Capitulo III: Un joven con Vagina.
Por una mutación genética un chico crece teniendo una vagina que es alimentada por los penes de su familia.
Los rayos del sol estaban puestos sobre el horizonte, Mateo se restregaba los ojos del cansancio, Madrugar no era de sus actividades favoritas pero le tocó esta vez, adormilado observó como su padre preparaba el camión en el que irian en su viaje, era de tamaño mediano Pero bastante cómodo, atrás de los cojines principales estaban otros que le servirían de cama por si se cansaba, su padre se lo había dicho y aceptó la propuesta.
— ¿Listo para el viaje, hijo?— la sonrisa de su padre se curvó, la barba recortada se movió con el gesto y sus dientes blanquecinos casi brillaron.
— Si…— el camión arrancó en marcha a su destino, Mateo observó por la ventana el paisaje boscoso de la ciudad y me maravilló la vista, varios recintos y parques contenían abundancia vegetal, las aves y los insectos lo entretuvieron por un momento.
Su padre manejaba concentrándose en el camino, la carretera estaba ardiendo y el calor a penas era soportable, Mateo se recostó en la puerta del camión imaginando que estaba sintiendo las vergas de sus hermanos, con la aburrición que tenía se puso a categorizar sus penes. En el top #1 estaba Abraham Jr; su verga estaba grande y gruesa, eso le encantaba, mediría 21 centímetros. En segundo lugar Benji con su verga peluda; era larga y un poco menos gruesa pero le llegaba bastante profundo, mediría como 22 cm y al final y no menos importante, Rick; el hombre que lo desvirgó con su verga gruesa; mediría como 20 cm y un poco más gruesa que la de los demás. Se relamió los labios recordando el placer que sintió con cada uno de ellos y ya deseaba volver a probar sus penes otra vez, sintió una mano en su pierna y rápido salió de sus pensamientos dirigiendo su mirada a su padre.
— bebé, hará una parada rápida en la tienda. ¿Quieres que te compre algo?— la voz de su padre fue dulce, mientras hablaba quitó su mano de la pierna de su hijo, Mateo asintió pero una chispa lo hizo calentar.
Su padre se estacionó y salió del camión, Mateo le había encargado unos snack para sobrellevar el viaje. Mientras esperaba no pudo evitar pensar en su padre y en lo grande que era, incluso más alto que Abraham Jr, era un hombre muy guapo a sus 45 años y con una excelente condición física, su padre a pensás tenía unas pocas canas y se veía musculoso. Mateo pensó en los grandes brazos de su padre y su pecho endurecido, inconscientemente bajo su mano y tocó su entrepierna frontandose un poco sobre el pantalón, sintió como iba soltando gotas de su líquido vaginal poco a poco.
Antes de que pudiera seguir observó como su padre se aproximaba con las bolsas y detalló el cuerpo fornido de su progenitor, su papá era bastante guapo y se veía muy fuerte, se enfocó en el bulto que se formaba en su jean y sintió fuertes ganas de descubir como era su verga, solo puso imaginarse algo y eso lo uso para una fantasía donde su papá se lo cogía como lo hacian sus hermanos, en su mente trato de encontrar una estrategia para llevar bien el viaje y evitar aburrirse, quizás su padre podría ser parte de eso.
El viaje continuó de forma normal, ambos comieron de las cosas que su padre compró y eventualmente compartían una conversación, su padre siempre fue algo serio con todos sus hijos pero de cierta forma con Mateo se mostraba más protector y consentidor, eso le encantaba al pequeño, lo hacía sentir especial desde siempre.
— No le digas a tu madre que te estoy dejando comer toda esta porquería — le dijo sonriendo mientras comía de los snacks, Mateo sonrió de vuelta, la barba de su padre estaba un poco sucia por las migajas de las croquetas, Mateo se acercó y lo limpió sonriendo de una forma un poco coqueta.
— Tranquilo, será nuestro secreto— fue lo que le dijo, su padre sonrió mirando a su hijo fijamente.
El paso del camino continuó, ya solo estaban rodeados de un extenso bosque, el clima estaba un poco más fresco por esa zona. Mateo sintió ganas de orinar y por más intentó contenerse, tenía que ir a descargar.
— Papá, necesito ir al baño— Mateo se apretó un poco para aguantar más, su padre asintió y espero a la entrada de un sendero para detenerse un momento.
Mateo salió casi corriendo entre los árboles, por suerte ese lugar estaba bastante tapado por arbustos y nadie podría verlo orinar, se agachó y empezó a descargar, mientras orinaba escuchó pasos cerca de él y notó una presencia casi a su lado, de repente escuchó otro sonido y era similar al suyo, se percató que su padre estaba orinando muy cerca de él y eso le causó una calentura de inmediato.
