Casi Angelitos – Mi Primo M De12 Parte 6
Esta es la penúltima parte donde dos primos profundamente religiosos exploran su sexualidad y hacen un pacto para ser el uno del otro..
Como lo he dicho en las otras partes, este es un relato bastante largo que podría llegar a ser tedioso para algunas personas, si buscas una historia cien porciento sexual puedes pasar de largo, los que se quieran quedar, bienvenidos de nuevo. En mi muro están las otras 5 partes.
La dinámica entre Miguel y yo no fue taaan diferente a como lo podrían estar imaginando, no salí al día siguiente a gritar “miren todos estoy cansado de fingir que soy diferente me gusta mi primo, a dar por culo si no están de acuerdo” eso no podía pasar y yo venía de una familia más que conservadora, pero el simple hecho de haber besado a Miguel, mostrarme frente a él al desnudo sin cubrir su rostro, mirarlo a los ojos y decirle que sentía algo por él fue catártico, el simple ejercicio de admitir que me gustaba y reconocer que era diferente fue el GRAN cambio que aunque no quería si lo necesitaba porque odiaba la horrible sensación de auto señalamiento, sentir que estaba mal por experimentar sentimientos y sensaciones a favor de otro chico, dicen que el primer paso es la aceptación y creo que es muy cierto.
Esos dos días soltamos rienda a nuestros deseos carnales y con ello desapareció por completo cualquier rasgo de inhibición existente, lastimosamente al tercer día llego y con ellos el resto de la familia y estuvimos relativamente más vigilados ya que el resto de mis primos también llegaron y aunque los amaba como hermanos esta vez era diferente, aun así nos la ingeniamos lo suficiente como para jugar en las duchas o tocarnos por debajo de la mesa.
Era viernes de semana santa, Miguel Ángel y yo nos ofrecimos para ser los acólitos que iban a asistir a la representación del viacrucis y ayudar a mi tío en el resto de misas por los pueblos aledaños, consideramos que era el mérito suficiente como para no quedarnos en la misa nocturna…Durante el camino íbamos sentados en la parte trasera de la camioneta y mientras yo le hacía conversación a mi tío, Miguel metía su mano por debajo de mi túnica buscando a tientas mi pierna y la siguió recorriendo hasta meter la mano por mi short y chocar con mi caliente verga, la movía de arriba hacia abajo en movimientos lentos cuidando no hacer movimientos bruscos, pasaba cuidadosamente su dedo índice por el orificio uretral de mi pene y en un movimiento furtivo intentó meter la mano debajo de mis bolas pero me moví para que no lo hiciera, todo esto mientras nos mirábamos a los ojos y yo trataba por todos los medios mantener la plática con mi tío mientras me aguantaba las ganas de despojar de su ropa a Miguel y preñarlo.
Asistimos en un par de misas pero durante todo ese tiempo no nos quitábamos la mirada de encima y cuando íbamos a la sacristía no perdíamos el tiempo para besarnos, desgraciadamente no podíamos llegar más lejos de eso por el lugar tan transitado en el que estábamos… Llegamos a la tercer y ultima comunidad, estábamos a nada de bajar la túnica de mi tío y una bolsa en la que guardaba aceites aromático s para ungir y otras cosas cuando mi tío dijo que podíamos quedarnos pues en esa comunidad si había acólitos que lo pudieran asistir, lo único que nos pidió fue subir a la parte más alta del templo para tocar las campanas y así lo hicimos. Subimos el recorrido de escalones en forma de caracol y yo no paraba de tocar el trasero de Miguel mientras él subía como si nada, llegamos a la cima y dimos las campanadas, caminé hasta la orilla de la cornisa y eché un vistazo, desde allá arriba se veía prácticamente todo el pueblo, no era un lugar muy grande, había mucha separación entre cada casa y desde ahí se podía observar las montañas cercanas y también la vegetación, era una vista realmente bonita…
Miguel me sacó de mi ensoñación, me tomó de la mano y me llevó hasta un lugar más “discreto” y comenzó a besarme mordía y también pasaba su lengua por mis labios y la comisura de estos, me besaba con desesperación tanto que en momentos me robaba la respiración, intente llevarle el paso lo mejor que pude, lo hacíamos con torpeza pero también con muchas ganas, Miguel golpeaba su cadera contra la mía y yo sentía una llamarada de calor en mis genitales, sentía como mi pene mojaba mi ropa interior, me separé de él lo tomé por los cabellos y lo puse de rodillas, no tuve que dar ningún tipo de indicación mi primo levantó mi túnica y se escondió dentro de ella, miré hacía abajo y vi como su cabeza se movía en círculos, quería levantarme la túnica ceremonial para poder mirarlo a los ojos pero ese juego me gustaba.
