Casi Angelitos – Mi Primo M De12 Parte 5
Dia de cumpleaños. No hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla, ese día por fin M y yo perdimos la virginidad..
Perdón por la tardanza pero había estado ocupado, les recuerdo que este es un relato real y es bastante largo, si quieres un relato de puro sexo y cosas super exageradas te invito a pasar de largo.
Las campanas del templo retumbaron indicando el llamado para la misa matutina, intenté volver a cerrar los ojos, pero cada que las ganas de dormir regresaban las campanas volvían a sonar hasta que me fue imposible conciliar el sueño, creo que haber dormido en ese cuarto qué estaba a espaldas del templo y tan cerca de los campanarios ya no era tan buena idea. Faltaban 15 minutos para las ocho de la mañana Miguel Ángel seguía profundamente dormido, al parecer el estruendoso escándalo de las campanadas podía menos que su más que evidente cansancio, su cuerpo emanaba calor, su cabello estaba revuelto, tenía las mejillas sonrosadas y un fino hilo de saliva resbalaba por su labio se veía demasiado lindo al descansar, bajé un poco la vista y pude notar a través de las cobijas ese peculiar bulto con el que suelen despertar los adolescentes, sentí unas poderosas ganas de caminas hasta él despojarlo de sus cobijas, despertarlo a besos y ordeñar su leche con mi boca, mi pene se endureció y sonreí al pensar en esa posibilidad pero casi de inmediato me reprendí por pensar en esas tonterías. Me vestí y arreglé para salir pero antes de hacerlo lo arropé y cerré la puerta cuidando no hacer ruido en el proceso.
Fui hasta la cocina, las señoras que asistían a mi tío aún no terminaban el desayuno así que fui a despertar a mi hermano y a Gabriel, para mi sorpresa ya estaban de pie y estaban asistiendo a mi tío en la misa matutina, salí de la casa, cogí la pelota y fui a jugar a las canchas de terracería que había frente a la iglesia, no pasó mucho tiempo para cuando dos chicos se acercaron a mi para que pudiésemos jugar, después de un breve momento llegaron otros dos, luego cuatro y en cuestión de nada ya éramos trece los que estábamos jugando frenéticamente futbol.
Dicen que cuando uno se divierte, el tiempo pasa volando y eso es muy cierto porque no me di cuenta de que la misa ya había terminado hasta que mi hermano y Gabriel llegaron hasta donde estábamos jugando, me aparté para invitarlos al juego y cuando me vieron corrieron a darme un abrazo por mi cumpleaños diciendo que tenían una sorpresa para mi, pero que debería esperar hasta que mi tío les diera la indicación, le resté importancia al detalle de un posible regalo y los uní al partido. Nosotros desde siempre habíamos practicado el soccer y por mi parte me consideraba bueno, pero todos sabemos que nadie juega al futbol con tanta intensidad como lo hacen en los barrios y en las comunidades rurales, esos chicos eran unas autenticas bestias con la pelota en los pies, se barrían contra el rival sin importar que el suelo estaba lleno de piedras, las reglas de juego eran casi inexistentes, el objetivo era meter la pelota en las improvisadas porterías, no tengo que decir que ese nivel de juego dejó casi instantáneamente a mi hermano y a Gabriel fuera de combate y yo estaba a nada de salirme pues me llovían las patadas por doquier, pero mi orgullo no me lo permitía, además no iba a ser el típico mamón que de estar perdiendo la partida coge la pelota y se va, así que continué jugando…
Pasado algo de tiempo llegó Miguel y se unió a la partida, uno de los chicos mayores comenzó a hacer comentarios primero de tipo ´marca al blanquito, ese juega como las niñas, le tiene miedo a la pelota´, y así hasta que los demás chicos le hicieron segunda y las bromas subieron de escala hasta llamarlo ¨juega bien marica¨, Miguel no se amedrentaba y jugaba duro, pero todo el tiempo estaba detrás de mi pidiéndome instrucciones, y yo que me estaba encolerizando cada ves más por la frustración solamente le decía que se alejara y se pusiera a jugar como hombre, porque yo también estaba comenzando a tirar patadas a los contrarios como ellos a mi, incluso en uno de tantos me pusieron el pie y me fui directamente contra el asfalto y me hice varios raspones, uno de ellos en la barbilla. Miguel Ángel corrió rápido a levantarme y me preguntó con aflicción si todo estaba bien, yo lo aparté de un manotazo y le dije que jugara y lo hizo pero por cada gol que anotábamos ellos nos metían dos, la cosa mejoró un poco y plantamos cara pero al final nuestro equipo resultó perdedor.
