Carlitos va a comprar pan 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Juanrg.
Catalina mandó a eso del mediodía a su hijo Carlitos a la panadería:
"¡Ve corriendo!"- le dijo
"Ma.. ¿Después puedo ir a jugar con los demás chicos del barrio en el terreno de al lado del almacén? ¡Vamos a hacer un fuerte indio! ¿Me dejas.. maaaaaaaa?" – preguntó Carlitos.
"¡Primero el pan.. después juga con quien quieras!"- respondió ella.
El no sabia ni su madre tampoco que ese día Carlitos recibiría una sorpresa de alguien que siempre a Carlitos lo vio como la futura "nena del barrio".
Carlitos vestía ojotas, pantalón cortito, muy cortito, no como los que ahora se ven, una remera con dos agujeros ya que su madre le ponia ropa para que jugara.. ese dia no llevaba calzoncillitos. El porqué, no se sabe, en eso Catalina era cuidadosa pero el niño prefería estar con muy poca ropa.
Carlitos tomo de las manos de su madre el dinero para el pan y se apuro para dirigirse al almacen de Don Jeronimo, cuatro cuadras de su casa.
Jerónimo, el dueño, lo vio entrar y su cara de buen vendedor se transformó al verlo a Carlitos. Terminó de atender a una vecina que ya se iba y se dirigió a Carlitos.
"sí.. ¿qué quieres?"- le peguntó
"Mi mamá me mandó por pan, Don Jerónimo"- respondió el niño con su paradita afeminada. Mientras el dinero se le caia de las manos, Se rió y se puso en cuatro patitas con el culito hacia Don Jerónimo, dejando ver que no llevaba ropa interior y, Dios sabe, que le vio todo su visitado agujerito.
"¿Lo mismo de siempre, me imagino?"- le preguntó e inmediatamente el niño asintió con la cabeza mientras el almacenero pensaba que con esa pose de niño putito y esos modales pronto seria la nena de alguno que se lo cojeria.
A Don Jerónimo no le gustaban los putitos y la verdad que no le gustaba ver niños afeminaditos en el barrio. Su exagerada heterosexualidad veia a los niños como niños rudos desde el nacimiento y a las niñas, delicaditas.
"Tengo que cerrar el negocio. Cierro las percianas y te llevas tu encargue. Quiero irme a descansar. Asi que cierro todo y te vas".- le dijo al niño con mala ganas.
"Bien…".- el niño como si no notara la indiferencia y el desprecio que sentía por él asintió e inmediatamente le pidió ir al baño ya que se hacia pis.
"Vé".- le dijo el panadero – "Lo encontraras al final del pasillo".
"Gracias, Don Jerónimo" – dijo el niño, mientras se agarraba si pitito y se fruncía hacia atrás de las ganas de mear.
El viejo panadero comenzó a bajar la perciana y cerrar el local mientras pensaba en las veces que lo vio a Carlitos y por sus gestos ya adivinaba que el niño era una mariquita en potencia.
Culminó su tarea y notó que el niño tardaba en el baño. Le preguntó si estaba bien y, aunque el niño respondió que no pasaba nada, se acerco hasta ese sitio para ver porque el niño putito tardaba tanto.
Se asomó, sólo con la intención de ver porque tardaba y llamado por la cancioncita que el pequeño tarareaba.
En la puerta, vió al niño sentado y pensó: "Y claro… Era más que obvio. ¿Como puede mear una niñita en potencia sino es sentado?".
"Pedazo de puto…" – balbuceó y se acercó al niño.
"Carlitos.. ¿Que hacés sentado?" – le gritó – "¿Querés ver como mean los hombres de verdad? – le preguntó, mientras se acercaba al niño, corría su delantal, bajaba sus pantalones y manoteaba su pija.
"Don Jero…." – alcanzó a decir el niño cuando el panadero comezó a mearlo mientras el niño seguía sostenido del inodoro y sintiendo como caía el chorro de meo por su cuerpo.
Una mezcla de olores innundó al niño. Entre olor a pija, a huevos y al meo de quien seria su nuevo amante maduro. Junto al olor a leche y a paja que el niño distinguió cuando entro al baño que usaban el panadero y su hijo mayor. Ya le tocaria a su hijo mayor pensó el pequeño.
"¡Asi mean los grandes, putito!" – le dijo el viejo, mientras el niño sonreia picaramente, subía los ojos y abria su boca para saborear el meo de mediodía de Don Jeronimo.
El viejo exclamó un ah! de placer y levantó al niño del innodoro. Lo llevo hasta el mostardor y aun continuaba su orina saliendo de su pija mientras se erectaba, mojó el camino por donde pasaba él y el niño en sus brazos.
El niño colgaba su pantaloncito de su pié y solo decia: "¡No, Don Jerónimo.. No!" – pero ese NO no sonaba a NO. Al menos eso le pareció a Don Jerónimo.
Lo puso encima del mostador, abrió sus piernitas y comenzó a chuparle todo lo que veián sus ojos. La saliva espesa innundaba todo a su paso. La saliva espesa acompañaba el dedo medio de Don Jeronimo mientras queria introducirse en el anito del niño. Primero la punta y luego… no hacia falta ir despacio. Carlitos ya estaba desgarrado por fuera y por dentro. Carlitos sabia como dilatarse.
