacía parecer como una estatua de Apolo, cabello marrón rizado, ojos igualmente marrones que parecían color miel al reflejar la luz del sol, piel morena y saludable perlada de sudor.
Estaba desnudo y tumbado en una silla frente a una piscina de agua clara, como había muros altos y arboles grandes rodeando la villa no le molestaba estar desnudo, aparte de que sus vecinos mas cercanos estaban a unos cuantos km.
Él me vio llegar, me sonrió con cariño y luego con lujuria al ver que me estaba quitando la ropa.
– Llegas tarde – Dijo mirando mi entrepierna.
Su voz era exquisita, grave y digna como la de un dios, hacia estremecer a los demás, pero a mi solo me excito más.
– Estaba ocupado – Me excuse sin tomarle importancia.
– ¿Le dijiste al angelito que vendrías? – Pregunto.
“Angelito” era su forma de llamar a Julio.
– No.
– Deberías… – Se sentó derecho en su silla.
Mike se dio golpecitos en la pierna, invitándome a sentarme en ella, sin dudarlo lo hice, me tomó del cabello y me beso con rabia, su lengua luchaba con la mía, el sabor a hormonas masculinas me volvía loco.
– Deberías dejar al angelito… – Dijo Mike cuando rompió el beso – O déjalo unirse a nosotros… Siempre quise escucharlo llorar de placer.
– No puedo, lo amo – Dije sin dudarlo.
– Lo amas, pero aun así te gusta la verga de alguien más – Mike empezó a reír.
– Eso es diferente – Dije y luego tomé su verga con la mano derecha.
– Como digas… – Mike se movió un poco, dándome espacio para apreciar su bello cuerpo.
Continúe sacudiendo su verga de arriba abajo, viendo el liquido preseminal empezar a mojar la cabeza, me dieron unas ganas enormes de empezar a sorberlo.
Mike metió un par de dedos en mi boca los cuales empecé a chupar con esmero, dejándolos cubiertos de saliva.
Luego metió esos dedos en mi ano, se sintió como si un rayo de electricidad subiera por mi cadera hasta mi espalda, un placer extremo se sintió en mi recto cuando sus dedos empezaron a moverse, buscando llegar más adentro y dejarme lo mejor lubricado posible.
Me incline hacia adelante y bese a mi hermoso amigo con lujuria.
El beso duro bastante rato, mismo en el cual deje de masturbarlo, y simplemente me quede besándolo sintiendo sus dedos jugar con mi trasero, su mano libre se movió para jugar con mi pecho y pezones.
– No puedo esperar – Dijo severidad antes de levantarse y cargarme.
El era bastante fuerte, con una sola mano cargo mi cuerpo y con la otra abrió una puerta de su casa, revelando una sala de estar decorada cuidadosamente.
Me coloque en cuatro en el sofá más grande, sintiendo su enorme verga jugando entre mi trasero y ano.
– ¿La quieres? – Me pregunto metiendo y sacando la cabeza un poco.
– Sí…
– Sí, ¿qué? – Esta vez presiono la cabeza, pero no la metió, sentí un poco de saliva caer entre la cabeza y mi ano.
– ¡Si señor! Por favor… – Le suplique.
Como si lo hubiera estado esperando, metió la cabeza con fuerza, su verga de doce pulgadas se abrió paso sin dudarlo hasta la parte mas profunda de mi recto, no seria una broma decir que la sentí en mi estómago, tanto placer casi me hace terminar.
Los empujes se hacían con rabia, casi como en una violación, como si quisiera compensar todo el tiempo que estuvimos separados, mi corazón latió con fuerza con cada empuje, la felicidad y la adrenalina nublaron mi juicio por unos momentos.
Era esto.
Por este sentimiento me atrevía a engañar a mi esposo aun cuando lo amaba mas que a mi propia vida.
Este placer sin igual en donde parecía que solo estábamos nosotros dos en el mundo.
Solo mi amante y yo, su placer y el mío, mezclados en uno.
Por un momento me arrepentí de haberme casado con Julio, si hubiera sabido que tendría tanto placer con Mike me habría casado con él.
Tal pensamiento me hizo terminar en el sofá, mi esperma manchaba de blanco puro el delicado sofá de cuero negro.
Mike no se detuvo, me cambiaba de posición, me besaba y mordía, como si fuera una bestia, su sudor caía en mi cuerpo y se mezclaba con el mío.
Me llenaba el culo de semen como si quisiera llenarme el estomago solo de su carga, el olor a sexo, sudor y semen flotaba por todos lados.
Así pasaron las horas, el sol ardiente gradualmente se fue ocultando, dando paso a la luna.
Mike y yo estábamos abrazados, besándonos con amor y lujuria, yo había sido alimentado de semen de ambos lados, me hacia recordar a los chicos que había follado con furia, preguntándome si ellos también se sentían como si fueran uno con el cielo…
Mike me miro a los ojos y sonrió con ternura.
– Te amo… – Dijo en voz baja en mi oído.
Su dulce voz llena de un amor infinito por mí, me hizo temblar y finalmente soltar una nueva carga de semen de mi verga aun dura. Pero el no lo noto pues empezó a besarme de nuevo.
Un hilo de saliva conectaba nuestras bocas cuando se separó.
– Yo también… – Dije con cariño.
En ese momento solo éramos Mike y yo, no había nadie más en el mundo.
Los mensajes de Julio a mi teléfono fueron ignorados inconscientemente por ambos.
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