• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Publicar Relato
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (4 votos)
Cargando...
Gays

Carlos, Aníbal y Rafael, mis estudiantes sobresalientes 20

Relato la experiencia que viví desde el año pasado que empecé a trabajar de maestro en cierta unidad educativa con mis alumnos de último año….

Me llamo Cristóbal, tengo 30 años, y muchos de los que me conocen piensan que soy mucho menor, que ando por los 20 recién. Mido 1.70, mi piel es clara, pero no soy blanco, tengo un buen físico; no hago mucho ejercicio, pero por mi trabajo ejecutivo siempre estuve  bien cuidado. En abril se me dio la oportunidad de iniciar a trabajar como maestro.

 

Carlos se acostó a mi lado; tenía muchas hojas pegadas en el cuerpo debido a que literalmente nos habíamos revolcado en el monte. Me entretuve quitándoselas hasta que decidimos levantarnos para regresar a casa; como ya lo habíamos hecho otras veces, nos metimos a la ducha juntos con la excusa de ayudarnos a limpiar. Por estar en el juego, no nos percatamos de que mi madre había regresado; recién la escuchamos cuando tocó la puerta del cuarto. Nos quedamos mudos al vernos en esa situación, los dos desnudos en la ducha; tuve que reaccionar rápido. ¿Qué pasó? Me estoy duchando, grité; ella ya había entrado a la habitación, no habíamos traído ropa, así que no teníamos nada que ponernos.

 

Tienen un reguero aquí, comenta ella, mucha ropa tirada en el piso. Era cierto, llegamos sacándonos todo para meternos al baño. ¿Dónde está tu amigo? Aquí también veo ropa tirada de él. No lo sé, respondí. Cuando salgas, bajas, me dice con un tono serio; supuse que se había dado cuenta de lo que pasaba. Se escuchó cerrar la puerta; salí primero para asegurarla antes de que Carlos saliera. Nos vestimos y acordamos que yo distraería a mi madre para que él pueda salir y aparecer diciendo que había estado caminando por la finca; así lo hizo. Al rato apareció con unas frutas en las manos, diciendo que había salido a buscarlas para comer.

 

Ayudamos a preparar la comida y cenamos todos juntos, mi madre no menciono nada, supuse que no se habia dado cuenta de nada, esa noche dormimos en una sola cama, nos tentamos de terminar lo que habiamos dejado a medias pero nos controlamos, al siguiente dia ayudamos a cosechar algunas frutas para vender y otras para el consumo de la casa, por la tarde descansamos, mis padres conocieron un poco mas a Carlos, hablo de su familia y de la idea que tenia de estudiar una ingenieria relacionada a la agricultura, fue una charla muy amena en la que se compartio vivencias y se formo una bonita relacion entre mis padres y Carlos, practicamente lo integraron como un hijo mas, no faltaron las imprudencias, como la de mi padre preguntandole si me habia conocido alguna novia.

 

Por la noche como era viernes salimos a dar un paseo al pueblo, nos entretuvimos en un billar y tomamos algo de cerveza, Carlos mas que yo, se aprovecho que era el invitado, regresamos a casa a eso de las 11, le pedi que no diera a notar su borrachera o se atenia al regaño de mi madre, que no le gusta que sus hijos beban, llegamos y pasamos directo a la habitacion, Carlos se ducho y yo lo hice despues, era una noche muy calurosa asi que Carlos opto por dormir en boxer, cuando sali de la ducha estaba acostado viendo television, pues no tenia sueño comento, intente concentrarme en la pelicula pero mis ojos no dejaban de mirar su sexo semierepto que estaba bajo esa delgada capa de tela, era una tentacion tenerlo asi a mi lado.

 

Se acariciaba de vez en cuando de manera involuntaria; no resistí el impulso de tocarlo, así que posé mi mano sobre él. Se hizo el desentendido como si no lo estuviera tocando, pero sentí cómo se ponía más duro. Moría por comérsela, pero aun en mi interior algo me detenía. Al verme que no avanzaba, lleva sus brazos hacia arriba y se agarra de la cabecera, como dejándome su cuerpo a mi entera disposición. Continué con mi manoseo, que ahora abarcaba hasta su pecho; su mástil estaba a tope y luchaba por salir de sus calzoncillos. Como gesto de bondad, metí mi mano y lo ayudé a liberarse, quedando expuesto a mi entera disposición; lo masturbé sin el menor pudor.

