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Gays, Incestos en Familia, Travestis / Transexuales

Capitulo I: Un joven con Vagina.

Por una mutación genética un chico crece teniendo una vagina que es alimentada por los penes de su familia..
— Señores Menéndez, las anomalías del estudio genético dieron resultados un poco fuera de lo común…— Dijo el Médico ajustándose los anteojos mientras les pasaba el documento.— es un caso de cada 2.500 personas— Ambos padres se miraron confundidos.

Abraham y Teodoro Menéndez eran padres de tres jóvenes muy sanos, si vida era feliz y se sentían plenos en sus vidas, con el cuarto embarazo de Teodora se pronosticaba que por fin tendrían a su primera hija, sin embargo, los estudios mostraron que el bebé nacido era genéticamente un varón fuerte y sano, pero con una condición que alarmó a todos en el quirófano, el Bebé crecería para convertirse fisiológicamente en un niño pero sus genitales se asemejaban más a los de una niña. Por más que intentaron buscar una solución, no podrían ocultar las tendencias masculinas en el desarrollo del muchacho, aprendieron a vivir con un hijo que poseía una vagina envés de un pene.

— Mateo, cuidado — sonó antes de que un balón golpeará su cabeza, el joven de no más de 13 años cayó aturdido. Sus hermanos mayores corrieron para ayudarlo y uno de ellos se disculpó tratando de suavizar el accidente.

—No importa, ya estoy bien— el joven adolescente sonrió y sus hermanos le correspondieron antes de seguir jugando al fútbol.

Mateo era el menos de la Familia Menéndez, el Señor Menéndez tenía el título de Patriarca de la casa con 45 años, su esposa Teodora a penas con 43 y habían formado una familia modelo. Su primer hijo era Abraham Jr; un joven muy apuesto y masculino con 25 años, el segundo era Rick; con 23 años ya tenía un título muy importante a nivel nacional, el tercero era Benjamín con 20 años; era el universitario rebelde pero con buen corazón. Todos los miraban como una hermosa familia, eran muy queridos en su vecindario.

Mateo era un hombre más de la familia, nunca se sintió diferente a sus hermanos y siempre mostró tendencias masculinas. Estando en la pubertad le recetaron un medicamento en base a testosterona que lo ayudó mucho con su autoestima, ahora era completamente un varón. En medio de la preadolescencia los cambios se volvieron más usuales y de cierta forma fue descubriendo mucho más acerca de su cuerpo, no fue hasta que llegó su primer periodo que todos esos cambios se intensificaron.

Con su primer sangrado sus familiares tomaron una postura mucho más protectora, esos cambios habían debilitado un poco el cuerpo de Mateo y el médico le prohibió los juegos bruscos que solía jugar con sus hermanos mayores, su madre muy comprensiva lo ayudó a sobrellevar la situación pero debía dejar de tomar la testosterona un tiempo. Después de tanto tiempo, su condición era totalmente desconocida y su adolescencia podría cambiar muchas cosas.

— ¡Oye! Necesito orinar urgente — Rick tocaba con desespero la puerta del baño, Mateo a penas se había enjabonado y se paralizó al escuchar a su hermano. — lo haré rápido, solo voltéate — Mateo le dió permiso a entrar y pronto su hermano se puso a orinar. Mateo mientras pasaba el jabón por su piel pudo notar cómo se erizó al ver inconscientemente cómo su hermano orinaba parado, se preguntaba que tan diferentes eran si él también era un hombre, sus dedos tocaron superficialmente si vulva llena de jabón, sentía una corriente caliente por esa zona.

Mientras seguía en la ducha observó a través del vidrio como su hermano se sacudía dándole la espalda, el sonido de la orina cayendo chocaba con el inodoro, Mateo salió de la ducha mientras Rick seguía vaciando su vejiga. Trató de salir silenciosamente pero no contó con que la toalla que estuvo a punto de caer, por suerte su hermano la tomó en el aire mientras se volteaba hasta quedar frente a él.

— Lo siento…— Mateo bajo la mirada y se sorprendió al ver cómo el pene erecto de su hermano lo apuntaba, sintió una mezcla de vergüenza y curiosidad, primera vez en su vida veía unos genitales masculinos y había descubierto que era totalmente diferente a los suyos. Rick también bajó la mirada para ver el coñito de su hermanito menor, se sorprendió al ver lo pequeño que se veía y lo lampiño que era, eso causó que su verga diera un brinco, ambos estaban paralizados mirando al otro.

