CASI UN NIÑO2 final
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por javierbernal00.
Yo era un chico delgado, obviamente a pesar de tener ya mi cuerpo desarrollado tenía mi cara de niño, además de que era muy inocente, una cosa es que ya sentía atracción hacia los chicos, algunos compañeros de la secundaria, unos primos, en especial con un primo que se llama Mauro, con él tuve algo que ver pero luego te lo cuento.
Yo tenía un vecino extranjero que laboraba en una empresa de Tampico, se llamaba J. Javier, de 33 años, moreno, complexión fornida y pelo chino y era de Colombia, tenía buen cuerpo, sobre todo sus piernas y nalgas, de hecho él había sido el culpable de que me fijara en los hombres. Una vez que habíamos ido a la playa, ya que él es muy amigo de mis hermanos mayores que me llevan 15 y 14 años, y lo vi en tanga, se veía divino.
Yo por lo regular estaba solo en la tarde en mi casa, pero J. Javier siempre llegaba después de las 6 de la tarde, por lo que no tenía casi oportunidad de verlo "a solas", pero un día que no fue a laborar me armé de valor a mis 14 años, y por el patio de mi casa hay una entrada a su casa, ya que mi papá se la rentaba, y fui por atrás y toqué, salió con un short blanco ajustado y se veía por debajo una trusa bikini blanca y una playera sin mangas que hacía lucir sus fuertes brazos, yo iba con un short y una playera OP que eran la moda, y empezamos a charlar por bastante rato, bromeábamos, y él me albureaba, de pronto él me dijo que si no tenía alguna amiguita que se dejara fajar, ya que andaba bien caliente, tenía más de un mes sin sexo y no se había puñeteado, yo le pregunté si en serio se parcharía a una chavita de 14 o 15 años, y me dijo:
– Depende, creo que tienes razón, sólo me la agasajaría, le pondría una manoseada y una besuqueada.
Él estaba recostado en la cama y yo parado a un lado, pegado a la cama, y en realidad sí conocía chavitas de mi salón que les encantaba ir al cine y bueno tú ya sabes qué pasa ahí, por lo que le dije que sí conocía a varias, él reaccionó rápido y se levantó, el chiste es que mi pierna pegada a la cama quedó en medio de sus piernas y su miembro caliente rozó mi pierna, yo me puse nervioso pero no le dije nada, y él tomó con sus manos mi cintura y dijo:
– Preséntame una, buey, no seas culero.
De pronto me dije que J. Javier lo que quería era cogerse a una chica para desahogar su mes sin sexo. Yo cambié de tema y fui a donde estaban sus casetes y le dije:
– ¿Tienes buena música?
Él se acercó y pegado a mí dijo:
– Acá arriba, en la repisa hay otros mejores.
Pero estaba su verga pegada en la raya de mi culo. Estaba buscando un disco, pero parecía que me quería coger. De pronto caminó a su cama y se sentó, antes de sentarse pude ver que tenía una erección, y a pesar de que quería entregarme a él, me puse muy nervioso, claro, sólo tenía 14 años, de pronto él me tomó por la cintura y me sentó en sus piernas, pude sentir su enorme miembro y rápido se me paró, él al oído me dijo:
– Eres putito.
– ¿Por qué?
– Te senté en mi verga, no protestaste y se te paró, por lo que así podemos matar dos pájaros de un tiro.
Pero traté de decir, y antes de que terminara, me metió uno de sus dedos en la boca, yo no sé si fue por instinto pero le chupé los dedos como si fueran una verga, y dijo:
– Ven, chiquillo mamador.
Y sorpresivamente me besó, y me dijo:
– ¿Sabes? yo nunca lo he hecho con un vato, pero tu cuerpo virgen me ha excitado, y creo que la podemos pasar bien.
Eso bastó para dejar que me comiera a besos, pero me puse nervioso, me levanté de la cama, y él dijo:
– Espera, tú deseas más esto que yo, a ti te gustan los chicos, yo lo hago porque estoy caliente, gózame, te estoy dando esta oportunidad.
Nos volvimos a besar, luego sus manos empujaron mi cabeza y lamí su pectorales, su abdomen duro, luego le bajé su short, y con su bikini blanco todavía puesto simulaba una mamada, y me enloquecía el olor a macho, sólo bastó que J. Javier dijera "mámamela, chiquillo", y le quité su bikini y me la metí en la boca como desesperado, me encantó el sabor, y él dijo:
– Hazlo tranquilo, no comas ansias, la gozarás toda.
