Capítulo 2: Descubriendo a mi hermanito
Aquí ya comienza lo sexual entre Lucas y Dani. .
Disclaimer:
Antes de comenzar, quiero dejar en claro que todo lo que relato a continuación es mera y estrictamente ficticio. Esta historia es completamente ficticia, desde sus personajes hasta sus hechos y se basa netamente en mis fantasías íntimas. Nada de lo que está escrito aquí pretende promover acciones en la vida real. Dicho esto, espero disfruten de este relato.
Cap 2: Descubriendo a mi hermanito
Dani siempre fue un niño muy sociable; en su escuela solía hacer muchos amiguitos y en general, destacaba por ser gentil y respetuoso. Por otro lado, yo era más bien un niño tímido y solitario. No solía tener muchos amigos en la escuela; de hecho, siempre he sentido que sólo puedo yo mismo cuando estoy con mi hermanito.
En fin, nuestra relación se mantuvo como siempre hasta que él cumplió 7 años. En este entonces, yo tenía 15 años y había entrado en la pubertad. Eso implica que mi cuerpo comenzaba a cambiar, comenzaba a explorar mis intereses sexuales y por supuesto, a masturbarme. Sin embargo, no podía hacerlo muy seguido debido a que, al pasar tanto tiempo con Dani, tenía poquísimos momentos de privacidad. Si bien ahora mi hermano dormía en su propia cama, aún había ocasiones en las que se pasaba a dormir conmigo, debido a lo acostumbrado que estaba. Nuestros baños juntos también seguían como de costumbre, pues era parte de nuestra rutina casi diaria. Yo jamás había visto a Dani con otros ojos que no fueran los de un hermano completamente dedicado, hasta uno de nuestros días de baño que lo cambió todo.
En ese entonces, tanto mi padre como mi madre trabajaban hasta muy tarde en la noche, porque lo que era mi deber encargarme de que Dani se fuera a la cama. Como de costumbre, llegó la hora del baño y le dije a Dani que se adelantara a la ducha pero que yo lo alcanzaría. Me quité las zapatillas, la remera y los shorts, quedando sólo en boxers. Tomé mi toalla y me dirigí al cuarto de baño. Al entrar, Dani me estaba esperando completamente desnudo, listo para entrar en la ducha. Al verlo, me sentí muy extraño, pues nunca antes me había detenido a observar el cuerpo de mi hermano pequeño. Era perfecto: su piel se notaba muy suave, era muy delgadito, completamente lampiño; su pequeñito pene estaba retraído sobre su delicado escrotito. La verdad, sentí que aquella imagen me embriagaba. Creo que él lo notó, porque luego de unos segundos me preguntó: ¿Estás bien? Su pregunta me sacó del trance y nervioso le respondí que sí. Le dije que se metiera a la ducha.
- ¿No te vas a meter conmigo? – Preguntó él.
- Claro que sí, sólo espera un momento. – Dije yo, nervioso.
Mi nerviosismo era evidente y se debía la clara erección que la vista de mi hermanito desnudo había provocado debajo de mis boxers. Era una sensación que nunca había experimentado antes, pero sin querer actuar extraño, me los quité y me metí a la ducha con él. En ese entonces, mi pene mediría entre 15 o 16 centímetros erecto, nada del otro mundo. Al principio, Dani no dijo nada y yo no traté de esconder mi erección, pues siempre quise actuar de forma natural con respecto a esas cosas frente a él. No obstante, el contacto fue inmediato. Su cuerpo rosaba por momentos con mi pene y me producía aún más excitación de la que ya tenía. En un momento, Dani se dio la vuelta, mirando directamente a mi miembro.
- Lucas, ¿por qué tu pene está así? – Preguntó con genuina curiosidad.
- Creo que es porque estoy excitado. – Dije yo, tratando de actuar lo más natural posible.
- ¿Excitado? – Respondió él con una expresión llena de confusión.
En mi mente pasaron mil pensamientos al mismo tiempo. “¿Cómo le explico a mi hermano de 8 años lo que significa estar excitado?”. En mi mejor intento le dije:
- Cuando alguien o algo te gusta mucho, tu cuerpo se siente excitado. Eso hace que el pene crezca y se ponga duro.
- ¿Puedo tocarlo? – Preguntó él, extendiendo una de sus manos.
- Claro que sí, Dani.
Su mano tanto curiosamente mi miembro erecto. Si no me hubiera controlado, quizás habría eyaculado ahí mismo.
- ¿Entonces te gusto yo? – Preguntó Dani de pronto.
- Si… Digo no… Digo… Claro que sí Dani, eres mi hermano y me encantas. – Dije yo sin saber cómo responder.
- ¿Y mi pene se puede poner así?
- Creo que sí…
Para mi sorpresa, Dani no tuvo más preguntas y fue un alivio total. Mi erección no desapareció hasta que terminamos de bañarnos y fuimos a la habitación. Nuevamente, quedé absorto observando el cuerpecito de ángel de mi hermanito menor mientras se ponía su pijama, que consistía sólo una polera con estampado de dinosaurio y unos shorts cortos. Mi pijama era idéntico al suyo, por lo que si mi pene volvía a erectarse, sería un problema nuevamente.
- ¿Puedo dormir contigo hoy? – Preguntó él.
