CASI SOBRINOS. (4).
A Javier le explota todo en la cara y puede resultarme beneficioso para evitar problemas a futuro. Gabriela decide irse de vacaciones conmigo y eso va a ser casi mortal, quizás de poco sol y mucha cama..
TRASLADO DE JAVIER – EVITANDO PROBLEMAS. (4).
Temprano en la mañana me llamó Javier para avisarme lo que había pasado y lo escuché esperando por lo que me iba a decir, pero la jugada de buscarse “aliados” no le iba a salir bien…
- ¿Vos podés creer lo que me hizo el Jefe?, me manda de sopetón a Perú, todo porque no le gustó algo que dije en la reunión que tuvimos en la casa, no lo esperaba de él y ahora seguro que te darán mi puesto a vos. Me la jugó muy sucio porque anda caliente con Julia.
- Disculpá Javier, ¿estás solo mientras hablás conmigo?
- Sí, estoy solo en mi despacho preparando todo para irme al aeropuerto, ni me dejan despedir de mi esposa como correspondía.
- No podés ser tan caradura y creerte tus propias mentiras, encima estás tratando de “venderme un paquete” a mí, te hubiese entendido si estaba Julia a tu lado, pero tu hipocresía no tiene límites, te merecés todo lo que te pasa.
- ¡Pero, ¿qué me estás diciendo?!
- Que sos una mierda, el Jefe no te hizo nada, al contrario, te manda a Perú para que no te echen a patadas en el culo del trabajo con causa justificada y para que no te quedes con una mano atrás y otra adelante. Me llamaron de Recursos Humanos y me explicaron bien lo que pasó, ¿por qué no le contás a Julia del juicio con la empresa de juego y de que no te van a dar casa en Perú porque tenés que pagar la deuda de la que se hizo cargo la empresa a instancias del Jefe contra el que vos puteas.
- Sí, bueno, lo que sucede es que tuve un problema.
- Un problema que venís arrastrando y que derivó en una deuda de miles de dólares y que si se entera tu mujer te mete un juicio de divorcio que terminará por dejarte totalmente en pelotas. Andate a Perú y cerrá el culo cuando quieras hablar del Jefe. Tratá de que te sirva de experiencia para no mandarte las mismas cagadas, por mi parte y sólo por tus hijos, voy a tratar de darles una mano para que puedan viajar y no te dejen solo, pero vos no merecés nada. Buen viaje.
Le corté la comunicación y quedé bastante conforme al sacarme las ganas de taparle la boca. Al final había mostrado la hilacha y resultaba ser mucho más mediocre de lo que aparentaba. Habían pasado unos diez minutos, yo me estaba preparando el desayuno y la que llamó fue Julia.
- Disculpá que te moleste José Luis, Javier tiene un vuelo al mediodía, voy a acompañarlo y llevarlo al aeropuerto, Los chicos se despiden desde casa y como Cynthia ya se fue a casa de una amiga, tengo el problema de no saber a quién dejarle los chicos. ¿Habrá algún problema para que se queden con vos hasta las cinco de la tarde?, mi marido no quiere que te pida nada para no molestarte, pero no tengo a quien recurrir.
- Me gustaría tener tu culito a mano, pero, si no se puede, jajaja. Está bien mandalos con un Uber como la vez pasada, yo te lo pago al llegar y luego venís a buscarlos.
Me había convencido de que no se iba a dar, pero, esos dos culitos gorditos venían a mí y me sacaría las ganas de verlos en acción a los hermanitos. Me puse a pensar en las posiciones en que los pondría sobre la cama y la verga se me puso a mil. Me cambié y me puse una bermuda sin el bóxer debajo, esto implicaba que la mínima acción, no podría disimular el bulto y los obligaría a chupármela a dúo.
Los trajo en mismo tipo que lo había traído a Francisco anteriormente, me acerqué a pagarle el viaje y me pareció ver que el hombre lo despedía a Tommy tocándole el culito. Me hice el tonto como si no hubiese visto nada, le pagué y me metí en la casa pensando en que, si el pendejo putito andaba dejándose coger por otros la iba a pasar mal conmigo. Se acercaron los dos a saludarme y comencé a actuar.
