Carlos, Aníbal y Rafael, mis estudiantes sobresalientes 18

—Oficialmente somos hermanos de concha —dice Rafael riendo—. Jueputa, cómo me latía la verga mientras lo clavaba frente a ti; yo aguanto bastante, pero hoy no pude, ni en cinco minutos ya quería botar la leche, qué arrechera. Le da una cachetada a su sexo. —Mira cómo la tengo y acabo de correrme. .

—Oficialmente somos hermanos de concha —dice Rafael riendo—. Jueputa, cómo me latía la verga mientras lo clavaba frente a ti; yo aguanto bastante, pero hoy no pude, ni en cinco minutos ya quería botar la leche, qué arrechera. Le da una cachetada a su sexo. —Mira cómo la tengo y acabo de correrme. —Cállate —le responde Aníbal—, planeamos darle un castigo a este por agarrarnos de juguete y terminamos premiándolo con un trío, no nos aguantamos nada, apenas le vimos mover el culo nos lanzamos a reventárselo. Todo esto lo decía tratando de bajar su sexo con una mano, porque al igual que Rafael, aún lo tenía duro después de haberme preñado.

 

Ya acepta que te gusta tanto como a mí coger esa chuchita que tiene por culo el profe putito; ya olvidemos el asunto del castigo; en lo que depende de mí, no tengo problema en compartir, así que vamos a seguir cogiéndolo; mejor que ganas no nos faltan. Ven, putita, quiero que me montes, me dice Rafael sentándose y tomando su miembro con una mano. Me levanté y caminé hacia él, me acomodé en sus piernas y empecé a besarlo; fui bien correspondido. Empieza a manosear mi cola, me lleva dos de sus dedos a la boca y me dice: «Mójalos, quiero jugar con tu conchita». Así lo hice y enseguida los colocó en mi entrada y me los fue metiendo.

 

Estas mojadita, no puedo esperar a que me comas la verga con esta chuchita, me da una nalgada, date la vuelta, asi lo hago me letanto y me giro, enseguida toma mis posaderas y las abre, que rico se ve ese huequito, lastima que no te lo pueda chupar, me golpea, porque no puedes, porque lo tienes lleno de leche de otro macho perrita, pero un macho siempre le come la conchita a su hembrita, soy macho pero no lo voy a hacer, pues parece que no lo eres completamente, un macho complace a su hembra en todo, eres igual que tu amigo, son unos niños que medio se les paro la verga y ya se creyeron hombres, les falta crecer para complacer a una hembrita como yo, estas palabras envenenaron a Rafael, que sin mas me toma de la cintura y haciendo doblar la espalda, abre mi cola y empieza a comerme la concha con bravura, sus lengua jugaba con mi entrada arrancandome gemidos, que rico amor, eso comeme, demuestrame que eres todo un macho.

 

Aníbal miraba atónito cómo su amigo había caído en mis redes. «Cabrón, ¿qué haces? Te estás comiendo mi leche». «No le escuches a este puto, que solo quiere que hagas lo que él quiere», dice indignado. Yo continué animando a mi machito con mis gemidos; chillaba exagerando un poco, pero la verdad lo estaba haciendo increíble; me restregaba su lengua en mi entrada y me daba mucho placer.

 

Monta me ordena, lo obedezco sin protesta, me subo sobre el, tomo su verga y la guio a mi entrada, gritamos al sentir que nuestros sexos se volvian a unir, tomo sus brazos y los llevo atrás de su cabeza, queria someterlo un poco, empece a montarlo, toda su hombria se enterraba en mi entrañas, que rica verga mi amor, empujaba sus caderas para que la estocada sea total, llegaba a donde solo el podia llegar, valvuceaba como animal en celo empotrando a su hembra, gire mi cabeza para ver a Anibal, estaba aun sin creer lo que habia echo su amigo, me habia mamado el chocho sin importarle nada, solo por conseguir placer y lo estaba recibiendo porque gemia sin control con cada movimiento que hacia metiendome toda su hombria, en la sala solo se escuchaba en sonido de su pelvis azotanto mi cola, la leche de Anibal era el mejor lubricante para que mi macho me clave sin parar.

