• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (6 votos)
Cargando...
Gays

Carlos, Aníbal y Rafael, mis estudiantes sobresalientes 9

Relato la experiencia que viví el año pasado, cuando empecé a trabajar de maestro en cierta unidad educativa con mis alumnos de ultimo año….

La habitación de Rafael estaba muy bien organizada; se notaba que se había preparado para la visita. Había algunas cosas relacionadas con el fútbol, cosa que no me sorprendió, puesto que ya sabía que le encantaba ese deporte.

 

Como lo habíamos acordado, le desaté sus manos; al fin recuperaba su libertad. Lo primero que hace es tocarse su sexo, me mira como diciéndome empecemos. Tomo asiento y lo invito a que se acerque; así lo hace, me entrega su hombría para que me dé gusto chupándola, se estremecía del placer que le brindaban mis labios. A ratos me agarraba la cabeza y remedaba estarme cogiendo. Qué rica boquita tienes, te encanta mamar verga, putita. —Sí —asentí moviendo mi cabeza—. Me dediqué a disfrutar de mi hombre, que estaba muy excitado al estar en su propia habitación, listo para dar rienda suelta a sus deseos carnales, y sabía que en mí tenía a alguien dispuesto a satisfacerlo.

 

Para no correr riesgo de ser vistos por vecinos, puesto que su habitación tenía una ventana amplia, para no cerrar las cortinas decidimos no encender la luz y solo tener la claridad que nos daban las luces del exterior, cuyos rayos de luz aportaban a generar un ambiente lleno de lujuria.

 

Invito a mi hombre a acostarse para seguir haciéndole el amor con mi boca hasta que me dé su delicioso néctar; no hubo oposición de su parte, puesto que teníamos todo el tiempo disponible para disfrutar, y sabía que su virilidad daba para mucho más que dos corridas. Recorrí y disfruté de cada centímetro de su masculinidad; solo descansaba lamiendo su abdomen y succionando sus bolas, cosa que le hacía dar unos alaridos de placer, chillidos de macho que me invitaban a seguir haciéndolo mío.

 

No se cuanto tiempo estuve disfrutando de mi hombre pero fue bastante, Rafael tiene buen aguante, que rica verga tienes amor ya te extrañaba demasiado, asi queria tenerte solo para mi, quiero tu leche directo en mi boca; ya casi la tienes fue su respuesta, sigue mamando perrita que ya mismo te doy tu cena, sus palabras fueron la guia a seguir mi trabajo, ahh ahh perrita me vengo, mama, mama, me vengo, ahh, ahh, que rico mi amor, sacamela toda, exprimeme la verga, ahh, ahh, se retorcio todo y levantando su pelvis, estallo, chorro tras chorro inundaban mi boca, que rico cabron, toma mi cabeza y presiona para que mantenga su verga dentro de mi boca y me trague todo su racion de leche, ahora era el quien me hacia el amor con sus movimiento de caderas que culminaron cuando sintio que ya me habia entregado todo.

 

Pense que ibamos a tomar un merecido descanso, pero eso no estaba en sus planes, ni bien me acoste, se levanto como resorte se arrodilla entre mis piernas y levantandolas me guia a recogerlas hasta que mis muslos choquen con mi abdomen, queria que mi hoyo quede lo mas expuesto posible, de inmediato, acerca su boca a mi entrada, su lengua empieza a recorrer toda mi cola, no se si era por la poca luz pero recorria todo de arriba abajo, como buscando, me mordia lo cual me hacia dar un grito por la rudeza de su actos. Come de mi sexo con absoluto deseo, su lengua me hace suyo; en su mente no hay más cosa que satisfacer sus deseos. Qué rica chuchita tienes, perrita, me encanta comerte; se clava en mi cola con absoluto placer, como todo un macho en celo.