No tengo que decir que cuando los ganadores ganan le echan bastante joda a los perdedores pero después de un rato se calmaron los ánimos. Miguel, Gabriel y mi hermano conversaban con otros niños yo por mi parte platicaba con dos de los que tenían una edad similar a la mía, me preguntaban de donde veníamos, hasta cuando estaríamos en el pueblo y se ofrecieron a llevarnos a conocer las minas y los ríos cercanos, todo estaba bien hasta que uno de ellos dijo.
- ¿Y el putito ese?.
- ¿Ehhh…qué?… Su pregunta me sacó de la orbita de la conversación.
- Si, el putito de allá, ¿enserio es tu hermano el marica ese?.
- Es mi primo…y no es ningún marica.
- Jajajajaja…
Se miraron mutuamente y se echaron a reír estruendosamente.
- ¿Nos vas a decir que no has vito como te ha mirado todo el partido?, parece un perrito detrás de su amo, parece tu novia.
- Eso no es ciert…
No terminé de contar mi versión cuando Miguel llegó y me dio un abrazo por la espalda, los dos chicos se miraron de nuevo y se echaron a reír con mas fuerza, aparte a Miguel con algo de violencia, no podía verme a mi mismo pero sentía el rubor extenderse por todo mi rostro.
- Te dije que era putito.
- NO-LE-DIGAS-ASI
- Los dos deben ser put..
El mayor de los no alcanzó a terminar la palabra porque mi puño se estrelló directo a su boca y el chico cayó de nalgas directo al piso de tierra, el sonido fue tan violento que los demás chicos que platicaban con mi hermano y mi otro primo voltearon y rápidamente hicieron un círculo a nuestro alrededor, yo estaba con los puños levantados listo para despachar al otro chico y de ser necesario a los que sumasen, había muchos murmullos hasta que el chico desde el piso comenzó a reírse y con él todos los demás lo imitaron incluso yo me contagié de la risa. El chico me extendió la mano y lo ayudé a ponerse de pie, se sacudió con las manos el polvo de los pantalones y seguimos riendo.
- Golpeas como patada de mula, ya estamos a mano, yo te tiré un puntapié en el juego y tú me has dado un puñetazo de marica no tienes nada ¿amigos?
- Amigos…
Nos reímos todos de nuevo y los demás siguieron jugando, Rubén como se llamaba ese chico dejó el tema de Miguel y nos siguió contando las cosas que había en el lugar hasta que una de las señoras que asistían a mi tío nos llamaron para desayunar, nos despedimos de Rubén y quedamos en ir al día siguiente con ellos a las minas, les dejamos la pelota para que siguieran jugando…
Mis primos hablaban del motivo de ese puñetazo y porque se lo di, yo seguí la versión de Rubén y les dije que era por el puntapié que me dieron y ellos se lo creyeron todo, Miguel me miraba con una cara muy extraña entre admirado y expectante…
Llegamos a la cocina mi tío ya nos estaba esperando en la mesa, de inmediato se levantó y me dio un abrazo de cumpleaños le pidió a los chicos ir por los obsequios a su habitación y ellos fueron volando. Regresaron cada uno con tres bolsas de regalo, excepto Miguel, él únicamente llevaba dos obsequios, mi tío les preguntó si ya me habían dado mi abrazo de cumpleaños y todos dijeron que si excepto Miguel Ángel por lo que mi tío le cuestionó la razón y Miguel sonrió mirando al piso.
Les dije que no era necesario pero los demás insistieron, Miguel caminó hasta donde estaba yo y me abrazó, fue algo muy breve, pude sentir su rostro por mi cuello y también como paso fugazmente sus labios por esa zona, pero también había algo de frialdad en ese abrazo, nos apartamos rápidamente y me senté para desayunar, mis primos querían que mostrara los obsequios, pero les dije que más tarde porque ya tenía hambre.
El día transcurrió con normalidad, pude hablar con mis padres por teléfono me dieron un discurso bastante lindo sobre lo mucho que me amaban ser la fuente de su orgullo y cosas por el estilo hasta que llegó ese momento incomodo en el que metieron el tema de la religión “Dios y la vida pondrá muchas tentaciones en tu camino blablabla pero lo importante es que sigas los pasos de Jesús blablabla, porque él nos observa desde arriba blablabla nunca hagas nada que lo haga sentirse avergonzado de ti”…. Y después del emotivo y horrible discurso abrí los obsequios frente a mis primos y más tarde mi tío nos llevó a un lugar cercano a comer.