Esta vez Rafael estaba haciendo alarde de su virilidad; por más que la montada era frenética, no terminaba. Otro habría sucumbido con menos, pero ya lo conocía, aguantaba concha como todo un semental. Me detuve por el cansancio de mis piernas. «¿Qué pasó, mi amor?», me reclama. «Monta», me dice moviendo sus caderas para seguir clavándome. Bajo mi mano y presiono su abdomen para detener un poco su vigor. «No, puta», me la quita. «¿No dijiste que me faltaba para ser un hombre, que era solo un mocoso? Ahora te aguantas» y continuó con sus clavadas.

 

Empece a chillar, ante la firmeza de sus estocadas, eso perrita chilla, querias macho pues macho tienes, ahh ahh, ay dije en un grito que mas fue llanto, Rafael me cachetea, vuelve a decirme que no soy un macho para ti, te escucho me dice dandome una estocada fuerte, ay,  volvi a chillar, se dio cuenta que me iba a levantar, enseguida me toma de la cintura para que no lo haga, no puta, no te voy a soltar hasta que no me grites lo macho que soy, ahh, ahh, dime que soy tu macho, vamos quiero escucharte, habla, eres mi macho le dije con voz entrecortada, ya no soy un niño, no, le respondo moviendo la cabeza; dilo, hablame, no papi ya eres un macho entero, eso perrita asi me gusta, empezo a moverse con locura, toma verga perra, ahh ahh, ahhhh dio un grito largo llenandome de su leche, jueputa que rico chocho decia aferrandose a mis caderas para seguir clavandome, toma decia dando sus ultimas estocadas.

 

Termino respirando agitado y cubierto de sudor. «Jueputa, si ves lo que provocas con tus puterías», me dice tomándome de la cara. Pensé en descansar sobre su pecho para seguir unidos como me gusta, pero siento que me toman por atrás y levantan mi cola, despegándome de mi hombre. Enseguida siento otra verga colocarse en mi entrada y de un solo empujón clavarse en mis entrañas, provocándome un grito. «Ese es mi perro», exclama Rafael, viendo a Aníbal tomándome tan ferozmente.

 

Esta verga te parece de niño, me pregunta empujándomela toda. ¿Qué haces? Espera, le digo. No, puta, aguanta esta verga de niño; no es de niño, respondo entre chillidos. Entonces, ¿de qué es esta verga? De macho, no te escucho, de macho, grité. Entonces, sí soy macho para ti, sí, le digo moviendo la cabeza y apretando mis dientes para soportar su virilidad. Ahora no hablas, habla, quiero oírte. Empecé a gritar: Es una verga de macho, tú eres todo un macho, me haces sentir una hembra entera, exclamé para contentarlo.

 

Asi me gusta comenta Anibal y continua dandome placer, gire mi cara para que Rafael no vea mi sumision, pero para el todo lo que pasaba era un frenesi, estaba en un lugar privilegiado, viendo como su mejor amigo me tomaba, fueron unos minutos intensos, mis piernas desfallecian, pero me tenia bien agarrado, particamente colgaba de su sexo, chillaba al estar siendo embestido con tal fuerza, senti que iba a acabar sin tocarme, tome mi parte delantera que aun estaba escondida en el suspensorio queriendo sacarla pero Rafael toma mi mano y me detiene, te estan reventado bien el oyo que sientes que te corres puta, di dos o tres gritos sin control por el placer intenso que sentia siendo sometido por mis dos hombre, llegue al punto de sentir que iba a perder el conocimiento mientras seguia siendo tomado con tanta fuerza, pero para mi bien o mal Anibal empieza a gemir fuerte, te voy a preñar dice entre bramidos, ahh,ahh, jueputa, ahh ahh grita al sentir como su leche se abria paso por su miembro para salir disparada en mi entrañas por segunda vez, me da una estocada final y me agarra fuerte, quede pegado a su sexo practicamente, me mantuvo asi hasta que descargo todo en mi interior.

