Camionero Caliente
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Bueno, todo comenzó hace varios meses llegando al colegio, con 16 años, yo siempre acostumbraba a llegar muy temprano al colegio, a la hora que yo llegaba siempre en la parte trasera del colegio estaban estacionados unos camioneros, que se iban luego de unas cuantas horas, nunca les presté mucha atención y siempre pasaba de largo, tampoco los veía porque casi siempre dormían adentro de sus camiones o no estaban. Todos los días uno de ellos estaba fumando o estaba mirando por la ventana, era así todos los días.
Un día pase por el lugar y de repente me silba el de la ventana abierta, estaba arriba en su camión mirándome de arriba a abajo, no sabía qué hacer, me quedé mirándolo con la vergüenza, se supone que ellos solo silban a las mujeres o al menos eso yo pensaba, llegué nervioso al colegio pensando después en la cara de lujuria que tenía el señor, recordando el momento recordé que llevaba unos jeans un poco ajustados y tal vez se fijo en mi trasero, o no sé, recordando la cara del señor se me vino un morbo, era muy guapo a diferencia de los típicos camioneros…
Pasaron los días y evite pasar por allí, trataba de llegar más tarde o darme toda la vuelta por el colegio para no pasar por el lugar de los camiones, pero siempre en mi mente la imagen del camionero que me silbó.
Decidido días después pasé de nuevo por el lugar, con los mismos jeans, llegué a la esquina y comencé a fijarme si estaba el gran camión rojo donde estaba ese señor tan guapo, sí estaba, con las ventanas abiertas, se me aceleró el corazón cuando empecé a caminar, cuando pasé de largo escucho que alguien dice "mira quien volvió a pasar por acá…" me doy la vuelta y es él, sonriendo con un cigarrillo en la mano, me quedo viéndolo hasta que tira su cigarrillo y baja, pisa el cigarrillo y tengo la oportunidad de verlo cuerpo completo, traía unos vaqueros un poco ajustados, una camisa a cuadros y el cabello desordenado, se le notaba una panza que no es de gordo, estaba bien formado, sus piernas marcadas y pude echar un ojo a ese paquetote que se asomaba, se acerco lentamente y me dijo "hace rato no pasabas por acá, que paso? no te gusto el silbido?" no podía responder… hasta que me salieron algunas palabras "ehm… yo… yo solo…" no podía dejar de mirar a esa verga que pedía que la sacaran afuera, me interrumpe diciendo "me estas mirando la polla? sabía que eras bien puto, eres tan hermoso, sabes… si quieres mirarla puedes venir mañana, un poquito más temprano, nadie viene a esa hora solo yo… y si te animas… estaré aquí…" se sube al camión y enciende otro cigarrillo, yo me doy la vuelta y sigo mi camino.
Sí, todo fue así de rápido, no sé como pudo estar tan confiado como para decirme algo así, definitivamente iba a ir al día siguiente, de tan solo pensar en esa verga y en esas piernas me ponía a mil. A la mañana siguiente me preparé como un día normal de colegio, y salí.
Al llegar a la esquina solo estaba su camión, en la parte más oscura, todavía no amaneció así que era mucho más oscuro, al llegar vi la ventana abierta y lo veo a él, "vaya vaya… sabía que querías mi lechita putito, sube" me subo al camión y dejo mi mochila al piso, el sube las ventanas y tapa todo con un tipo de cortina, estabamos entre los asientos y al estar más de cerca me doy cuenta que es guapísimo de verdad, en ese instante ya tenía la verga echa un palo, saca unos condones y se desabrocha la camisa "chupamela putito, para tu suerte ayer no me bañé" me quedé mirándolo, él con la respiración agitada quitándose la camisa y las botas con los calcetines, lentamente voy hacia él y le desabrocho el cinturón, música para mis oídos junto con el sonido de su bragueta.
Antes de eso fui a su cuello y comencé a lamerlo chuparlo lentamente, bajando a sus pezones hasta su camino de la felicidad, se podría decir que gracias al porno aprendí mucho, fui hasta su paquete y lo olí, olor a macho, noté que tenía manchas de precum a lo que él me dice "anoche estuve pensando mucho en ti putito" estaba echo una piedra, lentamente le bajo los bóxers y sale su gran verga ya lubricando, la pelo y le doy un beso en la cabeza, él suelta un gémido y yo comienzo a chupar, sí, era evidente que no se había bañado ayer pero que rico, me la trague entera, siento sus manos en mi cabeza agarrándome los pelos haciéndome subir y bajar a su ritmo.
"Sí putito que bien la mamas" era la primera verga que chupaba y debo decir que me encantó, seguí hasta un cierto punto en que me dijo que pare y que le coloque el condón, que ya quería romperme el culito, hice lo que me pidió bajando lentamente el condón por su vergota, me levantó y me dio un beso fuerte, me dio la vuelta y me puso de cuatro, atrajo mi culo hacía él y comenzó a chuparlo de manera salvaje, me agarraba fuerte del sillón mientras él se devoraba mi culito, escupiéndolo y penetrándolo con su lengua, en un momento para y siento un dedo que comienza a entrar, casi grite y me tuve que aguantar, "shhhshh calla que ya va a pasar, eres virgen?" retorciéndome le digo que sí y escupe en sus dedos y ahora siento dos, poco a poco el dolor se mezcla con el placer y voy abriendo más el culo.
"Creo que ya estás, ahora te voy a romper ese culito tan rico que tenes" me agarra de los costados y siento la cabeza de su verga en mi entrada, empieza a hacer presión y entra de una, siento sus bolas pegadas a mi culo y trato de no gritar, empieza el mete y saca lentamente escupiendo en su verga cada que sale afuera, una vez suficientemente lubricado y mi culo acostumbrado, aumenta el ritmo.
Se empiezan a empañar los vidrios, empezamos a sudar, creo que estuvimos así como por media hora, me olvidé completamente del colegio, estaba disfrutando del momento, cada embestida era lo mejor, me susurraba cosas como "rico, que rico culito, eres tan hermoso" que en una de esas me hicieron eyacular de tan solo escucharlas, me empezó a lamer la oreja y me dice "ya me estoy… por… venir" y empieza un ritmo más acelerado de lo normal.
Se queda quieto, se retuerce y veo que dobla los dedos de sus pies, siento algo caliente dentro y mucha presión, 8, 9 chorros de leche bien caliente, se notaba que no había tenido sexo desde hace tiempo, me empieza a besar hasta que su verga se hace más chica y sale de mí, se sienta en el asiento del conductor y se acomoda, tira el condón usado por la ventana y se empieza a vestir de nuevo.
"Cuando quieras… puedes…. pasar por acá…" aún se recuperaba respirando fuertemente, yo le dije que sí, que volvería a pasar mientras me subía los pantalones y me acomodaba todo, nos despedimos con un fuerte beso y me dio su número, me dijo que se llamaba Marcos y que tenía 29 años, después de varios días volvimos a hacerlo y luego ya no fueron en su camión, sino que en otras partes…
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