Casi Angelitos – Mi Primo M De12 Parte 4
Vacaciones de semana santa con mi primo de 12, ese día ocurrieron un par de cosas, el gran dia estaba cerca..
Vacaciones en el rancho
Este capítulo lo iba a dividir en dos partes porque creo que es el más largo hasta ahora (lo sé aún mas largo) pero al final creo que lo que se escribe puede ser contado en una sola parte, alguien me dijo que era mejor usar un nombre en lugar de una letra y voy a usarlos para dar un poco más de personalidad, para M usaré el nombre de Miguel Ángel, ya saben es un relato largo y si no les gusta pueden pasar de largo.
Como dije anteriormente yo provenía de una familia muy religiosa y de entre 12 hijos que tuvieron mis abuelos uno de estos fue sacerdote, ese tío era él más joven de mis tíos y toda su vida estuvo ejerciendo su ministerio en ranchos y pueblos cercanos a sierras y zonas montañosas, por ser el tío “joven” era el tío cool, lejos de lo que podrían pensar se salía completamente del molde del sacerdote, no usaba sotanas todo el tiempo, no le gustaba que le besaran la mano, le gustaba participar en primera fila para las labores de construcción y albañilería de la parroquia etc, y a nosotros nunca nos hizo llamarlo de usted y sobre todo nunca nos trató como un sacerdote (no se preocupen la historia no va por el lado del tío sacerdote guapísimo que comenzó a tocar a sus sobrinos, mi tío si era un sacerdote derecho jeje).
Esas vacaciones de semana santa como cada año íbamos a ir a pasar las vacaciones con él, solo que para nuestra fortuna el periodo vacacional de estudiantes inicia primero que el periodo vacacional laboral, por lo tanto nuestros padres y tíos llegarían una semana más tarde, sumado a eso durante esa semana sería mi cumpleaños y en esa ocasión íbamos Miguel, su hermano menor (que siempre iba pegado a Miguel por orden de su mamá) mi hermano menor y yo. Para ese entonces seguía con esa “mentirilla” de que Miguel era mi subordinado favorito sobre todo cuando estábamos con mis otros primos, y a espaldas de ellos, Miguel se seguía quedando en mi casa casi cada fin de semana donde seguíamos “jugando”.
El trayecto para llegar hasta allá era de como de 5 horas en carretera, tengo que destacar que cada que bajaba a la cuidad compraba víveres como para un mes, mi tío tenía una camioneta de doble cabina con camper y vidrios polarizados, a mi hermano y el hermano de Miguel los hacía ir en la parte delantera con él pues eran más chicos y el hermano de Miguel era de esos chicos que vomitan por todo.
Nosotros dos íbamos en la parte trasera rodeados de cajas y víveres, como hacía bastante frio y el camino era muy largo mi tío nos dejaba varias cobijas y un par de colchonetas para apaciguar el frío o dormir.
El trayecto de la ciudad fue tranquilo, Miguel y yo hablamos de videojuegos, la escuela y en general de cualquier tontera para aminorar el viaje, nos dimos cuenta que ya no estábamos en la ciudad porque la poca luz que entraba por los vidrios polarizados del camper y por los saltos que daba el vehículo por el camino de terracería.
La plática simplemente murió, me acerqué a Miguel lentamente, él se giró de lado poniendo a mi disposición su bello trasero, lo tomé por la cintura y acerqué la mía a la suya, los baches del camino hacían saltar y vibrar el vehículo hasta que esos movimientos hicieron que mi verga comenzara a reaccionar al estar dando pequeños golpes contra el trasero de Miguel, me acerqué más al cuello de Miguel, comencé a lamer el lóbulo de su oreja mientras con mis manos tocaba sus firmes nalgas cubiertas por su pantalón deportivo, los cabellos de su nuca comenzaron a erizarse.
-Tengo hambre, ¿qué me vas a dar de comer?. Susurré a su oído.