De un solo tirón bajó mi short y mi ropa interior, sentí su agitada y cálida respiración sobre mi palpitante verga, Miguel pasó su lengua cuidadosamente por el tronco hasta llegar la punta de mi glande y me dio un beso en la punta, se apartó lentamente y sentí como escurrió su saliva sobre mi pene… aunque no podía verlo estoy seguro que hizo una mueca de desagrado, no creo que mi precum le haya sabido a dulce de leche jajaja. Lo sujeté con fuerza y lo redireccioné al camino correcto, mi pene estaba sobre sus labios y los rosaba intentando abrir la cálida boca de mi primo pero Miguel no la abría y parecía no querer hacerlo…
– Si no lo haces me van a explotar las pelotas, necesito vaciarme… Dije mientras seguía sintiendo su caliente respiración sobre mi verga pero no cedió.
– Por favor-. Dije en un tono que era tanto suplicante como desesperado.
No tuve que decir más pues un mar de húmeda calidez envolvió mi pene, erizando los vellos de todo mi cuerpo… “Por favor” pareció ser la palabra mágica, mi verga se hundió dura y babeante en su boca Miguel no movía su lengua solo intentaba meter lo mas profundo que podía dando arqueadas y sonidos extraños en el proceso, se quedó quieto intentando mantener todo eso dentro de su boca y cuando pensé que había llegado a su límite puso sus manos en mis nalgas, las apretujó con violencia y usándolas como punto de apoyo me atrajo con fuerza hasta que sentí como mis huevos golpearon su mentón.
Eché mi cabeza hacía atrás y dejé escapar un gemido, lo tomé de nuevo por la nuca y comencé a bombear sin ningún tipo de consideración su garganta, Miguel Ángel enterraba las uñas de sus manos en mis nalgas quizá intentando transmitirme un poco del dolor que yo le estaba causando. Empujaba lo más adentro que mi cuerpo me lo permitió, mi verga estaba siendo rozada con la úvula de mi primo y ese fue el indicador final de que no debía seguir forzando las cosas pues unos horribles sonidos acompañados de unas arcadas me hicieron soltar a Miguel de mi agarre.
Lo escuché toser y tomar aire profundamente, también pude oírlo escupir, me iba a levantar la túnica para ver como estaba y no quería que llenase de vomito la parte interior de mi ropa, esperé un par de minutos y cuando estuve cerca de retirarme Miguel continuo pasando su boca por la punta de mi glande, mamaba a mediana velocidad su mano sujetaba y masajeaba de arriba hacía abajo la base de mi verga y su boca se concentraba en chupar mi glande, estaba llegando al límite de mi excitación, la alarma de mi reloj comenzó a sonar indicando que tenia que dar las siguientes campanadas.
-_Ahhhhh! Las campanas, yaaa es-tar-de… Intenté separarme de él pero se sujetó fuertemente de mi verga, comenzó a mover a mayor velocidad su mano, sacó mi pene de su boca para pasar su lengua de la punta para bajar por el tronco y comenzar a chupar mis testículos, sentí tocar las nubes mis piernas temblaron al sentir ese calorcito recorrer esa zona tan sensible de mi cuerpo y si mi placer no podía ser mayor a eso, su mano dejó de masajear mi tronco para bajar la piel del glande y con sus dedos pulgar, medio e indice comenzó a frotar en círculos mi frenillo. Jadeaba como un loco, mis caderas se movían rítmicamente adelante y atrás, mis piernas se sentían acalambradas, quería sujetarlo de nuevo para bombear su boca pero Miguel me tenía sujetado de las zonas más sensibles del cuerpo y tampoco quería que dejase de hacerlo, era una sensación muy difícil de describir, por una parte quería terminar y por otra quería estar ahí para siempre… Mis jadeos fueron más notorios cuando de pronto sentí la otra mano de Miguel Ángel tocar la zona que estaba entre las bolas y el ano, una frialdad recorrió mi cuerpo pues mi primo desde los previos manoseos jugaba con esa posibilidad y yo no me sentía listo para esas cosas. Tensé mi trasero cerrando esa posibilidad y mi primo pareció entenderlo y aunque no metió su dedo allá atrás si que daba pequeños masajes y ese fue el impulso final que mi cuerpo necesitaba, me paré de puntillas, sujeté con fuerza a Miguel de la cabeza y jadeé…
-Aaaaaa
Miguel sacó mis huevos de su boca y la dirigió directo al glande, acompañados de unos fuertes espasmos disparé violentamente las cargas de semen caliente en la boca de mi primo, le clavé mi verga lo más profundo que pude y aunque Miguel valientemente intentó soportar las primeras cargas comenzó a sentirse asfixiado y posteriormente se retiró. Dejé descansar mi cuerpo contra la pared del campanario intentando recobrar el aliento.