"Yo tenia razón.. eres toda una nena" – dijo el viejo mientras lamia ese culito florecido, con los pliegues propios de un culo rotito y bien cojido con el tiempo. Usado y abusado por varios, y no por niños.
El viejo hacia su trabajo y se meaba encima.
"ah! Ah! Ah! – gemia el niño mientras el viejo chupaba el culito, los huevitos y el pitito de Carlitos .
"¡Tenes es culito como una concha! ¡Hasta labios tenes en esa concha que tenes de culo, putito! ¡yo sabia que eras una nena!" -le decia el viejo mientras con los dedos gordos de sus manos le habria el agujero y sacaba la piel interna del anito hacia afuera buscando amoldar ese culito como una chonchita visitada, abusada, violada y el panadero, ese dia, lamia desesperadamente. ¡Que bien amasaba el Panadero Don Jeronimo!.
Metia su lengua en su culito tan profundo sin miedo a encontrar algo. No encontro nada mas que placer y eso lo llevó a morder y a apretar el cuerpo del niño.
"ah! Ah! Ah! – gemia el niño mientras el viejo chupaba el culito, los huevitos y el pitito de Carlitos
"¿Te gusta, putito? – le decia, pero el niño solo gemia.
El viejo hacia su trabajo y se meaba encima. Era la primera vez que le chupaban los huevitos y el pitito de Carlitos.
Ya dilatado lo suficiente, al menos eso trasmitían su dos dedos que jugaban en el orto del niño, lo dió vuelta y lo sacó del mostrador para, con un brazo sostenerlo y con el otro, abrir sus piernitas y de entre medio de ellas, tomar su pija y buscar su agujerito.
Su pija no era grande, 16 cm de grueso calibre que con pre seminal, orina y la saliva del viejo entraron cómodamente luego de un gemido de placer de Carlitos.
"¡Don Jeronimo te va a coger, bien cogida, mi nena hermosa!" – comenzó a bombear y a sostener al niño en brasos.
El pequeño se dejo llevar por los fuertes brazos del viejo que vivia a paja hasta ese entonces. Relajado y solo con su atención puesta en lo que su culito le trasmitia, el niño reposaba entregado al bombeo del viejo.
"¡El abuelo te va a coger bien cogida, mi nena hermosa! – suzurraba al oido del pendejo.
Desenvainó al niño de su pene y lo volvió al mostrador. El viejo no dormiría siesta ese mediodía. Su lengua visito una y otra vez el culo, los huevitos y el pitito de "la nena". Su pija visitó alternada con su lengua el culo que irritado pero dilatado a pleno, dejaba salir una baba espesa que a Don Jerónimo excitaba.
Las cremas de la panaderia/almacen sirvieron de condimento para el culo, culo que seguía siendo visitado por la lengua, dos dedos y la pija del viejo… el viejo no acababa…sólo se meaba.
Era la primera vez que lo chupaban tanto, aunque no la ultima.
Luego de un rato con ardor en su colita, el niño comenzó a pedir que terminara que ya le dolía y no quería seguir.
Jerónimo agitado bajó al niño y le dijo que se vistiera.. que tenia razon. La madre seguro que estaria preocupada. Ordenó al pequeño que buscara el pantaloncito, se vistiera y se fuera.
El niño busco de inmediato sus ropas y cuando vio en el suelo sus ropitas, se agachó a buscarlas. Dejó expuesto su culito enfrente del viejo meón. Un hermoso, visitado, dilatado y sabroso cultito que Don Jerónimo envistió y penetró. Bombeó unas cinco veces al niño, sin aviso, y colocó su leche dentro de su culto. Al compás de unos ayes de dolor y placer que daba el niño el semen del viejo se desplazaba de pija a culito.
"Bien profundo, bien profundo para que no salga, mi nena linda" – el viejo decía mientras jadeaba al compás de su eyaculacion.
Sacó su pija del culito. Y en silencio se acomodaron los dos.
"¡No te olvides del pan!" – dijo el viejo mientras le alcansaba la bolsa con pan al niño. Este ultimo, sólo, miraba el piso y con un gracias, tomó la bolsa y se dirigió a la puerta.
"Carlitos.. ven que tienes algo" – le dijo el viejo.
Cuando se dio vuelta, Don Jerónimo vio como caía de su culito el semen que tan profundo le había colocado dentro. El viejo se agacho y junto con los mismo dedos que lo hubo cogido, recogió su semen conservado calentito dentro del culito de Carlitos y se lo llevó a la boca del niño. El niño con una fingida cara de susto, dolor, ofensa y timidez abrió la boca muy poco y dijo que no quería hacer eso. El viejo se sentó en el piso y por primera vez le hablo a Carlitos con voz suave y cariñosa, como si de pronto sintiera afecto por él.
Lo puso en sus faldas. Con un brazo de almohada y con el otro abrió sus piernitas y con los mismos dedos que lo hubieron cogido recolecto su semen calentito.
"Abre la boca mi nena hermosa, el abuelo te va a dar algo que comer" – y Carlitos chupó de los dedos de Don Jeronimo todo el semen calentito que pudo juntar el viejo panadero.
Panadero que desde ese dia no veria con desprecio, nunca más, a Carlitos cuando iba a comprar pan.
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