Ese día fue muy extraño Miguel estuvo muy bien portado pero tampoco estuvo pegado a mi como era costumbre y menos después de lo ocurrido la noche anterior, no tuvimos ningún tipo de toqueteo, acercamiento o insinuación a pesar de que las ocasiones para intentarlo no faltaron, incluso debo de admitir que yo mismo lo busqué pero parecía no reaccionar a los estímulos que le estaba dando, en un principio pensé que Miguel Ángel estaba distraído pero después de tocar su pierna y manosear indiscretamente su trasero pude notar que no tuvo ningún tipo de reacción ni tampoco me dio señales para que pudiera seguir así que mejor desistí de intentarlo pero si que me pareció muy extraño ese comportamiento en él.
Lo que realmente me sorprendió fue cuando asistimos a la misa de la tarde/noche y llegamos a ese momento en el que el sacerdote pide que todos se den la paz (estrechar la mano), cuando Miguel Ángel tomo la mía la estrechó por varios segundos y pareció no quererla soltar, su agarre no fue fuerte ni agresivo, era como si con su mano estuviera estudiando la mía, por primera vez en todo el día me miró directamente a los ojos…en sus ojos había un extraño brillo que me decía tantas cosas y al mismo tiempo no me decía nada, un brillo que no supe interpretar y que hasta el día de hoy no encontré en otra persona.
Salimos de misa y en las canchas de asfalto jugaban Rubén y sus amigos, rápidamente este corrió hacia donde nosotros y nos regresó la pelota que les habíamos prestado en la mañana, de inmediato les dije que no había problema, que podían continuar jugando si ellos querían Rubén nos invitó a jugar pero ya era tarde y mi tío nos esperaba para partir el pastel así que desistí pero con la promesa de salir a jugar en la mañana…
Sin más comimos del pastel, bromeamos un rato y vimos una película que mi tío reprodujo en su DVD y después de un rato nos retiramos para ir a dormir, la verdad es que no era tan tarde calculo que era como las once de la noche, pero mi tío se tenía que despertar muy temprano para dar misa en las comunidades aledañas.
Miguel y yo caminamos en completo silencio hasta la pequeña cabaña donde dormíamos, cuando entramos Miguel dejó caer pesadamente su cuerpo contra la cama y suspiró profundamente, yo abrí el armario, seleccioné un short, una polera blanca, calcetines y la ropa interior, pero solamente tomé la ropa interior, las sandalias y la toalla el resto de la ropa la deje sobre una silla, me quité la ropa hasta quedar en bóxer y fui al baño, abrí las llaves y deje que el agua comenzara a llenar la tina de ladrillo y cuando considere que la temperatura del agua estaba en el punto indicado, me introduje dentro de ella, eché la cabeza hacía atrás y la reposé en la orilla de la tina, cerré los ojos y disfrute de ese placentero confort que regala la ducha tras un día cansado.
Estaba tan perdido en mis pensamientos que no escuché que habían entrado caminando al baño, abrí mis ojos hasta que sentí la pesadez de un cuerpo sumergirse en la tina, era Miguel su presencia me tomó por sorpresa pero fingí que no lo escuché y le resté importancia me quedé con los ojos cerrados dejando pasar el rato, Miguel a penas se movía hasta que en un momento escuché un movimiento brusco debajo del agua y después un splat, Miguel se había despojado de su mojada ropa interior y la dejó caer al piso, se movió hasta donde estaba yo abrió mis piernas con sus rodillas y puso sus manos en la parte interna de mis hombros, no me moví ni un centímetro, puso su mano en su mejilla y ahí la dejó por un par de minutos que en ese momento me parecieron eternos hasta que en un momento y sin que lo pudiera prevenir sus labios contactaron con los míos, sentí como si una descarga eléctrica me hubiera golpeado, abrí rápidamente los ojos y Miguel Ángel se apartó rápidamente de mi lado incluso se giró con toda la intención de irse corriendo pero no se lo permití, lo sujeté por la mano y lo acerqué a mí.
Su rostro y el mío estaban a escasos cinco centímetros sus ojos estaban brillosos algo cristalinos como si hubiera querido echarse a llorar, sus mejillas estaban inusualmente sonrosadas, sus cabellos escurrían finas gotas de agua…por mi cabeza rondaban todo tipo de pensamientos irradiaba tanta ternura que no lo pude resistir más y lo besé.