- Por supuesto que sí, bebé, ven aquí. – Dije yo ya en la cama, palpando un lado del colchón para indicarle que se recostara conmigo.
Dani saltó de su cama a la mía y me abrazó. Mis temores se hicieron realidad cuando nuevamente mi pene estaba duro como una roca y esta vez, frotando directamente contra el cuerpo de mi hermano menor, separados sólo por las delgadas telas de nuestros pijamas.
- ¡Lucas! ¡Tu pene está grande de nuevo! – Exclamó él.
Fue en ese momento que mis pensamientos racionales dejaron de funcionar y simplemente me dejé llevar por la emoción.
- Así es, es que me gustas mucho Dani. – Dije, con la voz temblorosa.
Luego, levanté un brazo para encender la luz de mi mesa de noche.
- ¿Quieres verlo de nuevo? – Le pregunté, haciendo todos los esfuerzos posibles por controlar mi excitación.
- ¡Síííííííí! – Casi gritó Dani.
Entonces, descubrí las sábanas para darnos espacio. Luego, bajé mis shorts y dejé salir mi pulsante erección. Dani se sentó en la cama y esta vez, sin preguntarme, tomó mi pene con una de sus manos.
- Me gusta como se siente, está caliente. – Dijo, riendo.
- ¿Quieres que el tuyo se ponga duro también? – Le pregunté con voz tenue.
- ¡Sí, por favor! – Dijo él, lleno de emoción.
Le indiqué que se recostara a mi lado y así lo hizo. Luego, con las manos temblorosas, lentamente bajé su short para descubrir aquel invaluable pequeño tesoro. Su pequeño pene rosadito yacía flácido y un lampiño saquito brillaba mostrando sus hermosos testículos infantiles. Totalmente llevado por la excitación, comencé a acariciar su pequeño miembro, el cual rápidamente se puso duro; medía aproximadamente 7 delgados centímetros.
- Se siente muy rico, Lucas. – Me dijo Dani, con su voz algo entrecortada.
- Podemos hacer que se siente aún más rico, hermanito. – Respondí. – ¿Quieres que te haga sentir así?
Dani asintió con la cabeza sin hablar. Entonces, hice algo que jamás pensé que haría. Me incliné sobre su entrepierna y lamí la punta de su pequeño pene. Dani dio un leve suspiro; el sabor de su delicado penecito era algo salado, quizá estaba saboreando alguna gota de pipí que quedó luego de su última ida al baño. Sin pensarlo más, volví a lamerlo, pero esta vez, abarcando mucho más de aquel inocente miembro. Dani se rio, y engullí su pene completamente con mi boca. Al ser tan pequeño, era como lamer un dulce; lo succionaba completamente dentro de mis labios y una vez dentro, lo bañaba con mi lengua. Me volví loco disfrutando de la pequeña salchicha de mi propio hermanito menor, mientras él soltaba pequeñas risas y gemidos. Mi baño de lengua y saliva duró alrededor de 10 minutos.
- ¿Te gustó, bebé? – Le pregunte, limpiándome la saliva de la boca.
- Me gustó mucho, hermano. ¿Podemos hacerlo de nuevo? – Dijo Dani, con su carita perfecta.
- Sí podemos Dani, pero no ahora porque ya es momento de dormir.
Me incliné sobre él y besé tiernamente sus labios rosados.
- Mañana estaremos todo el día solos y podemos jugar a muchas cosas divertidas. – Le dije, intentando calmar su emoción.
- Está bien. – Dijo él, con un leve tono de resignación.
Ambos nos quedamos con los shorts abajo y abracé a Dani. Mi cabeza daba mil vueltas y me costó mucho conciliar el sueño, pensando en lo que acaba de ocurrir.
PD: Espero que lo hayan disfrutado. Si bien el sexo en este capítulo es leve, desde el capítulo 3 en adelante se vuelve mucho más intenso. El relato ficticio contiene sexo entre hermanos y algunos fetiches (pies, saliva, orina, esmegma, entre otros). Por lo tanto, si no gustan de este tipo de contenido, les aconsejo no seguir leyendo. Sin embargo, si sus fantasías se acercan a ello, espero que lo disfruten tanto como yo. Saludos, lov3sick 🙂
sigue escribiendo buenos relatos migo saludos… 🙂 😉 🙂 😉
muchas gracias! lo que se viene es muy sexual y espero que lo disfrutes 🙂
Tenía muy bajas expectativas sobre este relato, se que el anterior fue introductorio, pero bien pudiste fusionar los dos textos. Quedé fascinado con este relato y todos los detalles que describiste, tuve la verga erecta de principio a fin. Felicidades y espero con ansias la próxima entrega.
Me alegra mucho que te haya gustado y excitado y muchas gracias por tu apreciación. Espero disfrutes del resto de capítulos 🙂
Me acabo de percatar que hay un pequeño error en la historia, pues en una parte digo que Dani tiene 8 años. Eso es incorrecto, porque en ese entonces Dani tenía 7 añitos.
gran relato sigue contanto
gracias, espero lo disfrutes jeje
Excelente amigo, sigue escribiendo , se vislumbra muy interesante felicidades
muchas gracias, espero te gusten los demás capítulos 🙂
Esperando la 3 parte. Ojalá haya mucho placer como se espera
Espero que te gusten los demás capítulos 🙂