No dijo nada su única respuesta fue restregar su trasero en círculos contra el bulto que tocaba su puerta trasera. Nunca antes habíamos hablado en los momentos de intimidad y esas dos frases fueron las primeras que le dije.
Los golpeteos contra su trasero eran cada vez más rápidos, yo me sentía cada vez más caliente, coloqué mi mano en la entrepierna de Miguel y posteriormente la introduje dentro de la trusa, Miguel jadeó, su verga estaba dura, puse mis dedos sobre la punta de su miembro y estaba mojada, comencé a darle masajes circulares en la zona del frenillo, Miguel contorsionista su cuerpo como si fuera una anguila, mis dedos alternaban el masaje entre la uretra y el frenillo, mis dedos se estaban comenzando a bañar con el viscoso liquido preseminal que emanaba la cabecita de mi niño. Yo por mi parte me alejé un poco de su cuello, retiré mi mano de su miembro y comencé a bajar el elástico de sus prendas inferiores, Miguel sin mirarme ni girarse levantó su cadera para facilitar el descenso de su ropa y una vez cayeron hasta sus muslos toqué su nalga superior que a pesar de tener esa textura llamada piel de gallina, se seguía sintiendo suave.
Quería ponerme de rodillas para acostarlo boca abajo y poder apreciar ese par de montes carnosos pero si lo hacía mi tío me vería desde el espejo retrovisor, aunque la ventanilla del camper estaba cerrada y también era polarizada no me quería arriesgar pues cabía la probabilidad que uno de los menores se acercaran y asomaran su cara a la ventanilla, sería otro día en la casa habría mas tiempo para apreciar eso.
Mi corazón comenzaba a bailar con más desesperación, separé mi cadera de la suya y sin pensarlo hice a un lado mi bóxer y saqué por uno de los orificios de la pierna mi pene, la punta de mi verga estaba al rojo vivo, palpitaba suavemente y de la punta una gota cristalina se corrió hasta perderse en el glande, el contacto contra la raja de Miguel fue electrizante, su piel estaba igual de caliente que la mía, comencé a dar golpecitos contra su entrada o más bien contra sus nalgas pues para llegar hasta esa puerta de placer había dos montañas de carne que la resguardaban y el contacto con ellas era demasiado placentero, comencé a moverme. Al mismo tiempo comencé a hacerle una paja a Miguel pero esta vez la cogí con toda la mano, Miguel jadeaba y yo también, quería desnudarlo para apreciar cada una de las texturas que su piel me ofrecía pero el riesgo era grande, seguía moviéndome entre sus nalgas, la mitad de mi pene ya estaba dentro de él y la punta de mi verga ya daba golpecitos en su apretado ano, se sentía cálido y hasta mojado, poco me importó intuir que los hombres no lubrican por atrás pero eso no era trascendente pues mi razón se estaba esfumando.
Al sentir el contacto con su zona prohibida Miguel dejó de moverse con tanto frenesí, supongo que su sentido de supervivencia le decía que de seguirse moviendo así en cualquier momento lo penetraría y eso podría ser doloroso. Noté el cambió de velocidad en el cuerpo de mi primo y seguí pajendo con mas intensidad, su verga estaba mas dura que antes mientas masajeaba mi verga con su trasero mi mano no dejaba de darle placer, el liquido que salía de su pene lo esparcí entre mis dedos y sin avisar puse mi mano debajo de sus huevos y comencé a presionar esa zona cerca de su culo.
Miguel dejó de moverse completamente y solo jadeaba en voz baja, yo estaba a nada de explotar y mi cuerpo sin importar la manera quería dejar salir todo, el camino era cada vez más inhóspito hasta que entre tanto asfalto la camioneta debió pasar encima de una piedra grande, porque el salto del vehículo fue violento y con ese movimiento tan violento mi cabecita se introdujo en la primera capa de su ano, Miguel tembló casi se le escapa un grito, pensé que se iba a separar como la ultima vez que casi lo penetro, pero no se quitó y para no abusar de ese pequeño gesto de confianza salí de su interior y solo seguí rozando su entrada, sentía muchas ganas de entrar hasta fondo, si antes se sentía húmedo ahora estaba super pegajoso, no sabía si era suciedad o parte de mi liquido precum y aunque supiera el origen de esa viscosidad no me habría importado, habría comido ahí con total felicidad.