Toma el suspensorio que aun mantenia puesto y me desviste, nuevamente empuja mis piernas como diciendome que me entregue completamente, asi lo hago, me abro lo mas que puedo, eso mi amor asi me gusta que me la entregues toda, me enacanta mamarte la concha, se agacha para continua con su desenfreno, me provocaba chillidos de placer que lo excitaban mas, a ratos no sabia si empujarlo para que se detenga un poco de lo que me hacia, o por el contrario, presionarlo para obtener mas placer, me encanta que me coman la cola, y a este macho le encantaba hacerlo, se restregaba contra mi con absoluta lujuria, me chupaba, mordia, besaba todo lo que podia hacer lo hacia sin reparo, llegue a pensar que me iba a hacer acabar a punta de chupadas y mordidas.

 

Sin avisar se levanta y guía su sexo para penetrarme; mis piernas quedan en sus hombros y, de un solo empujón, me penetra. Grité muy fuerte, pero lejos de pedir que lo saque, lo agarré de la cintura y lo jalé más a mi cuerpo. Lo quería todo dentro de mí; a pesar del dolor que me causaba su verga llegando a lo más profundo de mí, no me importaba, quería darle placer a mi macho.

 

Rafael empezó a clavarme con fuerza; sus estocadas hacían que la cama sonara. Era la primera vez que un hombre llegaba tan profundo. Mi lujuria convertía el dolor en placer, por ello continué motivándolo a que continuara con su desenfreno. Con cada embestida, mis piernas desfallecían y su miembro entrando a lo más profundo de mí me provocaba chillar como toda una hembrita siendo desvirgada; toda la habitación se llenó de sexo y lujuria.

 

Tomé mis piernas y las sostenía para permanecer abierta. Rafael aprovechaba para moverse más; se restregaba haciendo círculos con las caderas. Qué rica concha tienes, mi amor, me encanta lo perrita que eres. Arremete con fuerzas empujándome todo dentro, me hizo gritar. Eso, mi amor, siente a tu macho, siente la verga de tu macho reventándote. Me vuelve a clavar; volví a chillar más que gritar. Eso, mi amor, siente a tu macho. A eso viniste acá, a que te reventaran. Siente lo dura que tengo la verga, solo para ti, para abrirte, para hacerte mi hembra. Me da otra estocada; grité. Eso, perrita, chilla, chilla que tu macho te tiene empalada. Me planta un beso; nos comíamos la boca prácticamente.

 

Toma de nuevo mis piernas pero esta vez abre los brazos para separarlas, de rodillas y sentado sobre sus talones empieza a cogerme, que rico mi amor, me encanta como aguantas a tu macho, tienes una conchita aguantadora, podia ver su pecho brillar de sudor a pesar de la poca luz que teniamos, coloca mis piernas en sus hombros y se tira sobre mi empezando a cogerme con desesperacion gemia sin control, por mi lado muerdo las sabanas, para apasiguar mis gritos, Rafael es presa de la lujuria como macho el celo grita y balbucea disfrutando de su hembra, siento su cuerpo caliente aplastandome, sus embestidas una tras otra, nunca me habian tomado asi, llegaba a lo mas profundo de mis entrañas y me provocaba gritar lo macho que era, empece a apretar su espalda con mis manos, cabron que verga tienes grite entre chillidos, te gusta mi amor, te gusta sentir a tu macho, me da una estocada y menea sus caderas, siente la verga de tu macho clavandote, siente lo duro que me tienes la verga, toma sientela toda mi amor, volvio a cogerme, sentia que me desmayaba a ratos, hasta que empezo a moverse con locura, bramando mientras su verga lo llevaba al climax por tercera vez, estalla dentro de mi, ahh, ahh, que rico jueputa grita, ahhh ahhh jueputa ahh ahh, que rico jueputa, cae sobre mi liberando mis piernas, extasiado, que rico culo tienes putita, eres toda un hembra, dice Rafael entre jadeos con la respiracion acelerada.

 

Permanecimos asi unidos recuperando las fuerzas, mis piernas me dolian y mi recien reventado trasero igual. Al separarme, sentí como su verga me movía cosas dentro, que hicieron que diera un alarido de dolor, pero no me importaba, era lo que había venido a buscar, ser tomada por su macho semental. Acostados uno al lado de otro, estuvimos por unos minutos en silencio hasta que Rafael comenta: No sé qué me gusta más, su boca o su culo; es el mejor para mamar y el mejor para dar el culo también. Si pudiera, le ponía la cuca y las tetas de mi novia y quedaba perfecto, concluyó riendo.