— ¿Papá?— la voz de Mateo fue casi susurrante, aún tenía los pantalones en las rodillas y se levantó al notar cómo su padre llegaba a donde estaba mientras se abrochaba los pantalones, aún sin abrocharse la correa el jean estaba rustico pero se notaba una media erección dentro de la tela.
— También lo necesitaba… — Abraham padre se estremeció al ver a su hijo desnudo frente a él, inmediatamente volteó la cara pero se quedó en el mismo lugar a unos paso de Mateo.
— Está bien, ¿Me ayudas con algo?— Mateo se acercó a su padre hasta que estuvieron muy cerca, su padre lo miró confundido
— ¿Qué cosas, hijo? — Su padre sonrió nervioso por la cercanía de ambos, Mateo estaba nervioso pero también estaba caliente y en su mente lo que hacía no estaba mal, solo deseaba ser follado por alguien y el único que podía en ese momento era su propio padre.
Mateo Miró directamente a los ojos de su padre, la diferencia de estatura era muy notoria pero ambos eran hombres en un momento íntimo de padre e hijo. Mateo bajó su mano y empezó a acariciar el bulto de su padre, Abraham lo observó confundido pero no lo detuvo.
— ¿Qué haces…? — su padre estaba notablemente nervioso y hasta paralizado mientras el menor desabrochaba su pantalón, el botón del jean sonó levemente y pronto se pudo notar la semiereccion del adulto, para estar casi flácida se veía muy grande, incluso más que la de sus hermanos, Mateo lo supo, esa era la presa grande, su padre.
Ninguno emitió palabra alguna, Mateo temblaba por su audacia con su padre, no tenía pensado ser tan directo pero la situación lo impulso y no habia marcha atrás, sus manos delicadas sacaron el pene de su progenitor bajando un poco el boxer negro, su pinga era oscura y peluda con muchas venas que palpitaban, de un momento a otro se empezó a poner dura y el liquido brotaba de la punta, el joven la acarició un momento hasta que estuvo totalmente dura, miró a su padre y el mayor tragó duro, lo estaba disfrutando y tampoco quería parar.
El coñito de Mateo por la situación ya estaba un poco mojado y dilatado, sabía que estaba preparado para recibir a su padre, Mateo agarró el pene de su papá y se levantó para pegarse un poco a él, su padre lo abrazó sin soltarlo para que estuviera a una buena altura. El mismo Mateo se autopenetró con la verga de sus papá, colocó la punta en su huequito húmedo y con movimientos circulares gimió, no entró de inmediato pero con un poco de fuerza la punta lo empezó a abrir, se quejó cuando el glande se su padre lo empezó a penetrar.
Abraham padre estaba en shock mientras su hijo metía su palo dentro de él, Mateo siguió gimiendo con cada centímetro que entraba y poco a poco sus gemidos fueron más constantes, tenía menos de la mitad adentro y ya estaba sudando como loco por el esfuerzo y el gran trozo aue no terminaba de llenarlo, Su padre se quedó abrazándolo hasta que Mateo echó un grito que lo sacó de su transe.
Su padre le dió un pequeño empujón provocando que su miembro saliera de su hijo y Mateo cayera al piso, el pequeño cayó sentado con las piernas abiertas y su padre logró ver cómo tenía el coñito jugoso y un poco abierto por su propio verga, aún con el pene duro lo tuvo que guardar dentro de sus pantalones.
— Mateo, hay que seguir— sus palabras salieron en un tono serio y cortante, se volteó y salió de entre los arbustos. Mateo se acomodó y se subió los pantalones de inmediato y lo siguió hasta el camión.
Ninguno habló al respecto mientras siguieron si viaje, su padre mantuvo su gesto serio todo el viaje y Mateo se limitó a mirar por la ventana, estaba muerto de la vergüenza y no quería que las cosas entre ellos estuviera mal por eso, quizás su padre no lo entendía como sus hermanos Pero Mateo deseaba su pene con fuerza, su calentura lo estaba poseyendo.
— Pasaremos aquí la noche…— le dijo su padre sin mirarlo mientras sonaba la puerta del camión, observó por la ventana y miró el campamento de viajeros, no era la gran cosa, solo era algo como un estacionamiento entre el bosque con varios espacios con paredes de madera que garantizaban comodidad y privacidad a quien quisiera acampar. Se bajó del camión y observó a su padre organizar la tienda en uno de los espacios, ese lugar estaba bien pensado, como estaba el camión tapaba el espacio de ese lugar y quedaba como un cuarto de tres paredes, la tienda de su padre era mediana y alta, se veía bastante cómoda. Mateo tomó su tienda para empezar a armarla y su padre lo detuvo quitándose la de las manos.
— Con una está bien— su padre lo miro directamente causándole un escalofrío y lo único que pudo hacer fue asentir.
Después de terminar de armar la tienda de campaña, ambos a penas cruzaron palabras y comieron de la comida que les había preparado su madre para llevar, al anochecer se acomodaron dentro de la tienda, Mateo entró gateando mientras su padre revisaba una revista acostado adentro, su padre lo miró y siguió con su revista, Mateo se acomodó y le dió la espalda, de cierta forma se sintió mal porque se notaba la tensión entre ellos y ya no era su padre consentidor y protector con él.
El espacio no era muy grande y tendrían que dormir un poco apretados por el tamaño de su padre, Mateo le daba la espalda a su padre mientras pensaba en como había arruinado las cosas, su padre no dejaba de ver con el rabillo del ojo a su hijo. Cuando anocheció por completo se acomodaron de cucharita sin tocarse, hasta que su padre lo abrazó por la espalda y se pegó contra su cuerpo, Mateo sintió la respiración en su nuca y se estremeció por el contacto directo y el calor de su padre, poco a poco sintió algo duro en sus nalgas y se percató en lo excitado que estaba su papá, se quedó quieto mientras le rozaba el pene en su culo, no podía creer lo que estaba pasando.
— ¿Quieres que tú papá te coja?— sus palabras fueron susurrantes y el olor a hombre llenó el lugar.
— Si…— Mateo susurró de inmediato, y sin muchos rodeos su padre empezó a desvestirlo hasta que su hijo quedó completamente desnudo, estaba oscuro Pero ambos sabían cómo acomodarse, Mateo abrió las piernas mientras su papá se levantó para meterse entre ellas quedando en la posición del misionero, el coñito de Mateo se empezó a humedecer por la excitación que sintió y su padre se masturbaba para llegar al punto perfecto de dureza, El menor se llenó la mano de saliva y le la embarró en la vagina para dilatarse un poco, su padre por otro lado empezó a acariciarlo para sentir con sus dedos los genitales de su hijo.
Sus dedos eran gruesos y un poco rústico, se sentía extraño para Mateo sentir como esos dedos lo tocaban con deseo, más saliva y empezó a masturbar a su hijo tocando y metiendo sus dedos en su huequito húmedo, sin avisarle después de un rato su padre se acomodó y guío su verga a el coñito de su hijo, fue un poco rústico al meter la punta causándole un grito a Mateo que no pudo contener.
— Ya está… Ya está…— la Voz de su padre lo calmó, a penas tenía la cabeza adentro y se quedó quieto para no lastimarlo, Mateo sentía su cuerpo caliente y el dolor continuaba peor ya estaba calmado, poco a poco su padre fue metiéndose más profundo causándole gemidos de dolor que pronto se convirtieron en placer.
Ya tenía más de la mitad adentro y su padre empezó con la penetración, entraba y salía su verga mientras el coñito soltaba sus líquidos lubricando ese gran trozo que cada vez lleva más adentro, Mateo gemía sin limitarse al ser cada estocada de su papá, Abraham padre gruñía por el placer del apretado coño de su hijo, ambos sintieron mucho gozo al tener sexo como Dios manda, Mateo sentía lo duro de esa verga y no se cohibió de gemir de placer, ambos tenían la respiración agitada.
La vergas de su padre entraba y salía con facilidad y el coño de Mateo se abría cada vez más, los gemidos se mezclaron en una canción nocturna en medio de la nada, pronto las bolas de su papá chocaron contra su piel indicando que ya estaba recibiendo todo el miembro que lo había engendrado, su vagina estaba muy abierta y se estremeció al sentir como su padre se tensaba, Mateo casi gritaba cuando su papá aumento la velocidad y cruzó sus piernas alrededor del cuerpo del mayor para sentirlo más profundo, su padre trato de soltarse pero las piernas de su hijo lo atraparon, ambos gimieron y siguieron con el sexo. Mateo gritó soltando chorros que salieron disparados de su vagina mojando el cuerpo de su padre quién sequía penetrándolo con fuerza hasta que sin avisar soltó sus chorros de leche adentro de su hijo, fueron 7 disparos de abundante semen que dejó el coñito de su hijo bien alimentado, Mateo acababa de ser preñado por su padre y le encantó sentirlo, estaba totalmente satisfecho mientras su padre sacaba su miembro de la vagina de su hijo.
Esa noche se acostaron abrazados, Mateo sentía como el semen de su padre escurría saliendo de su vagina y se durmió con el placer de sentir la leche que lo creó, los brazos de su padre rodearon su cintura y los ronquidos sonaron en su nuca.
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