Era el límite, mi mano siguió presionando la zona del perineo de Miguel y llegó esa sensación que hasta ese momento confirme lo que sospechaba, Miguel Ángel estaba teniendo un orgasmo en seco, esa zona estaba vibrando arrítmicamente y su pene también, la punta de su miembro estaba humeda pero no ocurrió esa “explosión” de liquido viscoso, había algo mojado pero mentiría si dijera que era semen, quizá una o dos gotas pero como no pude ver, no me atrevo a asegurarlo, el pene de Miguel con velocidad perdió firmeza y su respiración se volvió lenta, incluso se sentía como una respiración relajada, su cuerpo perdió todo signo de tensión, yo en todo momento mantuve mis dedos ahí sintiendo hasta el último espasmo de sus músculos perineales.
Me retiré de él, regresé mi pene dentro de short, descubrí que estaba super mojado, claramente no había terminado pero no le di demasiada importancia pues sentí que estaba aprendiendo a conocer mejor el cuerpo de Miguel Ángel y eso también me excitaba. Claro que M notó que me retiré sin terminar.
-Lo hice mal…
No dije nada, caminé arrodillado hasta la ventanilla y miré con cautela, noté que mi tío tenía la vista clavada en el camino y los chicos estaban completamente dormidos. Respiré aliviado, abrí la otra ventana del costado y rápidamente el frío aire de la sierra comenzó a diluir ese peculiar aroma a sexo, estuve rente a la ventanilla un par de minutos hasta que el frío del aire difuminó el rubor de mis mejillas.
Cerré la ventana y me giré, Miguel estaba ahí sentado tenía sus pantalones arriba, me miraba expectante, sumiso, como si hubiera hecho algo mal, cerré la ventanilla y al cerrarla se fue casi por completo la luz, me moví hasta donde estaba él, acaricié su mejilla para indicarle que no pasaba nada, lo recosté de lado, lo abrace por la cintura y dormimos el resto del camino.
Dos días más tarde sería mi cumpleaños y me daría el mejor de los regalos que un puberto caliente espera recibir…
La llegada pre cumpleaños…
Llegamos al pueblo al final de la tarde, pocas horas antes del anochecer, los más pequeños se ofrecieron a ayudar a mi tío a descargar y guardar en la despensa los montones de suministros que había comprado mi tío, nosotros al ser mayores nos ofrecimos pero mi tío nos dijo que ya era tarde y aprovechásemos para limpiar y adecuar la habitación que íbamos a usar para dormir, además no lo harían solos pues a mi tío lo asistían en los quehaceres de la casa dos señoras.
La casa parroquial era gigantesca y lo digo sin exagerar tenía tres comedores, dos cocinas, un corral para animales, un jardín y montones de habitaciones, Miguel y yo elegimos hospedarnos en una mini cabaña que estaba a las orillas de la casa principal, básicamente era donde debería hospedarse el jardinero.
La pequeña casa tenía espacio para un guardarropa, un baño bastante grande, un televisor y una cama tamaño matrimonial, cuando lo vi supe que era el lugar indicado para “jugar” pues estaba muy alejada de todo, ni gritando era posible que nos escuchasen.
Limpiamos y sacudimos la habitación, había bastante polvo, tardamos un par de horas en terminar hasta que una de las señoras tocó a nuestra puerta para llamarnos a cenar. La cena transcurrió sin contratiempos, indicamos la habitación que ocuparíamos, los molestos de los menores amenazaron con irse a dormir con nosotros pero les dijimos que si querían podían hacerlo pero que no cabríamos en la cama, mi tío estuvo de acuerdo en eso y les dijo que una de las señoras ya les había acondicionado una para ellos, Miguel Ángel terminó de convencer a su hermano diciendo que le prestaría su Tablet para que vieran videos y aceptó.