 

—Ese es mi perro —vocifera Rafael, extendiéndole el puño a su amigo en señal de celebración. —Jueputa —grita Aníbal, teniéndome aún agarrado. —Ratos así es que agradezco haber nacido macho —comenta sonriendo, viendo a su amigo y secándose el sudor de su cara con un brazo. Me mantuvo abotonados por algunos minutos, hasta que empieza a jugar con mi cola, sacándola un poco. —Qué bien se siente esta perra. ¿Quieres probar lo mojadita que está? —métele, le dice a Rafael. Enseguida se sale de mí y, sin perder tiempo, Rafael me hace bajar la cola para ensartarme. —Uy, qué rico, está bien llenito de leche este chocho.

Aníbal se ubica cerca de mi cara y, subiendo una pierna en el brazo del mueble, me ofrece su verga, que estaba embarrada de leche hasta su base. «Límpiame la verga», me ordena; obedezco sin reclamo alguno, paso mi lengua por toda su extensión, chilla cuando me la meto a mi boca; estaba exquisito, su mástil portaba la leche de mis dos machos. Le di una soberana chupada hasta dejarlo bien limpio. «Qué rico, hermano, tienes que probarlo tú también. Vamos, perra, límpiale la verga a Rafita». Me desabotonó y ciertamente la verga de su amigo estaba igual, cargada de la leche de ambos.

 

Empecé a recorrer toda su extensión con mi lengua. Ahh, perro, esto está bueno, se siente intenso, por lo sensible que tenemos la verga después de dos palos, qué rico, métetela, mi amor, obedezco. Ahh, perra, esa boquita, límpame la verga, decía retorciéndose de placer. No paré hasta dejarlo con la verga reluciente. Luego me quise incorporar, pero me fallaron las piernas y terminé cayendo al piso. Mis machos rieron de mi accidente. Tus niños te dejaron con las piernitas aguadas, comenta Rafael. Solo pude sonreír al verme en el piso sin oportunidad de levantarme por lo menos por unos minutos.

 

Anibal esta vez avanza a la mesa y llena los vasos para todos, Rafael se acomoda en el mueble pues practicamente estaba acostado con la cola en el aire, nos refrescarnos despues de este desenfreno vivido, yo permaneci en el suelo arrimado a uno de los muebles, empezamos a conversar, me entere como Anibal le habia dicho a su amigo que habia estado conmigo y como habian planeado que luego de la fiesta me iban a llamar para darme el castigo que merecia por jugar con ambos, por suerte hasta donde entendi no habian involucrado a Carlos porque no querian que mas personas se enteraran que habian sido seducidos y estrenados por un profesor puto como decian ellos, asi que el tema se mantendria entre los dos.

 

Estuvimos conversando y tomando hasta mas de la media noche, los dos ya estaban borrachos, pues a diferencia de mi habian estado desde la tarde consumiendo alchool pero la llevaban bien, un poco freneticos nomas, Rafael propone continuar en su habitacion, estariamos mas comodos y podriamos luego dormir si asi lo deseabamos, para prevenir cualquier situacion decidimos recoger todo antes de irnos, Anibal toma mis pertenencias y se las entrega a Rafael, lleva todo tu, yo llevo a la hembrita, me extiende su mano, pense que solo me ayudaria a levantar, pero de un tiron me monta sobre su hombro derecho, mi cola queda al aldo de su cara, me rodea con su brazo por mis piernas para sostenerme, vamonos dice tomando el camino a la habitacion.