Y así lo hice hasta que amoldé mi boca y pude tragármela una y otra vez hasta lograr que mi nariz se hundiera en su vello púbico, yo enloquecido seguía mamando como si fuera un dulce, hasta que se corrió, sólo me acuerdo que fue demasiado semen, me tragué la mayoría, pero otra parte la saboreamos en un beso. Luego yo le pregunté:
– ¿Quieres penetrarme?
– ¿Tú crees que te vas a ir sin que yo goce? ¿Ya te deleitaste con mi verga?
– ¿Acaso no te gustó mi mamada?
– Claro! ha sido la mejor que he recibido, y te lo voy a pagar luego.
Me acostó en la cama y, partiendo de mi boca, su lengua recorrió centímetro a centímetro mi cuello, mi pecho, chupó mis pezones.
– Me encanta el sabor de tu cuerpo!
Y me lamió ensalivando todo mi abdomen, luego con los dientes bajó mi trusa, y subió lamiendo mis piernas, mientras una de sus manos me masturbaba suavemente. Yo enloquecido sólo gemía, luego sus labios se dirigieron a mi verga que no era tan grande como la de él, por lo que pudo engullírsela toda, cosa que me hizo gemir más fuerte, sobre todo cuando la devoraba toda, él aprovechó el placer que sentía con su mamada para meter uno de sus dedos en mi culo, al principio éste se negaba a ser intimado, pero su boquita me llenaba de placer en mi verga, que pronto metió dos y hasta un tercer dedo, mientras me venía en su boca, pero él seguía chupando y con sus dedos metidos en mi culo, hasta que me hizo ver estrellas succionando todo mi semen, se sacó mi verga de su boca y con semen escurriendo en la comisura de los labios se acercó y nos dimos un largo beso muy profundo, nuestras lenguas se entrelazaban y luego al separar un poco nuestros labios yo le dije:
– Métemela, papito!
– Claro! ¿cómo crees que te me vas a ir vivo, mi putito?
Para esto, él ya tenía parada otra vez su herramienta, y ambos ya acostados me colocó boca abajo y con sus grandes manos separó mis suaves nalgas, y le dio una mamada a mi ano, ¡qué bruto! ¡qué rico se sentía! luego su lengua me penetraba suavemente, cosa que me hizo casi gritarle todo excitado:
– ¡Cógeme ya, papito por favor, quiero ser tuyo!
De pronto sentí su fornido cuerpo encima de mí y cómo la cabeza de su verga trataba de entrar en mi ano, me dolía un chingo, pero poco a poco me la fue metiendo hasta que pude tener todo su mástil dentro, por dentro me retorcía de dolor, empezó un suave vaivén que hizo que del dolor fuera pasando al placer hasta que me hizo decir cosas asi:
– Dámela toda, mi rey, soy tu putito, métemela!
Él también respondía:
– ¿Querías verga, mi putito? pues tenla toda!.- y cosas así.
Yo culeaba empujando mi culo hacia arriba, ambos gozando como locos, ya era suyo completamente, luego me la sacó y me colocó en la cama boca arriba, puso mis piernas en sus hombros y me la sumió toda de golpe, ¡qué bruto, qué rico se sintió!, se puso a embestirme como un toro en celo, parecía que me quería hacer saber quién tenía el control de la situación, hasta que sentí algo caliente en mi interior, era su venida, cayó rendido sobre mí y nos besamos, de hecho quiero confesarte, es la única vez que me han cogido sin usar condón, y que después he sido activo, tampoco lo he hecho sin condón, esa fue mi única vez sin condón.
Después de esa vez J. Javier y yo nos veíamos más seguido y teníamos relaciones, hasta que cumplí 15 y él se casó, él me buscó ya estando casado, pero yo no quise y no fue por celos o algo así, ya que no estaba enamorado de él, sólo nos atraíamos sexualmente, ya que apenas entraba a su casa y se me iba encima, y nos devorábamos.
Espero que te haya gustado cómo fue mi primera vez con el hombre que más me ha hecho gozar, por cierto tuvimos una que me gustó mucho, en la playa
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