— Nunca te había visto…— Rick trato de romper el silencio, fueron unos segundos muy largos para ambos.

— Yo tampoco…— sus miradas se conectaron de inmediato, Rick se agarró el pene inconscientemente y se bajó por completo el boxer.

— ¿Quieres ver de cerca? —  dijo antes de acercarse lentamente a su hermano menor, Mateo asintió mirando como el pene de su hermano se acercaba, lo cautivó por completo como se balanceaba sobre las bolas peludas. — ¿Puedo tocar ahi?— Mateo asintió mientras su hermano estaba frente a él, los Dedos de Rick bajaron hasta rozas su entrepierna causándole una sensación calurosa, su hermano abrió la boca dejando caer un poco de saliva en sus dedos mientras seguía tocándolo.

El calor de Rick cubría su cuerpo y su pene a centímetros de él lo hacía estremecer, sus dedos tocaban los labios de su coñito virgen y después de un rato estaba empezando a jadear, con las manos calientes abrazó a su hermano mayor por los hombros mientras lo seguía masturbando, con ese acercamiento Rick aprovechó en echar más saliva en sus manos, pero está vez la embarró en su verga palpitante.

Mateo cerró los ojos abrazando a su hermano, Rick abrió más las piernas de su hermanito y apuntó su pene a su entrepierna, primero lo pasó de arriba a bajo reemplazando sus dedos por la punta de su pinga. El contraste era hermoso, el coñito del adolescente era rosadito y jugoso mientras la verga de su hermano era oscura y un poco gruesa, Mateo sentía como pasaba su pene sobre su coñito pero sintió miedo a detener ese momento.

Después de tanto roce, Rick apuntaba el huequito virgen de su hermanito, aún sin entrar sentía el calor en la punta de su pene.

— ¿Me dejas entrar?— esa pregunta resonó por unos segundos en la mente de Mateo, sintió como el miembro de su hermano tocaba su entrepierna y deseaba más.

Sin tener respuesta, Rick movió su mano para guiar su verga dura a la vagina resbalosa de Mateo, su pene era grande y deseaba entrar en ese agujero tan pequeño y virgen, deseaba desvirgar la conchita de su hermano menor, Mateo se tapó la boca con ambas manos mientras dejaba que su hermano forzará su coñito. Al principio fue muy duro y costó que la punta entrara, El joven tuvo que aguantarse el dolor mientras su hermano seguía tratando de penetrarlo, pronto la punta de su pene desapareció dentro de la piel de Mateo, quién se mordió al sentir como entraba cada centímetro de la pinga de su hermano.

Rick jadeó al sentir como sus bolas tocaron las piernas lampiñas de su hermano, estaba totalmente clavando a su hermanito menor y le gustaba como se sentía, Mateo soltó unas lágrimas y abrazó a su hermano quién lo miraba un poco confundido, su verga estaba completamente adentro de él, su cavidad vaginal estaba abierta por un gran trozo, sus piernas temblaron y eso sacó del shock a Rick y empezó a moverse.

Si verga media alrededor de 20 cm y centímetro por centímetros se fue moviendo de la vagina de su hermano hasta que Mateo dejó de temblar, en ese momento fue cuando pudo empezar a penetrarlo con más libertad sabiendo que el dolor le estaba pasando. Fue lento pero profundo, una sonrisa se le dibujó en su cara al percatarse de que es el primer hombre dentro de ese coñito jovencito. La vista era una obra de arte, estaban conectado su verga oscura dentro de esa vagina enrojecida, el morbo lo tenían a mil y empezó a penetrar más rápido causándole gemidos difíciles de contener al menor. Mateo sentía como el pene de su hermano abría sus cavidades ya dilatadas y empezaba a sentir el  placer del sexo.

— Cariño, es hora de cenar — los toques en la puerta los paralizó en el acto, la pinga de Rick seguía dura mientras la vagina de Mateo soltaba líquidos alrededor del miembro. Los toques fueron más constantes y ambos se separaron por el miedo a ser descubiertos, después de un rato ambos estaban vestidos evitando el contacto visual con el otro.

Rick lo miró antes de salir rápido del baño, por suerte no estaba nadie alrededor y logró evitar  encuentros incómodos, mientras tanto Mateo permaneció en el baño tocando su flor recién abierta,  se sorprendió un poco como se sentía en ese momento. Un hilo de sangre le indicó que ahora había dejado su inocencia atrás y los placeres del sexo se abrían de una forma que jamás imaginó, el hecho de que fuera su hermano quien lo desvirgó fue un detonante en su pensamiento, solo recordaba las sensaciones que le causó y quería volver a sentirlo.