Entonces prefieres ver mi cara que la de tu novia cuando estás cogiendo, jajaja, ¿verdad? Dije sacarle a mi novia y ponerte a ti en vez de hacerlo al revés, qué puto soy. Tu culo me tiene mal, ya estoy dudando de lo que me gusta; reímos de sus comentarios.

 

Decidimos bajar para comer y beber algo, para recuperar fuerzas. Opté por asearme un poco, me puse mi pantalón corto, sin ropa interior, puesto que solo había llevado los suspensorios que no supe a dónde volaron. Rafael, por su parte, se duchó, dejó la toalla colgada y bajó desnudo. Le encantaba exhibirse y, teniendo la herramienta que tiene, no lo culpo; cualquiera lo haría. En la charla me enteré de que su herramienta era herencia paterna, pero que él solo había sacado eso, no el físico; su padre era más grande y fornido, contrario a él, que era delgado y bajo de estatura.

 

Confieso que pensé en irme a casa en este punto de la historia; me sentía satisfecho por la cogida recibida, pero los planes de Rafael eran otros. Luego de comer, beber, ver televisión y de la tercera llamada de su madre, me invitó a quedarme a “dormir” para hacerle compañía, lo cual era una mentira a todas luces. La realidad fue que me repitieron la dosis de verga por dos ocasiones más, hasta que fuimos presa del cansancio y nos dormimos.

 

Al día siguiente nos levantamos tarde y tuve que salir rápido puesto que el padre de Rafael llegaba. Como ya lo había contado antes, era ingeniero y permanecía en obra, por lo que solo llegaba a casa los sábados de tarde.

 

Al llegar a casa me dispuse a recapitular lo que había pasado y a descansar. No les miento que este mismo día me escribe Carlos para decirme que quería ir en la tarde a “visitarme”, pero tuve que decirle que no, que había salido de la ciudad. La verdad, temí no poder aguantarle la faena o que se diera cuenta de que ya cargaba bien abierto el hoyo.

 

Desde este momento empezó oficialmente mi historia con Rafael y Carlos. Tuve que organizarme bien para poder estar con ambos sin que se dieran cuenta y disfrutar de la virilidad que le da su juventud. Celebré mi cumpleaños con ambos, pero en diferentes días, obviamente. Si bien tenía como fetiche pensar en cómo me cogerían ambos a la vez, me daba miedo perder lo que tenía con ellos, que a pesar de no ser una relación sentimental, sino de mera amistad que incluía disfrutar de nuestra sexualidad.

82 Lecturas/9 junio, 2025/0 Comentarios/por Anonimo
Etiquetas: cogiendo, culo, cumpleaños, madre, mama, padre, puto, sexo
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Claudia Desvirgada Por el Culo
Una tarde en el rio
Pase de hijo a ser la amante de mi padre
CONFESIONES ENTRE UNA MADRE Y SU HIJO
Mi hermana viciosa
Morbo en la Academia de la Armada (pt.2)
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.107)
  • Dominación Hombres (3.326)
  • Dominación Mujeres (2.564)
  • Fantasías / Parodias (2.593)
  • Fetichismo (2.263)
  • Gays (20.464)
  • Heterosexual (7.217)
  • Incestos en Familia (16.397)
  • Infidelidad (4.045)
  • Intercambios / Trios (2.747)
  • Lesbiana (1.069)
  • Masturbacion Femenina (738)
  • Masturbacion Masculina (1.546)
  • Orgias (1.737)
  • Sado Bondage Hombre (411)
  • Sado Bondage Mujer (147)
  • Sexo con Madur@s (3.637)
  • Sexo Virtual (224)
  • Travestis / Transexuales (2.230)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.175)
  • Zoofilia Hombre (2.045)
  • Zoofilia Mujer (1.601)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba