Cap. 19: De su hijo a su mujer (La Cena):
Parte 19 de mi novela autobiográfica… te sugiero leer las 18 partes anteriores. Cuando termines de leer y si te gusta este y los otros capítulos, avísame si quieres leer los 74 que ya he publicado, además de los 10 capítulos inéditos (que tienen fotos y/o videos)..
Mi cara estaba llena de la leche de papá, mis ojos comenzaron a arder, papá me tomó en sus brazos, me llevó al baño y me quitó la ropa para entrar a la ducha. Nos desnudamos rápidamente, yo con los ojos medio cerrados por el ardor, pero riendo por lo que había pasado. La ducha fue breve, pues ya estábamos limpios, solo necesitabamos quitarnos el líquido que papá había regado por todas partes.
Luego de la ducha me puse a ordenar mis cosas en la habitación a distribuir mis libros, mis cuadernos y la ropa. Estaba feliz de este nuevo espacio donde estaría con papá todo el tiempo, me imaginaba que ahora podría besarlo a cada momento, que podría tocarle cuando quisiera, que podría tener mi boquita disponible siempre y que ahora podríamos pasar más noches juntos, sintiendo su piel, su masculinidad su pene dentro de mi y como ya se estaba volviendo una costumbre, sentirme como una niña a su lado, o como una mujer, pues como él me había dicho las cosas que hacíamos eran cosas de grande y las hacían los hombres con las mujeres, entonces como el era el hombre, el fuerte, el masculino yo debía ser la mujer, delicada y quizás un poco femenina.
Esa tarde tenía práctica de fútbol, me encantaba jugar con mi equipo, Carlos y Eric eran mis mejores amigos de las prácticas y nos divertíamos mucho, yo jugaba como delantero o mediocampista y mi entrenador me felicitaba pues casi todos los partidos anotaba un gol, yo sabía que mi papá, mis abuelos y mis primos se sentían orgullosos de mí por eso, era una actividad que disfrutaba, pues dos o tres veces por semana teníamos entrenamiento, a veces salíamos a torneos a otras ciudades, y me parecía muy entretenido. Papá me dejó en el estadio y me pasaría a recoger justo antes de la cena, tenía muchas ganas de comer pizza en nuestra pizzería favorita, pero se lo propondría cuando pasara por mi. La práctica fue buena, con Eric hicimos una muy buena dupla, me había dado como 5 pases, de los cuales hice 3 goles, eso nos dejaba listos para el campeonato que se jugaría en Buenos Aires, era la primera vez que cruzaría la cordillera para ir a Argentina, era algo así como una sub-10, niños de diferentes equipos de diferentes países competirían. Cuando terminamos, el entrenador nos avisó que estábamos seleccionados 24 jugadores de los casi 50 niños que participan de las prácticas, como sabrá se necesitaban 11, pero los recambios y los reservas debían ser considerados. Carlos era goleador de esta temporada y Julio el arquero estrella, así que ellos fueron los primeros seleccionados y la semana siguiente se decidiría quien de ellos sería el capitán del equipo, me ponía contento que Carlos fuera el capitán.
Salimos saltando contentos, bromeando y jugando como siempre lo hacíamos con Carlos y Eric, papá ya estaba esperándome y conversaba con el papá de Eric. Él era un hombre un poco mayor que papá, pero más delgado, era muy risueño y simpático, siempre me revolvía el pelo cuando me saludaba y se agachaba para hablar conmigo y así quedar a mi altura. Me gustaban sus manos grandes con las uñas bien cortadas y limpias, su cara siempre estaba rasurada, olía bien y eso me gustaba, podía sentir su olor al despedirme o saludarlo con uno o dos besos en la mejilla. Muy contentos les contamos que habíamos sido seleccionados para el torneo y ambos se pusieron muy contentos,
- Vamos a celebrar comiendo pizzas – sugerí lleno de entusiasmo
- Sí, que rico, buena idea – dijo Eric
- No podemos Benjita – respondió apresurado papá, tenemos otro compromiso.
- Para la próxima – respondió el papá de Eric, mientras yo miraba a papá con un poco de decepción, pues realmente tenía ganas de comer pizza y de compartir un poco más con mis amigos.
Nos despedimos, un abrazo y unos golpes de patadas con Eric, un beso con el papá de mi amigo, y luego de desordenar mi cabello se fue a su auto. Tomé la mano de papá y fuimos a buscar el nuestro.
- ¿Qué compromiso tenemos papi? – pregunté mientras nos subimos al auto.
- Es una sorpresa bebé, tenemos una hora, así que iremos a la casa, elegirás una ropa linda y nos vamos.
- ¿Pero dónde vamos?