Con un leve dolor salió del baño y asistió a la cena de lo más normal, Rick también estuvo ahí y actuó con normalidad en todo momento,  esa fue la parte que más le gustó, desde ese momento supo que podía tener sexo y seguir con su vida de una forma normal, ya anhelaba volver a sentir como su coño era abierto por un hombre, quizás a partir de ese momento Mateo miró a los hombres de su familia con otros ojos, tenía curiosidad y deseo.

Desde que tiene uso de razón ha compartido la habitación con su hermano mayor, Abraham siempre había sido muy protector con él y diría que era su hermano favorito. Después de semanas del suceso con Rick no habían tenido un contacto como ese, solo roces ocasionales o miradas disfrazadas, la mayor parte del tiempo lo pasaba con Abraham en el cuarto o en las salidas al súper que les ordenaba su madre. Mateo poco a poco empezó a ver a Abraham como hombre y no solo como su hermano mayor, constantemente lo observaba para detallarlo; Abraham era el mayor de los hermanos con 25 años, tenía barba que recortaba cada semana y también era el más alto de todos,  era atlético Pero tenía una leve pancita llena de bellos delicados desde el ombligo hasta desaparecer bajo sus pantalones, también tenía músculos que lo hacían ver bastante masculino. Los detalles que ahora podía notar le atraían bastante, antes su hermano podía usar shorts con normalidad en su cuarto, pero ahora Mateo estaba consciente de lo que tienen los demas hombres entre las piernas y sentía curiosidad, peor eso no se comparaba al deseo de volver a sentir esas sensaciones que tanto le encantaron y Abraham era ese tipo de hombre que podría causarle placer, a pesar de ser su hermano mayor, su hermano favorito y protector.

Las noches pasaban con naturalidad, Abraham y Mateo dormian en una cama grande y espaciosa que les daban un buen espacio para cada uno, normalmente cada uno tomaba su propio espacio de la cama después de darse las buenas noches, pero desde hace días Mateo había estado acercándose a su hermano para dormir en forma de cucharita, Abraham adoraba a su hermanito y disfrutaba abrazarlo al dormir.

Una noche ambos siguieron si rutina de siempre, ambos estaban en shorts y se acostaron como siempre, Abraham abrazó con fuerza a Mateo pegando su pecho en la delgada espalda de su hermano. Después de un rato ambos tratando de dormir escuchaban la respiración del otro, Mateo sentía su cuerpo arder al estar casi aplastado por el peso de su hermano, ninguno habló pero se movieron rozando sus cuerpos y poco a poco Mateo sintió como algo muy duro chocaba contra sus nalgas, con la calentura que sentía empezó a sentir como su coñito se dilataba en líquido transparente y movió su culito restregándose al cuerpo de su hermano mayor.

Abraham solo se limitó a acariciarle su cabello mientras su pene crecía cada vez más.

—¿Abraham?— Mateo le habló sin voltearse.

— ¿Mmh…? — Fingiendo somnolencia le respondió con un leve sonido.

— No, nada…— Mateo estaba nervioso y no sabía cómo reaccionar en ese tipo de situaciones, podía fingir que nada pasaba y dormir.

— Dime, Mat— Abraham le dió un golpecito En el hombro y su hermanito se volteó hasta mirarlo a los ojos.

— Es que siento algo raro…— los ojos vidriosos de Mateo provocaron una mirada llena de preocupación en su hermano.

— ¿Raro cómo?— sin preguntar más nada encendió la lámpara de mesa iluminando sus caras mientras se sentaban frente a frente.

Mateo al verlo esa noche sintió como sus mejillas se calentaban y el hormigueo en sus manos se hizo presente, dudó de sus palabras pero siguió. — Aquí — dijo señalando bajo su estómago, Abraham se acercó colocando su mano en su vientre limpio de pelos, Mateo notó la erección de su hermano mayor y quiso tocar peor se limitó.

Las manos de Abraham presionaban el estómago de su hermanito pero Mateo negaba con la cabeza, el Mayor abrió las piernas para estar más cómodo y el menor se acercó hasta quedar con sus piernas sobre las de su hermano. Después de unos segundos, Mateo señaló su entrepierna y notaron una pequeña mancha del loquito que salía de ahí.