El beso fue mutuo, nuestros labios se rozaban y entrelazaban nos besábamos con desesperación pero esa inexperiencia la compensábamos con una pasión impropia de nuestra edad, Miguel me sujetaba por las mejillas mientras yo lo tomaba por el trasero, masajeaba y pellizcaba sus nalgas en círculos por debajo del agua, Miguel no paraba de besarme y para ser sincero creo que lo hacía mejor que yo, abría su boca y usaba su lengua para explorar cada centímetro de la mía incluso en un momento mordió mi labio con algo de fuerza lo que me orilló a clavarle las uñas en el trasero…
Lo atraje hacía mi hasta que quedó de cuclillas sobre mi cadera su pene se frotaba contra mi abdomen mientras el mío rozaba sus dos montes de carne, retiré mis manos de su nalgas, una de ellas la puse en su rajadura y con los dedos índice y medio comencé a dedear su virginal entrada…
-Aghhh…
Miguel se apartó de mis labios al sentir la intrusión en su entrada, el aliento tras ese gemido no hizo más que invitarme a masajear con mas intensidad ese lugar tanto que mis dedos comenzaron a golpear su entrada. Con mi otra mano lo tomé por la nuca y lo atraje de nuevo a mi para poder besarlo de nuevo esta vez comenzando por morder su pequeño labio inferior, Miguel comenzó a mover lentamente sus caderas de arriba hacia abajo hasta que en un momento le metí la mitad de los dedos en su colita, se apartó brevemente ahogando su grito en mi cuello y sin avisar terminé de hundirlos hasta el fondo y con mis dedos en su interior lo atraje de nuevo hacia mi. Miguel tensó sus nalgas mordiendo mis dedos con su apretado ano…
-¡MMMM!
Sin sacar los dedos lo levanté y lo puse de espaldas contra la pared, retiré mis dedos de su interior, me puse de rodillas y le di una estruendosa palmada en su pálida nalga derecha, coloqué mis manos sobre sus nalgas y las separé para poder ver bien ese lugar en el que tanto quería estar. Era blanco ligeramente rosado y extremadamente cerrado, acerque mi rostro para ver más de cerca ese agujero hermoso hasta que Miguel me sacó del transe.
-Es tuyo… si lo quieres es para ti…solo para ti.
Esa frase me hizo experimentar una mezcla muy extraña de excitación, emoción y alegría que jamás había sentido e inevitablemente me arrebato una sonrisa y no tengo que decir que me puso la verga como un tronco. Humedecí mis labios, abrí sus nalgas lo más que pude y hundí mi boca en ese lugar, Miguel dejó reposar su cuerpo contra la pared mientras yo pasaba mi lengua por ese lugar, comía con desesperación haciendo a un lado todo atisbo de asco o repulsión, me movía de arriba hacía abajo como si fuera un helado, coloqué mi mano sobre su espalda y empujé con fuerza, Miguel entendió el mensaje y se inclinó.
Desde esa postura pude comenzar a lamer desde sus deliciosos testículos hasta su ano en un ida y vuelta hasta que comencé a tratar de penetrar el interior de su ano con mi lengua y ahí estuve chupando, lamiendo y tratando de enterrar mi lengua hasta que comenzó a dolerme por el exceso de fricción sobre esa zona. Retiré mis manos y sus nalgas apretujaron fuertemente mi rostro, Miguel trato de abrirlas para mi pero retiré sus manos, quería estar ahí sentirme dentro de él para mi no era diferente a lo que hacen muchos hombres cuando hunden sus rostros en los senos de las mujeres y si me preguntan, jamás podría cambiar esas nalgas por un par de tetas…
Me separé de él hasta que me resultó imposible respirar, me puse de pie, tomé la botella de jabón liquido y lo vertí sobre mis dedos, lo empujé de nuevo contra la pared y sin avisar le metí los dedos en el culo, Miguel ahogó su grito y tenso su cuerpo, yo no me inmute ni n momento y comencé a meter, sacar y mover en su interior los dedos, lo hice a mediana y rápida velocidad pero nunca lento ni mucho menos suave, Miguel gemía fuertemente había comenzado a masturbarse quizá intentando mitigar el dolor que le estaba causando, se escuchaba un sonido de splat…splat…splat como de espuma, retiré mis dedos y en efecto había una buena cantidad de espuma escurriendo de su cola, lo giré y lo puse de rodillas, esta vez no hubo besos ni actos de exploración comenzó a devorar con ganas mi pene, eché para atrás mi cabeza y cerré los ojos, me sujetó las nalgas y me atrajo invitándome a bombear su boca, me movía despacio pues Miguel en su afán de ser tan propositivo me rozaba con sus dientes y en ocasiones me daba mordiscos que realmente si me lastimaban.
