Casi robado pero bien follado.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, este es mi primer relato pero lo imaginé hace mucho, cuando era aún un pequeño de 9 años.
La verdad, siempre me ha gustado coger así que les dejo este relato y espero les guste.
Una mañana me desperté y todo en casa estaba normal. Mamá estaba haciendo sus deberes y papá viendo la tv. Por alguna razón todo estaba en demasiada calma como para ser real, pero no le di mucha importancia. Me cambié y cepillé mis dientes, me peiné y bajé al comedor para ver que había para desayunar. Para mi sorpresa nada estaba listo.
Al parecer mamá estaba demasiado ocupada y todos en la casa estaban esperando algo de comer. Mamá algo apurada me pidió el favor de ir a la panadería para traer diferentes cosas mientras ella se encargaba de preparar la mesa y alimentos que ya tuviese en casa. Yo no me opuse y acepté, de otra tendría que haberme quedado en casa viendo deportes con papá o ser fastidiado por mis hermanos.
Cuando salí llevaba conmigo una chaqueta ya que era navidad y en Colorado, Estados Unidos, exactamente en Denver tenemos las cuatro estaciones , así que hacía mucho frío, además usaba unos pantalones de jean, una camisa verde, un gorro de lana, más un bufanda y guantes.
En el camino no vi a ninguno de mis amigos ya que eran como las 7:00 a.m. y supuse deberían estar durmiendo. Caminé aproximadamente unos 20 minutos ya que a panadería estaba bastante alejada de mi casa. Cuando estaba por la calle del parque y a unas cuadras de llegar a la panadería vi a unos hombres con un aspecto extraño. Uno de ellos era pequeño y con algo de barba, muy robusto. Y su amigo era más alto y prieto.
Caminé de manera normal para no generar sospechas. Pero unos cuantos más allá me di cuenta que aquellos dos hombres empezaban a moverse, pero no noté si estaban directamente tras de mí. Empecé a fantasear con ellos. La verdad es que siempre he sido un niño muy cachondo y amaba las vergas. Pensaba en como sería estar penetrado por esos hombres que ni siquiera conocía.
Obviamente a esa edad no debía estar pensando en ello, pero lo hacía en secreto de todos modos. Caminé un poco más rápido para evitar inconvenientes . Pero al parecer era demasiado tarde, cuando creí que ya estaba fuera de su alcance, uno de ellos me tomó del hombro y me haló hacia atrás y el otro casi en un susurro me amenazó.
– Ni una palabra, tengo un arma y al primer grito estará en el piso chorreando sangre .
Me callé mientras sentía un escalofrío por todo mi cuerpo.
– Síguenos.
Obedecí sin chistar e hice que no pasaba nada. Ellos era muy bruscos y me llevaron cada vez por donde menos gente había. Que nervios, pensé que moriría. Mis ojos se cristalizaron y unas lágrimas empezaron a derramarse por mi rostro. Mi corazón estaba a mil.
– ¿No puedes tranquilizarte o prefieres morir?
– Jerry, creo que deberíamos llevarle a otro sitio, aquí hay mucha gente.
– Maldito niño.
Me agarraron del brazo con fuerza y me llevaron a un callejón que llevaba a unos barrios bastante feo de la ciudad.
– Ven, suelta ya el dinero.
– No tengo nada, se los juro – dije entre sollozos – Solo venía a comprar pan.
– Maldito mentiroso, ¡DANOS EL DINERO!
– No tengo nada – respondí estallando en llanto.
– Jerry él no tiene nada. – le dijo su amigo.
– Ahh, me vale. Tiene que ofrecernos algo para que te dejemos ir – me dijo en tono de amenaza.
– Jerry no creo que tenga nada de valor, ya ves que los niños nunca llevan nada.
Entre eso, me di cuenta que esta situación era mucho más excitante de lo que parecía. Esos dos hombres eran grande y suponía que tenía una edad de unos 30 años. Estaba terriblemente caliente y asustado.
– Bueno, puedo ofrecerles algo.
– ¿Qué cosa?
– Mi culo.
– ¿Qué cosas dices? – dijo el hombre pequeño y acuerpado.
– Parece Jerry que hemos atrapado a una mariquita come pollas.
– Por favor, follenme, háganme sentir el placer en mi hoyito – dije muerto de la pena pero con la calentura al 100.
– A ver, déjanos ver ese culo – dijo el alto volteándome y bajándome los pantalones.
– Pero que tenemos acá, un culito virgen y rosadito – dijo Jerry abriendo mi trasero.
– Vaya vaya, creo que hoy nos llevamos el premio gordo – oí decir al otro, mientras apretaba mi agujero que urgía ser penetrado.
– Ven con nosotros – dijo jerry kientras me subía los pantalones y me llevaba a una casa que queda cerca de allí
Cuando entramo, pude sentir los nervios, pero a la vez. las ansias por disfrutar de lo que yo anhelaba. Me tumbaron hacia un mueble y caer sin siquiera percatarme.
– Quítate la ropa.
Yo obedecí sin chistar. Al parecer, dentro de auqella casa que no era tan linda, no sentía el frío de la calle.
– Antes de empezar, tenemos que echaros una buena meada. Abre la boca chiquitin, sé que te gustará – dijo el alto y delgado mientras jerry reía y asentía con una risa malvada.
Jamás había hecho esto antes, pero ahora no estaba regido por mi voluntad sino por la de ellos. Así que abrí la boca y cerré los ojos. Sentí caer en mi cara el primer chorro caliente como agua bendita. Oh Diossss que placerr. Al pasar solo 5 segundo, cayó el otro también en mi cara y boca. Oía como se llenaba poco a poco mi boca y el sonido de la orina caía haciendo un eco abismal.