— ¿Debería ir a llamar a mamá?— Abraham trato de levantarse pero fue detenido por su hermano menor, su shorts tenía una carpa que apuntaban directamente a Mateo.

— No, creo que puedes ayudarme tú, dejame enseñarte— Mateo sin moverse de su lugar empezó a desvestirse, eso no era raro entre ellos porque se criaron como hermanos y a veces lo hacía, claro, que cuando eso pasaba siempre evitaban verse sus partes íntimas, está vez no fue así.

Mateo se deshizo de su ropa y quedó completamente desnudo frente a su hermano quién lo observó con detenimiento sin disminuir el tamaño de su carpa, Mateo se inclinó y con sus dedos abrió los labios de su coñito y le mostró lo viscosa que estaba. Abraham trago fuerte y observó con detenimiento como su hermanito se abría la vagina para él.

— Hermano, quítate el short, se ve que te incomoda — sin pensar mucho Abraham se quitó el short mostrando su bulto dentro del boxer negro que tenía, después de pensarlo unos segundos también se deshizo de ellos, al liberar su erección Mateo abrió los ojos al ver cómo rebotaba el miembro de su hermano, se sorprendió por el tamaño, era incluso más grande que el de Rick y con muchas más venas palpitando, su pelvis tenía pelos recortados y grandes bolas rosadas, en similitud al de su otro hermano también lo tenía en un tono oscuro, eso empezó a encantarle.

Continuaron en la posición del comienzo, pero está vez Abraham se quedó estático mirando a su hermano menor, Mateo deseaban ser pene tirado y no pensaba en el dolor que podía sentir, sino, en el placer que llegaría después, con inclinaciones lentas se fue acercando cada vez más a su hermano hasta que su coñito estaba frente a la pinga del Mayor.

Abraham acarició sus piernas y Mateo tomo la verga babosa de su líquido preseminal y empezó a rozarla con su coñito de macho, jadeó al sentir el grosor de la punta entrando a su agujero, aguanto la respiración cuando logró meter la cabeza, Abraham respiro hondo y lo tomó de la cintura para guiar sus movimientos, poco a poco fue entrando hasta que estuvo a la mitad.

— ¡Agh…!¡Agh…!— los gemidos ahogados de Mateo satisfacían los pensamientos de Abraham, la mitad de su pinga estaba causándole muchas sensaciones al menor, después de un rato sin moverse, Abraham empujó a Mateo acostandolo sin sacar su pene de su vagina, Mateo sintió como su hermano tomó el control de la situación y en posición de misionero siguió metiéndole la verga hasta que estuvo toda, tapó su boca para aguantar los gritos del dolor que sentía, Su hermano mayor miraba como su verga fue tragada por ese coñito tan pequeño y le encantaba.

Después de un rato Mateo ya no se quejaba y empezaba la diversión para ambos, Abraham empezó a cogerse a su hermano menor en un ritmo suave para no lastimarlo pero al mismo tiempo de una forma en la que lo haría ver estrellas, la vagina de Mateo se había adaptado muy bien a la pinga de su hermano mayor y pronto cada embestida lo hacía morder las almohadas con fuerza, el pene de Abraham entraba con facilidad gracias a los juegos vaginales que salían como locos de Mateo.

— Se siente bien… me gusta… Así… Aagh— la verga de Abraham entraba y salía a un ritmo bastante placentero para ambos y los jadeos fueron contenidos para que no sonarán tanto, el coñito rosado de Mateo estaba siendo profanado por otro de sus hermanos y se sentía en el cielo, los vergones de sus hermanos se estaban volviendo su obsesión y disfrutaba esas sensaciones al mil, duraron un rato en ese vaivén y ambos no dejaban de jadear, Mateo sintió fuertes ganas de orinar y por más que se contuvo no pudo aguantarlo, por lo que desató un chorro de líquido que mojo toda la pelvis de su hermano quién no dejaba de taladrar esa vagina deliciosa, unos minutos después Abraham sacó rápido su pene y botó su leche en el vientre de su hermanito, dejándole también la entrada de su coñito con los primeros chorros de semen.

Ambos estaban cansados, cómo pudieron limpiarse Y limpiaron la cama para dormir abrazados.

 

107 Lecturas/28 junio, 2025/0 Comentarios/por Rimi
Etiquetas: hermano, hermanos, hija, hijo, madre, mayor, mayores, sexo
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