Me arrodillé y como Francisco estaba cerca le comí la boca metiéndole la lengua hasta las amígdalas, “tío, está Tommy”, -me dijo cuándo lo solté-, entonces, con mi mano libre lo tomé a Tommy de la ropa a la altura del cuello y de la sorpresa al verme besar a su hermano pasó al miedo más tremendo cuando lo miré serio, “vamos a la habitación”, -les dije-, Francisco me siguió caminando, pero Tommy iba sostenido por mi mano, estaba duro, las lágrimas se le caían solas por el miedo y ni movía las piernas.
- Ahora me vas a contar porque ese tipo te tocaba el culito y no quiero mentiras, -le dije serio y sacando el cinto de mi pantalón-.
- Yo te cuento tío, pero no me pegues, por favor, no me pegues, -rogaba llorando, arrodillado sobre la cama y juntando las manos como cuando se reza-.
- Todo depende de lo que me cuentes, si ese tipo te cogió te va a quedar el culo como para que no te puedas sentar por una semana.
- No tío, te lo juro, no me cogió, quiere que yo vaya a la casa, al que se lo coge es al hijo que es mi amiguito que te conté y como éste le dijo que yo sabía lo que le hace, quiere hacerlo conmigo. Recién antes de tocarme el culito me agarró la mano y me hizo ponerla en su pito parado, pero yo le dije que no quería.
- Sí tío, yo lo escuché que le decía que no quería y no sabía porque era, -afirmó Francisco-.
- Bueno, por esta vez pasa, ahora que no está su padre el de los castigos si se portan mal voy a ser yo y les aseguro que tengo la mano más pesada.
- Nosotros no te vamos a engañar tío, te lo juramos.
- Está bien, dejen de hablar, sáquense la ropa y chúpenme todo, hoy vamos a coger los tres.
En un pestañeo ya los tenía a los dos desnudos sobre la cama y se afanaban por bajarme la bermuda para dedicarse a besarme y pasarle la lengua a mi verga erecta a más no poder. Francisco quería demostrarle al hermano como se la metía casi hasta la garganta y, con risas de por medio, parecían jugar una competencia para saber quién se la tragaba más profundamente y entre entradas y salidas hablaban.
- ¿A vos ya te la metió?, -preguntó Tommy que era el más suelto en la cama-.
- Sí y me entró toda y no me dolió casi nada, -le contestó el hermano-. A vos no creo que te entre porque el pito de plástico no te entra mucho, -siguió el mayor-.
- A mí también me cogió, primero me metió el pito de plástico para agrandar el agujerito, después me la enterró hasta el fondo y me gustó mucho, mi pito parecía que se quería reventar de durito que estaba y también me tomo toda su leche.
- ¿En serio no te dolió nada?
- Un poquito, pero antes me puso una pomada que me durmió adentro y no me dolió casi nada, también salí en un video con el culito bien abierto.
- No te creo, mostrame.
- Tío, Francis quiere que le muestres el video mío con tu vergota adentro, ¿nos vas a filmar de nuevo cuando nos cojas por la boca y el culito?, -preguntó esperanzado-.
Yo, aparte de mirarlos y ponerme a mil con lo que me hacían, los escuchaba y la película que me hacía en la cabeza hacía que la verga largara un montón de precum que ninguno de los dos dejaba que se desparramara. Tenía a mano la Lidocaína para embadurnarles el culito y me aparté un poco para tomar el celular.
Luego hice que se giraran en la cama y quedaran con los dos culitos apuntándome, después me ocupé de filmar con una mano y con la otra les ponía la Lidocaína directamente del tubo. Faltaba desparramarla con los dedos e incursionar dentro de sus culitos, a esta altura hambrientos y tanto como sus dueños, un tanto desesperados por recibir mi barra hirviente. Primero le tocó a Tommy, era el primero al que se la metería. El dedo se aventuró para abrir el paso y como sólo gimió y movió sus caderas, pronto le siguió el índice, desparramé la pomada y fue suficiente, hoy la sentirían sin tanta dilatación.