El fresco aire de la montaña brindaba una sensación de alivio a mi rostro sonrojado, mis piernas se sentían terriblemente acalambradas y después de un par de minutos levanté mi sotana, ahí estaba Miguel Ángel arrodillado entre mis piernas, su pálido rostro estaba al rojo vivo y sobre su frente resbalaban gotas de sudor, de la comisura de su boca resbalaban gotas de semen que limpiaba con su lengua, me sonrió tiernamente con mis manos limpie unos residuos de leche que cayeron sobre sus mejillas y cabello. Subió y acomodo mi ropa, se puso de pie con dificultas, sus rodillas debieron adormecerse, lo atraje hacía mi y comenzamos a besarnos dándonos pequeños picos ,en sus labios encontré el sabor de mi propia esencia y aunque en efecto el sabor no era a dulce de leche la idea de saber que mi niño la bebía sin importar nada me hizo besarlo con más cariño…
-Espera, las campanas…
-Carajo lo había olvidado.
Dimos las ultimas campanadas, nos asomamos a la orilla para ver como los feligreses acudían a la iglesia, esperamos un rato hasta que la tonalidad corporal de los dos regresara a su estado normal, nos aseguramos de que todo se mirase en orden y bajamos. Esperamos en la entrada de la iglesia y cuando la misa terminó mi tío nos llamó para que lo ayudáramos con unas canastas llenas de huevos, unos costales de arroz y frijol que le habían regalado de ofrenda. Las señoras llenaron de elogios a mi tío por tener sobrinos tan obedientes y que lo ayudaban…
-Ay que bonito tener en su familia gente que lo apoye…que bueno que desde niños se acerquen a los sacramentos… ya verá padre, si Dios quiere de aquí saldrá un semillero de sacerdotes…etc.
Miguel Ángel y yo sonreíamos ante las adulaciones de las mujeres mientras nos mirábamos pícaramente a los ojos.
El camino de regreso fue mucho más fácil tranquilo, platicábamos con nuestro tío sobre cosas random, íbamos cortos de tiempo pues mi tío tenía que llegar a la última misa en la parroquia y en un momento Miguel le preguntó quienes más estarían asistiendo a lo que mi tío nos dijo que por hoy ya habíamos ayudado demasiado, que nos podíamos quedar en la casa parroquial y que el resto de los primos lo asistirían, al escuchar sus palabras fingimos serenidad pero por dentro no podría haberme sentido más que feliz, por su parte Miguel Ángel presionó discretamente mi pierna.
Llegamos pasando las 9 de la noche, mi tío llevaba mucha prisa nos dio la indicación de guardar la bolsa con los aceites y el resto de mi familia ya llevaba los instrumentos al templo, lo rodeaba por el cuello con mi brazo y él hacía lo mismo con su brazo, íbamos bromeando de cualquier cosa, la madre de Miguel se detuvo cuando nos vio, íbamos a seguir nuestro camino a la cocina pero la loca esa le dio un fuerte tirón de orejas a Miguel que lo detuvo a él y de paso a mi, debió ser muy doloroso.
-¿A caso no te dije que cuidaras a tu hermano?.
-Pero si he estado al pendiente de…
Plaf…la mano de la iracunda mujer impactó en las mejillas de Miguel Ángel…
-¿Entonces porque esta todo sucio?.
Probablemente Miguel se iba a justificar pero su madre levanto su mano amenazante y se guardo las palabras.
-Ya te he dicho cuales son tus obligaciones Miguel.
-…
Miguel solamente asentía con la cabeza sin decir nada.
-¿Eres tonto o tienes alguna especie de retraso?.
-…
-Es mi culpa tía… Miguel tenía toda la intención de meterlo a bañar pero Gabriel hizo mucho tiempo y para cuando lo iba a duchar mi tío necesitaba ayuda para las misas de las comunidades, Gabriel no quiso ir y ya estaba en el baño, yo mismo sugerí que Miguel debería acompañarnos pues yo no podría asistir la misa, pedir la limosna y tocar las campanas solo…
La horrible mujer dirigió toda su atención hacía mi, en sus ojos había destellos de una esquizofrenica, por un momento pensé que iba a tirar de mis cabellos hasta que de la nada cambió su semblante y me sonrió.
-Ves Miguel, deberías aprender de tu primo Javi, siendo honesto desde el principio.
WTF! Las palabras de la mujer me dejaron helado, ni siquiera le dio permiso de hablar o defenderse, pero lo que dejó mas perturbado fue su nefasto cambio de actitud y el tipo de ofensas que usaba contra su hijo.
La mujer le dedico una mirada fulminante a Miguel y después caminó tranquilamente hasta el templo.
Caminamos en completo silencio hasta la cocina para cenar algo, en un par de minutos la mujer se encargó de matar la buena vibra que habíamos logrado durante el día. Aunque tenia ganas de preguntarle ¿como se sentía? No me atreví a hacerlo, la situación había sido muy incomoda y dolorosa de ver incluso para mi que no fui golpeado, voltee al rededor cuidando que no hubiera nadie cerca y le di un beso en la oreja, Miguel que seguía mirando al piso se acerco a mi y me tomó por la cintura.
Recalentamos un par de cosas y comimos con bastante calma, sabíamos que al ser misa de semana santa iba a terminar bastante tarde y como aún faltaba algo de tiempo para que iniciase nos tomamos nuestro tiempo.
Fuimos a la pequeña cabaña donde dormíamos y tomamos nos metimos a la tina juntos, él recargaba su espalda sobre mi pecho…
-La odio…
-No sé que decir, creo que es una mujer con un fuerte caracter pero podrías hablar con ella quiza…
-Tu no lo entiendes-. Me interrumpió.- Esta loca, si hago algo esta mal, si no lo hago estoy mal, si le contesto me pega y si no le contesto también lo hace.
-…..
Permanecí en silencio.
-A veces me gustaría tener unos padres como los tuyos, siento que mi mamá solamente quiere a Gabriel y a mi me utiliza como a su sirviente, no es mi obligación estar detrás de él todo el tiempo.
-Deberías hablar con tu papá quizá podría hacer algo al respecto.
-Todos sabemos que mi papá no manda en la casa, la última palabra siempre es la de ella, creo que ella no me quiere, en cuanto tenga 18 me voy a ir de la casa…
Se hizo un largo silencio, no sabía que decir pues yo también era un chico y no es como si hubiera vivido muchas cosas.
-No sé si tu madre te quiera…yo creo que si ,solo que no sabe como demostrarlo, quizá no esta bien de la cabeza, tal vez tiene una enfermedad o algo así…pero ¿sabes que si es cierto? Yo si te quiero, te quiero mucho y prometo que siempre te voy a cuidar.
Miguel se giró para verme las gotas de agua resbalaban por su cabello y se perdían en la fina linea de pecas que había en sus mejillas, sonrió como solo él sabia hacerlo y me beso. Fue un beso breve y algo torpe pero muy lindo y bastante sincero, terminamos nuestra ducha con naturalidad, Miguel fue a la cama y yo me quedé para trapear el piso y drenar el agua de la tina, cuando regresé Miguel estaba recostado boca abajo con las piernas bien abiertas mientas movía sus caderas a los lados invitándome a pecar.
Caminé hasta donde estaba, me puse de rodillas y comencé a besar y lamer su trasero, vi como tensaba los dedos de sus pies al sentir el contacto de su lengua contra su orificio, Miguel se giró, su blanco pene estaba erecto tenía la mitad del glande descubierto y una gota de precum goteaba de su cabecita, abrió sus piernas y levantó un poco sus caderas para que pudiera ver desde ese angulo su rosada rajadura, sonreía con timidez y algo de picaría, sabía que yo era su comensal y él el plato que yo me quería devorar. Pasé la lengua por su ano, le di un beso y luego seguí mi recorrido por sus colgantes testículos a estos les dedique el tiempo que requerían era una de mis partes favoritas, dos suaves y colgantes bolsas de carne con textura aterciopelada que pasaba por toda mi boca, las lamía, besaba y chupaba con mi lengua, Miguel movía sus caderas lentamente y jadeaba cada que estiraba la piel de sus bolas con la punta de mis labios, las saqué de mi boca completamente mojadas y fui hasta su pene…
Miguel puso una de sus piernas en mi espalda se sentían frías y temblorosas , con una de mis manos apretujé suavemente la cabeza de su pene y de esta se escurrieron dos viscosas y cristalinas gotas de liquido precum el cual toqué con la punta de mi dedo indice y al retirarlo se hizo una linea de liquido viscoso, subí hasta llegar a la altura de su rostro, coloque mi dedo mojado con su precum en su labios y después lo bese para compartir el dulce néctar de su virilidad. Pasábamos torpemente la lengua por los labios del otro con fuerza incluso llegábamos a modernos por la excitación tan grande que teníamos , lo hicimos por varios minutos hasta que me separé de él, me dolían los labios los sentía hinchados.
Miguel Ángel se puso encima de mi poniendo su rostro sobre mi pubis y apunto su verga ami boca y cuando la abrí hundió su pene hasta que sus huevitos golpearon mi mentón y lo recibí gustoso pues su pene aunque estaba bien para su edad su largo no era incomodo para mi boca, casi instantáneamente Miguel se metió la mitad de mi verga a su boca y con la mano masajeaba mis testículos, comenzamos a mover nuestras caderas marcando el ritmo de la mamada hasta que se hizo una mutua sincronía.
-Mételo TODO por favor.- Dijo Miguel sacando mi pene de su boca para hacerme esa petición especial.
Abrí grande la boca y con la lengua succioné las bolas de Miguel, tenía todo su aparato reproductor dentro de mi boca, Miguel sacó brevemente mi verga de su boca para dejar escapar un gemido y después de darme una pequeña mordida en el tronco la introdujo de nuevo en su boca. La verga de Miguel comenzaba a palpitar con mayor regularidad y de su glande su líquido preseminal comenzaba a brotar al punto de que su sabor predominaba al de mi saliva. A pesar de tener todo su aparato dentro de mi seguía intentando llegar más adentro y todo era felicidad hasta que me se separó de mi y sentí su lengua pasar por mi rajadura, no pude evitar tener un reflejo de quererme separar y sin pensarlo le di un fuerte mordisco en las bolas.
– AUUUUUUU OYEEE…
No le hice caso y seguí comiendo, sin pedirme permiso o si lo anterior no fuera suficiente Miguel abrió con fuerza mis nalgas y comenzó a pasar su lengua por mi ano, la sensación fue muy extraña una parte de mi sentía un incomodo cosquilleo en esa zona pero cedí a mis impulsos y cuando apenas me acostumbraba a eso Miguel volvió a meterse mi pene en la boca pero sus dedos los dejó en esa misma zona haciendo masajes en ese lugar sin llegar a meterlos, sincronizó su mamada con los masajes y sentía su excitación en mi boca porque su pene se ensanchó y de un momento a otro comenzó a descargar su leche en mi garganta, sus testículos se movían dentro de mi boca, la sensación aunque fue excitante no fue muy cómoda pues su leche golpeando mi úvula casi me hacía vomitar pero no me rendí, no deje escapar una sola gota de mi boca y trague hasta la ultima gota de su joven néctar.
Miguel ya no mamaba mi pene y había alejado sus dedos de mi zona prohibida, estaba cansado después de alcanzar el éxtasis y hasta que dejó caer su cuerpo liberé su flácido pene de mi boca, salió bañado en mi saliva y restos de leche.
No le di tiempo de descanso lo puse sobre boca arriba con las piernas arriba, quise ponerlas sobre mis hombros y cuando comenzaba a trazar el camino de mi pene a su entrada una idea llegó a mi cabeza, bajé de la cama, tome la bolsa de mi tío y de ella extraje una de las botellas con aceite aromático, la abrí y la acerqué a mi nariz, desprendía un olor a nardos, miré al crucifijo que se posaba sobre nuestra cama y sin pensarlo vertí una generosa cantidad de aceite sobre mi pene, Miguel que a penas recobraba la consciencia post éxtasis me miró, sabía que había fuego en mi ser, miró con detenimiento mi pene que estaba completamente duro apuntando a mi ombligo, se veía brilloso por el aceite, las venas del tronco se notaban hinchadas y palpitaba espasmódicamente como si de un corazón se tratase.
Camine de rodillas por la cama hasta llegar cerca de su cara, puse un poco más de aceite en mis dedos y trace una cruz con mi pulgar sobre su frente, lo bese tiernamente…
-Te amo.
-Yo también te amo…
-A partir de este momento estamos consagrados el uno con el otro, tu cuerpo me pertenece y mi cuerpo te pertenece a ti.
Lo volvía a besar sellando nuestro pacto, baje de nuevo, esta vez lo recosté sobre una almohada y ungí su entrada con el sacro aceite, tomé mi brillosa verga y la coloqué en la entrada de su rajadura.
Miguel Ángel jadeó despacio, sabia perfectamente lo que venía pero no se inmutó, abrió sus piernas, liberó la tensión de sus músculos y me cedió el control de su cuerpo. Mi pene se abrió espacio por las paredes anales de mi primo, se sentía hermosamente apretado, esta vez el dolor no fue como las otras veces, el aceite ayudó a que fuera una penetración suave sin correr el riesgo de que algo se rasgara por dentro, y cuando llegue hasta adentro dejé reposar mi cuerpo en la espalda de mi chico, comencé a besar su cuello con suavidad y delicadeza, Miguel giró su cabeza lo más que pudo para intentar besarme pero en esa posición era bastante complicado…
Me separé de su espalda y comencé a empujar mi cadera contra su trasero, la penetración fue lenta pero también dura y profunda, los pliegues anales de mi niño apretujaban mi pene por todos los ángulos, Miguel sabía perfectamente lo que tenía que hacer y esta vez no fue la excepción, cuando sacaba mi pene liberaba presión de su trasero y cuando entraba apretujaba su ano para impedirme la entrada lo que me generaba una sensación de estrangulamiento en la base de mi verga…
Levanté las caderas de Miguel para ponerlo en 4, sujeté sus nalgas con mis manos y comencé a penetrar con mayor velocidad su entrada, Miguel jadeaba con desesperación pasé mi mano para sentir su pene pero sorpendentemente estaba flácido aunque de su cabeza goteaba un gran hilo de liquido preseminal, regresé mi mano a su trasero y seguí empujando hasta que sentí que estaba golpeando con mi frenillo una suave masa de carne y cuando golpe ese lugar Miguel dejo escapar un gemido, seguí empujando con fuerza Miguel ya no tensaba su entrada, aun así los espasmos de su ano comenzaban a dar apretones en mi miembro, y cuando sentí esa electricidad recorrer mi cuerpo empujé mi pene hasta el fondo y vertí todo mi semen en su interior.
Debo admitir que aunque esta penetración fue mucho menos dolorosa para los dos y más placentera fue más breve pues la mayoría de la leche que tenía acumulada la liberé en el campanario de la iglesia.
A diferencia de las otras veces no me quedé mucho tiempo dentro de Miguel, salí de su interior, mi pene salió baboso parecía estar barnizado a causa del aceite, mi semen escurría de su ano hasta resbalar por sus huevos y sus muslos, mi primo iba a dejar caer su cuerpo sobre la cama pero no se lo permití, había algo que quería ver… Incliné mi cabeza, de la punta de su pene había un largo hilo que era una mezcla de liquido precum con semen, lo tomé con los dedos y lo probé sabía muy amargo diferente al sabor de su leche, era como el semen pero no sabía del todo a eso, pero ¿qué podría ser si en ningún momento lo masturbe ni tampoco lo vi terminar?, era demasiado joven para saber que hay mas de una manera en la que uno puede terminar.
Nos dormimos casi al instante, completamente desnudos y llenos de aceite y líquidos sexuales…
Amigos creo que este es el penúltimo relato de mi historia con Miguel, la próxima vez contaré como fue nuestra relación cuando el ya tenía los 16-17 y como nos distanciamos.
Que pena que una historia de amor y sexo tan intensa llegara a su fin, espero leer tu ultimo relato.
Qué pasó con la última parte?
Me ha impresionado, está muy bien escrito y estructurado, excelente, excitante y muy morboso
Esperando la continuación.