 

—¿Qué verga haces? —dice Rafael sorprendido. —Lo vi en una porno —comenta Aníbal—. El man toma a la hembrita y se la lleva cargada así a la habitación para reventarla. —Qué macho —comenta Rafael riendo y caminando atrás, llevando las cosas y la botella que estuvimos tomando. Ya en la habitación, pedí una tregua para asearme un poco; ya tenía tres descargas dentro y se me estaban escurriendo por las piernas; ellos aprovecharon para seguir bebiendo.

 

Cuando Sali de baño los encuentro sentados conversando, Rafael en la silla de su escritorio y Anibal en la cama recostado en la pared, listo para otra cogida comenta Anibal, ven comeme la verga me dice tomando su sexo con una mano, asi lo hago, me acerco a mi hombre y me acuesto boca arriba sobre la cama para tomar su mastil y empezarlo a comer, casi de inmediato Rafael se lanza sobre mi pensando en penetrarme, no machito le digo invitandolo a sentarse al lado de su amigo, mi chochito necesita descansar un poco, esto no era del todo cierto pero queria bajarles las revoluciones, ambos estaban en una competencia por ver quien me cogia mas fuerte, tome sus miembros y empece a comerlos, por primera vez los tenia asi, uno al lado del otro, podia comprarar sus vergas, empece a mamar una mientras masturbaba a la otro, y cambiaba muy seguido, cuando me di cuanta Anibal habia cruzado su brazo sobre el hombro de Rafael, como simbolo de hermandad, pense en hacer algo que marcara este dia para estos amigos, tome sus miembros y los meti al mismo tiempo en mi boca, me costo un poco pero lo hice, jueputa exclamo Anibal, al ver esta escena unica.

Me comía sus vergas juntas. «Qué puta nos hemos conseguido, perro», exclama el uno. Chillaban al sentir mi boca. «Agárrame, hermano, que me voy», dijo Rafael. «Ahh, ahh», decía abriendo la boca, sintiendo que el orgasmo era inminente. «Aguanta», le dijo Aníbal, «para venirnos juntos». Me toma de la cabeza y empieza a penetrarme. También empezó a chillar: «Ahh, ahh, jueputa, jueputa». Chillaban como si les estuviera arrancando sus vergas. «Ahhhhh, jueputa, me vengo», gritó Rafael, al sentir cómo su leche recorría su verga para salir a mi boca. «Voy también», gritó Aníbal, llenándome de más leche. «Ahh, puta», se abrazaban uno al otro, estremeciéndose por el placer que les daban sus vergas, las cuales latían dentro de mi boca.

 

Tragué todo lo que más pude; un poco se escapó sin remedio. Continué masturbándolos para que me dieran hasta la última gota de leche; a pesar de que era la tercera, me dieron una buena ración. Limpié sus herramientas; por primera vez en la noche veo sus miembros flácidos. Qué ricas vergas; les di un beso a cada una en la punta; permanecieron así un buen rato, extasiados de haber compartido un momento tan íntimo juntos que recordarían el resto de sus vidas.

 

Pense que eso seria el final, les llene sus vasos para que bebieramos y conversaramos un poco antes de dormir, Anibal se entero al detalle de cómo inicie a Rafael aquella noche luego de la fiesta de olimpiadas, y Rafael supo tambien como abuse de su amigo en el baño del colegio, Anibal comenta que desea ducharse, se levanta para hacerlo, Rafael no deja de mirarme, que pasa le digo, ya sabes me responde tomando su verga, quiero chocho, no se si pueda aguantarte, un poquito lo hago suavecito me dice, contigo nunca es un poquito le respondo negandome para hacerme desear mas, hago lo que sea, de verdad, si me dice con la cabeza, quiero que me comas el chocho para que este bien mojado, voy a la cama me acuesto boca arriba, Rafael toma la falda que aun cargaba y empieza a quitarmela, levanto mis piernas, para exponer mi entrada, mi macho me ayuda y me las empuja para que se peguen a mi pecho.