Mientras un conducto se “dormía”, me ocupé del otro y, aunque se quejó un poco más, de mimoso nomás porque gustar le gustaba, hice lo mismo con el culito de Francisco, “despacito tío, hasta tus dedos me duelen cuando me los metés”, -decía empujando sus caderas para que le entraran más-. Faltaba el gel en mi verga y no tardé en embadurnarla para proceder a pasar el glande por la zanja de las nalgas del más chico que se estremeció por la inminente cogida. “No te quiero escuchar”, -le dije al oído y ya ubicado presioné para penetrarlo sin hacer detenciones, los gritos de Tommy se ahogaron contra la sábana mientras llegaba a apoyarme en sus nalgas.
Felizmente, Francisco le dijo al hermano: “Viste, viste que te duele”, eso pareció incentivar la competencia con su hermano y comenzó a mover el culo pidiendo más, “dame más tío, metela más adentro, no me duele nada, enterrala toda”, -pedía para que el hermano supiera que le gustaba y aguantaba más de lo que lo haría él.
Mi ritmo de entradas y salidas se aceleró y ya fueron sólo gemidos, “cogeme tío, dale, dale, el pito me tiembla”, -decía a viva voz y yo notaba sus contracciones y temblores por su orgasmo seco-. Francisco tenía su verguita a reventar y me quedaba la otra parte. La saqué tratando de que no le doliera mucho y le pedí al mayor que se pusiera atrás y lo cogiera. “¿En serio tío, puedo cogerlo?”, -preguntó excitado Francis y no tardó en meter su pitito en el culito abierto y harto dilatado del hermano-.
El agujerito de éste quedó a mi disposición y le pedí lo mismo que al hermano, “no te quiero escuchar”, luego de ubicar el recto entré con ganas en el conducto lubricado que se fue abriendo al paso del ariete. En este caso no fue igual, el “AYYYYY” sostenido de Francisco se escuchó en toda la habitación y retumbó en las paredes unido al golpe seco del chirlo en una de sus nalgas para acallarlo, el correctivo dio resultado y poco a poco el “trencito” comenzó a funcionar.
Movía el teléfono filmando desde arriba y desde los costados sin hacerme problemas por lo que filmaba y por las manifestaciones en que me nombraban, luego editaría todo para que sólo se los escuchara en partes y para que no se viera nada más que mi verga entrando y saliendo de sus culos.
Con un pedido rondando en mi cabeza y una decisión que había tomado para darle un corte a un problema que se avecinaba, llegó el momento en que quise terminar esa parte de la cogida, salí del culo exigente para hacerlos girar sin que se “despegaran” y les llené la cara de leche a ambos. Ellos mismo se ocuparon, entre risas desatadas, de lamerse los rostros y, a medida en que me “desinflaba” y recuperaba un poco de aire, les pedí que siguieran cogiéndose alternando los lugares porque yo tenía algo que hacer y enseguida regresaba.
Salí de la habitación y lo llamé a Jacinto, él era socio vitalicio y formaba parte de la Comisión Directiva de un Club grande de la Primera División del fútbol, ergo: Tenía acceso a gente de la Barra Brava que podría sacarme de encima el problema del remisero incestuoso y pedófilo, había sido un error enorme de él tratar de cogerse a uno de “mis” chiquitos.
Nunca me había dado por ejercer la violencia, pero no estaba dispuesto a seguir siendo “el bueno” de la película. Cuando Jacinto me atendió le planteé el tema alegando que me había enterado que se cogía al hijito y que quería darle un escarmiento a nivel físico porque el tema de la Justicia no alcanzaba. “No me importa lo que haya que pagar, pero tendrá que pasar mucho tiempo para que la verga se le vuelva a parar”, -le dije notando que me enojaba con el idiota que había osado pensar en “embocarlo” a Tommy-.