Antes de ir a dormir mi tío me dio la indicación de darles un baño pues era el mayor, debo admitir que aunque el hermano de Miguel era un fastidio también era alguien bastante divertido y hasta podría decir que sin problemas era considerablemente más guapo que Miguel, lo único que no me gustaba era que tenía los dientes algo chuecos, era bastante sucio se tiraba gases a propósito, tenía un año menos que Miguel y seguía dejando la ropa interior sucia, pero tenía unos ojos entre gris y café claro que lo hacian ver muy guapo, mi hermano menor lo seguía demasiado pero era bastante dócil a mis instrucciones…
Esa noche metí a mi hermano y al hermano de Miguel a ducharse, el baño tenía regadera y una muy pero muy rustica tina de ladrillo y la puerta era corrediza y era de vidrio texturizado. Yo quería que ya se fueran para comenzar a “jugar” hasta que vi como el hermano de Miguel pegó su trasero contra el vidrio del baño, Miguel y yo nos echamos a reír pero desde esa posición noté que tenía un culo bastante grande…
Le dije a Miguel que se quitara la ropa y se preparara para entrar y obedeció, entré para ver si ya estaban listos aunque lo hice más con la intención de ver al hermano de Miguel al que llamaré Gabriel, los vi jugando en el agua, Gabriel no tenía un abdomen marcado como el de su hermano, estaba plano y su piel era era tan blanca como la de Miguel, incluso se veía un poco más delicada pero tenía el trasero un poco más grande que su hermano mayor, me emocioné un poco al ver eso pero mi emoción se perdió cuando vi que al levantarse le colgaba un pene decepcionantemente pequeño…
Me acerqué a ellos, tomé la esponja y la llené de jabón líquido, les di la pasada final, tallé a Gabriel por todas partes poniendo principal atención en su entrepierna y reaccionó pero el resultado no era el que yo esperaba, su pene a penas aumento un poco su tamaño, le dije que se girase y lo hizo, tenía un trasero espectacular, le di un par de nalgadas siguiendo el “juego” y las bromas, ellos se rieron y cuando le quise abrir la nalga para ver su agujero, Miguel Ángel entró en el baño…
-Cof cof…ya estoy listo!
Dijo con algo de fuerza, me sacó de mi exploración, hasta me sentí algo descubierto, me aparté disimuladamente, en ese momento pensé “Miguel debe estar cuidando a su hermano quizá piensa que intento hacer lo mismo que hago con él”, más tarde entendí que estaba muy alejado pues fueron celos.
-Miguel pásame las toallas y enséñale a Gabriel como limpiarse la cola pues sigue llenando de mierda las trusas.
Miguel se rió y se acercó a el agua caliente, su trusa blanca al contacto del agua comenzaba a volverse traslucida y en la parte de atrás se veía su cola levantada, el calzón lo tenía pegado y un poco caído, casi a media nalga lo que remarcaba perfectamente la V de sus oblicuos…
Antes de que siguiera tomé a mi hermano, lo llevé a la cama para que se secara y se vistiera, tiempo que aproveche para acomodarme la verga hacia arriba para que no se notase mi evidente erección.
Regresé al baño y Miguel Ángel seguía ahí junto a su hermano haciendo Bullying por ser tan grande y cagar la ropa interior.
-A ver Miguel, muéstrale a tu hermano como se hace.
Miguel estaba ligeramente sonrosado, se reía con timidez, tomó la esponja de baño y la restregó por su cuerpo, le dio la indicación de como hacerlo por encima de su trusa…
-No no no M, muéstrale bien como lo haga, ya ves que esta medio estupido…A ver enséñale como se hace.