 

—Despacio, mi amor, estoy sensible. —Se tumba sobre la cama y empieza a pasar su lengua por toda mi cola. —Qué rico se te ve el chocho. —Me da una mamada de novela. —Ahhh, despacio —le digo. —Está rico —comenta y siguió devorándome. Siento cómo su lengua entra en mi cola y roza mis paredes. —Qué rico —chillé ante este gesto, me hacía temblar. —Qué rico me comes, mi amor. —Pasaba su lengua de arriba a abajo una y otra vez. Fueron unos minutos intensos, hasta que fuimos interrumpidos por Aníbal, que salió de la ducha.

 

—¿Qué mierda están haciendo? —exclamó sujetándose la toalla que llevaba en la cintura. —Comiendo chocho —le responde Rafael. —¿Quieres ver cómo chilla cuando le meto la lengua? —¿Qué dices, cabrón? Ven para que veas lo que hace un macho de verdad. Toma mis posaderas y las abre lo más que puede, dejando mi hoyo expuesto y abierto. Saca su lengua, la inserta y empieza a moverla. —Ay, papi —chillo. Agarro mis posaderas para abrirme más. —Qué hp —exclama Aníbal atónito. Como si fuera poco, me succiona todo el chocho. —Qué marrano eres, cabrón —concluye Aníbal sentándose en la silla del escritorio.

 

Rafael se levanta y de rodillas entre mis piernas escupe sobre su sexo para lubricarlo y guia su cabeza a mi entrada, que rico dice al irme penetrando, se tumba sobre mi, lo abrazo y nos fundimos en un beso, sin mas estaba ensartado nuevamente por uno de mis machos, quien empezo a clavarme, pense que ya habia disfrutado todo lo que se podia, pero me esperaba mucho mas, recorri con mis manos cada parte del cuerpo de mi hombre mientras me tomaba, esta vez fue todo muy suave, mas tranquilo, con una mano agarro su cola y la presiono buscando sentirlo mas, ahh mi amor le digo entre gemidos, paso mis uñas por su espalda para marcarlo, que rico me coges le susurro en el oido, dime que soy el mejor macho que te ha cogido, eres el mejor macho que se ha comido mi chocho le dije sin demora, oiste perro le dice mirando a su amigo que no perdia detalle de lo que haciamos, el culito que prometio ser solo tuyo, mira como te niega, me embiste con mas fuerza para que su amigo escuche como me hace chillar.

Ponte en cuatro, me dice. Se pone de pie sobre la cama, me toma de la cintura y me levanta, haciéndome quedar de cara a Aníbal. Doblando sus rodillas, busca ensartarme; me toma del cabello para que no agache la cabeza. Vamos, mi amor, quiero que vean cómo te hago chillar. Me embiste con fuerza. Ahh, ahh, gemía sin reparo; era inevitable, pues tenía a un semental reventando la concha. Ahh, ahh, qué rico, macho, decía. Rafael me sometió así por un buen rato; se notaba que estaba a tope, dándome esta última montada; parecía que recién estábamos empezando a coger.

 

Anibal no lo soporto mas y levantandose dice; ya, dame a esta puta que tambien la quiero montar, quieres concha mi perro, pues comesela primero como yo lo hice, veamos si eres tan macho con dices, estas pendejo no voy a hacer eso, pues entonces no hay chocho y continuo montantome, ven mi amor mostremozle lo que se esta perdiendo, este pendejo, se acuesta y me pide que lo monte, de frente el publico, enseguida soy ensartado, Rafael toma mis piernas y las levanta, me voy de espaldas sobre su pecho, y empiezo a recibir una cogida frenetica, ahh, ahh, chillaba al sentirlo tan viril, me la saca para volverla a meter de un solo empujon, ahh, ahh que macho gemia al sentir como jugaba con mi cola, ensaliba un par de dedos y me los mete empezando a cogerme con ellos, ahh, ahh despacio le rogaba, mis gemidos se hicieorn muy femeninos, eso perrita chilla con toda un hembrita, en una oportunidad me penetra aun teniendo sus dedos dentro de mi, lo que me hizo dar un grito al sentir como me abria mas, espera le digo, pero no me hace caso, lo vuelve a hacer, ay cabron grite apretando mis dientes al ser tomado por su verga y sus dedos a la vez, finalmente se compadece y quita sus dedos.