Yo solo escupía un poco y el resto me lo tragaba. Cuando terminaron ambos me ordenaron que me acercara para que les mamara sus pollas. Yo arrodillado me acerqué y empecé a meter en mi boca una por una, mientras que con la mano masturbaba a la que estuviese libre. Fue una sensación que amé. Cada vez aumentaba el ritmo de mi mamada mientras los dos hombres me miraban con una sonrisa socarrona.
– Parece que este tenía hambre de polla.
– Pues es hora de darle lo que quería, David.
Mientras seguía con mi mamada David, se acercó a mi culo y empezó a masturbarme con su dedo. Al principio el dolor no era tan alto, pero sí he de admitir que sentía como aquel hombre me limaba mi pequeño culo virgen. Jerry seguía metiendo su polla en mi garganta hasta hacerme dar arcadas. Esos dos no tenía vergüenza de estar haciendo ésto con un niño de 9 años. pero esa era la mejor parte. David agarró mi culo y lo levantó mientras se acostaba e el piso para poder chuparlo. Sentía como esa lengua varonil entraba en i pequeño hoyito y su barba raspaba mis nalgas, era la sensación más caliente que jamás habría experimentaba. Me sentía como toda una víctima llevada por el placer. David continuó curioseando metiendo dos y hasta tres dedos en mi ano. Ya estaba bastante dilatado.
– Niño, cuando te esté metiendo la lengua aprieta el culo – me ordenó David.
– ¿Pero cómo? – pregunté. Jamás había estado al corriente de lo que podía hacer con mi culo.
– Pues como haces cuando vas a hacer caca.
– Trataré
Cuando volví a sentir esa lengua entrar otra vez en mí, estaba vez más profundo, apreté con todas mi fuerzas. Agradecí no haber comido nada porque si no fuese así, hubiese podido creer haberlo cagado. Pero no, solo sentía como la estreches de mi ano atrapaba a su lujuriosa lengua. Dios que placer.
– Wau, que estrecho culo tienes. Ya mi verga babea por entrar – dijo David.
Mientras eso, yo estaba ocupado con las bolas de Jerry, que tenían un poco de vello, cosa que amaba.
David se levantó y le dijo algo a Jerry, quien apartó mi cara y me miró a los ojos. Me cacheteó fuertemente que creo que me dejó su mano marcado.
– Al mueble ponte en cuatro patas. como una perra.
Corrí al mueble y tome posición. Esos dos hombres me iban a reventar mi culo virgen pero no me importaba, La calentura nublaba mi mente y solo quería saciarme.
Jerry se aceró otra vez a mi rostro, pero esta vez no tendría que verme con su polla, sino con su culo.
– Diviértete – dijo entre risas.
Y con pánico ya que nunca me había enfrentado a un culo antes empecé a meter mi lengua en ese culo adulto. A la primera lambida pude sentir un delicioso sabor a macho mientras David ponía la punta de su verga en mi ano. Cada vez disfrutaba más de estar gozando de un culo tan sabroso, y al parecer jerry la estaba pasando tan bien que con su mano hundía más mi cara en su culo.
La presión del pene de David en mi culo cada vez era más potente. Cuando ya tenía la cabeza adentró sentía como la sacaba y la volvía a meter haciendome gemir de placer. Me sentía como toda una puta.
– Bueno mi perra, aquí te va toda así que prepárate – dijo, entrando de un brusco empujón.
– Ahhhhhhh… Me dueleeeeeee – grité entre el culo de Jeery, pero éste, sin dejarme hablar claramente me hundió mi cara en su culo.
Que sensación más excitante, sin poder hablar ni chistar. A su voluntad y goce. David empezaba a bombear más fuerte y el dolor ya comenzaba a sentirse mucho mejor.
– Mira como tu culo se lo traga de bien. – exclamó.
Así que en eso, decidí hhacer algo que antes ya había intentado, apretar mi culo. Pero esta vez lo hice con más intensidad mientras me embestía.
– Ohhhhhh Que rico, sigue así, ¡Puta!
David embestía duramente, pero ya no sentía ningún tipo de dolor. Jerry se paró y se levantó del mueble y pidió su tan esperado turno.
– Venga ya, sigo yo.
David salió de mí y sentí un enorme espacio en mi culo, como si me hubiesen quitado un pedazo gigante de carne. Jerry era más brusco, sentía como sus bolas golpeaban con las mías. Mientras chupaba la verga de David ya estaba llegando a un climax que jamás pensé que experimentaría. Jerry después de embestirme unos 30 minutos salió de mí. Jarry y David se juntaron en la sala parados mientras me llevaban del pelo hasta el centro.
Empezaron a masturbarse y yo solo podía mirar sus hermosas vergas. David me tomó del pelo para que le mirase y en ésto, ambos derramaron su leche en i cara. Esa crema calentita se derramaba por mi cara. Estaba en el cielo.
– Esta perra sí sabe cómo dar placer a un hombre.
– Sí, pero bueno, que se cuide porque donde te veamos otra vez, te follaremos igual que hoy – Dijo Jerry mientras salían.
Me quedé solo en esas casa abandonada pero muy excitado.
Cuando terminé de vestirme salí, con la cara muy roja y algo oloroso. Compré lo que me habían pedido, con una hora de tardanza y regresé a casa. Desde ese día recuerdo a Jerry y David esperando verlos otra vez.
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