“Dejalo por mi cuenta, yo me arreglo con ellos y después te digo cuanto aboné por el “servicio””, -me contestó sin hacer más preguntas-. Lo único que me pidió fue el número de teléfono o como se lo podía ubicar, eso fue fácil, él mismo me había dado su tarjeta por si necesitaba hacer algún viaje.
Regresé a la habitación satisfecho con mi decisión y empalmado nuevamente al pensar en lo que me encontraría. Estaban riendo, moviéndose como viboritas y haciendo un “69” en medio de la cama. Tommy era el que estaba del lado de arriba, cuando me acerqué y le acaricié las nalgas dejó de chupar el pitito del hermano y me miró torciendo la cabeza. El pedido lo acompaño con una cara de deseo que me encantaba, “me la metés de nuevo tío, tengo muchas ganas”, -expresó como con la lengua trabada y no me hice rogar-.
Un poco más de gel y… adentro, sin escalas, aunque no lo hice violentamente, Francisco no se quedó quieto y aprovechó para lamer mis huevos mientras entraba y salía del culito del hermano. En esta ocasión no tardé, no tenía noción del tiempo transcurrido y pensando en eso le llené las tripas de leche.
Salí dejándole el orificio bien abierto y me tiré a un costado avisándoles que teníamos que bañarnos porque podría venir la madre. Nos levantamos para ir a bañarnos y ya en el baño me di cuenta del porqué de su dicción un tanto distorsionada, tenían sus bocas y lenguas semi dormidas porque habían chupado el gel trasladado desde sus culitos.
Nos reímos los tres por esto y se lavaron con jabón la cara y las nalgas, luego, casi sin secarse les dije que se pusieran los shorcitos, las ojotas y se fueran un rato a la pileta, que yo les haría la merienda. Mientras preparaba algo para que tomaran y comieran los miraba divertirse en la pileta y me puse a pensar que faltaban pocos días para irme de vacaciones con Gabriela y ya no los vería.
También pensé en ver la posibilidad de cogerme al amiguito de Tommy, pero lo descarté no quería tener problemas ni tenía tiempo para un “ablande” y también estaba de por medio el “escarmiento” al padre del chico, por otro lado, Julia también querría recibir mi pedazo en su hermoso culo, sin descartar el tema de Clara, la esposa del Jefe. Decidí que eso tendría que ser mañana y con las dos putas esposas juntas.
Cuando les serví la merienda se acercó Francisco, me dio un piquito y me dijo que a él no le había perforado el culito dos veces como a Tommy y que tenía ganas. No sólo fue el piquito, la mano chiquita trató de abarcar el paquete que había debajo de la bermuda y su cara y mirada denotaban ganas y deseos. La calentura que demostraban los pendejos me podía, aunque intenté una última negativa.
- No vamos a poder, puede llegar tu mamá en cualquier momento, -le dije a pesar de que la verga comenzaba a tomar las proporciones convenientes-.
- ¿Y si me siento arriba mientras tomo la merienda y vos me la metés?, -preguntó, a todas luces decidido-.
- Bueno, pero primero ponele mucha saliva y si viene tu madre y toca bocina en el portón de entrada te aguantás hasta que te llene el culito.
- Sí tío, sí, cogeme rápido, -expresó bajándose el shorcito mojado y mostrándome el culito como sabía que me gustaba-.
Pronto se arrodilló mientras yo me bajaba la bermuda y se prendió a darme una mamada bastante profunda y llena de saliva. Tommy se reía mientras le ponía dulce a una tostada y me dijo que ahora iban a quedar parejos, “al final nos darás dos cogidas a cada uno, ¿querés que yo le chupe el pitito?”. Le contesté que no y dejé que Francisco se acomodara sobre mis muslos y llevara el glande a su agujerito hambriento de pija.
A pesar de que se acomodaba y bajaba lentamente, le costó un poco más, pero pronto, todo el tronco y su grosor estuvo instalado en su culito gordito. Con los ojos llenos de lágrimas, pero aguantando el dolor de la penetración, se comenzó a mover y a gemir, pero yo no quería hacérsela tan fácil y lo tomé de la cintura para subirlo y bajarlo con un poco de ritmo acomodado a mis ganas. “Me llega muy adentro, la siento en la panza tío y el pito me va a explotar, pero me gusta”, -alcanzaba a decir casi tartamudeando y le dije que se lo tocara-.
No había nada por decir, los culitos de esos dos nenes me ponían “del tomate” y me generaban un morbo nunca antes experimentado. No podía ver a mi carne entrando y saliendo de ese conducto estrecho, pero sentía todo lo liso de sus paredes, absorbía sus movimientos y escuchaba los gemidos de satisfacción del putito más grande. Las contracciones de su esfínter y sus temblores me anunciaban su orgasmo seco y le llené las tripas de la leche que me quedaba.
Todavía se quedó un rato más moviéndose con la pija en su interior y luego salió para dirigirse al baño más próximo, cuando regresó se sentó al lado del hermano y se quedaron hablando de la experiencia. Yo los veía desde el interior de la pileta, el pendejo me había hecho transpirar y ya que estaba, me metí al agua y me lavé allí. Al rato salí del agua, me sequé parte de la cara y el cuerpo y me senté con ellos para comer algo, el hambre se hacía sentir y había que recuperar energías.
Como a las seis de la tarde, media hora después de la última cogida, llegó Julia y tocó bocina en el portón, le abrí directamente desde el control remoto que tenía a mi lado e ingresó el auto para estacionarlo frente a la casa. Se acercó caminando hacia el costado, para arribar al solario y nos habló con visos de asombro:
- ¡Bueno, veo que la están pasando de lo mejor, los estoy envidiando!, -exclamó-.
- Hola mami, lo estamos pasando genial, -expresó Francisco y los dos se levantaron para saludarla-.
- Hola José Luis, ¿se portaron bien?
- De maravillas mujer, casi que ni te extrañaron, jajaja, ¿cómo te fue?
- Bien, el vuelo presentó algo de retraso en la salida, pero ya se fue, veremos qué pasa desde ahora en más.
- ¿Lo decís por algo en particular?, -le pregunté al verla un tanto apesadumbrada-. Chicos, vayan un rato más a la pileta que tengo que hablar con mami, -les pedí y se fueron enseguida dejándome solo con Julia-. ¿Qué es lo que pasa?, -le pregunté-.
- Cuando salía del aeropuerto y venía para acá, me llamó Clara, me pidió que no lo comentara porque se lo había dicho el marido en una confidencia de alcoba y le jugaría en contra en la empresa si se supiera. ¿Sabías algo de lo que había sucedido con mi marido?…
- Me llamó ayer la Secretaria del Director de Recursos Humanos, tiene muy buena relación conmigo y algo me contó, por eso discutí hoy a la mañana con tu marido.
- Me dijo que ya estaba prácticamente despedido desde antes de las fiestas y que el pase a Perú fue porque lo defendió el marido de Clara y le consiguió eso para que no quedara en la calle.
- Yo tengo la misma versión, espero que allá “se ponga las pilas”.
- Mi problema es el acá y ahora, Javier se fue dejándome poco dinero, dijo que me mandaría apenas la empresa le girara los fondos por la mudanza, pero tengo serias dudas.
- Mirá, voy a ser claro con vos porque “las mentiras y engaños tienen las patas cortas” (cruzaba los dedos al decir esto). La empresa se hizo cargo del juicio por una enorme deuda de juego que tenía Javier, eso implica que los gastos de adelantos por cambio de residencia, viáticos y la casa provista no van a ser afrontados por la empresa, se tomarán como parte del pago de la deuda, él tendrá que arreglarse sólo con su sueldo.
- ¡Nooo, hijo de mil putas!, -gritó tomándose la cabeza y alarmando a los chicos-. Nos deja prácticamente en la calle y si allá tiene que comer, vestirse y pagar un alojamiento, va a girar poco y nada para mí y los chicos.
Se puso a llorar de forma desconsolada y los chicos se acercaron preocupados para, aun sin saber de qué se trataba, abrazar a la madre y preguntarle si se sentía mal, Julia reaccionó con esto y les dijo que se había enterado de algo malo que le había pasado a un conocido y se había alterado, los mandó de nuevo a la pileta diciéndoles que no se hicieran problemas.
- ¿Qué hago ahora José Luis?, en menos de un mes me quedaré sin un Peso y sin poder mantener a mis hijos, -preguntó casi histérica-.
- Nunca es conveniente opinar sobre los problemas de un matrimonio, pero, no sé, tendrías que buscarte un trabajo que te genere un ingreso o, vender la casa e irte al Perú para apoyar a tu marido, si él sigue en la empresa será hasta que se jubile y allí se vive muy bien con el sueldo en dólares que él tendrá, además con lo que saques de la casa de acá podrá comprar algo mucho mejor en Perú, eso es seguro.
- Trabajar no puedo a menos que sea de puta o vendiendo fruta y nada resultaría, siempre fui la gordita tetona y culona esposa de…, me casé joven y ni estudiar pude, además están los chicos…
- La cagada está hecha, ahora el sacrificio debe ser de todos y, acorde a lo que decís, divorciarte no te conviene porque cargaría con toda la mochila vos sola y, aun perdiendo la mitad de los bienes, a él le resultaría muy conveniente.
- Tenés razón, pero no sé qué hacer, estoy a oscuras, como si me hubieran bajado una cortina ante los ojos.
- Yo me voy a ir el jueves de vacaciones por diez días, ya tengo todo pago y no quiero perder eso, pero cuando regrese te puedo comprar los pasajes a Perú, vas, ves todo lo que tengas que ver, llevá a los chicos para averiguar del tema de los colegios y regresás con un Poder para poder vender la casa, más o menos esos serían los pasos.
- ¿De verdad harías eso por mí y los chicos?
- Sí mujer, sino no te lo diría, me comprometí a ayudarte, pero vas a tener que hacer algo a cambio.
- Pedime lo que quieras, seré tu esclava, bueno, ya lo soy, jajaja.
- Vení mañana luego del mediodía con Clara, estaremos en la pileta y preparen los culitos.
- Dalo por hecho, aunque no te conoce, ya me dijo cuándo podríamos juntarnos, vendremos las dos preparadas para secarte o que nos dejes de cama con tu pijota, jajaja.
Después de decirle a los chicos que salieran del agua, secarlos y tratar de bromear con ellos se fueron de casa y me quedé solo. Tuve ganas de llamarlo a Jacinto para preguntarle si había contactado a quienes le darían el escarmiento al pelotudo mal parido que se quería coger a Tommy, pero decidí no hacerlo, Jacinto era reacio a dar explicaciones y, acorde a la situación, entendí que no lo haría. El sol dejaba de ser tan brillante, aunque enero se presentaba agobiante y la reposera me sirvió para dormirme a pata ancha en ella.
Me desperté como a las dos horas, ya era de noche y sentía el fresco, no es que hiciera precisamente frio, pero, había bajado la temperatura un par de grados y sin remera, a más del cuerpo ya frio, se hacía sentir. Lavé y guardé todo lo que habían dejado los chicos en la mesa del solario y me puse a preparar un par de hamburguesas completas, esto es: Pan, carne, mucho queso, jamón, unas rodajas de tomates y mayonesa, un vaso de vino tinto del bueno que tenía, para mí, un “bocatto di cardinali”.
Con todo preparado me senté frente a la computadora, bajé lo filmado en el celular a la computadora y me puse a compaginarlo y editarlo. Estaba solo en casa y tuve que sacarme la ropa, desnudarme sacándome la bermuda porque iba a mojar todo, las imágenes de esos dos putitos tratando de tragarse toda mi verga y los gemidos que daban cuando tremendo pedazo de carne entraba en sus culitos gorditos y tragones de orificios elásticos que, a simple vista parecían seguir siendo vírgenes me ponían a mil y en más de una oportunidad me manotee el tronco, aunque no llegué a la paja completa.
Me pasé un par de horas con eso, pero quedaron impecables, borré, pixelé mi cara y algunas partes de mi cuerpo que podían identificarme y también borré las manifestaciones de ellos cuando me llamaban “tío”, es decir eliminé el sonido de esa palabra y quedó bien, sólo era sonido y no se veían las bocas cuando me hablaban. Terminé transpirando en una paja mental total y me sacó del momento el llamado del celular.
La pantalla acusaba un “RR.HH.” y supe que me llamaba Gabriela, no era una hora normal y me preocupé. Atendí el celular usando una voz neutra preguntando quien llamaba…
- Soy yo cielo, estoy en casa sola y podés hablar tranquilo. ¿Sigue en pie lo de la salida a Brasil?
- Claro belleza, sabés que yo no soy de prometer sin cumplir, ¿arreglaste lo tuyo?
- Sí, tengo diez días a partir del viernes, pero podés contar conmigo desde el jueves a la noche.
- ¿Cómo arreglaste con tu marido?, es decir, te lo pregunto porque sé que en enero los Abogados se suelen tomar las vacaciones porque hay feriado judicial.
- Me acabo de pelear con él, me insistió para que fuéramos a la casa de la Costa, que sí, que no, que yo quería ir a Brasil, que me había invitado un matrimonio amigo que él no tolera, a ella no la tolera.
- ¿Y?, ¿te resultó?
- Claro, era cantado, se enojó, porque yo sabía que tenía que ir a la casa de veraneo a hacer ciertas reformas, entonces le agarró el ataque de “machismo” y me dijo que se iría solo y que yo hiciera lo que quisiera, ergo: Me voy a Brasil con vos, jajaja.
- ¿Te das cuenta porque no quiero casarme?, las mujeres son de lo que no hay.
- Es sólo porque estás vos de por medio, cuando regrese pido otros días, me voy a la Costa y termino enero con él.
- Bueno, está bien, paso a contarte para que te hagas la película. Alquilé una cabaña a metros de la playa, palmeras y algo de vegetación selvática, atención diaria de camareras, necesitás y pedís, desayuno, almuerzo, merienda y cena en el lugar, aunque podés salir en la noche y acercarte a algunos de los restaurants del centro, dos noches de cena en un restaurant marítimo y salón bailable con camarote hasta el mediodía siguiente, además, todo lo que se nos ocurra por las nuestras.
- No podés decirme eso, estoy toda chorreada, mi película es total, además porno con nosotros dos de protagonistas y alguna mulata porque a vos te gustan en tríos MHM, aparte, con la tuya haciéndome ver las estrellas no quiero otra, ¿cuándo salimos?
- Hay un vuelo el jueves a las 22,00 horas, llegaríamos como a las 05.00 de la mañana, volamos en primera clase y podremos dormir, ¿te va el programa?
- Paquete cerrado, a las ocho y media o nueve de la noche estoy en Ezeiza, te espero o esperame en la Confitería.
Luego de cortar la comunicación con Gabriela compré los boletos vía Internet y no hubo inconvenientes, en Primera Clase siempre había lugar. Ese tema lo tenía solucionado, me quedaba el día de mañana para romperles el culito a Julia y a Clara, la esposa del Jefe, aunque veríamos como se daba eso porque, según Julia a las dos les gustaba el anal y practicaban seguido con consoladores, pero igual yo le tenía mucha fe a mi “aparato”.
Tenía el jueves para descansar hasta tarde en la mañana, a la tarde prepararía una pequeña valija de vuelo y chau problemas, por lo menos por diez días.
GUILLEOS1 – Continuará… Se agradecen comentarios y valoraciones.
Excitante y con morbo.