 

Son unos hp dice Anibal a ver como lo exitabamos con nuestro juego, tenia su verga a tope, ya no era solo si queria concha, ahora la necesitaba para poder descargar toda esa lujuria acumulada, subiendo una rodilla a la cama me toma de una pierna y me jala, ven aca perra, y llevandome al filo de la cama, empuja mis piernas a mi pecho para exponer mi cola, toma uno de los vasos y vierte agua helada en mi entrada, sin darme tiempo a quejarme me pasa su lengua, recogiendo un poco de este liquido, enseguida empieza a comerme mi conchita como nunca antes lo habia echo, me restregaba su cara entre mis posaderas, la lengua perro, dice Rafael que no perdia detalle, enseguida lo hace, me penetra con su lengua mi chocho abierto, ese es mi perro, ahh mi amor, dije entre chillidos, callate puta que recien vas a ver lo que es bueno, se incorpora y sin perder mas tiempo me ensarta, ahh, ahh, chillaba al ser aplastado por mi macho en el filo de la cama.

 

Anibal me empezo a coger con fuerza, con el no funciona la sumision, el es el macho y coge a su hembra como quiere, la cama sonaba por la fuerza de sus embestidas, toma perra, para que no me olvides nunca, le clavaba mis uñas tratando de contenerlo pero era imposible, estaba frentico tomandome a su antojo, mis chillidos solo eran superados por sus bramidos de macho montando a su hembra, aahh, ahh ay me arrancaba chiilidos de puta, me azota sin compasion hasta que sintio que se iba a correr, jueputa grito saliendo de mi con su verga a tope empapada de mis fluidos, Rafael brinco de la cama para tomar su lugar, enseguida me penetro poniendo mis piernas en sus hombros, jueputa que rico chocho, me cogio con todas sus fuerzas, ahh perra que hueco tienes, decia entre bramidos, en la sala solo se ecuchaban nuestros cuerpos chocando, ahh ahh, papi, ahh, que rico me coges, ay despacio, aguanta perra me girtaba mi macho embistiendome, ya mismo acabo, no te vayas a correr le dice Anibal, haciendo que se salga de mi, a esta perra le vamos a reventar el chocho una y otra vez.

 

Desde este momento empezaron a turnarse para cogerme; lo hacían frenéticamente hasta estar a punto de venirse y cambiaban; no me dejaban libre, apenas uno me soltaba, el otro me tomaba. Eran dos toros cogiendo a su hembra; sus vergas colgaban de sus cuerpos bañados en sudor, esperando su turno para tomar nuevamente mi concha. Terminé al final siendo su juguete; me manoseaban y penetraban como se les ocurría, se cambiaban a cada instante de lugar, no me dejaban en ningún instante mi agujero vacío; siempre había una verga para llenarlo.

Aníbal me gira para cogerme en cuatro, Rafael se sube a la cama y se pone frente a mí para que le coma la verga. Estaba viviendo un sueño; mis dos agujeros estaban llenos ahora, tenía a dos machos dándome placer al mismo tiempo; ahora se turnaban entre mis dos huecos. Tenía que mamar la verga que había estado en mi culo; recordándolo ahora, fue una marranada, pero en el momento todo era placer.