No resisti las ganas de probarlo, me incorpore un poco y restregue mi cara en su sexo para llenarme de su olor y sabor, chillo al sentir como mi lengua recorria su hombria, me detuve y por primera vez en la noche lo veo a la cara, entendiendo el problema me dice: sigue, no voy a hacer ruido, aun con dudas pero con muchas ganas me la meti entera a la boca haciendolo estremecer, estar muy duro comente, asi me pones, me responde, cumplio su palabra e hizo el menor ruido posible, por un buen rato disfrute de su virilidad, hasta que me detiene, espera, yo tambien quiero comerte la concha, sin darme tiempo a pensar se levanta de la cama y me guia a ponerme en cuatro al filo de ella, libera mi cola, abre mis posaderas y pasa su lengua por mi entrada, chille, me tape la boca de inmediato, mi macho continuo en lo suyo, me hacia temblar al sentirlo como me deboraba la concha, se habia convertido en un experto en el tema.

 

Me da una palmada y me pide que me acueste boca arriba, agarra mis piernas, las abre y las presiona para que toquen mi pecho, me queria totalmente a su disposicion, se acomoda y continua su labor, tuve que morder mi propia ropa para no empezar a gemir como toda una puta, Carlos sonrie al verme como hago de todo para no chillar, se me escapa un “cabron”, silencio me dice y continua deborandome el chocho a su antojo, se detiene y extendiendome su mano me ayuda a levantarme, me guia  la pared y se ubica atrás de mi, no, espera le digo, rapidamente se quita su boxer que aun tenia enredado en las piernas y me cubre la boca con este, le ayudo en su cometido, me moria por ser penetrado, levanto un poco una de mis piernas para dejar mi cola a su entera disposicion, mi macho se lubrica un poco y enseguida busca mi entrada, siento como su cabeza presiona, ahh, chillamos juntos apretando los dientes, mi anillo cede y entra de un solo mas de la mitad de su hombria, mi grito fue ahogado por el trapo que tenia en la boca, su mastil continuo entrando, Carlos ahogo sus gemidos mordiendo un poco mi espalda, al fin nuestros sexos estaban unidos.

 

Permanecimos unos instantes quietos, asimilando lo que estábamos haciendo. De a poco Carlos fue iniciando su tarea; lo hacía con cuidado, nuestros cuerpos chocaban suavemente, el televisor nos iluminaba y también cubría un poco el ruido que hacíamos. Lo estaba disfrutando, pero necesitaba que me cogiera con más fuerza. Lo detengo, vamos al baño, le propongo, cerramos la puerta y sin más pongo mi pecho sobre el mesón para ofrecerle mi cola; él, sin perder tiempo, me penetra. Ay, mi amor, qué duro que estás, me vas a romper. Empieza así una cogida frenética; por unos instantes dejamos de preocuparnos si éramos escuchados, solo queríamos sentir placer.

 

Levante mi mirada y estaba frente al espejo, podia ver a mi hombre como me embestia,  abria su boca pero no emitia sonido, yo segui aferrado a sus calzoncillos para ahogar mis gemidos, cruzamos miradas, Carlos me sonrie, levanta sus brazos mostrandome sus musculos y enseñandome como me embestia sin agarrarme, reimos juntos al vernos presa de nuestros deseos, nos separamos y lo tomo contra la pared para besarlo, soy correspondido, nos manoseamos, espera me dice, que pasa le digo dandole piquitos, nos podemos virar, no entendi a la primera, pero al segundo gire y vi nuestro reflejo en el espejo, rei, te da vergüenza, si me responde riendo, lo complaci y ahora yo era el que podia ver nuestro reflejo, nos besamos un poco mas, pase mis manos por su espalda y le agarre su cola, hasta de espaldas estas bueno cabroncito comente entre besos.

 

Te quiero seguir cogiendo me dice, obedezco y me trepo al mezon, toma mis piernas, las abre y guia su sexo a mi entrada, me la clava toda y empieza a embestirme, tratabamos de hacer el menor ruido posible, que rico chocho tienes me dice, me encanta cogerte, ahh ahh  jueputa exclama clavandomela toda y quedandose quieto, me hizo chillar, ay macho te siento entero, tenia sus 18 cm de carne dentro, pense que ya se habia corrido pero despues de unos segundos continuo embistendome, no te viniste, no me dice moviendo la cabeza, cabron, me la enterraste por puro gusto lo golpeo el pecho, sonrio y continuo cogiendome hasta que finalmente empezo a chillar, jueputa, jueputa decia al sentir como su leche se abria paso a travez de su verga para salir y llenar mis entrañas.