Me alejé de él, nos miramos a los ojos y ahí estaba con sus mejillas sonrosadas, sonreía bellamente con mi verga en sus manos, se puso de pie y nos dimos un pico.
-Me gustas Miguel…me gustas demasiado, más de lo que podría admitir.
-…
Miguel iba a decir algo pero tapé su boca con la mano y le di otro pico, nos terminamos de duchar y salimos desnudos hasta la cama, me estaba calzado mi ropa interior hasta que Miguel Ángel me tomó de la mano y me llevó con él.
-No te los pongas, te quiero dar tu regalo de cumpleaños…
Se recostó sobre la cama y abrió las piernas lo más que pudo, mi pene se puso duro y palpitaba, esas palabras bastaron para que comenzara a palpitar y a gotear de la punta, me recosté a la altura de sus nalgas y las besé con delicadeza después subí y recosté mi cuerpo sobre el suyo reposando mi pene entre sus nalgas, besé en cuello de mi pequeño ángel del placer y regresé a su trasero. Comencé a pasar mi lengua por su rajadura mientras con mis manos le daba suaves masajes en el trasero, a pesar de mis impetuosas ganas de querer devorarlo de todas las maneras posibles esta vez lo sentí diferente y lo traté con toda la delicadeza del mundo…
Lamí despacio su ano intentando penetrar su interior con mi lengua, Miguel gemía despacio mientras restregaba su cadera sobre las cobijas, me separé de ese lugar y le di un beso directo en su ano, giré a Miguel estaba al rojo vivo su cuerpo temblaba y su pene estaba duro y húmedo golpeando su ombligo, separó sus piernas y levantó sus caderas, puse sus piernas en mis hombros y puse mi pene en su entrada.
Mi corazón palpitaba con fuerza sentía que me estaba quemando pero ya no podía resistir, comencé a meter mi pene lentamente Miguel jadeaba pero nunca gritó ni tensó su cuerpo, tenia sus ojos cerrados y su mano masajeaba su pene que había pedido algo de rección quizá por el dolor, yo por mi parte lo miraba y algo dentro de mi quería no hacerlo, no sé si por los tabúes que tanto me dominaban o porque sentía que lo estaba lastimando y esa sensación me detuvo, Miguel abrió los ojos y vio la incertidumbre en mi ser…
-Hazlo.
-Pero…
-Es tu regalo.
-…
-Yo quiero.
Miguel levantó su cadera haciendo que mi pene atravesara el primer anillo de su interior, Miguel jadeo de nuevo pero esta vez con los ojos abiertos demostrándome que no estaba tan mal, empujé más y más hasta que llegué hasta el fondo y cuando mis huevos golpearon sus nalgas Miguel bajo sus piernas de mis hombros y con sus piernas me atrajo hasta donde él. Reposé mi pecho sobre el suyo y comenzamos a besarnos, lo hacíamos despacio como si fuéramos una pareja de enamorados y los suaves picos escalaron de nivel hasta que se convirtieron en mordidas de labios.
-Cojeme…
Miguel quitó sus piernas de mis caderas y comencé a moverme despacio, la sensación de su interior es imposible de describir es como si su cavidad fuera la funda para mi verga, mis 16 centímetros entraban perfectamente en su rajadura, era caliente y apretaba fuertemente cada parte de mi verga en momentos tenía espasmos anales que estrangulaban mi pene.
-Más…
Me separé un poco sin llegar a sacarlo del todo, Miguel suspiro brevemente hasta que sintió la poderosa embestida, comencé a moverme a mediana velocidad tratando de no ser tan brusco, puse mi mano en su pene y lo seguí masturbando, rápidamente recuperó su erección, yo por mi parte seguí empujando con fuerza sintiendo como sus paredes anales masajeaban mi tronco mientras yo las rasgaba con cada embestida, me retiré rápidamente y se escuchó un plap, eché un vistazo y tenia casi intacto su ano se veía algo irritado pero no había perdido su forma original, lo puse en cuatro, dirigí mi verga a su entrada y empuje despacio, mis manos usaron como agarre sus nalgas y comencé a bombear con fuerza, Miguel estaba jadeando con fuerza…
-Te gusta? .
-Ahhhh.
Lo saqué y empuje hasta el fondo.
-No te escuché, te gusta?.