 

—Échate, perro, y que te monte —le dice Rafael a su amigo. Aníbal se acuesta, lo monto y me tumbo encima de él para lamer su pecho sudado; me encantaba su olor a macho. Guío su mástil a mi entrada y me la ensarto toda de golpe, empezando de inmediato a cabalgarlo. —Ahh, perra, sí que sabes complacer a un macho —me dice Aníbal agarrando mis caderas. Rafael se acuesta al lado esperando su turno. Me levanto y me entierro su hombría. —Ahh, perra, qué rico hueco. —Ahh, así estuve cambiando de macho a voluntad; me safaba de uno y me clavaba el otro enseguida.

 

Mientras montaba a Anibal de espalda, Rafael se pone frente a mi, me abraza y empieza a besarme, me empuja para que se acueste sobre el pecho de su amigo quien sale de mi, dandole paso, enseguida me penetra y soy tomado estando encima de Anibal, me dio algunas estocadas, que rico dice Rafael estaciado, enseguida se safa, te toca perro, Anibal sin perder tiempo guia su verga a mi entrada y me ensarta, ya estaban a punto de venirse me daban dos o tres clavadas y cambiaban, ahh puta que chocho tienes grita Rafael perdido en el placer, me toma de debajo de mis caderas y me levanta, mi cola queda expuesta, sin perder tiempo se agacha para comerme, ay papi me hizo gritar sentir su lengua recorrer mi concha abierta, fuerons unos segundos intensos hasta que me solto.

 

Metesela perro le ordena a su amigos, este sin vacilar me ensarta, agarrale las piernas, ahí caigo en cuenta que algo iba a pasar, Rafael escupe en su verga y la lubrica, mirandome con ojos de lujuria, me dice querias coger con dos machos, pues ahora los vas a tener dentro, y sin darme tiempo a nada apunta su verga a mi entrada ya ocupada por Anibal, que haces cabron el digo, no me presto atencion, ahhh grite al sentir como presionaba su cabeza en mi cola, me vas a romper dije entre chillidos, ahhh volvi a gritar al sentir que habia entrado su cabeza, relaja el chochito mi amor que ya estoy entrando, eso, eso, dejame entrar, ahh ahh, chillaba Rafael, cayendo sobre mi y empujando para que toda su hombria ingrese, ahh ahh jueputa era lo unico que decia, que hiciste cabron dice Anibal a su amigo, perro ahora si somos hermanos para toda la vida, mi amor que regalo nos estas dando me dice Rafael levantando mi cabeza para darme un beso, yo permanecia en shok, al verme ensartado por mis dos machos.

 

Sentia como mi cola estaba abierta al maximo por las vergas de mis dos hombres, me dolia pero era soportable, mi amor que regalito nos estas dando, Rafael empieza a moverse, ay cabrones hp, dije entre chillidos, ahh ahh, me dolia pero me gistaba a la vez, Rafael me besa para que callara, cabron le decia golpeandolo en la cara, disfrutanos mi amor, disfruta de tus dos machos me responde, ahh ahh chillaba apretandole la espalda, fueron unos segundos intensos hasta que Anibal empieza a decir: me vengo cabron, aguanta perro dice Rafael quien estirando sus piernas como compas empieza una cogida frenetica, gritabamos como si fuera una competencia, ahh, ahh jueputa grito Anibal siendo el primero en estallar dentro de mi, yo lo segui pues apenas me toque me vine sobre mi propio pecho, jueputa, jueputa grita Rafael acabando tambien, mi verga chillaba al sentir los espasmos en su mastil y cayo rendido sobre mi.

 

—Ay, jueputa, qué rico el culear —comenta Rafael. —Te amo —me dice al oído y mordiéndome el cuello. —A ti también te amo, mi perro. —Cállate, cabrón —le responde Aníbal— y mejor ya bájate, que están los dos encima de mí. —No, un ratito más, quedémonos así pegados como los perros que somos. Luego de un par de minutos, Rafael se fue escurriendo y saliendo de mí y se tumbó a un lado rendido. Aníbal también busca zafarse; sentía cómo quedaba mi cola vacía y abierta. Me giré de lado; de allí no recuerdo más, caí en un sueño profundo hasta el siguiente día.