Esta vez sí era real; sentía cómo chorro tras chorro salían disparados. Gemía disfrutando de su orgasmo, hasta que finalmente se tumba sobre mí y me mantiene abotonado. «Me encantas», me dice besándome el cuello. «Si me dices que todas las noches vamos a hacerlo así, me quedo a vivir contigo, tendrías que ser mi novio; a él sí se lo daría todos los días, las veces que quiera y como quiera; lo esperaría al filo de la cama con la cola paradita, lista para que me clave apenas llegue». Sentí cómo latía su verga en mi interior, por todo lo que le decía al oído.

 

Y si lo somos, me dice mirándome a la cara. Jajaja, reí, tú dices cualquier cosa para que te siga entregando el chocho. Lo abracé y permanecimos unidos un buen rato más. Recién nos percatamos de que había empezado a llover y cada vez aumentaba la intensidad; el ruido del techo se volvió lo único que podíamos escuchar. Sonreí de emoción. ¿Qué pasa?, me dice sin entender mi alegría. Ya no nos tenemos que preocupar de que nos escuchen; con esta lluvia nadie nos va a oír. Su cara se llenó de lujuria, entendiendo que ahora sí íbamos a poder dar rienda suelta a nuestros deseos. Se zafó de mí y regresamos a la habitación.

 

Cogimos sin el menor cuidado de ser oídos, pues la lluvia nos cubría. Fui tomado de todas las formas posibles por mi machito de ciudad convertido en un macho salvaje; me dio morbo hacerlo en la cama donde había pasado mi niñez. Fue una sesión memorable de sexo desenfrenado; terminé con la concha y boca llena de leche, perdí la cuenta de las veces que lo hicimos, nos apareamos hasta que caímos rendidos de cansancio.

 

Cuando desperté eran casi las 10; como había llovido, nadie había salido temprano. Miré a mi lado y estaba solo. Luego de un rato, Carlos sale del baño con una toalla en la cintura. Tu madre ya nos habló que bajemos a desayunar. Me levanté a asearme lo más rápido que pude. Así empezó este día donde comentaban lo fuerte que había sido una lluvia, con muchos truenos, como si hubieran roto algo en el cielo. Nos llenamos de risas cómplices al recordar todo lo que habíamos hecho en medio de esa lluvia.

 

Aprovechamos a hacer las compras para la casa en el súper más cercano. Salí con mi madre y Carlos; regresamos ya cayendo la noche, muy cansados, así que nos acostamos temprano. Llegó el domingo, último día de convivencia de Carlos; mi padre lo invitó a quedarse más tiempo, pero dijo que debía regresar porque si no, su madre aparecería buscándolo; si le permitían, podía volver en otra ocasión. Así quedó abierta la puerta para que regrese cuando guste. Preparamos entonces el regreso a la ciudad.

 

Pensé que así acabaría esta historia y todo esto se convertiría en un hermoso recuerdo para mí; ya me iba haciendo a la idea de que este viaje sería el último que compartiría con Carlos, pero a medio camino me dice: «Hoy todavía no quiero ir a mi casa, ¿me dejas quedarme contigo hasta mañana?». Ni lo pensé, acepté de inmediato.

 

Al llegar a casa, bajamos solo mis cosas, pues las de Carlos debían quedarse en el auto hasta el otro día que lo llevaría con sus padres. Luego nos pusimos cómodos. Carlos fue el primero en ducharse para recuperarse del viaje; tomó solo unos pantaloncillos cortos míos y se los puso, porque no bajó sus maletas. Esto no era extraño; le gustaba estar así cuando me visitaba. «Mientras te duchas, yo preparo la comida», me dice. Acepté su propuesta. Cuando salí, había preparado una ensalada de atún y jugo. Sonreí de la simpleza del menú, pero me había gustado el gesto de quererme atender.

 

Mientras cenamos me dice: quisiera que nuestra amistad dure para siempre y, si no es posible, que al menos dure un buen rato. Eres una persona especial para mí; no aceptaste ser mi novio, pero mi amigo ya eres, bueno, más que amigo, porque hacemos otras cosas que también espero que continúen por mucho, mucho tiempo más. Reímos juntos de esta última parte; luego de esta sentida declaración, recogimos la mesa y nos dispusimos a ver una película. Nuevamente empezaba a llover, pero esta vez más ligero.

Recordé todo lo que hicimos aquella noche de lluvia, sonreí pensando que Carlos también lo recordaba, pues se tocaba por encima del short. Cuando terminó la película, ya era hora de dormir, pero lo que menos quería era hacer eso. «Me voy a la cama, ¿vienes conmigo?», le dije, esperando que me diga que hagamos algo, pero estaba pegado a su celular y solo movió su cabeza. Me adelanté a la habitación y me preparé para mi hombre, quería que me tomara nuevamente como ya lo había hecho. Me trepé a la cama desnudo y me puse en cuatro con la cola brotada. Mi machito no demoró mucho, entró con el celular aún en la mano; no sé si jugaba o escribía con alguien.