-Si.
-Cuando te saque la verga quiero que aflojes el ano y cuando la meta quiero que presiones como si no me quisieras dejar entar…
Miguel Ángel obedeció la orden y empuje con más fuerza y velocidad mientras mis manos se enterraban fuertemente en sus nalgas, cada que Miguel tensaba su ano una parte de mi pene se rasgaba y rasgaba esa cueva del placer pero el placer era mas fuerte que todo dolor porque no deje de moverme en ningún momento.
-Quieres mi semen?.
-Si.
-Vas a tener mis bebés?.
-Ahhhh…si.
-Pues toma mi leche.
Me moví con todas mis fuerzas, Miguel con mucho trabajo soportaba la presión y el peso de mi cuerpo tanto que comenzó a dejarse caer en la cama hasta que prácticamente quedo tendido sobre ella, Miguel jadeaba en voz baja pero con intensidad, movía sus caderas contra la cama intentando saciar los estímulos que recibía el roce de su pene sobre la tela yo estaba al limite y no deje de bombear hasta que en un momento sentí como el ano de Miguel comenzó a tener poderosas contracciones lo que me hizo sentir un placer tan intenso que empujé lo más adentro que pude y me vacié en su interior, eyaculé como nunca lo había hecho…
Me quedé recostado sobre él durante un rato hasta que mi pene perdió su erección y cuando salí de su interior se escucho un sonido similar al de un corcho y después un splat, el hermoso culito de Miguel se abrió y de él escurrieron gotas de mi semen, me sentí mas que satisfecho era como si una parte de mi se hubiera quedado dentro de él, como si lo hubiera marcado para mi y ahí nació mi único fetiche, ver como sale mi leche de su interior, Miguel dejó manchadas las sabanas con su semen, al parecer había eyaculado de verdad por primera vez…
Su ano se veía apenas abierto como un ano común y corriente considerando que el suyo estaba muy cerrado, seria mentira decir que lo deje bien abierto pues mis juveniles 16 centímetros no podrían hacer semejante daño.
Nos recostamos de lado en completo silencio, esta vez no hubo almohadas que cubrieran su rostro, por primera vez nos mirábamos a los ojos, deje de fingir que no había pasado nada.
-Eres muy lindo.
-De verdad?…gracias.
-Te quiero mucho y quiero que seas para mi.
-Yo también quiero que tu…
Lo besé en la nariz interrumpiendo lo que iba a decir y esa horrible sensación estaba llegando “Eres un marica” pero me arrepentí casi de inmediato y le di un pico en sus labios, lo arropé. Miguel durmió casi al instante, me quede pensando muchas cosas pero esta vez no eran resacas emocionales, pensé que fue estúpido decirle que lo quería cuando probablemente sentía algo más que quererlo, era algo que en ese entonces jamás había sentido, no sabía que me estaba enamorando de mi primo y tampoco sabia que el había estado sintiendo lo mismo por mi. Lloré en silencio tratando de ahogarlo en la almohada porque sentía que un peso se liberaba de mis hombros, no entendía como las creencias bajo las que me crie dictaminaban que algo tan bello como la sexualidad estaba mal y aún peor porque era malo sentirme atraído por otro chico? Porque tenia que ir al infierno por sentirme así?…
Estaba cansado de sentirme atado a tabúes impuestos y ese día inicio el primero de muchos cambios que me llevaron a ser el hombre que soy yo…
Después de ese encuentro hubo muchos mas hasta que Miguel llegó a los 17 pero no creo que hayan sido tan significantes como los relatados, quizá escriba un capitulo final donde cuente que pasó y como terminó ese capitulo tan bello de mi vida.
Ya que hablas de hacer otro capítulo, creo que «debes» hacerlo.
Gracias
Me encanta la forma en la que está relatado y como se va transformando esa «molestia» inicial en cariño y después en amor.
estoy esperando ese relato amigo si tu quieres dinos que paso y como termino tu relacion con el y si aun se frecuentan o solo son primos que bonitos recuerdos tienes saludos amigo…… 🙂 🙂 🙂 🙂
En proceso
Wow, gran gran relato, espero pueda haber más partes.
En proceso
Sexta parte por favor
Felicidades por todos lo relatos que has escrito, están muy excitantes y me traen recuerdos de todos los acercamientos que tuve con algunos primos, aunque no fue tan fácil como tú, yo si tuve que hacer mucha labor de convencimiento, pero tú con tus relatos me haces recordar todos esos bellos momentos que pase, gracias, espero que haya más