- Ya te dije que es una sorpresa
Siempre me ha desagradado que me dejen con la duda, me gustan las sorpresas, pero saber que viene una sorpresa no me gusta mucho, nos tardamos mucho en llegar al departamento, como papá me había dicho corrí a mi habitación, me quité la ropa de entrenamiento y me fui al baño. Intentaba adivinar la sorpresa, pero podían ser tantas posibilidades que era difícil. Pero si quería que me vistiera lindo, quizás era para tener una cita como lo hacen los novios. Quizás me llevaría a cenar y me haría sentir su chica. Y haríamos el amor para finalizar la noche. Me dieron cosquillas en la guatita, estaba muy emocionado pues me encantaba estar con papá y más aún compartir nuestra intimidad. Me duche con rapidez y consciencia, decidí prepararme como lo hacía cada vez que iba a hacer el amor con papá, puse mucho jabon en mi mano y me limpié mi pequeño pene con mucha concentración, hice lo mismo con mi culito para luego llenarlo de agua y limpiarlo por dentro. El jabón tenía olor a frambuesa, me encantaba, porque la frambuesa es mi fruta favorita y si olía a ella, de seguro despertaba el apetito de papá. Quería que mi culito estuviera fresco y oliendo a frambuesa cuando papá llegara a él con sus labios. Mi imaginación volaba…
- Apúrate bebé
- Ya voy!
Me apresuré, metí mis deditos y empujé para expulsar toda el agua que quedaba, sentía mi culito preparado y me lo imaginaba como una vagina, en mi mente quería que así fuera. No quería ser mujer, o una niña, solo quería sentirme así en algunos momentos, me encantaba ser un chico, me encantaba hacer cosas de chicos, pero sabía que para papá yo debía ser una chica y eso me encantaba, en realidad cada vez que estaba junto a un hombre sentía eso, me pasaba con papá, con mi abuelo, con Roberto, con mi entrenador, con el papá de Eric, pero no me pasaba con mis amigos.
Salí de la ducha, me vestí rápido y me peiné, me puse un poco de perfume de niño que mi abuela siempre me regalaba para mi cumpleaños o navidad, era mi favorito, no conozco otro para niños, pero me encantaba. Y salí listo para sorprender a papá.
- Pero que caballero más guapo tengo en casa, te has puesto muy guapo.
Yo solo sonreí y le di un beso en la mejilla. Bajamos, tomamos el auto y él condujo en silencio, no me atrevía a preguntar qué haríamos, o hacia dónde nos dirigíamos, sabría que era una sorpresa y estaba más que preparado para eso. tenía tantos deseos de sentir a mi papá dentro de mí, haciéndome suyo, besándome mientras entraba y salía de mi.
Paramos en un restaurante bastante elegante, tenía muchas mesas, todas con manteles blancos y largos, muchas copas, velas, música de fondo, era hermoso, un señor muy elegante nos condujo a una mesa, junto a un hermoso ventanal, ya estaba anocheciendo y se podía ver a lo lejos iluminados los edificios de la ciudad junto al Cerro San Cristóbal. Nos sentamos y solo le dije a papá que el lugar era hermoso.
- Que bueno que te guste bebé.
- Sí papi es realmente hermoso.
- Vamos a pasarlo muy bien.
- Y ¿Por qué vinimos acá papi?
- Porque quiero que…
Dejo de hablar y mirando hacia la entrada se puso de pie un poco torpe y camino al encuentro del señor elegante que venía hacia la mesa acompañado de una mujer delgada, de pelo largo, muy palida, traía un vestido negro muy ajustado que la hacía ver aún más delgada y alta, ella sonrió al ver a mi padre, no pude ver la cara de papá, pues estaba de espaldas a mi, por lo que miraba sus hermosas nalgas, su gran porte y su ancha espalda. Se dieron la mano y un beso en la mejilla y luego un breve abrazo. El señor elegante se regresó a la entrada y papá se aceró a la mesa con la mujer del vestido negro, ella seguía sonriendo con sus dientes blancos.
- Hola Benjamin
- Ho… hola… – respondí tímido y confundido
- Benja, ella es Mariana, este es el compromiso que teníamos, quería que fuese una sorpresa.
- Hola Señorita Mariana – dije mirándola aun confundido, me puse de pie, e hice lo mismo que papá, muy caballero le extendí la mano, me empiné para darle un beso y ella me dio un pequeño abrazo.
Se sentó en la mesa, y uno de los meseros vino a preguntarnos que queríamos beber, cada uno pidió, papá y Mariana conversaron cosas entre ellos mientras llegaban mi bebida y los tragos de ellos. Una vez que estuvimos servidos papá levantó la copa.
- Salud! – dijo risueño y divertido.
- Salud! – respondimos al mismo tiempo Mariana y yo.