M se rió un poco, se notaba como evitaba mirarme, me dio la espalda y se bajó la trusa muy despacio y la deslizó por sus piernas se inclinó sin doblarlas mostrándome su deliciosa cola, yo sentía mi verga muy caliente sobre mi ombligo, quería entrar y follármelo así como estaba, se giró, levantó una de sus piernas y la colocó sobre el borde de la tina, comenzó a pasar la esponja por sus huevos y después por su cola moviéndola de arriba hacia abajo, Gabriel miraba con atención la lección de su hermano mayor y yo tampoco aparté la vista, el jabón resbalaba por sus sexis abdominales hasta bajar a sus rosados y colgantes testículos, así como estaba haciendo un 4 con su pierna se veía delicioso, noté como comenzaba a erectarse su pene y cuando se percató de eso se sentó en la tina, confiado de que el agua lo cubría.
-¿Viste puerco?, así es como se hace, ahora hazlo tú.
Su hermano lo imitó solo que no levantó la pierna como su hermano mayor, solamente levantó el trasero y restregó la esponja con frenesí contra su gran trasero.
-Ya nadie podrá usar esa esponja pues estará llena de mierda jajaja.
Todos nos reímos, le di una toalla a Gabriel, no llevaba sandalias, lo cargué en brazos y lo llevé hasta la la cama, lo recosté sobre esta, se desenvolvio de la toalla estaba recostado con las piernas abiertas completamente desnudo, su piel se veía sumamente suave y delicada, «quizá en otra ocasión» pensé.
Regresé al baño con una toalla limpia para Miguel y caminé hasta la tina.
-Ven para limpiarte…
Miguel Angel se levantó, pude notar como tenía su verga dura, se remarcaba la vena verde qué se trazaba en el tronco de su pene, en ningún momento nos miramos a los ojos pues lo que hacíamos siempre lo hacíamos cobijados por la oscuridad, llené mi mano de jabón y comencé a masajear su pene, verlo bien iluminado era una experiencia completamente diferente, bajé y subí su piel observando con detenimiento su miembro, lo giré y vi su trasero, restregué la esponja por toda esa zona, él no hacía sonidos ni se movía, tomé sus manos y las puse sobre sus nalgas, él sabía que hacer, las abrió y por primera vez pude ver su ano, era rosado y muy pequeño, uno de los culos más estéticos que pude ver en mi vida.
Llené de jabón mis dedos y comencé a recorrer ese ano hermoso, M se tensó un poco pero no se apartó, por detrás recorría desde su ano hasta sus huevos…
-Donde están mis calcetines?…
La voz de Gabriel me sacó de mi exploración, se escuchaba que caminaba hasta la puerta del baño, caminé corriendo y antes de salir le di indicaciones a Miguel Angel de terminar de bañarse pues yo seguía después de él.
Unos minutos más tarde Miguel salió del baño con una toalla en su cintura, los demás chicos ya estaban cambiados, tomé mis boxers y entré al baño, desde dentro les di indicaciones de sacar la Tablet e irse a su habitación.
Si me preguntan ¿porqué no me bañé con Miguel? la respuesta es muy simple, a pesar de mi actitud dominante y algo soberbia siempre fui bastante pudoroso al momento de mostrar mi cuerpo y no por inseguridad o algo por el estilo, de hecho aunque era delgado tenía bien marcado mi abdomen y mi miembro era tamaño promedio, no voy a decir lo mismo los otros en sus relatos para inflar mi ego, no tengo un pene gigante de 35 cm ni nada por el estilo, mi pene llegó a los 17 en mi etapa adulta y en esa época de adolescente rondaba entre los 15 y 16 cm así que el tema no va por ese lado, simplemente era penoso.
Salí de ducharme, tomé la toalla y comencé a secarme, noté como Miguel apagó el foco de la habitación pero había una tenue luz recordé que mi tío nos dijo que en ese lugar era común que se fuera la luz y en ocasiones había que usar velas, le iba preguntar a Miguel si se había ido la luz pero iba a ser una pregunta estúpida porque el foco del baño estaba encendido.
Aún así lo agradecí la carencia de iluminación pues solamente llevaría puesto mi bóxer. Salí del baño, las persianas del cuarto ya estaban cerradas y como supuse una vela estaba encendida sobre el televisor, no me había dado cuenta de que Miguel Ángel me miraba detenidamente, lo miré, debió notar mi incomodidad, agachó su cabeza y dijo.
-Prendí una vela para iluminar la habitación…por si queremos ir al baño en la noche.
-Vamos a…
Estuve parado ahí sin decir nada, y después de varios momentos incomodos en los que Miguel no dejaba de mirarme puse mis manos en el elástico de mis interiores y tiré de ellos hacía abajo, Miguel no dejaba de mirarme con los ojos bien abiertos, saqué mis piernas de la prenda, la levanté y se la arrojé en el rostro.
Miguel Ángel no la retiró de su cara, todo lo contrario con sus manos la apretujó fuerte y comenzó a inhalarla con fuerza, me sorprendí un poco pues mi cuerpo estuvo cubierta por esas prenda poco menos de 10 minutos y no había manera de que conservasen algun olor a mi, aún así agradecí ese simbólico gesto.
Me subí a la cama y me dirigí hasta él, lo despoje de las pesadas cobijas y ahí estaba, solamente llevaba una trusa blanca vi como su pene estaba en relativo reposo, bajé mi rostro a ese lugar que tanto me gustaba, olía a limpio, a suavizante para ropa puse mi cabeza de lado en la zona de tronco, podía sentir el palpitar de su pene la sensación de su piel atraves de la tela y como aumentaba su tamaño, sabía que si llegaba a su tamaño máximo no podría degustar esa textura que tanto me gustaba, puse mis manos en el elástico de su trusa y tire hacia abajo, cuando la tela llegó a la altura de sus nalgas Miguel levantó su cadera para facilitar mi trabajo, tome la trusa y la arroje al suelo, no perdí mi tiempo pues ese trocito de carne seguía aumentando su tamaño.
Hundí mi cara en sus colgantes testículos me los metí completos, joder la textura en mi lengua era deliciosa, suave piel sobre mi boca, Miguel se contorsionó un poco, puse una mano en sus abdominales y la metí debajo de su cuerpo para presionar su nalga derecha. Chupaba y masajeaba desesperadamente, pasaba sus bolas por debajo de mi lengua y también por el interior de mis mejillas incluso me aventure a poner la piel de sus bolas entre mis labios y les di un tirón, Miguel Ángel jadeó y apretujó sus piernas, creo que fui algo brusco, las saque de mi boca y comencé a darles muchos besos para tratar de remediar el daño que les había causado.
Retiré mi mano de sus abdominales y la puse en su otra nalga, hice presión hacia arriba y levantó un poco su cadera, desde ese ángulo pase mi lengua por su ano luego seguí por su punto g externo, después por sus bolas hasta recorrer su tronco y finalice en la punta de su pene.
Cuando estuve ahí estiré cuidadosamente la piel de su prepucio con mis labios para posteriormente introducirlo todo, no pude evitar jadear, me sentía tan bien de estar ahí degustando la hombría de mi muchacho, cerré los ojos y comencé a mamar su pene.
Estuve comiendo por varios minutos hasta que en un momento sentí que M puso su mano sobre mi cabeza como para llevar el control del bombeo, eso no lo permití y rápidamente la retiré de un manotazo, Miguel Ángel pareció entender el mensaje, me sentí algo mal por ser tan negligente y para solucionarlo presioné sus nalgas empujando hacía arriba en varias ocasiones hasta que Miguel entendió de que se trataba, comenzó a mover sus caderas de arriba hacía abajo bombeando mi boca, yo por mi parte movía mi cadera contra las cobijas intentando saciar mi necesidad de calmar mi deseo de estimularme.
Abrí mi boca por completo y me introduje su pene con todo y bolas, mi lengua recorría en círculos cada parte de su aparato sexual y mis manos apretujaban con violencia sus nalgas, M se movía con violencia tanto que comenzaba a doler mi quijada y arqueaba queriendo vomitar, al pasar mi lengua por sus bolas sentí esa textura contraída y supe que si continuaba de esa manera M iba a terminar y todo habría terminado.
Me retiré de su zona, estábamos agitados, Miguel por instinto sexual seguía moviendo su cadera golpeando mis mejillas intentando recuperar el estímulo que yo había cortado.
Antes de proseguir debo aclarar que M nunca me había tocado, en una de las “pijamadas” en las que se quedó a dormir a mi casa, mientras le hacía una felación él apretó mi pene por encima del bóxer, yo lo aparte de inmediato y como ya sabrán, Miguel Ángel era muy intuitivo y entendió que eso no me gustaba.
Pero ese día di otro gran paso, me retiré completamente de él, lo tomé por las piernas y lo puse de lado, mi bóxer casi cayo de su cara pero rápidamente lo acomodó, me recosté de lado pero a la inversa, mi rostro estaba cerca de sus pies y puse los míos cerca del suyo quedando en una posición del 69 pero de lado, lentamente fui guiando mi pene hasta que llegue a la zona de su boca, Miguel pareció no entender en un principio que pasaba, decidí mover mis caderas golpeando mi pene contra su boca que se encontraba tapada por la tela de mi bóxer, Miguel seguía estático, así que no continué con eso, regresé a lo que yo quería, con mi mano baje la piel que cubría su glande dejando al descubierto su cabecita, le di un besito en la punta dando un pequeño lengüetazo en su orificio uretral y después comencé a dar una cadena de lamidas en el frenillo, mientras los dedos de mi otra mano los utilizaba para rozar su raja.
La tenue luz de la vela me permitía ver el líquido cristalino y baboso que salía del orificio uretral de Miguel, no lo pensé demasiado y lo lamí de nuevo, estaba completamente concentrado en probar los jugos de mi primo hasta que sentí como una mano tomó con firmeza la base de mi pene, me quede quieto estuve muy cerca de quitarme pero no lo hice, cerré los ojos, bese la punta de su pene y me lo introduje en la boca y comencé a mamar despacio.
Al quitarle importancia y continuar con mi labor, Miguel tocó con algo de más seguridad mi pene, lo movía despacio de arriba hacia abajo, en momentos lo presionaba de la base y cuando subía a la zona del glande apenas lo tocaba, lo hacía con delicadeza, me excite al sentir su fría y temblorosa mano sobre mi verga caliente, nunca había sentido otra mano que no fuera la mía tocarme ahí abajo y la experiencia era de lejos superior a la mejor paja que jamás me hubiera hecho nunca.
Perdí los estribos con velocidad comencé a mover mi cadera para acelerar la paja que Miguel me estaba realizando…
Yo seguía loco por lo que estaba experimentando, me retiré de la boca el pene de Miguel y comencé a darle suaves mordiscos en la base de su pene, y con mis dedos presioné la cabecita de Miguel para extraer la mayor cantidad de liquido preseminal que emanaba y cuando había lo suficiente baje mi mano y sin avisar le introduje un dedo en el ano, M tensó sus nalgas pero no me importó nada, introduje mi dedo casi a la fuerza y lo deje ahí adentro moviéndolo en círculos, mientras con mi boca seguía chupando su pene.
Metía mi dedo adelante y atrás sin terminar de sacarlo por completo, estaba en las nubes y si mi felicidad no era suficiente me fui a las nubes cuando sentí un calor que jamás había experimentado, M se había introducido mi pene en su boca y yo no puede evitar sacarme su pene de la boca para poder dejar escapar un gemido, estaba a punto de regresar a mi trabajo cuando Miguel comenzó a chupar con velocidad mi pene y un segundo gemido escapó de mi boca, Miguel me sujetó con una de sus manos por el trasero y me empujó hacia él como yo mismo solía hacer, y comencé a bombear con relativa velocidad, continúe mamando en sincronía con los movimientos de Miguel Ángel, nos bombeábamos la boca del otro casi como en movimientos de espejo.
Miguel soltó mi trasero y comenzó a masajear el tronco de mi verga y su boca estaba concentrada únicamente en chupar la cabeza, eso fue demasiado para mi, le enterré mi dedo a fondo y seguí mamando a toda velocidad, Miguel Ángel dio un pequeño grito y golpeó con fuerza mi boca, sentí la vibración de su pene, me retire pues quería ver si ese sabor salado que solía percibir era liquido precum o ya había algo de leche, de su cabeza caía un hilo de gotas transparentes con un ligero color blanquecino, mi niño estaba comenzando a producir leche para mi, ver eso no me dejo mas y le hundí mi verga hasta el fondo a Miguel.
-Espera, no te retires…
Miguel Ángel se aferró con fuerza, tosió un poco, me tomó por el trasero y se lo introdujo hasta que mis huevos chocaron con su barbilla, 7 disparos de leche a presión salieron de mi pene y fueron directo a su garganta, Miguel comenzó a toser y dar arcadas violentas pero en ningún momento se retiró, despues de poco más de dos minutos yo mismo tuve que hacerlo, mi pene había quedado muy sensible, hasta ese momento escuché como Miguel respiraba profundo, me preguntaba si acaso él… mi pregunta fue respondida cuando escuché como Miguel Ángel hizo un sonido de glut…glut y al final un…ahhh. Miguel se había bebido todo mi semen sin hacer muecas, gestos o sonidos de querer vomitar.
Estaba rendido, a punto de retirarme cuando la tímida mano de Miguel Ángel sujetó mi pene que comenzaba a perder su firmeza, lo tomó con suavidad y lo presionó desde la base hasta llegar a la punta arrancando de mi boca un último suspiro y cuando estuvo ahí le dio un lengüetazo final, mi chico había extraído la última gota de mi leche, al final despidió mi pene con un besito en la punta como yo siempre lo hacía con él.
Me incorporé me iba a poner mi ropa interior pues ese sentimiento de vergüenza había llegado de nuevo pero no lo hice, apague la vela y quedamos en total oscuridad, hasta ese momento post sexo, mi piel notó que la temperatura era bastante baja y se sentía bastante frío, me dirigí hasta donde Miguel Ángel quien ya no tenía mi bóxer en la cara y fingía estar dormido, lo arropé y me recosté a su lado, me estaba quedando dormido cuando sentí como uno de los dedos de Miguel Ángel tocaba el costado de mi cintura con extrema cautela, me moví un poco y Miguel retiró su mano con velocidad, con mi mano sujeté la suya y la coloqué completamente en mi cintura, Miguel comenzó a moverla hasta llegar a mi abdomen e hizo algo de presión en esa zona como yo solía hacerlo, después me rodeó por la cintura y reposó su cabeza cerca de mi hombro hasta que nos quedamos dormidos.
Estábamos a solo un día de mi cumpleaños y yo quería solamente una cosa como regalo, estar dentro de Miguel…
Excelente,💦💦💦 muy buena serie, esperando el siguiente capitulo
Ahi un muy buen trabajo detras de esta obra, muy bien cuidada y con una clara idea de como y que es lo que quiere terminar contando, me entra mucho hype el pensar que vendra mas adelante. Muchas gracias por la escritura, estare a la espera con mucha paciencia de saber lo que les depara a estos chicos.
Gracias
Una de las mejores historias que he leído en este sitio, ojalá pronto puedas volver a continuarla, es simplemente brillante <3