 

Se queda pasmado al ver cómo lo esperaba, tiró el celular y se dedicó a manosear mi cola. «Qué putita eres, no quieres ser mi novio, pero sí quieres que te coma la conchita como si lo fuera, pero no tengo problemas para eso, me quedé contigo para volverte a hacer mi hembrita». Enseguida siento su lengua apoderarse de mi cola; verdaderamente me tomaba como suyo. Empecé a chillar al sentir cómo me hacía el amor con su lengua, provocando que mis piernas tiemblen.

 

Parecía que quería hacerme acabar con su lengua; me hacía morder las sábanas y chillar fuertemente. Ahh, ahh, métela, te quiero sentir dentro. Aún no me responde, quiero seguir comiéndote la chuchita. Me restriega toda su cara en mi cola. Ahh, ahh, qué rico me la comes, macho, quiero comerte la verga. Me levanto y le pido que se acueste y se quite todo; enseguida me obedece. Me trepo sobre él, dejando mi cola frente a su cara y su mástil frente a la mía. Qué rico, macho, comenté, apoderándome de su verga que estaba a tope. Me golpeé la cara con ella y me la comí sin perder tiempo. Carlos, por su lado, volvió a apoderarse de mi cola; hacíamos un 69 perfecto.

 

Nos devoramos nuestros sexos sin control. No resisto, te quiero sentir dentro, comenté levantándome para llevar mi cola sobre su mástil. Apunté a mi entrada y me lo clavé todo dando un alarido de placer. Carlos acariciaba mi espalda mientras yo lo cabalgaba. Qué rica verga, chillaba disfrutando de mi hombre, hasta que me zafé y volvimos al 69. Mi amor, te quedó abiertita la chuchita. Sentí enseguida su lengua penetrándome; me hacía temblar. Yo, por mi lado, devoraba su hombría.

 

—Metetela de nuevo —me pide ahora mi macho. Lo obedezco y de nuevo me siento en su verga. Gemíamos al sentir cómo nos unían nuestros sexos. Chillaba clavándomela toda, apretaba sus bolas que quedaban al filo de mi concha, pues lo demás estaba enterrado en mi ser. Lo montaba con locura. Me giré, teniéndolo dentro; quería ver su cara siendo tomado por su hembra. Me lancé sobre él para besarlo; me respondió devorándome la boca al mismo tiempo que recogía sus piernas y abría mi cola con sus manos para darme una estocada salvaje.

 

Lo ayudo a levantarse y quede sentado en sus piernas con su mastil dentro, empece a brincar sobre el, me abrazaba por la cintura, su cara estaba en mi pecho, acelero sus embestidas me cogia con locura, haciendome dar ganas de gritar, que rico me coges mi amor le decia entre gemidos, el solo balbuceaba y no paraba de penetrarme, ahh ahh jueputa que rico decia en bramidos, hasta que empieza a chillar, me vengo, me vengo, ahh jueputa, ahh grito al mismo tiempo que empezo a inyectar toda su leche en mi concha que la recibia toda como premio por el placer brindado, tenia los ojos llorosos señal que la cogida habia sido intensa, nos abrazamos alli sentados uno encima del otro en medio de la cama, unidos por nuestros sexos, su corrida habia sido abundante, sentia como empezaba a espacar un poco de mi interior a pesar de aun estar bien abotanado por mi macho que no perdia su virilidad, dandome a entender que esto apenas empezaba.

 

—Ahora sí somos novios —me pregunta luego de haber recuperado el aliento—, si me vas a coger así, si acepto ser tu novio. —Esto y más te ofrezco —me dice mi machito cerrando el acuerdo—. Es más, te voy a dar otra muestra. Y sin sacármela, me tumba de espaldas para él quedar sobre mí.

Besa mi cuello, mientras juega con su sexo entrando y saliendo de mi muy suavemente, su reciente corrida era el mejor lubricante, mis manos recorrian toda su espalda, deliraba de placer, me sentia la novia que era tomada por mimera vez con delicadeza y amor, que rico me coges mi amor decia entre gemidos, lo rodie con mis piernas y con mis talones presione su cola, al instante recorde lo que un amigo de la universidad una vez dijo, “si una mujer te clava los talones en la cola mientras se la metes es porque le estas dando el mejor palo de su vida, ya no tienes que hacer mas, esa hembra es tuya”, sonrei diciendo en mi interior: tenia razon ese cabron, abrace fuertemente a mi hombre quien al no enteder lo que pasaba levanto su cara para mirarme, soy solo tuyo le dije y nos fundirnos en un beso que daba inicio a esta nueva etapa de nuestras vidas.