- Salud por Benjita que ya está con su papi – continuo – y salud porque tenía muchas ganas que conocieras a Mariana hijo, estamos saliendo hace unos meses y pensé que era un buen momento para juntarnos.
Mi cabeza se calentó, sentía que me iba a explotar la cara de la vergüenza, la rabia, la pena, intenté sonreír, pero me era difícil. Entendía todo, pero no quería entender, no entendía como papá estaba presentándome una novia justo después que en mi cabeza había imaginado que yo sería esa novia. Pensaba en el momento que él y yo estaríamos juntos, más ahora que estábamos viviendo juntos y teníamos todo para nosotros. Yo solo sonreí, intentando ocultar lo que estaba sintiendo.
La cena transcurrió tranquila, papá sonreía todo el tiempo y se veía tan feliz, Mariana se mostró bastante interesada en mí, en el fútbol, en el colegio. Papá le había hablado bastante de mi, eso me puso feliz, pero aún así sentía como una especie de ahogo en mi pecho. Preferí limitarme a escuchar, no hice preguntas, sonreía pero tenía mucha rabia contra papá y también contra Mariana, me sentía estorbando una cena romántica, que se suponía debía ser conmigo y no con ella. Quería irme, pero no podía irme a ningún lado, ya no vivía con mis abuelos, no podía ver a mamá y tampoco sabía nada de ella.
Cuando terminamos de cenar, Mariana anunció que se iba a su casa, papá le ofreció llevarla, pero ella había venido en su propio auto, nos despedimos y salimos los tres. Ella para su auto, nosotros al nuestro.
- ¿Te gustó Mariana? – Preguntó papá lleno de real entusiasmo.
- No sé…
- ¿Cómo? ¿Qué no sabes?
- No sé si me gustó, no sabía que cenaríamos con otra persona.
- Esa era la sorpresa, mi amor.
- …
- Estas enojado
- …
- ¿Pensaste que saldríamos los dos solos?
- Sí
- Podemos salir a cenar muchas veces solos bebé
- Bueno
- Benja, no te pongas así tontito – dijo tocándome la pierna mientras conducía
- ¿Así como?
- Estás serio hijo, tú no eres así
- …
- Bueno, si no quieres no hablemos del tema, yo solo quería que conocieras a Mariana, porque estamos saliendo, me gusta, es simpática y le he hablado mucho de ti, ella estaba muy entusiasmada en conocerte.
Preferí no decir nada, estaba un poco confundido con lo que sentía, no me sentía bien y quería entender bien porque tenía tanta rabia. Llegamos a casa y papá me ofreció ver una película juntos en el salón de TV, pero yo no quería, estaba triste y cansado.
- Me quiero acostar papá
- Bueno bebé. ¿Quieres estrenar tu habitación, o quieres dormir abrazadito de tu papi?
- Quiero estrenar mi cuarto – dije con mi voz diluyéndose.
- ¿Seguro?
- Sí papi, seguro.
Me fui a mi habitación y me arreglé para acostarme, mientras cepillaba mis dientes pensaba en todo lo que había pasado ese día, en la ilusión de ir a comer pizza con mis amigos y que no hayamos podido, en la ilusión de que la razón de no ir a las pizzas fuese una cita romántica con papá, donde me hiciera sentir su chica, la que finalmente no sucedió porque papá ya tenía su chica.
Me acosté confundido y un poco triste, y también un poco excitado por mis deseos, porque si todo hubiese sido como yo había pensado a esa hora estaría junto a papá desnudos, tocándonos, besándonos, Seguramente ya estaría con su pene en la boca saboreando y descubriendo cuán profundo podría llegar en mi pequeña boquita. Comencé a salivar de excitación, llevé uno de mis dedos a los labios y me los acaricié, mi pequeño pene estaba erecto, bajé con mi mano a tocarlo y los 4 centímetros, que me media, estaban calientes y muy duros, bajé un poco mi pantalón del pijama hasta el muslo y me sentí libre de tocar mi huevitos, de mover mi cadera para sentir el roce de las sábanas como si fueran las manos de un hombre, me sentía bien, deseado, excitado y con ganas de que me usaran, mojé mis deditos y los llevé a mi pequeño glande, al acariciarlo bajé la piel y el contacto con la humedad y tibieza de mi saliva fueron deliciosos, me hubiese encantado que fuese la humedad de la boca de papá, como cuando se había metido todo mi penecito entre sus labios y con su lengua podía sin problemas acariciar la piel delicada y rugosa de mis bolitas a medio desarrollo. Volví a humedecer mis dedos y los llevé a mis bolitas, agarraba la piel de mi bolsa y la estiraba con suavidad, imaginaba la boca y lengua moviéndose ávida de placer en mi entrepierna. Un poco más de saliva y volví con mi mano a tocarme esta vez un poquito más abajo, abrí las piernas y