Casa de varones I. Éramos 2, ahora 3
…disfrute del perfecto Adonis peludo y sudado que tenía enfrente, Julio sonreía y de dejaba hacer, le comencé a comer las axilas peludas, degusté sus pezones, baje al abdomen, era tanto hombre que no sabía por dónde empezar..
Conocí a Julio una noche, en el transporte, un caballero guapo, no delgado pero no grueso, de buen porte, barbón y con un rico aroma a sudor, nos saludamos con la mirada y de reojo nos mirábamos, fue algo extraño, ya que no había tenido ningún tipo de atracción hacia otro varón, me había separado de mi mujer hace algo, me dejó con mi hijo, ahora debía batallar para cuidar la casa y tuve que tomar doble turno para pagar las cuentas, contrataba a una niñera, así que ahora había más pendientes.
Pasaron los días y comencé a fijarme más en este hombre misterioso, de repente coincidimos, nunca lo había visto antes, pero había algo en el que me atraía, y podría jurar que yo a él también.
Una noche entré al transporte y me senté con él, fue impulsivo, fue mirarlo y disimular una sonrisa, entablamos una charla vaga sobre trabajos, era albañil, por eso su finta algo desaliñada y sudorosa, y vivía en un departamento unas calles antes de mi casa.
Así pasaron varios días, entre charlas, risas, hasta que nos atrevimos a compartir teléfonos.
En las noches charlábamos hasta dormir, todo sin afán erótico, hasta que se llegó el tema, somos hombres, hay veces en que la verga manda en nuestra vida.
El- y qué tal? Listo para el desestres manual? Jeje
Yo- Uff, quisiera, pero comparto cama con mi hijo y no me atrevo a tocarme frente a él.
Él – está dormido?
Yo- sí, cae muy rápido.
Él – adelante, desenfunda, no se dará cuenta jeje
Yo- no lo sé…
Él – (manda una foto con su bulto sobre el boxer, se le ve peluda toda su zona de entrepierna) A mi ya se que quiere salir jeje
Yo – (Algo en shock, nunca me había sexteado con otro hombre) hombre estás que revientas, supongo que ninguna mujer te ha dado placer.
Él – Jajajaj, no, ninguna mujer, aunque yo prefiero el placer con iguales.
Yo – (sabía lo que me quería decir, pero no qué contestar, me llamaba la atención ese hombre, pero no sabía que pedo conmigo, sería grosero preguntar o ceder de una vez)… oh… entiendo…
Él – Que pasó bro? Pensé que estábamos en sintonía, digo… en el metro nunca me quitas la mirada.
Yo – Bueno, no me malinterpretes, pero soy nuevo en esto, pero sí hay algo que me atrae de ti.
Él – No hay problema hombre, conmigo todo relax, entonces, sí te pone ésta??? ( Manda un foto de su pene en erección, repleto de una mata de pelos y un glande con un poco de smegma)
Yo – (me quedé tieso, no sabía que hacer, mi corazón empezó a latir, se me secó la boca y mi verga se endureció, podía sentir con una gotita de líquido recorría mi uretra.) Todo eso es tuyo? (Alcancé a poner)
Él – cuando gustes bro. Ando hot y hoy te veías muy guapo en el metro.
Yo – Gracias, tu igual…
Él – y Bien… cómo la traes?
Yo – Me la pusiste muy dura
Él – Enséñame
Yo – (busqué a mi hijo y dormía, así que saqué mi verga del boxer y la fotografié… no sabía si estaba bien tomada, recordaba mis años de caliente antes de casarme) cómo ves?
Él – Muy rica bro, me pones un chingo
Yo – Igual tú a mí… (estaba caliente y nervioso)
Él – vamos a jalarnosla!!! Por cam!!!
Yo – No sé…. Mi hijo…
Él – vamos, no se dará cuenta!!
Yo – va va … (la calentura se apoderó de mí y acepté)
En unos segundos recibí su videollamada, sostuve mi celular a la altura de mi cara y enfoqué mi verga, veía como él se tocaba, acariciaba sus huevos brillantes, subía y bajaba el prepucio de verga gruesa y morena, jugaba con su glande, jalaba sus abundantes pelos púbicos, abría las piernas y recorría su mano entre las piernas, un par de veces escupió en su mano y lubricó su miembro, esperaba a escuchar su respiración, sus leves gemidos, yo tenía mi mano a 1000 por hora jalando mi verga, empecé a imitar sus movimientos, y también empecé a sudar, a gemir, ese pene me había enviciado, hasta que Julio dio un grito ahogado y explotó una lluvia blanca sobre esos pelos negros de su cuerpo… al momento de ver ese éxtasis exploté también en mi mano dejando todas las sábanas, abdomen y brazo lleno de esperma, giré a ver a mi hijo y aún dormía.
Rápidamente Julio se despidió de mí, ya ambos agotados y deslechados dormimos, al día siguiente todo igual en el metro, pero ahora ya había más indirectas románticas, seguimos con nuestras masturbaciones, ahora nos llamábamos con cariños, era raro para ver decirle “amor” a un hombre, o recibir un beso en el mensaje de él, de repente me mandaba fotos desnudo, en el baño, o incluso meando. Yo deseaba que se durmiera mi hijo para seguir con esas masturbaciones y adorar ese pene moreno.