 

Al siguiente día despertamos muy tarde; no tenía apuro, así que me dediqué a contemplar a mi novio mientras dormía a mi lado. Me embriagaba su olor a sexo y sudor. Despertó muy contento. «¿Qué haces?», me pregunta. «Aquí viendo lo bueno que estás». Sonríe, estirando los brazos sobre su cabeza, sin el menor interés de cubrirse. Dejé caer mi cabeza sobre su pecho; me correspondió poniendo su brazo en mi espalda; me sentí protegido y querido.

 

Hagamos algo hasta que me vaya; queda prohibida la ropa, vamos a andar así como estamos en nuestro primer día de novios. Acepté sin problema, así que pasamos el resto del día jugando a rozarnos y tocarnos a cada momento. Hizo uso de su derecho de novio y me pidió mi chocho una vez más antes de irse; aún estaba sensible por la noche intensa, pero lo complací y me entregué nuevamente a mi hombre, quien me hizo el amor hasta que fue hora de irse.

 

A eso de las 6 de la tarde lo fui a dejar a su casa; no podía quedarse más. Regresé a casa cantando, aún sin creer todo lo que había vivido estos últimos meses. Tenía un poco de temor porque Carlos se entere de mi historia con sus amigos, pero no podía cambiar el pasado; si hubiera sabido que terminaría así conmigo, quizás no me involucraba con Rafael y Aníbal, pero ya había pasado; tenía que esperar lo mejor y disfrutar mientras pudiera.

 

De esta manera doy fin a esta historia, que pensaba iba a ser corta, pero me ha tomado varios meses subirla; había tantos momentos especiales que no quería dejar de contarlos, concluyo diciendoles algo de la vida actual de mi estudiantes o exestudiantes: De Anibal se que efectivamente entro al ejercito de la mano de su padre, se encuentra en otra ciudad y al parecer va a hacer carrera alli, no he tenido contacto, sencillamente lo que pasamos ha quedado en el pasado, de Rafael se que efectivamente se fue a estudiar a otra ciudad, venia muy poco y su familia termino yendose tambien por temas de trabajo, el si me busco pero me negue la primera vez, tiempo despues me volvio a insistir pero le dije que estaba en una relacion, sigue en contacto con Carlos, se cuentan sus cosas, tiene novia, una chica muy bonita y de seguro de buen aguante jeje, conociendo no la ha de dejar tranquila.

 

Y sí, para los que se preguntan, aún continúo con Carlos. Ha sido un poco difícil por la distancia, pues tuve que mudarme a mediados de año porque no me renovaron mi contrato y mi nuevo trabajo quedaba un poco lejos de donde estaba, obviamente continuamos a escondidas, pues es menor; bueno, fue menor hasta hace unos días; al fin cumplió su mayoría y estamos organizando celebrarlo con un viaje, como inicio la universidad hace poco, esto nos abre la puerta para poder vernos mas y planear escapadas juntos.

 

Me despido de todos, se terminaron las aventuras porque tengo todo lo que necesito en casa…

16 Lecturas/7 diciembre, 2025/0 Comentarios/por Anonimo
Etiquetas: amigos, baño, hijo, madre, mayor, padre, sexo, viaje
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Sexo según la ocupación
Me la mamo la hermana de mi amigo.
Iniciación anal.
METAMORFOSIS 65
Las clases de repaso de Manu (1)
Como llegué a ser de un delicado jovencito a toda una putita.
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.315)
  • Dominación Hombres (3.951)
  • Dominación Mujeres (2.936)
  • Fantasías / Parodias (3.167)
  • Fetichismo (2.627)
  • Gays (21.810)
  • Heterosexual (8.057)
  • Incestos en Familia (17.873)
  • Infidelidad (4.441)
  • Intercambios / Trios (3.080)
  • Lesbiana (1.139)
  • Masturbacion Femenina (932)
  • Masturbacion Masculina (1.832)
  • Orgias (2.005)
  • Sado Bondage Hombre (445)
  • Sado Bondage Mujer (178)
  • Sexo con Madur@s (4.173)
  • Sexo Virtual (253)
  • Travestis / Transexuales (2.381)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.439)
  • Zoofilia Hombre (2.189)
  • Zoofilia Mujer (1.658)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba