CAMINO DE SANGRE III El amor te encuentra
Vladislav sigue en su vagar, busca sin remedio el amor, la compañía y la sangre para su sustento, el pasado regresa y sin querer atrapa a nuestro protagonista..
Pues sí… sentía que sus ojos lo estaban engañando, allí estaba Iván sirviendo en esa taberna, cómo podía ser posible que después de más de 100 años Iván estuviese allí como si nada hubiese pasado, igual de bello, igual de joven, era él, su cara, su cabello, su sonrisa, SU OLOR, no podía ser posible, ya por experiencia Vladislav sabía que los olores en las personas eran irrepetibles, ninguna persona olía igual a otra, era él su Iván, su amado Iván. Estaba paralizado sin poder mover un músculo. Se acercó a la barra e intento pedir algo, en esas el joven camarero voltea su mirada y se encuentra con la mirada de Vladislav, en ese momento ninguno supo que sucedió fue como si el tiempo se hubiese detenido, Vlad vió a través de sus ojos y vio el momento de la batalla fatídica, vió el miedo de Iván su sentimiento de indefensión, como una película vió el instante en que fue atravesado en el pecho por la lanza enemiga, sintió su dolor y vio sus lágrimas pronunciando su nombre con el último suspiro.
Ese era otro poder que poseía Vladislav, la capacidad de ver el pasado de las personas, incluso en vidas pasadas, ese registro del tiempo quedaba en la retina de cada quien y Vlad podía acceder a ese recóndito lugar. Ninguno al instante dijo nada sólo se miraron y de ambos rostros surgieron lágrimas, inexplicables para Iván, pero muy justificadas para Vlad. Iván no entendía que sucedía con él, cuando vio a ese hombre que nunca antes había visto sintió un júbilo enorme en su corazón, era como si lo conociera de toda la vida y por fin lo había encontrado, sin explicación comenzó a llorar, era el alma en júbilo, dejó de hacer lo que estaba haciendo u se acercó a ese hombre sin quitarle la mirada, extendió las dos manos como acto instintivo y Vlad las tomó y las apretó, un calor recorrió el cuerpo de ambos, eran dos espíritus que se encontraban después de largo tiempo, allí Vlad entendió, se dio cuenta que estaban destinados a encontrarse a buscarse en los caminos del tiempo y en esta oportunidad no lo iba a dejar ir. En ese instante se escuchó una voz atronadora:
P: Josep, qué haces? Quién es ese hombre?…
Vladislav, volteó a ver el origen de esa voz y no podía creer lo que veían sus ojos era el Gran Maestre Simonovich, ambos hombres se miraron de manera fulminante y Vladislav pudo ver en sus ojos lo que sucedió, pudo ver el odio, pudo ver la traición, pudo ver como sacrificó a su amado Iván para que no pudieran estar juntos, vió su alma oscura, también pudo ver el amor mezquino que le tenía a Iván, cómo lo deseaba y como era tan cobarde como para no asumir ese amor. En ese momento Vlad lo entendió todo y con una ira profunda se puso y encaró al hombre que ya se había acercado a Josep presintiendo la amenaza de ese hombre extraño y elegante, lo miro con odio y envidia y posó su mano en el hombro de su empleado al que consideraba suyo, al que amaba en secreto.
De inmediato Vladislav se puso de pie ganando altura e imponencia, y con voz ronca e imponente, dijo:
V: soy el Principe Vladislav Dracul, y buen amigo de Iván…perdón por la interrupción, tenía mucho tiempo sin ver a Josep… ¿no es cierto?
J: sí es cierto –respondió automático-, de verdad un gusto verlo…
P: disculpe usted, no sabía que Josep tenía amigos de la nobleza. Pero bueno, igual debes atender a los demás clientes. Es extraño alguien como usted en un lugar como éste.
V: el destino mi querido amigo me trajo hasta aquí, a veces hay rastros que te llevan a lugares que ni te imaginas… ¿a qué hora sales Josep?…-dijo mirando la muchacho.-
J: en unos minutos casi termina mi turno…
P: pues no termina, necesito que te quedes para que me ayudes al cierre…
J: pero… es que yo…necesito… -dijo Josep con desconcierto mirando a un lado y a otro-
V: pues hoy no será, Josep y yo necesitamos conversar y debe ser hoy. –Dijo autoritario, colocando la mano en el brazo de Josep-.
P: bueno tú tienes un trabajo que cumplir, no creo que querrás quedarte sin empleo… -dijo soberbio Pietro el Gran Maestre…
V: por eso no te preocupes Josep, este trabajo mugroso no lo necesitas soy un hombre inmensamente rico a mi lado nada te faltará. –dijo en alto tono de voz y con mucha seguridad-
P: él no necesita su dinero, él tiene su trabajo y me tiene a mí, vamos Josep. –dijo Pietro pasándole el brazo por los hombros y acercándolo a su cuerpo, el contacto hizo que Josep se estremeciera de repulsa-
J: noooooooooo, -le salió del alma- apartándose del maduro, – yo me voy con él.
Y diciendo esto, se deshizo del delantal salió por la barra tomó por el brazo a Vladislav y lo sacó de la taberna, en el frio de la noche lo miró y se arrojó a sus brazos, no entendía nada, sólo sabía que en esos brazos, con ese hombre encontraba paz, sosiego y cobijo. Se abrazó a él, lo apretó y lloró como nunca lo había hecho, lloró con desconsuelo, lloró con paz, lloró con felicidad. Vladislav caminó a su lado mientras él no paraba de hablar, le contó todo, sobre su vida, sobre sus padres muertos, sobre el hambre, sobre el miedo. Le contó de Pietro y el apoyo que le había dado desde que lo conoció, se sentía agradecido con el maduro.
Caminaron por horas perdiéndose por las calles oscuras de esa noche londinense, se toparon con el callejón y Vlad haló al joven y lo llevó a ese lugar, lo cercó a él, el muchacho temblaba como una hoja y así sin más lo acercó a su cuerpo y lo besó. Se fundieron en un beso intenso, desesperado por la pasión detenida y activada de nuevo, se besaron, se tocaron, se acariciaron y se prometieron mil veces no dejarse ir y no separarse jamás.
Al salir Josep con ese hombre, Pietro se refugió en la bodega del bar y allí lloró de impotencia, de celos, no tenía cómo retener a Josep, el saber que estaba con ese hombre tan guapo, tan rico, tan elegante casi lo hacía vomitar de la mala hiel que sentía en sus entrañas, se sintió pequeño, feo, viejo, pobre…, nunca nadie lo había hecho sentir así. Perdió a su amado Josep se le fue de las manos en un instante y la ira no lo dejaba. Se juró no permitirlo. Salió de su escondite y fue a la taberna, buscó con sus ojos y encontró a quien buscaba. En un rincón había una mesa con 4 hombres de apariencia nada buena, se acercó a esa mesa y habló con los maleantes:
P: necesito un trabajo, vieron al hombre elegante que entró y se marchó con Josep?
Maleante 1: Claro que lo vimos se ve un hombre muy rico.
P: y lo es, necesito que acaben con él, siempre carga mucho dinero encima eso es de ustedes y tomen… -lanzó en la mesa una bolsa de cuero llena de monedas de plata- …quiero que acaben con él, no le hagan nada al muchacho.
Ante esto, el grupo de 4 hombres salió de la taberna siguiendo el rastro de Vlad y Josep. Caminaron por largo rato tratando de dar con ellos, hasta que lograron divisarlos, parecían distraídos y no se dieron cuenta de la presencia a la distancia de los 4 hombres, los vieron caminar, tomarse de la mano, reír por largo tiempo hasta que los vieron adentrarse a un callejón.
Vladislav estaba aparentemente distraído, pero su nueva condición le tenía los sentidos agudizados, desde hacía rato tenía precisados a los 4 hombres que los seguían, ya sabía que las intenciones de éstos no eran buenas pero no quería alertar a Josep de lo estaba por suceder, lo haló al callejón para poder hacer frente a la situación lo más discretamente posible, no quería hacer lo que debía de hacer delante de Joseph pero no le quedaba de otra.
En el momento de los besos y las caricias Vlad vió entrar al callejón a los 4 hombres se ampararon en la sombre y poco a poco se fueron acercando a los dos hombres que se abrazaban y besaban con pasión, éstos creían que los iban a tomar desprevenidos lo cual hacía más fácil la tarea. Vladislav tenía recostado en la pared a Josep y él lo cubría con su cuerpo dando la aparente espalda a los 4 hombres que se acercaban, ya los tenía vistos y sabía de sus intenciones, además había logrado leer sus pensamientos y sabía que El Gran Maestre (Pietro), había mandado por ellos para acabar con su vida movido por los celos. En el momento en que uno de los hombre se iba encima de Vlad con un puñal a atacarlo por la espalda, Vlad dio la vuelta cubriendo a Josep y dio frente al hombres con mucha rapidez y fuerza todo el brazo del hombre y dirigió el puñal al cuello del mismo clavándolo de manera limpia empezando a brotar la sangre y desplomándose al piso. De inmediato otro se le fue encima y fue disminuido de inmediato, con un giró rápido de manos Vlad logró desnucarlo, el tercero intentó atacar a Josep y justo cuando iba a agredirlo fue interceptado por Vladislav quien de un certero golpe en la quijada lo dejó inconsciente en el piso el 4to al ver lo sucedido salió despavorido del callejón por temor a salir agredido. Al quedar solos Josep no lograba salir de su asombro:
J: qué es todo esto? quienes eran esos hombres?… por qué querían hacernos daño?
V: Fueron enviados por Pietro, su misión era matarme y apartarme de tu lado…
J: pero por qué haría eso?..
V: por celos, por envidia… esa es una historia muy vieja que en algún momento te la explicaré. Por lo visto estamos condenados a dar vueltas sobre el mismo círculo, mi misión es amarte, la tuya es amarme, la del él es impedir que eso suceda. Pero en esta oportunidad tenemos la ventaja que sabemos qué sucede y debemos protegernos.
En la taberna, un asustado maleante explica lo sucedido a Pietro quien rojo de la ira, le recrimina su incompetencia y que el devuelva su dinero ya que el trabajo no estaba hecho.
M: no sé qué tiene ese hombre… es muy fuerte y muy rápido, no nos dio tiempo de nada cuando ya había acabado con nosotros, no parece de este mundo…
P: es posible que así sea…
Ya superado el susto, Josep toma del brazo a Vlad y le dice qué van a hacer a dónde irán…
V: lo único que quiero es estar contigo….
J: vamos a mi casa allá estaremos seguros, quiero pasar esta noche contigo.
Pietro lloraba de la ira y la impotencia, en ese momento los celos se apoderaron de él, no podía evitar que SU JOSEP, estuviera con ese hombre, sabía que lo iba a perder y no sabía cómo iba a vivir sin verlo, lo amaba profundamente desde el primer día que lo vió y su situación facilitó las cosas para tenerlo a su lado al no tener a nadie más fue fácil captarlo y mantenerlo a su lado, sin embargo estaba claro que el muchacho no sentía nada por él, podía sentir su rechazo pero eso no tenía importancia para él, con él amarlo era suficiente. En su cabeza la única idea que daba vueltas era, dónde estarían, dónde podría ubicarlos. Y en ese momento se le ocurrió la idea de ir a casa de Josep sabía que el muchacho buscaría refugio allá.
Vlad y Josep llegaron a la casa de este, la pasión no se hizo esperar y de inmediato se comieron a besos, estaban impacientes de explorar la piel del otro y las ropas volaron y las caricias no se hicieron esperar, la pasión era insostenible en un instante estaban desnudos sobre la cama besándose sin remedio, Vlad no podía creer lo que estaba viviendo por fin tenía a su amado Iván entre sus brazos su emoción no tenía fin, no podía dejar de sentir su piel, el fuego que emanaba de Iván era inigualable, ya quería estar dentro de él y mientras lo besaba tomo sus piernas en sus fuertes brazos y lo abrió de par en par y dejó caer su cuerpo entre sus piernas al momento su amoratado glande hizo contacto con el pirineo de Josep o de Iván y bajó a su ano blando y palpitante, el contacto fue estremecedor y lo sintió palpitar, empujó y entró, un mundo nuevo de sensaciones jamás vividas se hizo presente, el suave estuche cálido y suave apretó su verga para no dejarla salir, poco a poco empezó a entrar y salir, lo jadeos de ambos no dejaban lugar a nada más, los sentidos de ambos se enfocaban en el otro, Josep cruzó sus piernas en la cadera de Vlad y allí lo atrapó para sentirlo mejor y se abandonó al placer de sentir a su hombre.
Pietro estaba en la entrada de la casa de Josep, entró en silencio, el espacio se llenaba con los jadeos de Vlad y Josep, Pietro avanzó y llegó a la estancia y desde el umbral de la puerta vió como un desnudo y hermoso Vladislav, clavaba sin piedad el culo de Josep, disfrutando de su calor y sedosidad. Pietro apretó los labios con ira viendo como ese hombre disfrutaba lo que por derecho propio era suyo, disfrutaba lo que él nunca disfrutó y tanto deseó. Entre dientes viendo la escena de pasión repitió una frase ya conocida en el pasado: “nunca van a estar juntos…no lo permitiré”… y avanzó en silencio con el puñal en la mano dispuesto a clavárselo en la espalda a Vladislav, ya lo tenía medido, no podía permitir que ese hombre le quitara su Josep, levantó el puñal ya listo para clavarlo en la desnuda espalda de Vladislav.
En ese momento de pasión no había sentido para más nada, esta vez si iban a tomar de sorpresa a Vladislav, y justo en el momento en que Pietro toma impulso para clavar el puñal abre los ojos Josep y ve con horror como Pietro iba a asesinar a Vlad y rápidamente aparta de un empujón a Vlad quitándoselo de encima justo en el momento en que el puñal cae impulsado por Pietro y se clava profundo en su pecho ante los ojos atónitos de Vladislav y Pietro, ambos horrorizados ven ante sus ojos como la vida de Josep se extingue sin remedio…
CONTINUARÁ.
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