Llegó un día en el que Julio andaba serio, en camino me contó que la obra en dónde trabajaba iba a terminar que tendría que buscar otro trabajo en otro lado, y quizá se mudaría, yo le dije que no!! Casi le rogaba que no se fuera, así que lo invité a vivir a mi casa, tenía un cuarto extra, ya que mi hijo Mauricio duerme conmigo desde que su mamá se fue. Le comenté y lo convencí.
Pocos días antes de su fecha de salida, en el metro nos volvimos a encontrar, se bajó en mi estación porque habíamos quedado de que le mostraría la casa, el iba sudado del trabajo con un aroma a macho que tan solo de oler mis genitales se despertaron, bajamos y caminamos hacia mi departamento, subimos y despedí a la niñera, mi pequeño hijo corrió a verme y lo cargué, estaba muy lindo con una playera de osos y un cortito short azul, y con gusto se lo presente a Julio.
Primero Mauricio lo vio raro, nunca llevaba amigos a la casa, pero el ángel de Julio le dio confianza y lo abrazó de igual manera, no sin hacer algunas muecas por el olor a sudor del hombre.
Le di el recorrido por la casa y le mostré la habitación, a Julio le gustó y quedó el pacto, esa noche cenamos y dormí a mi pequeño, regresé a la sala, dónde Julio esperaba para despedirse.
- Julio – Bueno compa… gracias por todo, yo me retiro.
- Yo – Si gustas puedes quedarte a dormir.
- Julio – No no… debo bañarme, huelo fuerte jajaja
- Yo – mí me agrada…
Con esa respuesta Julio caminó hacia mi, levantó su brazo y colocó su axila cerca de mi cara, yo al sentir ese delicioso aroma pegué mi nariz en esa playera sucia, olí el rico sudor de hombre, comencé a devorar y a quitarle esa playera, la aventé y disfrute del perfecto Adonis peludo y sudado que tenía enfrente, Julio sonreía y de dejaba hacer, le comencé a comer las axilas peludas, degusté sus pezones, baje al abdomen, era tanto hombre que no sabía por dónde empezar.
Repetidamente comencé a sacar los pelos púbicos de mi boca, hasta que me cansé y comencé a tragarlos, Julio comenzó ahora a tocarme, se sentó en el sofá y me hinqué ante su masculinidad, con sus manos firmemente me hacía recorrer su delicioso cuerpo de una axila a otra, por sus pezones, ombligo, regresar al cuello, su barba, su boca, que delicia de boca, nunca, ni con mi exmujer había sentido un beso más rico que con ese varón.
Me tomó del cabello y me bajó hasta su entrepierna, ese bulto parece que rompería el pantalón manchado y rasgado, puse mi cara en esa parte olí el delicioso aroma a pantalón sucio, mordí un poco la silueta de ese pene, y no aguanté más, debía verlo y tenerlo, desabroché el pantalón y se lo bajé dejándolo en boxer, un boxer banco amarillento con manchas de diferentes tonalidades de ámbar, volví a oler y olía rico a meados de varón, estaba húmedo de un néctar transparente, parece que llevaba algunos días con él, lo deslicé y Vi ese hermoso pene moreno, esos testículos arrugados y esa mata de pelos sin cortar, sostuve ese pene lo abrí y ese delicioso glande brillante y rojo rodeado de queso masculino, olí todo ese rico aroma de varón y lo comí, mi boca gozó con los sabores comencé a mamarlo, besé sus bolas, pasé mi cara entre su vello, todo mi rostro se impregnó a sus aromas y fluidos, bajé más su pantalón y lo saqué de un pie, abrí sus piernas y su culo se veía oscuro y sudado, pasé un dedo y gimió, lo regresé y lo olí, delicioso olor a ano sudado, empecé a dedearlo sin penetrar, él empezó a gemir y en un minuto dio un grito ahogado y esa de esa verga morena salieron chorros blancos disparados llenando mi cara de sus espermas. Yo por mi parte eyaculé en mis pantalones, quedamos rendidos en el sofá, él con la cara tumbada y yo con la mía oliendo sus huevos.
Terminado, traje algunas toallas húmedas y con afán de limpiarlo, pero él se negó, subió sus pantalones aún con el esperma fresco y se despidió, no sin antes lamer un poco de la leche que yo aún tenía en la cara y pasármela con un beso blanco.
Cerré la puerta y algo sudado y satisfecho caminé a la recámara, ahí mi niño estaba medio despierto.
- Mau – qué pasó papy? Escuché ruidos.
- Yo – nada rey, debes dormir. (Lo arropé y le dí un beso en sus labios).
- Mau – uy… papy, hueles al señor que acaba de venir.
Había olvidado que aún tenía el olor de los fluidos de Julio, bueno Mau tendrá que acostumbrarse a ellos…
Danny J
Muy buen relato, me encanto esperando como continuara. Aunque me lo imaginó, no te demores para subir el segundo.
Que morbo, me recuerda al chacal de mi colonia. Que le traigo unas ganas enormes.
Que morbo👍