mis dedos alcanzaron mi culito, estaba tibio, seco y suave, el contacto con mi saliva fue perfecto y mi culito ya entrenado se abrió, un tímido gemido salió de mi boca y comencé a mover mi dedo que poco a poco me estaba penetrando más. De pronto en mi cabeza pasó la imagen de mi amigo Eric mamándole el pene a su papá, a ese gran señor que me gustaba tanto mirar, que me acariciaba mi pelo y me hacía sentir cosquillas en mi pancita, en mis bolitas y desde que papá me había entrenado el culito, podía comenzar a sentir cosas ahí también, queriendo ser lamido, tocado, penetrado, llenado. Mi imaginación comenzó a volar y la boca de mi amigo engullía el pene grueso y de seguro más grande que el de mi papá, pues era más alto y más fornido, también era un poco mayor, mi amigo Eric recibía en su pequeña boca la cabezota húmeda y oscura de su padre y este solo lo miraba con placer, lo dejaba hacer, que se divirtiera, que se acostumbrara, que supiera lo que era mamar el pene de un hombre, pues desde que había comenzado sería su mamador personal. Mi mente volvió a mis propios recuerdos cuando vivíamos con mamá y buscábamos todas las instancias posibles para yo mamar a papá, cuando yo estaba adicto a su pene y a su semen y él estaba adicto a mi tibia boquita, a la suavidad de mis labios hinchados de placer, a mi cara sin pelos, a mi lengua inexperta Recordé las veces que me había llamado putita y un nuevo gemido salió de mi boca, mientras mi dedo entraba un poco más, mi culito ya lo recibía sin problemas y decidí intentar un segundo. Saqué mi dedo, dejé mi culito palpitando, mientras mis labios devoraron mi dedo con sabor a mi culito, cuantas veces no mamé el pene de papá después de sacarlo de mi, jugoso, hinchado, grande, relamí mis labios, puse saliva y regrese con mi mano y metí dos dedos con intensidad en mi culito, esta vez imaginaba que eran los dedos del papá de Eric que penetraban el culito de mi amigo, que estando en 4 patas apoyaba la cara en el suelo y se entregaba a su padre para que gozara, así quería estar yo, entregado, abierto, en posición de perrito con mi cabeza pegada al piso, para darle más entrada mi padre, al papá de Eric, a mi abuelo, a Roberto, a mi entrenador, a Wladimir… y cuando pensé en el novio de mamá, mi pene quería salir volando, mi culito se abrió como nunca, el tercer dedo entró sin necesitar más saliva, un gemido casi femenino salió de mi boca y las sensaciones que tenía en mi cuerpo, eran incontrolables, de pronto mis tres dedos se transformaron en el pene de Wladimir, imaginé su cuerpo sobre el mío, imaginé obligándome a recibir su pene, apretando mi pequeño cuellito para no gritar, y y deseaba terriblemente que eso hombre estuviera dentro de mi, deseaba sentir su pelvis golpeando mi pequeño culito, que usara mi cuerpo para su placer y yo estar solo así, dispuesto, abierto, deseoso… que me usara como papá no me había querido usar esa noche, que me hiciera una nena, la nena que papá rechazo, que lamiera mi culito abierto como si fuera la vagina de mamá o de cualquier mujer que se follara, quería ser esa mujer que satisficiera a ese hombre que había querido abusar de mi, pero que por el miedo al no saber que pasaba evité con grito. Ahora ahí sobre mi cama, teniendo mi primer orgasmo con mis tres dedos me arrepentía de no haber permitido que ese hombre me llenara de su carne y de su leche, y me hiciera suyo, como él quería.
_____
Gracias por leer y seguir la novela… ¿Hasta ahora cuál capítulo te ha gustado más?El 20 se septiembre del 2024 se cumplieron 2 años desde que estrené el primer capítulo de la novela… ya vamos en el episodio 74…
Si quieres leer la parte 20 ya está liberada para todo el mundo en la nueva página, puedes escribirme a mi Telegram, la cuenta es @BenjaLjubetic y te paso el link, también me encuentras en Twitter @macholingerie2 donde subo mi propio contenido, y algunas cosas con papá… (Cuando me escribas, SALUDA, se cordial, dime quién eres y cuéntame porque me escribes, por favor! )
Y si quieres leer el resto de la historia, 84 capítulos en total, (La novela se sigue escribiendo), incluyendo episodios especiales inéditos, con videos y fotos, puedes suscribirte. También me puedes preguntar cómo.
Gracias otra vez por leerme, espero que te esté gustando.
Besitos Benja!
Hola quisiera leer los demas capitulos y los capitulos ineditos
Y las fotos y videos
Le gustaría leer todos los capítulos inéditos, junto a las fotos y videos