Cambié la adicción por el sexo
durante toda mi vida tuve una adicción de nacimiento pero el sexo me ayudó a superarla..
Era un día frio de invierno, estaba apunto de entrar una tormenta y el viento soplaba mas fuerte de lo normal y yo estaba a dos horas de mi casa, estudiaba en una universidad que quedaba alejada de mi hogar y el único lugar que conocía era la casa de mi amigo que vivía a dos manzanas del establecimiento.
Las horas avanzaron y la lluvia ya había empezado hace unos minutos, a medida que el tiempo pasaba mas intensa era. Mi mano comenzó a tiritar durante mi última clase por lo que Salí del salón para dirigirme al baño y en el camino me encontré con Josh, el estudiante maravilla de la universidad. Estaba teniendo una discusión con su novia igual de guapa como el, seguí de largo hasta los baños que quedaban mas lejos de las salas de clases, para ese entonces ya mi mano comenzaba a tiritar.
Entré corriendo y me metí dentro del ultimo cubículo, abrí mi mochila y saque una jeringuilla con una dosis pequeña de heroína. Mi madre había sido una adicta durante todo su embarazo por lo que yo nací con la adicción sin ni siquiera probar esa droga, me dijeron que si no consumía una dosis pequeña que no fuera nociva para mi cuerpo podría morir.
Estaba a punto de inyectarme cuando mi mano soltó un espasmo y la jeringa se me cayó por la apertura de la puerta, abrí rápidamente rezando para que nadie me viera, pero la jeringa ya no estaba en el suelo, solo había un par de pies delante mío. Cuando levanté la vista era Josh que la sostenía con una de sus manos. Su rostro tan guapo como siempre había sido, un cabello negro, ojos azules y su mandíbula definida como si hubiese sido tallada por los dioses griegos, un cuerpo que con solo mirarlo te derretías, brazos anchos y musculoso y su torso completamente marcado.
—¿Esto es tuyo Alex?
Mi nombre en sus labios sonaba perfecto.
—Si es mío, por favor no le digas a nadie.
—Tranquilo amigo, no le diré nada a nadie, pero tienes que dejar de meterte estas cosas.
—Quizás muera si lo hago —le explique lo de mi madre.
—Puedes tomar una terapia, si quieres te acompaño con el profesor de psicología, él nos puede ayudar.
—¿Por qué lo harías si no me conoces?
—Por que estoy seguro que tu lo harías por mí, además acabo de romper con Michelle y necesito compañía, la muy perra se metió con Lucas mi mejor amigo.
Fui a recoger mi mochila del suelo del cubículo cuando una sombra se posa detrás de mí, Josh me miraba desde lo alto, hasta que habló.
—Sabes, te reconocí desde el inicio de clases —mierda si era lo que pensaba estaba en problemas— ¿eres el chico que hace las transmisiones en vivo, donde te cogen y te dan dinero por eso.
Mierda, hace un tiempo había empezado con las transmisiones para ganar dinero para comprarme la droga y me dejaba bastante para mi.
—Te equivocas.
—Aunque salgas con un antifaz supe que eras tú, Michelle me enseñó un video para que hiciéramos esas transmisiones juntos.
—En serio Josh te equivocas de persona y tengo que irme rápido o la lluvia no me dejará llegar a casa.
—Te puedo llevar en mi auto no tengo ningún problema.
Me dio la mano para ayudarme a ponerme de pie y la recibí sin ningún problema, pero él no quería solo eso, me puso de pie y me estampó contra la pared del cubículo y cerró la puerta. Puso sus manos en mi culo y las apretó con tanta fuerza que de mi boca soltó un leve gemido y puso sus labios sobre los míos semi abiertos, pero sin terminar el beso. No podía creer que esto estaba sucediendo. Una de sus manos subió por debajo de mi polera y la otra se posó en mi mejilla acariciándome los labios con su pulgar.
Tomó mi cabeza y me hizo bajar hasta la altura de su pantalón, entendí en el momento lo que quería y mis manos se posaron en su ya notorio bulto comencé a desabrochar su pantalón y bajé su bóxer hasta la altura de sus rodillas, su miembro saltó al frente de mi cara casi golpeándola, debía medir alrededor de unos veinte centímetros.
Me guio la cabeza para que se la mamara de una vez y comencé a darle placer con mis labios hasta que finalmente me la trague entera, una lagrimilla salió de mi ojo por lo grande y dura que estaba.
Josh ya estaba emitiendo gemidos a alta voz no le preocupa ser escuchado, sus manos alrededor de mi cabello se movían al ritmo que él quería me puso de pies y me besó con lujuria.
Luego de eso pasó lo mejor, pero eso será parte de la parte dos
Inverosimil